👨‍👨‍👧.- Nueva familia (Especial 100 capítulos)

Un grito desgarrador irrumpió lo que hasta aquel momento parecía ser un patrullaje tranquilo. El héroe Eraserhead, de por aquel entonces 20 años, se dirigió rápidamente al lugar de origen de aquel quejido, llegando a una casa unifamiliar. Entró por el marco de la puerta, junto al cual había una montaña de polvo, y ni rastro de la puerta. Recorrió la casa varias veces, encontrando ésta completamente desierta.

Salió y encontró un par de agentes de policía, que le interrogaron sobre lo que había visto. Les guió por la estancia, mostrándoles otras dos montañas de polvo que había una cerca del entrador y otra junto a la puerta de una habitación, seguramente de una niña.

Iban a marcharse, cuando Eraserhead pareció escuchar algo.

- ¿No oís eso? - preguntó, parándose en seco.

- ¿El qué? - inquirió uno de los agentes.

- Creo que estoy escuchando un llanto... - susurró en voz baja.

Se acercó a una pared, pegando su oído a esta, y recorrió la habitación de la niña. Finalmente, halló la fuente de los jadeos. Golpeó la pared con el puño levemente, escuchando el eco que indicaba que estaba hueca.

- ¡Aquí hay alguien! - exclamó, alertando a los agentes.

Un jadeo ahogado se escuchó de repente, indicando que quien hubiera en la pared le había oído. Los policías trajeron unas palancas y empezaron a quitar el yeso trozo a trozo.

- ¡No, parad! - exclamó una vocecilla desde dentro de la pared - ¡Dejadme en paz!

Hicieron caso omiso y siguieron quitando yeso, hasta que la vieron. Tras la pared falsa se escondía una niña pequeña, encogida en una bola y abrazándose las piernas contra el pecho. De sus grandes ojos verdes caían regueros de lágrimas que manchaban su rostro, y su cabello negro estaba despeinado.

- Ey, ¿Estás bien? - preguntó Eraserhead, tratando de acercar sus brazos a ella - ¿Te duele algo?

- ¡A-aléjate d-de m-mí! - gritó, encogiéndose más - ¡No!

- Tranquila, ya ha pasado - dijo, tratando de calmarla - No sé qué ha ocurrido, pero ha terminado. Puedes salir.

La niña le miró a los ojos, dubitativa.

- No, mamá me dijo que no saliera... - respondió - Hay malos en casa...

- No hay nadie - le tendió la mano - Ven conmigo, ¿Vale? Estás a salvo.

La niña acabó por tomar su mano y salir de su escondite, sin levantar la vista del suelo.

- Bien, pequeña, ¿dónde están tus padres? - preguntó mientras la cogía en brazos.

La niña se agarró a él con un brazo, y con el otro señaló la montaña de polvo que había en el entrador.

- Papá estaba ahí, hasta que... - empezó a trabarse - Hasta que... S-se convirtió e-en pol-lvo, grit-taba de d-dolor. M-mamá me escond-dió en la p-pared con su kos-sei, me d-dijo que no salie-era... Y l-luego l-la oí grit-tar a ella t-también.

Los agentes y Eraserhead parecieron comprenderlo rápidamente. Aquellos montones de polvo no eran otros que los padres de aquella niña, siendo el del padre el que estaba en el entrador, y el de la madre el que había junto a la puerta de la habitación.

- ¡Q-quiero ir c-con mis pap-pás! - sollozó mientras se aferraba a la parte superior del traje de Eraserhead, y gruesos lagrimones caían por su rostro - ¡Quiero ir c-con ellos!

- Eh, no, no llores... - dijo mientras le daba palmaditas en la espalda - Vámonos fuera, ¿vale? Será mejor que te dé el aire.

Salió de la casa con la niña en brazos, frotándole la espalda.

- Bien, pequeñaja... - habló en el tono más dulce que pudo - ¿Cómo te llamas?

- Shayumi Okamoto... - dijo entre jadeos mientras se secaba las lágrimas - ¿Y mis papás? Quiero ir con ellos...

Los agentes de policía allí presentes miraban a Eraserhead algo sorprendidos, ya que tenía fama de ser frío y serio, pero no dijeron nada.

- Mira, Shayumi... - empezó a decir mientras se sentaba en la acera de la calle, dejando a la niña sobre sus rodillas - Tus padres han tenido que marcharse a otro lugar...

- ¿Dónde? ¿Cuándo van a volver?

- No... No van a volver.

- Pues voy con ellos.

- Shayumi, tus papás se han ido al más allá...

- ¿Al más allá? - preguntó mientras se frotaba un ojo.

- Todas las personas tienen que irse al más allá en algún momento - trató de explicarle - A veces, las personas se van antes de lo que pensaban, pero no pueden volver nunca. Y es normal estar enfadado, triste, o no creérselo, pero hay que aceptarlo...

- ¿No voy a volver a ver a mis papás? - preguntó en apenas un susurro, su voz resquebrajándose.

- Me temo que no...

- Vamos a llevarnos a la niña a comisaría - dijo un agente que se acercó - Hemos llamado a servicios sociales para que se encarguen de ella.

- ¿De qué comisaría sois?

- La 27, ¿Por qué pregunta?

- Nada, simple curiosidad...

Trató de quitarse a la niña de encima, pero esta se aferraba más a él.

- Shayumi, estos señores tienen que llevarte a un lugar más seguro, ¿Vale? Yo ya no puedo hacer nada más...

- Por favor, no se vaya... - suplicó la niña - Por favor...

- No te preocupes, estarás a salvo con ellos - le puso una mano en la cabeza y le revolvió el pelo.

- ¿Cómo se llama? - preguntó.

- Eraserhead, soy Eraserhead - respondió.

- ¿Vendrá usted a verme?

La pregunta sorprendió notoriamente al héroe, que no pudo evitar mostrar una leve sonrisa.

- Por supuesto, pequeñaja.

La niña se levantó de su regazo y se fue con el agente. Eraserhead se irguió, dirigió un último vistazo a la niña y usó su arma de captura para marcharse de allí, desapareciendo en la oscuridad de la noche.

Al acabar el turno, llegó al apartamento que compartía con su novio, se quitó el traje y se puso el pijama, para acto seguido dejarse caer sobre la cama junto a su novio. Miró con pesadez el despertador que había sobre la mesita de noche, advirtiendo que ya eran las 04:00. Soltó un suspiro y abrazó por la espalda a su novio, enterrando su rostro en el hueco entre su hombro y su cuello.

- Shota... - dijo el rubio, medio dormido.

- Sigue durmiendo, Hizashi, aún es pronto... - respondió en voz baja.

Trató de conciliar el sueño, pero no podía evitar pensar en aquella niña.

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Se hicieron las 07:30, y se levantó de la cama vacía sin ganas. Caminó a paso lento hasta la cocina, donde vio a su novio de espaldas a él, preparando el desayuno. Se acercó a él cuidadosamente, y le abrazó la cintura por detrás.

- 'Zashi... - suspiró, enterrando el rostro en la nuca del otro, posando delicados besos en su cuello.

- Good morning, my prince (Buenos días, mi príncipe) - contestó con una pequeña risa - ¿Cómo has dormido?

- No muy bien... - su tono de voz se notaba cansado.

- Pues esto debería ayudarte - contestó mientras le tendía una taza llena de humeante café.

- No sé qué haría yo sin ti - dijo mientras se separaba de él para coger la taza.

- Tendrías la casa hasta arriba de gatos callejeros, te pasarías todo el día durmiendo y no comerías nada - respondió con un tono burlón.

- Mmm... Sí, tienes razón.

Ambos se sentaron a la mesa, Hizashi llevando su café en una mano y un plato con tortitas en el otro.

- Tú tienes contactos en la comisaría 27, ¿Verdad? - preguntó Shota.

- Sí, conozco a un par de agentes allí.

- ¿Está lejos de aquí?

- No mucho, a una media hora si no recuerdo mal. ¿Por qué preguntas?

- Estaba pensando en pasarme por allí para preguntar sobre un caso que ocurrió anoche.

- Eso es raro, no sueles preguntar por los casos al día siguiente...

- Sí, es que era un tanto... Extraño, por decirlo de algún modo - explicó - Las víctimas habían sido desintegradas, solo quedaban montañas de polvo. Era una familia, y la madre logró ocultar a la niña en una pared para que no la hiriesen. La niña se empeñó en que fuese a verla a la comisaría.

- ¿Y vas a ir? ¿Quién eres tú y qué le has hecho a mi novio? - preguntó de broma.

- No seas tonto - sonrió levemente - Sí, voy a ir. Intentaré ir antes de comer, así usaré la tarde para arreglar los papeles del caso.

- Está bien. Por cierto, querrás ir con el traje de héroe, ¿No?

- Claro, es asunto de trabajo.

- Pues vas a hacer lo siguiente: te vas a meter en la ducha, te vas a lavar, y luego te pondrás el traje que te he lavado al despertarme.

- 'Zashi, no tenías por qué hacerlo.

- Sí tenía, el olor era horrible. Y ahora, a la ducha.

- Al menos entrarás conmigo, ¿verdad? - bromeó el moreno.

- No, I gotta go (No, me tengo que ir). Nos vemos luego - se despidió dándole un beso en la sien a su novio y salió por la puerta del apartamento.

Después de la ducha, arreglarse y salir de casa, Eraserhead llegó a la comisaría 27 y se acercó a la recepción.

- Disculpe, me gustaría hablar con los agentes asignados al caso de la familia Okamoto - dijo al recepcionista.

- El inspector al cargo ha salido un momento, no debería tar- - respondió.

- Así que tú eres el héroe que encontró a la niña - dijo una voz por detrás de Shota - Me preguntaba si vendrías.

Cuando Shota se giró, vio a un hombre de unos 57 años, corpulento y con cara cansada.

- Así es - respondió - Supongo que es usted quien está al cargo.

- Por supuesto - afirmó - Soy el inspector Matsuoka.

- ¿Se sabe algo del caso?

- Shayumi Okamoto, 5 años. Según el registro, su kosei es "Transformar". Sus padres, el Dr. Ayato y Seira Okamoto, fueron desintegrados esta noche sobre las 02:30.

- ¿Hay alguna pista?

- El modus operandi corresponde con el de los malhechores asesinados en los callejones hace un tiempo, pero nada más. No hay pruebas, y la niña se niega a hablar... - acabó de explicar el inspector.

- ¿Puedo ir a verla? - preguntó.

- Claro, está con el resto del equipo de homicidios, sígueme.

El hombre empezó a caminar por un pasillo, y Aizawa fue tras él. Llegaron a una sala repleta de agentes, y en una silla, estaba la niña, abrazando un peluche.

- ¿Puedo hablar con ella?

- Sin problema, pero no sé si te contestará.

- Por probar...

Se acercó lentamente a la niña.

- Hola, pequeñaja - saludó, llamando su atención.

La pequeña levantó la vista, y sus ojos se iluminaron.

- ¡Señor Eraserhead, ha venido! - exclamó.

- Pues claro que sí, Shayumi, te lo había prometido - le dedicó una suave sonrisa.

- Vaya, es la primera vez que habla desde que llegó - dijo el inspector Matsuoka.

Rápidamente, Shayumi se escondió tras la pierna de Eraserhead.

- ¿Qué te pasa, pequeñaja? - le preguntó - ¿Te da miedo este señor?

La pequeña asintió levemente.

- Shayumi, es normal tener miedo a los desconocidos, y más después de lo que ha pasado - se agachó hasta quedar a su altura, mirándola a los ojos - Pero este señor de aquí es un inspector muy majo. Y vamos a necesitar que hables con él para saber quién hizo que tus papás se marchasen al más allá...

- ¿Estará usted conmigo...? - preguntó en voz baja.

Shota le dirigió una mirada al inspector Matsuoka, quien asintió.

- Por supuesto - respondió el héroe.

- Está bien... - susurró.

La niña salió de detrás del moreno, y el inspector guío a ambos a una sala de interrogatorios.

- Bien - empezó a hablar el inspector desde un lado de la mesa, con los otros dos delante - Okamoto, necesito que me cuentes todo lo que recuerdes de anoche.

- P-pues... Después de que papá hiciera la cena, cenamos y mamá me acostó en mi cama. Un rato después, me despertó de golpe y me hizo levantarme. Salimos de m-mi habitación, y vimos c-como un niño tocaba a pap-pá delante de la puerta y papá se convert-tía en polvo.

- Espera, ¿Has dicho "un niño"? - preguntó Matsuoka.

La niña asintió con la cabeza.

- ¿Recuerdas cómo era?

- No le vi la cara, estaba muy oscuro.

- Tiene sentido... ¿Puedes continuar?

- Mam-má me arrastró hacia la p-pared frente a mi habitación, us-só su kosei para abrirla y creó un agujero para mí - continuó Shayumi, en voz baja - Me obligó a met-terme dentro, me dijo que no saliera hast-ta que no se escuchara ruido f-fuera y cerró la pared.

- ¿Tu mamá te dejó encerrada en la pared? - preguntó el inspector.

La niña volvió a sentir.

- ¿Oíste algo? - volvió a preguntar el adulto.

- Oí c-como mamá gritaba... Y a un señor hablando. P-parecía mosqueado. Se quejab-ba de que no había encontrado s-su objetivo, o algo así... - tartamudeó.

- Okamoto, tengo que hablar un momento a solas con Eraserhead, ¿puedes quedarte aquí un momento? - volvió a preguntar.

Eraserhead solo tuvo que mirarle durante apenas un segundo para saber de qué quería hablarle.

- ¿Puedo agarrar el peluche antes? - preguntó la niña, señalando al muñeco que se había quedado en la silla, fuera de la sala.

- Yo te lo doy, mira esto - llamó Shota la atención de Shayumi.

Utilizó su arma de captura para atrapar el muñeco y luego tiró de la cinta, atrayéndolo hasta Shayumi.

- Aquí tienes - dijo.

- ¡Cómo mola! - exclamó - Muchas gracias.

- No es nada - respondió.

Ambos adultos salieron de la sala de interrogatorios y cerraron la puerta para que la pequeña no les oyera.

- Supongo que sospechas lo mismo que yo, ¿No es así? - habló el héroe.

- Si te refieres a que ella era el objetivo, sí.

- ¿Qué podrían querer de ella? ¡Solo es una niña!

- Una niña con un kosei de gran utilidad y con buen control sobre él. Según el registro, hace poco menos de dos meses que lo desarrolló. Es la combinación de la capacidad de su madre, manipular ciertos materiales exclusivos a su antojo, y la de su padre, reparar aquello que toca, independientemente del material - explicó Matsuoka - Ese peluche que le has dado lleva en esta oficina desde hace años, de un niño que se lo dejó tras una situación parecida a esta. Estaba estropeadísimo, descosido por todas partes, se le caían los ojos,... Pero, como habrás podido comprobar, ahora mismo está en perfecto estado. Ha podido arreglarlo, teniendo su kosei desde hace tan poco tiempo.

- Joder... ¿Y qué va a pasar con ella? - preguntó Eraserhead - ¿Tiene familia, o alguien con quien pueda quedarse?

- No, con sus padres muertos, no le queda nadie. Y se mudaron aquí desde otro país hace poco, por lo que no conocen a nadie.

- ¿Y entonces?

- Los de los Servicios Sociales vendrán después para llevarla a un orfanato - explicó - Pero, como seguramente esté siendo buscada por aquel hombre, hablaremos con el programa de Protección de Testigos. Lo más probable es que no dejen que la adopten, tanto para la seguridad de la niña como la de la posible familia.

- Tiene que estar de broma...

- Me temo que no. En estos casos, es peligroso dejar a una niña así con una familia "normal", ya que en caso de que la encontrasen, no podrían protegerla y se repetiría la misma historia.

- ¿Y si la adoptasen unos héroes?

- ¿Acaso sabe de alguien que pudiera?

- Es mera curiosidad.

- Pues, en tal caso, supongo que sí sería posible, pero lo veo poco probable.

Aizawa avistó la hora en el reloj de la sala, dándose cuenta de que debía volver.

- Tengo que marcharme ya. ¿Cuándo vienen los de servicios sociales?

- Dentro de unas horas.

- ¿Puedo darle mi número y me llama cuando sepa a qué orfanato la llevan?

- Supongo que no debería haber problema alguno.

Apuntó su número de teléfono en un papel y se lo dio al inspector. Se dirigió a la salida, cuando escuchó a alguien dar pasos pequeños pero rápidos, y después unos tirones en su pantalón.

- Señor Eraserhead, ¿Ya se va? - preguntó Shayumi.

- Sí, pero no te preocupes - se agachó para estar lo más cerca posible de su altura - Intentaré volver a visitarte pronto, te lo juro.

- ¿De verdad?

- Claro que sí, pequeñaja... - llevó una mano a su cabeza y removió sus cabellos, despeinándola - Nos vemos, ¿vale? Sé fuerte.

La pequeña asintió, Aizawa se levantó de nuevo y salió de la sala.

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Poco tiempo después, su amiga Nemuri les insistió en quedar a tomar algo, para ponerse al día de todo lo que les había pasado desde la última vez que se vieron. Quedaron en una cafetería llegando Shota y Hizashi primero, después Nemuri y por último Tensei, con un invitado especial.

- Perdón, no había nadie en casa y no podía dejar a Tenya solo - dijo con una sonrisa nerviosa, llevando al niño de la mano.

- No pasa nada - contestó Kayama, y se dirigió al niño - ¿Cómo has estado?

- Bien - contestó el niño - He decidido que de mayor seré un héroe, como Tensei y vosotros.

- Me alegro de oírlo - dijo Hizashi con una sonrisa.

Se pasaron un par de horas hablando sobre sus últimas misiones, anécdotas, recuerdos de cuando aún iban a la UA,... Yamada de vez en cuando le hacía carantoñas al pequeño Tenya para hacerle reír, pero solo conseguía hacerle mostrar una pequeña sonrisa. La escena enterneció a Aizawa, que no podía parar de plantearse algo desde hacía unos días.

En el camino de vuelta a casa, Hizashi no paraba de hablar de lo adorable que era Tenya.

- Hizashi, ¿Tú querrías tener hijos? - preguntó Shota.

- A ver, me gustaría ser padre - respondió - Pero teniendo en cuenta que no podemos ni casarnos, veo complicado que nos dejasen adoptar, así que me he hecho a la idea de no tener hijos...

El moreno miró a su novio a la cara, notando una pesadumbre en ella que le partió el corazón.

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Semanas después, Aizawa se acercó a la estación de radio en la que trabajaba Yamada a tiempo parcial, esperando encontrarle allí. Entró y la recorrió con la mirada, encontrando finalmente a su novio.

- 'Zashi, ¿Tienes un rato libre? - preguntó, llamando su atención.

- ¡Shota! ¿Qué haces aquí? - exclamó.

- Repito, ¿Tienes un rato libre?

- Ehm, sí, mi turno acaba de terminar.

- Perfecto, ven conmigo.

- ¿Dónde?

- Ya lo verás.

Salieron de la estación y subieron al coche de Shota, que empezó a conducir.

- ¿Puedes decirme a dónde vamos?

- No voy a decírtelo.

- Venga... Don't be mean... (No seas malo)

- He dicho que no - cortó - Es una sorpresa, espera a que lleguemos, ¿Vale?

- Entendido...

Después de conducir casi media hora, Aizawa paró el coche y bajaron.

- Shota, ¿qué hacemos en un orfanato?

- Quiero presentarte a alguien...

Entraron al edificio y caminaron hacia la recepción. Era un orfanato grande y relativamente moderno, con mucha seguridad.

- Buenos días, ¿En qué puedo ayudarles? - preguntó el recepcionista.

- Querríamos ver a Shayumi Okamoto - tomó la palabra Aizawa.

El recepcionista tecleó algo en su ordenador, y se giró hacia ellos.

- Lo siento, pero necesito identificación para dejarles verla.

- Soy Shota Aizawa, ya hablé con la directora para que me dejara pasar - explicó.

Volvió a mirar la pantalla, y abrió los ojos con sorpresa.

- Ya veo, perdón - se disculpó - Soy nuevo aquí, y no estaba enterado todavía. Vayan a la sala de visitas. Okamoto está en la hora de juego, pero ahora mismo la llevará alguna de las cuidadoras.

- Entendido.

Ambos se encaminaron hacia allí, pese a que Hizashi no acababa de comprender la situación. Se quedaron de pie en la sala, a la espera. Las paredes estaban pintadas de colores pastel, había una estantería con cuentos y una caja repleta de juguetes.

- ¡Señor Eraserhead! - gritó una vocecilla.

Se giraron hacia la voz, viendo como la pequeña Shayumi corría hacia el moreno.

- Hola, pequeñaja.

La niña saltó a sus brazos y él la agarró al vuelo. Shayumi reía levemente, cuando se dio cuenta de la presencia de Hizashi.

- ¿Quién es ese? - preguntó en voz baja, pegándose más al pecho de Aizawa para "ocultarse".

- Este es Hizashi Yamada, mi novio - explicó con la voz tranquila - Hizashi, esta es Shayumi Okamoto, la niña que encontré en una pared hace poco menos de dos meses.

- Hi, princess (Hola, princesa) - saludó él, moviendo la mano.

- ¿Tú también eres héroe? - volvió a preguntar la niña, esta vez a Yamada.

- Yes! (Sí) - exclamó - Yo soy Present Mic, el héroe de voz.

La niña se asustó un poco por el repentino entusiasmo del rubio, así que ocultó más su rostro en el pecho de Aizawa.

- Ey, no te preocupes... - trató de calmarla - Sé que puede parecer un poco loco, pero en realidad es muy bueno.

- I swear that I don't bite (Juro que no muerdo) - dijo de broma.

- 'Zashi, deja de hablar en inglés, no va a entenderte - le reprendió Shota.

- Sí que lo he entendido... - interrumpió Shayumi, llamando la atención de ambos - Aprendí inglés cuando viajábamos a los Estados Unidos por el trabajo de papá.

- Su padre era un cirujano con un kosei que le permitía reparar cualquier cosa, incluido a las personas. Por ello, era muy solicitado en operaciones complicadas y de gran importancia alrededor del mundo - explicó el moreno, y luego miró a la niña - ¿Vas a querer bajar?

Shayumi asintió y Shota la dejó en el suelo.

- Then, you speak English? (Entonces, ¿hablas inglés?) - preguntó Hizashi.

- Just a little bit... (Solo un poco) - respondió - But I can understand basic things (Pero puedo entender las cosas básicas).

- Oh por dios, ahora son dos... - se lamentó Aizawa, apretándose el puente de la nariz.

- What's the matter? (¿Qué pasa?) - preguntó la niña.

- He fakes that he's tired of me speaking English, but he actually likes it (Finge que está harto de mí hablando inglés, pero en realidad le gusta) - contestó el rubio.

Luego guiñó un ojo y se llevó un dedo frente a los labios, y Shayumi soltó una risita.

- Venga, dejad de reíros de mí - les interrumpió el moreno, y se agachó a la altura de la pequeña - ¿Cómo estás? ¿Te gusta este sitio?

- Más o menos... He hecho un par de amigos, pero supongo que me hacen menos caso porque ellos ya se conocen de antes... Así que la mayor parte del tiempo me quedo leyendo en los dormitorios.

- No pasa nada, acabarán haciéndote caso tarde o temprano - respondió - ¿Y las pesadillas? ¿Sigues teniendo?

- Siguen ahí... Algunos monitores me han reñido por despertar a compañeros de noche por mis gritos... - contestó, bajando la mirada para ocultar que empezaba a llorar, sin éxito - Pero no puedo evitarlo...

- Eh, eh, todo está bien... - tomó las manos de Shayumi - ¿Recuerdas de lo que hablamos la última vez? Los malos no te van a encontrar, te lo prometo.

La niña asintió, y una de las cuidadoras del orfanato llegó a la sala.

- El tiempo de visita ha terminado, tengo que llevarme a Okamoto.

- Pero ha sido muy poco tiempo... - se lamentó Shayumi.

- Volveré en dos semanas, ¿de acuerdo? - dijo el moreno - ¿Podrás esperar? ¿Serás fuerte por mí?

La niña asintió con la cabeza y se dirigió hacia la cuidadora.

- Adiós, señor Eraserhead - se despidió - Y adiós, señor Present Mic.

- Adiós, peque.

- Bye (Adiós).

Salieron todos de la sala de visitas, marchándose cada par por su lado. Ambos adultos salieron del edificio, pero no llegaron a acercarse al coche cuando Hizashi habló.

- ¿Puedo preguntar ya por qué me has traído?

- Verás... - suspiró - Cuando hablé con el inspector que lleva el caso de sus padres, me contó que Shayumi no podría tener una nueva familia debido al riesgo que ello supondría, ya que los villanos la buscan a ella. Pero estuve hablando con los servicios sociales, y me dijeron que si la adoptasen unos héroes, independientemente de su género, no habría tanto problema - explicó - Y cuando me dijiste que querías tener hijos, no pude evitar sentirme fatal, pero encontré una forma de solucionar ambos problemas.

- ¿A qué te refieres...?

- ¿Te parecería bien que adoptásemos a Shayumi?

Los ojos de Hizashi empezaron a aguarse.

- Sé que aún somos jóvenes, y que nuestro trabajo no es precisamente simple, pero confío en que podremos hacerlo. ¿Qué me dices...? - preguntó el moreno.

Sin mediar palabra, el rubio saltó sobre él, fundiéndose en un abrazo. Shota se sorprendió por tan repentino acto, y sintió algo mojándole el hombro.

- Gracias, gracias, gracias, gracias - susurró Yamada entre lloros, apretándole con fuerza - Claro que sí, Shota. ¿Pero estás seguro de que tú también quieres esto? No quiero forzarte si no quieres tener hijos...

- 'Zashi, no me estás forzando, quiero adoptarla contigo... Quiero que tengamos una familia juntos, y que ella sea feliz. No te lo había comentado aún porque quería que la conocieses sin la idea de adoptarla primero.

Cuando Yamada se hubo finalmente calmado, subieron al coche y volvieron a su apartamento. Durante el camino, Aizawa le estuvo explicando todos los procedimientos que debían seguir.

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Habían pasado un par de meses desde aquella visita. Ya lo habían aclarado todo para organizar sus turnos, siendo que las patrullas de Aizawa se reducirían exclusivamente a la noche y las de Yamada por la tarde, quedando ambos libres por la mañana.

Tenían una estabilidad económica decente, gracias a sus trabajos, y habían logrado encontrar una casa que podía cubrir sus necesidades, pero...

- Nos falta dinero... - se lamentó Hizashi.

- ¿No hay nada que podamos hacer? - preguntó Shota.

- Llevo muy poco tiempo en la emisora como para pedir una subida de sueldo tan grande, y trabajando a comisión, reducir nuestras jornadas no ayuda lo más mínimo - suspiró - ¿Y si...?

- No, ya sé por dónde vas - le frenó Shota - No vamos a pedirles dinero a Tensei y Nemuri.

- Pero es nuestra única opción... - se lamentó - Tampoco es como si pudiésemos pedirles el dinero que nos falta a nuestros padres...

Los padres de Aizawa habían cortado todo contacto y relación con su hijo poco después de su graduación en la UA, cuando les presentó a Yamada como su novio, y los de Yamada habían fallecido hacía poco menos de un año en un accidente de coche.

- Agh... ¿Qué hacemos...? - gruñó Aizawa.

- Podemos esperar un poco a tener algo más de dinero... - propuso Yamada - De todas formas, tampoco es como si otros pudieran adoptarla...

- No, no pienso retrasarlo - respondió el moreno - No quiero que Shayumi esté en ese orfanato más de lo necesario, no le gusta ese sitio...

- Entonces nuestra única opción, si no queremos endeudarnos enormemente con el banco, es hablar con Tensei y Nemuri.

Aizawa se quedó en silencio, debatiendo mentalmente "las opciones" que tenían, y acabó desistiendo. Un par de días más tarde consiguieron reunirse tanto con Iida como con Kayama. Estuvieron hablando durante un largo rato, hasta que finalmente Tensei decidió cambiar el tema completamente.

- Bueno, ¿Vais a decirnos por qué queríais quedar? - preguntó a los otros dos varones - Parecía que queríais algo.

- No es principalmente por lo que queríamos quedar, pero es "importante"... - explicó Shota.

- Estamos algo cortos de dinero ahora mismo, y necesitamos algo de ayuda - concluyó Hizashi - ¿Podríais dejarnos algo de dinero? Os lo devolveremos cuando podamos...

- Lo siento, chicos, pero no os puedo dejar nada... - se lamentó Nemuri - Los últimos meses no he conseguido mucho dinero, así que también voy algo justa.

- No tienes porqué disculparte, Nem'... - respondió Hizashi.

- Sabéis perfectamente que no tengo ningún problema en dejaros dinero - contestó Tensei con una sonrisa - ¿Pero puedo preguntar para qué lo queréis? ¿Es que os han subido el alquiler del piso?

- En realidad... - empezó a decir Shota, girando la cabeza para mirar a Hizashi con una leve sonrisa - Vamos a adoptar una niña.

- ¿¡Qué!? - exclamaron sus amigos al unísono, con los ojos como platos.

- ¿Es una broma? - preguntó Nemuri.

- Claro que no, idiota - rió Hizashi - Shou' y yo vamos a ser padres.

- Enhorabuena, chicos - dijo Tensei con una sonrisa - ¿Ya conocéis a la niña que queréis adoptar?

La pareja asintió.

- Por favor, decidme que tenéis alguna foto - suplicó su amiga.

- Creo que tengo una, espera - dijo el rubio, buscando su teléfono en sus bolsillos.

Cuando finalmente lo encontró, se puso a buscar en la galería hasta dar con la imagen que buscaba.

- Mirad, esta es de la última visita que hicimos al orfanato en el que está - dijo, enseñándoles la foto a sus amigos.

En la foto se podía ver a Shota con la niña en brazos, haciéndole carantoñas para que riera.

- ¡Madre mía, es adorable! - exclamó Kayama - ¿Cómo se llama? ¿Cuántos años tiene?

- Shayumi Okamoto - contestó Aizawa - Y tiene 5 años.

- ¿Okamoto? ¿Cómo el doctor que fue desintegrado junto con su mujer hace unos meses? - preguntó Iida.

Tanto Aizawa como Yamada asintieron.

- Creía que los medios de comunicación dijeron que la hija había desaparecido... - comentó Kayama.

- Ella era el objetivo de quién quiera que mató a sus padres, así que la tienen en un orfanato de máxima seguridad - explicó Aizawa.

Les contó toda la situación de Shayumi a sus amigos, desde cómo la encontró a los planes que tenían para adoptarla.

- Entonces, necesitáis el dinero para acabar de pagar la casa, porque los ahorros que teníais han ido a parar a la adopción en sí... - comentó Iida.

- No será mucho, y te lo devolveremos en cuanto podamos - respondió Yamada.

- ¿De qué hablas? No hace falta que me devolváis nada - dijo con una sonrisa - Hacéis algo muy bonito por esa niña, así que os ayudaré en todo lo que necesitéis. Además, lo que sea por mi futura "sobrina".

- Mil gracias, Tensei - dijo el rubio, con una enorme sonrisa.

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Varios meses después, Shayumi se encontraba en la sala de juego del orfanato, cuando una de las monitoras llamó su atención.

- Okamoto, ¿puedes venir un momentito? - le pidió.

La niña se acercó a ella, un poco extrañada.

- ¿Pasa algo? - preguntó la pequeña.

- Vamos a la habitación a recoger tus cosas, ¿Vale?

Shayumi asintió, aún sin entender qué pasaba, y ambas se dirigieron a la habitación que compartían las niñas. Tras recoger las pocas pertenencias de Shayumi, caminaron hacia la entrada del orfanato, pasando antes por delante de la sala de juego.

- Anda, despídete de tus compañeros - comentó la adulta.

Shayumi se despidió con la mano, y ambas reemprendieron la marcha.

- ¿Por qué me tenía que despedir? - preguntó la niña - ¿Me tengo que ir?

- Sí, Okamoto, te vas.

- ¿Es porque no me acabé la cena ayer? - insistió, asustada - ¿Es porque desperté la otra noche a Haruko y Oyumi por mis pesadillas? Prometo que no lo volveré a hacer, pero no me echéis...

- ¿Qué dices? - preguntó la monitora, riendo levemente - ¿Es que no te han dicho nada?

Finalmente llegaron a la recepción del orfanato, y Shayumi dejó caer sus cosas al suelo.

- ¡Señor Eraserhead! ¡Señor Present Mic! - exclamó, corriendo hacia ellos.

Aizawa se agachó para poder tomarla en brazos, y cuando volvió a incorporarse, Yamada revolvió con la mano el cabello de la niña.

- Hola, pequeñaja - saludó Aizawa con una leve sonrisa.

- ¿Qué hacéis aquí? - preguntó Shayumi - Aún quedaba una semana para vuestra visita, ¿No?

- La pobre se creía que la íbamos a echar de aquí - rió levemente la monitora - Pensaba que ella ya lo sabía.

- No queríamos contarle nada por si en el último momento nos rechazaban - suspiró Yamada.

- ¿El qué? - preguntó la niña, extrañada.

- ¿Te apetece venir a vivir con nosotros, princess (princesa)?

A Shayumi se le abrieron los ojos como platos, y empezó a asentir rápidamente con la cabeza.

- Creo que eso es un sí - dijo Aizawa, riendo levemente.

- Algún agente de los servicios sociales irá a visitaros sin avisar en el próximo mes, más o menos - explicó la monitora - Si en la revisión ve que todo va bien, os concederá la adopción.

- Todo irá bien... - declaró Yamada.

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Ya hacía un par de semanas que Shayumi vivía con Shota y Hizashi, y ahora que ya se iba acostumbrando a vivir con ellos, pensaron que sería buena idea presentarla a sus amigos tranquilamente.

- ¡Qué preciosidad! - chilló Nemuri - ¡Es súper mona!

Shayumi se giró hacia Shota alzando las manos, indicándole que quería que la cogiera en brazos.

- Nemuri, la has asustado - suspiró Shota, agarrándola y levantándola.

- Eres demasiado enérgica - rió Tensei, y se acercó a la niña - Hola, Shayumi. Me llamo Tensei, y ella es Nemuri. Nos alegramos mucho de conocerte al fin.

- Shota y Hizashi nos han hablado muchísimo de ti - dijo Nemuri - Ya teníamos ganas de verte.

- Intentad estar relajados ante ella, se pone muy nerviosa con los desconocidos - comentó Hizashi.

- Pues menos mal que te conoce de hace tiempo, porque si no, ni se te acercaría ahora mismo - rió Nemuri.

- Ey, no seas mala con el señor Present Mic - dijo Shayumi, con una expresión de tristeza.

- Oish, mi princesa me defiende - comentó Hizashi, enternecido - ¿Vienes conmigo?

Shayumi asintió, y Hizashi la tomó en brazos. Los 4 adultos y la niña se dirigieron a una cafetería, y se sentaron en una de las mesas.

- Tienes un pelo muy bonito, Shayu' - comentó Nemuri - ¿Me dejas hacerte una trenza?

Shayumi asintió, aún algo dubitativa, y se dejó hacer.

- ¿Vosotros también sois héroes? - preguntó la niña.

- Sip - respondió Nemuri - Mi nombre de heroína es Midnight.

- Y el mío es Ingenium - contestó Tensei.

- Ingenium... - susurró Shayumi - ¡Creo que había un muñeco de Ingenium donde vivía antes! ¡Parecía un caballero de cuento de hadas!

- Sí, ese soy yo - respondió Tensei, riendo.

Siguieron hablando un rato, consiguiendo hacer reír a Shayumi en varias ocasiones.

- Mira, ya está - habló Nemuri, soltando el pelo de la niña y haciéndole una foto a la trenza - ¿Qué te parece?

- ¡Es muy bonita! - exclamó al ver la foto - ¡Gracias, señorita Midnight!

- De nada, bichito - respondió ella, con una sonrisa.

- Por favor, no la llames así... - suspiró Hizashi, al que le había dado un escalofrío solo de pensar en bichos.

Todos se echaron a reír, menos el rubio, ante aquello.

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Varios meses después de la revisión de los servicios sociales, Shayumi Aizawa se levantó de su cama a principios de la noche y caminó hacia el salón.

- Señor Mic... - llamó al adulto, que se encontraba en el sofá mirando el televisor.

- Shayu', ¿Qué pasa? ¿Por qué no estás durmiendo?

- He tenido una pesadilla... - comentó la niña, conteniendo unas lágrimas.

- No, princesa, no me llores... - susurró Mic - Mira, quédate aquí conmigo y esperamos a que Shota vuelva de patrullar juntos. ¿Te parece bien?

Shayumi asintió con la cabeza y se sentó sobre el regazo del joven adulto, apoyando también su cabeza en el pecho contrario. Hizashi empezó a acariciar su pelo lenta y tranquilamente, al tiempo que canturreaba canciones de cuna en voz baja.

Para cuando Aizawa volvió a casa eran las 04:00 de la madrugada, y lo que se encontró al llegar le enterneció el corazón: Hizashi y Shayumi acurrucados en el sofá y durmiendo tranquilamente. Suspiró profundamente, y con mucho cuidado trató de tomar a la niña en brazos para llevarla a su cama. Estaba a punto de dejarla, pero la niña se empezó a despertar un poco.

- Has vuelto... - susurró Shayumi, medio dormida - ¿Dónde está papá-'Zashi...?

El Aizawa adulto se sorprendió ante la forma en que la niña se refirió a Hizashi, pero ese no era el momento de echarse a llorar por la ternura.

- Está en el sofá, también lo llevaré a su cama ahora - contestó - Toca seguir durmiendo. ¿Vale, pequeñaja?

Dejó a Shayumi sobre su cama y la arropó.

- Está bien... - susurró - Buenas noches, papá-Shou'...

Esta vez se le paró el corazón durante un segundo.

- Buenas noches, Shayu'... - susurró, con la voz rota.

Se marchó de la habitación de Shayumi y volvió al salón para despertar suavemente a Hizashi.

- Mhm, ¿qué pasa...? - preguntó el rubio, despertándose - ¿Dónde está Shayu'?

- La he llevado a su cama... - explicó - Nos ha llamado "papá-'Zashi" y "papá-Shou'"...

- ¿N-nos considera sus padres? - preguntó Hizashi, al borde de las lágrimas.

Shota asintió y ambos se abrazaron con fuerza. Eran una familia feliz.

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