71.- Un paso más

Después de otro largo día de clases, finalmente llegó el sábado. Toda la clase se encontraba esparcida por la residencia, organizando cada parte del concierto. Me encontraba dentro del edificio, sentada en una mesa con Sero, Kirishima, Todoroki y Koda, cuando escuché un grito fuera. Miré por la ventana y me levanté corriendo.

- Aizawa, ¿Qué haces? - me preguntó Todoroki.

- ¡Eri está fuera! - exclamé mientras me iba.

Salí del edificio y me acerqué a ella. Estaba junto a Shota y Togata. Tsuyu, Uraraka e Izuku se habían aproximado también.

- Hola, Eri - saludé, agachándome a su altura.

- Tú... Tú estabas con Lemillion y Deku... - comentó.

- Exacto - respondí con una sonrisa - Me llamo Shayumi. Es un placer verte.

- Asegúrate de que no se asuste ni entre en pánico - avisó mi padre a Mirio - Queremos que dé una vuelta por las instalaciones para que se acostumbre.

- ¿Entonces vendrá al Festival Escolar? - pregunté.

- El director Nezu ha accedido, por lo que sí - afirmó.

Iida y Mineta se acercaron a nosotros, y Eri se ocultó tras Mirio.

- Eri... ¡La niña de las prácticas! - cayó en cuenta Tenya - Yo soy Iida, gusto en conocerte.

- Mi nombre es Mineta - se presentó el otro - Estoy ansioso por verte de aquí a 10 años...

Agarré a Mineta del pescuezo y lo lancé contra los arbustos.

- Puto salido... - mascullé en voz baja.

- Eres bastante tímida, ¿No es asi? - se giró Togata para hablar con Eri, y luego miró a Izuku - Bueno, yo voy a dar una vuelta con Eri por toda la UA. ¿Te apetece venir, Midoriya?

Kirishima salió del edificio y se acercó, emocionado al ver a Eri.

- ¡Ey, ey, ¿Sabes quién soy?! - exclamó.

Eri se escondió más tras Togata, y Ashido decidió hacer un descanso para el grupo de baile. Poco después, Izuku, Eri y Togata se marcharon.

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- Es la única opción, ¿Verdad? - pregunté.

- Si la hay, aún no la hemos encontrado - concluyó Kirishima.

- Crap... (Mierda) - mascullé.

Había pasado ya una semana desde que Eri nos visitó, y los del equipo del escenario nos dimos cuenta de un problema respecto al papel de Aoyama en el concierto. Estando en clase, Ashido se acercó a Izuku, con una expresión seria.

- Midoriya... Estás fuera - sentenció.

El rostro de Izuku se tornó pálido, y sus ojos habían crecido del asombro.

- ¡Estás fuera! - volvió a exclamar - ¡Con lo que me refiero a que has sido desplazado al equipo del escenario, porque necesitan más manos!

- Pero... ¿Por qué yo...? - preguntó - Le prometí a Eri que estaría bailando sobre el escenario...

- Necesitamos que alguien fuerte mantenga en movimiento a Aoyama mientras sea una "bola de discoteca" - expliqué - Pero todos los del equipo del escenario estaremos enfocados en otras tareas en ese momento, por lo que necesitamos manos extra.

- ¡Mi transformación de bailarín a bola de discoteca es al principio! - dijo Aoyama - Mi nueva técnica "Laser Buffet" también puede controlarse a distancia. ¡Una tarea a mi medida! Lo ideal sería que entonces te separases de los bailarines para ayudarme.

- Entonces, mi tiempo en la pista de baile será realmente breve... - concluyó Izuku.

- ¡Tío, lo sentimos! Es una mierda que hayas practicado tanto para nada, pero... - se disculpó Kirishima - ¡De verdad que necesitamos esa ayuda!

- Haría que toda la producción fuera mejor - añadí - Dar más movimiento a Aoyama mantendría más el ánimo que solo dejarlo colgando.

- Hmm... Siempre que pueda bailar un poco, no es como si no estuviera manteniendo mi promesa con Eri... - comentó - El show debe continuar, supongo... ¡Está bien, lo haré!

- Merci! (Gracias)

- ¡Muchísimas gracias! - exclamé.

- ¡Eres un verdadero hombre entre hombres, hombre! - dijo Kirishima.

- ¡Y es perfecto porque tú y Aoyama habéis estado siendo muy amigos últimamente! - observó Ashido.

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Después de clase estuvimos arreglando todos los cambios necesarios y siguieron practicando. Cuando todos hubimos terminado por ese día, Izuku y yo subimos a mi cuarto. Izuku se sentó en uno de los asientos que había junto a la mesita en el suelo de la habitación, y yo me quedé en el suelo con la espalda pegada a la cama.

- ¿De verdad que no te importa no estar bailando durante todo el acto? - pregunté.

- Le prometí a Eri que bailaría - contestó - Mientras eso se mantenga, no hay problema.

- Está bien... ¿Qué quieres hacer?

Su mirada recorrió mi habitación, como si estuviera buscando algo, hasta que vio la guitarra y la agarró.

- Quiero oírte cantar - dijo mientras me la tendía - Sin el escándalo de nuestros compañeros, o sin las lágrimas trabándote.

- ¿Q-qué? N-no sé si es una buena idea...

- Venga, por favor... - suplicó.

- Pero no canto tan bien como Kyoka, voy a decepcionarte...

- Eso me da igual, yo quiero escucharte a ti...

Me puso ojos de cordero degollado, y maldije al karma por todas las veces que había usado yo esa estrategia con mis padres. Intenté negarme, inútilmente, y tomé la guitarra.

- Está bien... - suspiré - ¿Qué canción?

- La que tú quieras - respondió con una sonrisa.

Suspiré y empecé a cantar, pulsando las cuerdas de la guitarra suavemente.

Wise men say only fools rush in
But I can't help falling in love with you
Shall I stay?
Would it be a sin
If I can't help falling in love with you?

Like a river flows surely to the sea
Darling so it goes
Some things are meant to be

Take my hand, take my whole life too
For I can't help falling in love with you

Like a river flows surely to the sea
Darling so it goes
Some things are meant to be

Take my hand, take my whole life too
For I can't help falling in love with you
For I can't help falling in love with you

Dejé de cantar, mientras hacía un fade out con la guitarra, aún sin levantar la vista de la caja.

- Ya está, ¿Contento? - dije nerviosa.

- ¡Ha sido genial! - exclamó - Tienes una voz preciosa.

- Eso solo lo dices porque me quieres... - contesté inflando las mejillas, sin atreverme a mirarle a la cara.

- No te quiero. Te amo - finalizó, con una suave sonrisa.

Mi rostro se tornó rojo al instante, y lo miré sorprendida.

- A-ah, p-perdón - rió nerviosamente, ocultando la cara tras sus manos - ¿E-es muy pront-to? Quizás no debí haberlo dicho...

Me incliné hacia delante, dándole un pequeño puñetazo en el hombro.

- Eres un idiota... - susurré - Yo también te amo...

Suspiró, relajado, y bajó los brazos.

- Seré un idiota, pero soy TU idiota - dijo acercándose.

Unimos nuestros labios en un dulce beso, de esos que tanto me gustaban. Sentí como quitaba la guitarra de sobre mis piernas, y la dejaba algo apartada.

- Sí, eres MI idiota - contesté cuando nos separamos - A veces siento que no te merezco...

- No digas eso... - dijo acariciando mi mejilla - Eres increíble, que no te quepa duda. Y si vuelves a decir algo como eso, yo mismo me aseguraré de que te arrepientas.

- ¿Y qué harás para evitarlo? - pregunté.

- Haré... ¡Esto! - exclamó abalanzándose sobre mí.

Sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo, ejerciendo una pequeña presión en algunas zonas, haciéndome cosquillas.

- ¡N-no hagas es-so Izuku! - dije entre risas - ¡P-para!

Forcejeé un poco hasta que pude escapar de él y subí a la cama para huir, pero Izuku me siguió, acorralándome y haciéndome cosquillas de nuevo. Me retorcía, buscando evitar el contacto, hasta quedar tumbada en la cama.

- ¡Izuku, te lo suplico, para! - imploré, con lágrimas en los ojos, causadas por la risa.

Me soltó, pero se posicionó sobre mi, sin apoyar su peso sobre mi cuerpo, con un brazo suyo apoyado junto a cada lado de mi cabeza.

- Estoy tan enamorado de ti... - susurró, mirándome a los ojos.

-Y yo de ti... - contesté.

Volvimos a juntar nuestros labios, en un beso que se tornaba más cálido por momentos. Cerré los ojos y me dejé llevar. Los labios de Izuku se deslizaron por mi mejilla y mi mandíbula, para acabar en mi cuello. Pasé mis manos por su cabello, acercándolo más a mí, mientras él repartía pequeños besos por mi cuello, causando que soltara suspiros.

- Izu- - suspiré su nombre, pero un ruido me interrumpió.

- Shayu', tienes que entrenar con Shi- exclamó Hizashi, mientras abría la puerta de golpe.

Aparté a Izuku de encima mía tan rápido como pude, tirándolo de la cama. Él se quedó en el suelo, anonadado y terriblemente sonrojado, no sabía a dónde mirar. Hizashi simplemente observaba la escena, con un semblante algo divertido.

- Well... Your dad had to go on an extra patrol, so you'll have to take care of the "special training". (Bueno... Tu padre ha tenido que hacer una patrulla extra, por lo que tendrás que encargarte del "entrenamiento especial")

- Y-yeah, of course... (S-sí, p-por supuesto) - tartamudeé, apartando la vista.

- Go to "Gym Gamma"' as soon as you can. Oh, and for next time, lock the door, or anyone could enter (Ve al "Gimnasio Gamma" en cuanto tú y Midoriya os vistáis. Ah, y para la próxima, cerrad la puerta con llave, o cualquiera podría entrar) - dijo con una media sonrisa.

Se dio la vuelta, salió de la habitación y cerró la puerta tras de sí.

Miré a Izuku, que también me miró a mí. Analicé la situación: Hizashi había abierto la puerta de mi cuarto, encontrándonos a mí y a mi novio en la cama, él encima de mí, besándonos. Una risa nerviosa escapó de entre mis labios, contagiando a Izuku. A los pocos segundos, tratábamos de contener las lágrimas.

- No me puedo creer lo que acaba de pasar - dije entre risas.

- Buah, ha sido muy incómodo - añadió él - Menos mal que no ha sido Aizawa-sensei, él hubiera reaccionado peor.

- Ni lo dudes - solté una carcajada - Bueno, creo que debería irme...

- Cierto.

Izuku se levantó del suelo, y yo busqué algo de ropa deportiva que ponerme para entrenar con Shinso. Me acerqué a él, abrazándolo y hundiendo mi rostro en su cuello.

- Es una pena que te tengas que ir... - susurró - ¿Volverás para la cena?

- Eso espero - besé sus labios suavemente - Nos vemos después.

- Hasta luego... - dijo, besando mi frente.

Nos separamos, e Izuku se dirigió a la puerta. Me dedicó una última sonrisa y se fue.

- ¿Qué demonios acaba de pasar? - suspiré, dejándome caer sobre la cama.

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~ Narrador: Midoriya ~

Salí de la habitación de Shayumi, dispuesto a dirigirme a la sala común, pero me encontré de cara con PresentMic.

- ¡S-sensei! N-no sabía que usted seguía aquí - hablé.

- Midoriya, dejémonos de formalidades - dijo - A juzgar por lo que me he encontrado hace un momento, diría que vuestra relación va bastante bien. No me molesta que os pongáis íntimos, después de todo, es su vida y debe vivirla como ella quiera.

Yo estaba paralizado, no sabía si debía tranquilizarme por sus palabras o, sin embargo, asustarme.

- Pero es mi hija, y aunque Shota no te lo diga, yo soy más dado a expresarte mi opinión a la cara. Como le hagas el más mínimo daño a Shayumi, sea lo que sea, pienso retarte a una batalla de karaoke y destrozarte los tímpanos - sentenció - ¿Lo pillas?

- S-sí, señor - respondí.

- Bien... - se giró y empezó a marcharse - Nos veremos en clase.

Vi como se alejaba, y sentí que mi alma volvió a mi cuerpo.

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~ Narradora: Shayumi ~

Todavía podía sentir los labios de Izuku recorriendo mi cuello y sus manos acariciando mi cuerpo, haciendo que mi corazón latiera a mil por hora. Me cambié de ropa, una camiseta blanca, una chaqueta negra y un pantalón militar. Cogi mi arma de captura y me dirigí al "Gimnasio Gamma". Una vez allí, me encontré a Hitoshi dando vueltas al trote por el gimnasio.

- Buenas tardes - saludé, llamando su atención.

- ¿Shayumi? ¿Qué haces aquí? - preguntó, sin dejar de correr - El entrenamiento de hoy es con Aizawa-sensei.

- Ha tenido que salir de patrulla, así que hoy me encargo yo - expliqué - ¿Acaso te molesta?

- Sabes que no - rió.

Dio una vuelta más y dejó de correr, caminando hacia mí.

- ¿Qué teníais pensado para hoy? - pregunté.

- Combate cuerpo a cuerpo.

- Entendido, te dejo unos minutos para descansar y empezamos, ¿De acuerdo?

Asintió con la cabeza, agarró una toalla que había junto a su bolsa y se quitó el sudor de la cara y el cuello. Sin tan siquiera avisar, lanzó un puñetazo hacia mi rostro, pero lo paré con la mano en el último momento.

- Buen comienzo, pero predecible - contesté, y lo solté.

Nos pusimos a pelear al momento. Shinso había mejorado, pero no lo bastante como para vencerme todavía. Al cabo de unos 10 minutos, tras asestarle un golpe en el estómago, le di una patada en la pierna y le hice caer de espaldas.

- Me rindo, me rindo... - masculló entre jadeos.

- Nada mal, Hitoshi - comenté mientras le tendía el brazo.

- Tsk, no puedo decir lo mismo de ti - dijo, y tiró de mí para levantarse.

- ¿Cómo?

- O no has peleado en serio, o has empeorado.

- ¿Y tú qué sabes?

- Venga, te vi en el Festival Deportivo, y peleé contra ti hace unos meses.

- En aquella pelea apenas durante dos minutos.

- Está bien, lo dejo estar.

El resto del entrenamiento estuvimos repasando movimientos, ganchos, patadas,... De vez en cuando tenía que corregirle una postura, o hacer que las usara contra mí para practicar. Después de unas horas, dejamos el "Gimnasio Gamma", y volvíamos de camino a nuestras respectivas residencias, hablando sobre más entrenamientos, el inminente Festival Escolar, u otras cosas.

- Shayumi, antes de que te vayas... - dijo cuando íbamos a separarnos.

- ¿Sí? ¿Pasa algo? - pregunté.

- Tal vez no sea un buen momento, pero da igual... Hace ya un tiempo que nos conocemos, y últimamente no he podido evitar verte como algo más que una amiga...

- Hitoshi... - suspiré.

- Lo que quiero decir es que me gustas, y también preguntarte si querrías salir conmigo.

Estaba muy sonrojado, y a duras penas me mantenía la mirada.

- Yo... Me halagas, pero no puedo corresponderte.

- ¿P-por qué? - preguntó.

Se le notaba en el rostro que estaba dolido.

- Mira, eres un chico increíble, y un gran amigo, pero... Ya está... Solo te veo como un amigo...

- Ah, bueno... Me temo que imaginé señales donde no las había...

- ¿Te importa que nos quedemos como amigos?

- S-sí, claro... Nos vemos... - se despidió y se marchó por su lado.

- Adiós... - respondí.

No le había mentido, pero tampoco quería contarle que estaba saliendo con Izuku. A parte de porque no estaba mentalmente preparada para que más gente lo supiera, porque no quería causar más tensiones para cuando Shinso pasase al Departamento de Héroes. No tenía buena relación con ninguno de los del departamento a parte de mí, y en el caso de que viniera a nuestra clase, no quería dificultar más las cosas metiendo más asperezas...

Llegué a la residencia, todos se encontraban cenando ya en el comedor de la zona común. Izuku y Uraraka me hicieron señales desde la mesa para que fuera con ellos.

- Lo siento, no tengo hambre... - negué y me fui a mi cuarto.

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¡Gracias por leer!

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