91.- Nochevieja

La mañana de Nochevieja, Izuku y yo nos despertamos en mi cama con el sonido de la alarma.

- Buenos días... - dije bostezando.

- Buenos días, preciosa.

Me besó suavemente en los labios, y correspondí al instante.

- ¿Cuándo te vas? - pregunté cuando nos separamos.

- Creo que en una hora, más o menos... Pero ya tengo la mochila casi preparada del todo, así que estoy bastante tranquilo.

- Igualmente deberías levantarte para ir a la ducha.

- Tienes razón - rió.

Se levantó de la cama y empezó a recoger su ropa para vestirse. Se estaba acabando de poner la camiseta, cuando:

- Se me acaba de ocurrir algo - rompió el silencio.

- ¿El qué?

- ¿Y si vinieras a mi casa? Así sales de la UA, tenemos un día normal y tranquilo, conoces a mi madre,...

- ¿Pero a ella no le molestará?

- ¡Para nada! Es más, le encantaría conocerte. ¿Qué te parece?

- Es genial. Eres genial.

Me lancé a abrazarle, me levantó del suelo rodeando mi cintura con sus brazos y empezó a dar vueltas.

- Pero, mis padres... Tengo que hablar con ellos.

- Pues cámbiate rápido y vamos.

Asentí con una sonrisa, me vestí con lo primero que vi y salimos de mi habitación. Salimos del edificio y nos dirigimos a la residencia de los profesores. Una vez entramos, encontramos a mis padres en la cocina, desayunando.

- Good morning! (Buenos días) - les saludé.

- 'Morning (Buenos días) - respondió Hizashi.

- ¿Qué hacéis aquí vosotros dos? - interrogó Shota.

- Pues... Es que Izuku me ha ofrecido que vaya a pasar el día a su casa. ¿Puedo, por favor?

- Por mí, de acuerdo - dijo Hizashi.

- No - sentenció Shota.

- ¿Qué? ¿Por qué?

- ¿Debo recordarte que hace unos meses te secuestraron? ¿Y que hace menos, te enfrentaste a una yakuza? - preguntó - Además, no te olvides de las pesadillas y los ataques de ansiedad.

- Pero...

- Nada de peros, no te vas a ir.

- Shota, creo que estás siendo un poco... - intentó decir Hizashi.

- No estoy siendo nada. Está más segura aquí.

- ¡Estoy cansada de estar aquí! Desde que nos mudamos, solo he salido de la UA para el examen de licencia provisional, las prácticas con FatGum y la misión para rescatar a Eri. ¡Y mañana volvemos a las prácticas! Solo quiero pasar un día fuera, sin tener que preocuparme por eso.

- No le vendrá mal cambiar de aires, Shou'... Deja que se vaya, es solo un día, e igualmente no íbamos a poder estar con ella.

- Además, mi madre estará en casa, y tenemos tanto los números de la UA, de la policía y los suyos en el marcado rápido - añadió Izuku.

- ¿Seguro que tu madre estará?

- Puedo llamarla ahora y se lo asegurará ella misma - dijo, sacando el teléfono.

- Me parece bien - afirmó.

Izuku llamó a su madre, y la puso en altavoz.

- ¡Mamá, buenos días! - saludó.

Buenos días, Izuku. ¿Por qué llamas tan pronto? ¿Acaso no vas a venir? -

- ¡No, claro que iré! Pero estaba pensando en si Shayumi podría venir a casa estas fiestas, y Aizawa-sensei quiere asegurarse de que no estaremos solos.

- ¿Es así? - preguntó Shota.

Saludos, Sr. Aizawa. Y sí, estaré en casa, no se preocupe. Shayumi no correrá ningún peligro, les tendré vigilados -

- Gracias, eso quería saber.

- ¡Genial! Nos vemos en un rato - exclamó Izuku - ¡Hasta luego!

Colgó la llamada, y miré a Shota.

- Entonces... ¿Puedo ir?

Suspiró.

- Está bien... Pero me avisáis en cuanto lleguéis. E Ishiyama está asignado a acompañaros hasta allí.

- ¡Gracias, gracias, gracias!

Le abracé con fuerza, luego a Hizashi. Cogí a Izuku de la mano y tiré de él para salir corriendo hacia los dormitorios. Cada uno nos dirigimos a nuestras habitaciones para acabar de prepararnos.

Después de una ducha, metí en una mochila el uniforme de la academia, las cosas de aseo, el pijama y un par de prendas más por si acaso. Me puse un jersey blanco de cuello alto, una falda de pana marrón con un cinturón negro, unas medias y unos botines marrones. Me peiné la raya en medio, tomé unos mechones de los lados para atarlos por detrás de la cabeza y los aseguré con unos accesorios negros con brillantes dorados para el pelo. Cogí la mochila, poniéndomela sobre el hombro, y bajé de nuevo a la sala común. Cuando llegué, Izuku estaba junto a la puerta, revisando el móvil.

- ¿Nos vamos? - pregunté, llamando su atención.

- Sí, claro, ahora mismo... - me miró de arriba a abajo, sonrojándose - Estás preciosa...

- Gracias... - ahora era yo la que estaba sonrojada - Quería causarle una buena impresión a tu madre...

- Pues me la has causado a mí - respondió - Cementoss ya debería estar fuera esperando para acompañarnos.

- Está bien - dije con una sonrisa.

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Finalmente llegamos frente al edificio en el que vivía Izuku. Nos despedimos de Cementoss y subimos, quedando frente a la puerta de su casa.

- ¿Estás bien? - preguntó - Te tiemblan las manos...

- Estoy un poco nerviosa - confesé - Tengo miedo de no gustarle a tu madre...

- Le vas a encantar - contestó, apretando mi mano.

Llamó al timbre, y al cabo de unos segundos, la puerta se abrió. Una mujer de baja estatura con el pelo y los ojos verdes se encontraba al otro lado del umbral, con una sonrisa.

- ¡Izuku! ¡Cuánto me alegro de verte! - se lanzó a abrazarle, al borde de las lágrimas.

- Yo también me alegro, mamá, te echaba de menos - contestó, correspondiendo al abrazo, y después de unos segundos se separaron - Bueno... Esta es Shayumi Aizawa.

- Un placer conocerla, Sra. Midoriya - saludé, haciendo una pequeña reverencia.

- ¡Aish, qué educada! ¡Y eres más guapa que en las fotos que me mandaba Izuku! - exclamó - Por favor, llámame Inko.

- Está bien - contesté con una sonrisa.

- Por favor, pasad y poneos cómodos. Shayumi, puedes dejar la mochila en la habitación de Izuku.

Entramos en el apartamento e Izuku me guió hacia su habitación para dejar las cosas.

- Me extraña que no esté cubierta de posters de All Might - comenté, riendo levemente.

- Se llevó la mayoría de los posters de All Might y las figuras de acción a la UA - explicó Inko - Mi pequeño Izuku es incapaz de separarse de esas cosas.

- ¡Mamá! - se quejó, sonrojado.

Salimos de la habitación y nos dirigimos a la sala de estar.

- ¿Os apetece un té? - preguntó la mujer.

- Si no es mucha molestia, por supuesto - contesté.

Se marchó a la cocina mientras Izuku y yo nos sentamos en el sofá de la sala.

- ¿Ves como no había nada de qué preocuparse? - susurró Izuku.

- Tú tampoco eres el mejor ejemplo de la despreocupación - reí.

Poco después Inko vino al salón, dejando una bandeja con 3 tazas y una tetera sobre la mesa, y se sentó al otro lado de esta.

- Por curiosidad, ¿Cuánto lleváis ya juntos? - nos preguntó.

- Pues, si empezamos a salir a mediados de agosto... - empezó Izuku.

- 4 meses y medio, ¿no? - finalicé.

- Exacto - afirmó.

Me dio un beso en la sien, y no pude evitar sonrojarme levemente.

- ¡Sois súper adorables! - exclamó Inko, casi al borde de las lágrimas - Shayumi, háblame de ti. ¿Tienes hermanos?

- Recientemente mis padres han adoptado a una niña - respondí con una sonrisa - Se llama Eri, la rescatamos hace poco en una misión. La verdad es que Izuku hizo un trabajo increíble allí.

- No es para tanto... - dijo Izuku, nervioso.

- ¡Pero si os admira más a Togata y a ti que a mí! - reí - Es una niña monísima, tiene 7 años, el pelo blanco y los ojos de un tono rojo precioso... Es un angelito.

- Me habría encantado que Izuku tuviera un hermanito o hermanita, la verdad - comentó Inko - Siempre pensé que quizás así no estaría tan solo. Pero su padre nunca está en casa, y ya me costaba criar a Izuku por mi cuenta, así que desistí.

- Ya no está solo, todos sus amigos estamos ahí para él siempre que lo necesite.

- Me alegra saber eso - dijo con una sonrisa.

Seguimos hablando los 3 durante un par de horas, hasta que llegó la hora de comer. Después de eso, me ofrecí a ayudar a Inko a limpiar los platos, mientras Izuku buscaba una película para ver.

- Sabes, estoy muy agradecida con que mi pequeño Izuku te haya conocido - dijo Inko de la nada.

- ¿Por? - pregunté.

- No ha tenido muchos amigos a lo largo de su vida, así que no me hablaba de nadie. Pero el día que le dieron la carta de admisión a la UA, no paró de hablar de lo mucho que deseaba volver a verte allí. Estuvo días hablando de lo buena que habías sido con él, de lo genial que eras y de que ojalá pudiera haberte dado su número - explicó, y me sonrojé - El primer día de clase llegó con una sonrisa, y cuando me dijo que había vuelto a verte, le brillaban los ojos. Le has dado confianza en sí mismo, y la capacidad de abrirse a los demás. Con todo esto quería decirte... Bueno, bienvenida a la familia.

- Muchas gracias - respondí, al borde de las lágrimas.

- Creo que ya tengo la película - dijo Izuku en voz alta para que le oyéramos, y se fijó en mí - 'Yumi, ¿estás bien?

- S-sí, perfectamente - respondí.

Me acerqué a él y le di un beso en los labios, cosa que le sorprendió un poco, pero correspondió en seguida.

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Ya después de cenar, Izuku y yo le pusimos al día de los acontecimientos que habían tenido lugar en la UA.

- ... pero de alguna forma pudimos solucionarlo gracias a Uraraka y Shinso! ¡Y entonces...! ¡Un poder increíble...! - decía Izuku, explicando nuestra batalla de 1A vs 1B - ¿Mamá?

- Escuchar todo esto en persona me está dando taquicardias... - sollozó, casi desvanecida.

- La estás asustando, Izu'... - suspiré.

- ¡Mamá! - exclamó, preocupado.

Pareció relajarse tras beber un poco de té, e Izuku rebuscó algo en sus bolsillos.

- ¿Te acuerdas de Eri, no? La hermana de Shayumi. Me ha escrito esta carta, ¿no es increíble? - dijo, sacándola.

- Lo dicho, le admira más a él que a mí - reí - Apenas está aprendiendo el abecedario, pero aún así le ha escrito una carta.

- No pude hacer mucho por ella, - continuó Izuku - pero aún así, dio lo mejor de sí y me escribió esta carta. ¡Es impresionante!

Inko rompió a llorar, y me quedó más que claro de dónde le venía a Izuku el llorar a mares.

- ¡Aaah, espera! - exclamó Izuku - ¡Tus lágrimas se van a filtrar al apartamento de debajo, el de la familia Koike!

Poco a poco sus lágrimas fueron calmándose, e Inko volvió a hablar.

- Desde que eras pequeño siempre copiabas a All Might... Siempre intentabas ayudar a los necesitados, y volvías cubierto de moratones... Y ni siquiera tenías un kosei... Es por ello que siempre pensé que debía estar ahí para protegerte, Izuku... Llevo mucho tiempo con ese pensamiento. Pero por alguna razón, cuando te miro ahora... Ya no me siento preocupada.

Esta vez fue Izuku quien rompió a llorar, tanto que las ventanas se rompieron por la presión de las lágrimas.

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Por fin, las 00:00 del 1 de enero del nuevo año llegaron, e Izuku y yo nos encontrábamos fuera del apartamento, apoyados en la barandilla y viendo los fuegos artificiales.

- Feliz año, Izu' - dije en voz baja.

- Feliz año, 'Yumi - respondió.

Me incliné levemente para besarle suavemente, y después apoyé mi cabeza en su hombro.

Fue una buena forma de empezar el año.

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¡Gracias por leer!

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