- ¡Mirad esto! - exclamó Mina - ¡Mirad! ¡Mirad!

Mientras esperábamos a que empezase la tutoría, Mina se puso a un lado del aula, llamando nuestra atención. Se lanzó contra el suelo dando una voltereta en el aire, para luego ponerse a girar sobre sí misma en el suelo, alternando los focos y pesos. Hanta, Toru y yo nos pusimos a animarla, mientras Aoyama y Mineta hablaban por un lado.

- Así que su hobby es bailar, ¿No? - preguntó Aoyama, levándose una mano al mentón.

- ¿¡Qué sentido tiene la falda si debajo vas a llevar mallas cortas!? - exclamó Mineta.

- Para que los pervertidos como tú no le vean las bragas - respondí, encogiéndome de hombros.

- Así que el increíble control que tiene Ashido sobre su cuerpo procede de la danza... - observó lzuku, sacando su libreta de apuntes - Utiliza todo su cuerpo en cada acción.

- Nunca podré olvidar cómo quemó mi capa en nuestro primer entrenamiento de combate... - suspiró Aoyama.

- Me pregunto si podría hacerlo... - comentó lzuku.

- ¡Pídele que te enseñe! - propuso Denki, con su típica sonrisa.

- ¡Sí, chaval! - gritó Mina, cruzando los brazos sobre su pecho - ¡Vamos a bailar!

- Uh... Um, sí - respondió Izuku, nervioso - ¡Por favor, enséñame cómo!

Mina intentaba enseñar uno de los pasos básicos de break dance, e Izuku y Aoyama la imitaban como bien podían. Ante la escena, no pude evitar soltar una risa.

- Aoyama le está poniendo demasiada fuerza, e Izuku está muy rigido - reí, afectada por el rostro del peliverde.

- Shayumi, ¿Tú sabes de baile? - me preguntó Mina.

- Algo de danza urbana sé - respondí con una media sonrisa - Solo conozco lo básico.

- Es como Sato con sus dulces. ¡Es genial cuando tus hobbies resultan útiles para las actividades heroicas! - comentó Denki, refiriéndose a Mina y el baile, y se giró hacia Kyoka - Hablando de hobbies, ¿Cuáles son los tuyos, Jiro?

- ¡Hey, déjame en paz! - chilló como respuesta.

- Tu habitación parecía una tienda de instrumentos - prosiguió, haciendo caso omiso - Hasta diría que es más que un hobby para ti.

- ¡Sheesh! - le mandó callar, y su rostro empezó a tornarse rojo - ¡Solo olvidémonos de todo lo de "El rey de las habitaciones", ¿Vale?!

- ¡Nop! ¡Tu habitación es la de una profesional, seguro! - insistía - ¡Lo digo en serio!

Denki se calló de golpe al ver como uno de los auriculares de Kyoka se acercaba peligrosamente a su rostro.

- ¡He dicho que pares!

Dicho eso, volvió a su asiento, dejando a Denki asustado, y me acerqué a ella.

- Kyoka, ¿Estás bien? - pregunté.

- Sí, es solo que... Kaminari es demasiado insistente... - suspiró - Pero da igual.

El timbre que anunciaba el inicio de las clases sonó, así que todos volvimos a nuestros asientos. Mi padre entró en el aula y se colocó tras su mesa, mientras empezaba a ponerse su saco de dormir.

- Es la época del festival escolar - habló con voz neutra, casi sin emoción alguna.

- ¡Otro evento escolar normal! - exclamaron mis compañeros.

- ¿Y qué hay de visitar hoy a Eri, sensei? - preguntó Tsuyu.

Cierto, sabíamos que estaba mejor, pero aún no nos habían dejado ir a verla.

- Ah... Hablaremos de eso después - respondió.

Mis compañeros seguían emocionados, gritando sin parar.

- ¡El Festival Escolar!

- ¡Este va a ser el mejor evento normal!

- ¡Tenemos que escoger qué haremos!

Eijiro se levantó de su asiento, con una mueca de confusión.

- ¿¡En serio!? ¿¡Vamos a hacer esto pese a todo lo que está pasando en el mundo!?

- Kirishima... Has cambiado - comentó alguien.

- ¡Esperad, tiene razón! - saltaron en su defensa- ¿¡Incluso con todos esos villanos ahí fuera!?

- Es un punto de vista prudente. Pero recuerda que la UA consiste en algo más que solo el Departamento de Héroes - tomó la palabra mi padre - En el Festival Deportivo, el foco está en los alumnos de este departamento. Así que el Festival Escolar realza a todos los demás. No recibe el mismo nivel de atención, pero está destinado a ser un evento divertido para el resto de la escuela. Eso sin contar que el sistema de dormitorios surgido a causa del Departamento de Héroes es una gran fuente de estrés para algunos.

- Si lo pones así... - dijo Eijiro, sentándose de nuevo - Sí, no sería justo para ellos.

- Exacto. Eso es por lo que no podemos cancelar el evento - continuó Shota, sentándose en una esquina del aula - No será como en los anteriores... A este solo podrán asistir estudiantes, profesores y un pequeño grupo de visitantes. No estamos compitiendo por ser el centro de atención, pero cada clase tiene que que hacer algún tipo de parada o exhibición. Y hoy vais a decidir qué haréis.

Se durmió con la espalda apoyada en la pared, así que Iida y Yaoyorozu se situaron al frente de la clase.

- ¡Yo, Tenya Iida, presidente de 1A, seré quien lidere este debate! - exclamó - ¡Trabajemos juntos para hacer que este proceso vaya lo más fluido posible! ¡Primero, las propuestas! ¡Aquellos con ideas, levantad las manos!

Casi todos los alumnos se pusieron a gritar "¡Yo!", alzando las manos con entusiasmo.

- Guh... Que entusiasmo tan explosivo... ¡Debemos hacer esto en orden! - masculló Iida, y empezó a nombrar a gente para darles el turno de palabra - ¡Kaminari!

- ¡Hagamos un "Maid café"! - propuso.

- Maids... ¡Propones un servicio, supongo! ¡No está mal! - respondió.

- ¡Piensa más grande, Kaminari! - gritó Mineta, alzando la mano.

- ¡Mineta! - le dio la palabra.

- ¡Club de stript...!

En apenas un segundo, Tsuyu lo envolvió en una tela y lo ató con una cuerda al techo.

- ¡Uraraka! - llamó Iida.

- ¡Un puesto de mochi! - propuso.

Uno por uno, mi compañeros empezaron a proponer sus ideas, así como una competición de pulso, una casa encantada, un puesto de crêpes, un baile, un zoo para acariciar animales, un show brillante o un micro abierto de comedia. Cada una de las opciones fue escrita en la pizarra.

- ¿Solo hay 20 propuestas? - preguntó Toru.

- ¿Hay alguien que aún no haya dicho su idea? - llamó Yaoyorozu.

- Falta Shayumi - contestó Mina.

20 pares de ojos se cernieron sobre mí, expectantes.

- N-no, no se me ocurre nada... - respondí.

- ¿Estás bien? Te noto algo decaída... - me preguntó Izuku en voz baja, notablemente preocupado.

- Sí, tranquilo - mentí - Solo he tenido una mala noche y estoy cansada, nada más...

- ¿Han vuelto las pesadillas?

- No, no es eso - volví a mentir - No tienes de qué preocuparte.

- Bien, pues eliminemos las irracionales, las inviables y las no específicas - declaró Yaoyorozu mientras las borraba de la pizarra, no sin alguna que otra queja.

- ¡Deshaceos de las presentaciones de la ciudad natal! - exclamó alguien, rechazando la propuesta de Iida.

- Eso seguro - secundaron.

- ¡La mayoría decide! - se lamentó el delegado.

- ¡Y siempre estamos haciendo fiestas de estudio! - se quejó otro.

- Solo intentaba ser de ayuda... - susurró Yaoyorozu.

- ¿No podríamos combinar todas las ideas de comida en una sola?

- El soba y los crêpes no van precisamente bien juntos.

Empezaron a discutir entre ellos, gritando y quejándose. Suspiré pesadamente y apoyé la cabeza sobre mi mesa, tapándome los oídos.

- ¡Como decía, los crêpes no se pueden mezclar con comida asiática!

- ¡Silencio! - pedía Iida.

- ¡Entonces, hagamos la casa encantada!

- ¡Silencio! - volvió a pedir.

- Esto es demasiado como para imponer orden de nuevo... - suspiró Yaoyorozu.

El timbre volvió a sonar, y la clase terminó.

- Menudo debate más desastroso... - se quejó Shota mientras se quitaba el saco de dormir y se dirigía hacia la puerta del aula - Mejor que lo decidáis para mañana por la mañana. Porque si no... Haréis clase normal ese día.

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Al final de la jornada lectiva, Eijiro, Ochaco, Tsuyu, Izuku y yo nos dirigimos al aula suplementaria para hablar con mi padre sobre las vistas a Eri: Al parecer, la niña solo quería ver a Izukuya Togata.

Cuando estuvimos de vuelta en las residencias, nos comunicaron que haríamos un concierto con espectáculo para el Festival Escolar, y no hubo objeción alguna por nuestra parte.

Subí a mi cuarto para alejarme del caótico ambiente que generaban mis compañeros en la zona común, y leí un mensaje de Hitoshi.

Me vestí con una camiseta negra de manga larga y otra blanca de manga corta encima, unos pantalones de chándal negros y unas zapatillas blancas. Me recogi el pelo en una coleta y salí de mi cuarto, tratando de esquivar al mayor número de personas posible. Llegué al "Ground Beta" y esperé a que apareciese Hitoshi.

- Buenas tardes - saludó cuando finalmente hizo acto de presencia - ¿Vamos a hacer algo específico?

- Hoy vas a hacer físico - respondí.

- ¿Para eso no habría sido mejor el "Gimnasio Gamma"?

- Tal vez - me encogí de hombros - Pero es que antes vas a practicar velocidad y resistencia: Voy a empezar a correr, y vas a tener que alcanzarme. Obviamente, en una zona como el "Gimnasio Gamma"', con menos espacio, te resultaría más fácil, así que un diseño de ciudad me pareció lo más apropiado. Puedes usar el arma de captura.

- Entendido - contestó - ¿Y cuándo empezamos?

- Hace 3 segundos.

- ¿Qué?

Sin darle tiempo a reaccionar, eché a correr por las calles de la simulación de ciudad a toda la velocidad que pude.

- ¡Eh, eso es trampa! - exclamó cuando empezó a correr tras de mí.

- ¿¡Les dirás eso a los villanos que te encuentres!? - reí - ¡Por ahora, solo céntrate en atraparme, y no en si es justo o no! ¡Ah, y no se permiten koseis!

- ¡Te vas a enterar, Shayumi!

- ¡Hablas demasiado para no haberme alcanzado todavía!

Seguí corriendo y torcí por una esquina para llegar a un callejón, desapareciendo de su campo de visión. Rápidamente, salté y me agarré a la cornisa de una de las ventanas del primer piso del edificio que tenía al lado, de ahí me impulsé hasta el segundo, tercer piso, hasta llegar finalmente al techo. Caminé por el tejado, alejada del borde para que Hitoshi no me viera. Escuché un gruñido frustrado por su parte, y supe que me había perdido el rastro. Reí para mis adentros y volví a correr, saltando de un tejado a otro.

- ¿¡Ya te has rendido!? - pregunté cuando estuve a una distancia considerable, así como unas 2 manzanas - ¿¡Piensas ser así con los villanos!? ¡Date brío!

Se giró hacia mí y me miró con molestia. Echó a correr en mi dirección, y usó su arma de captura para agarrarse a una farola y subir a los tejados. Aún así, se encontraba todavía bastante lejos. Esperé a que nos separasen unos 30 metros de distancia, y salté a uno de los postes de luz. Acto seguido, eché a correr sobre los cables hasta llegar al siguiente poste.

- ¡Tienes que estar de broma! - se quejó.

- ¡Ya te gustaría!

La batalla siguió así durante una media hora, sin que todavía me alcanzase. Conociendo la longitud del arma de captura, sabía a cuánta distancia tenía que quedarme como mínimo para que no me alcanzase, y luego el resto era velocidad y resistencia. Shinso aguantaba bastante bien, pero hacía rato que empezó a flaquear. Y no era el único. Sin embargo, me negaba a dejarme atrapar, sería demasiado fácil. Pegué un sprint para aumentar la distancia entre nosotros y bajé al suelo, para después escondernme en un callejón. Estaba agotada y necesitaba descansar. ¿Había perdido la práctica? A ver, tampoco mucho, pero aguantaba menos que antes.

- ¡Te pillé!

El grito de Hitoshi me pilló desprevenida. Miré hacia arriba y vi a Hitoshi lanzando su arma de captura hacia mí. En apenas un segundo, logré atrapar uno de los extremos y tirar de él lo bastante fuerte como para hacerle caer de bruces al suelo. Que suerte que ese edificio fuera bajo... Le arrebaté el arma de captura y lo atrapé con ella.

- ¿Damos esto por terminado y pasamos al entrenamiento real, o prefieres que sigamos? - pregunté, con la respiración entrecortada.

- Creo que mejor descansamos un poco, y después ya seguiremos con el entrenamiento... - suspiró,
quitándose las cintas.

Me senté en el suelo junto a él, y le ayudé a quitárselas.

- He de decir - hablé mientras dejaba el arma de captura en el suelo - que has mejorado muchísimo.

- Gracias, supongo.

- ¿Cómo que "supongo"?

Bueno, sí que he mejorado bastante físicamente, pero el arma de captura todavía me saca de quicio.

- Pues la controlas mejor que yo en su momento.

- No te creas... La última vez que entrené con Aizawa-sensei, acabé tan enredado que no podía ni moverme.

- No te preocupes, de ahí solo puedes ir a mejor - sonreí - ¿Estás emocionado por el Festival Escolar?

- No mucho, la verdad - respondió - Pero a mis compañeros les hace ilusión, y lo comprendo. Se han empeñado en hacer una casa del terror.

- Eso estaría bien. En mi clase también lo propusieron, pero la idea no cuajó.

- ¿Qué vais a hacer?

- Un concierto con espectáculo. Ya sabes, con baile, luces y efectos especiales.

- ¿Y vas a salir?

- No, seguramente me quedaré entre bastidores, pero aún no han asignado nada.

- ¿No quieres subir al escenario?

¿Recuerdas en el Festival Deportivo, cuando me llamaron para dar el discurso junto a Bakugo y no
subí? - pregunté, y él asintió con la cabeza - Es porque tengo pánico escénico.

- ¿Y eso?

- No lo sé, la verdad - me encogí de hombros - Simplemente, me pone demasiado nerviosa la idea de tener a tanta gente mirándome y ser el centro de atención.

Entonces, se echó a reír por lo bajo.

- ¿De qué vas? - inquirí, mosqueada.

- Nada, es que me hace gracia que te moleste la idea de mucha gente mirándote, pero aspiras a uno de los trabajos más llamativos del mundo moderno.

- Ya, supongo que es un inconveniente - suspiré - Pero tengo dos opciones: La primera, superar el pánico escénico durante mis años en la UA, o la segunda, convertirme en heroína clandestina como mi padre cuando acabe de estudiar.

- ¿Y cómo lo "superaste" en el Festival Deportivo? Ya sabes, en las batallas 1vs1.

- Me centré en las batallas más que en la gente.

- Podrías hacer eso mismo, después de todo, eso es lo que importa.

- Tienes razón.

Seguimos hablando unos minutos y volvimos al entrenamiento. Terminamos una hora después, y volvimos a nuestras respectivas residencias. Me preparé una cena rápida, me duché y volví a mi habitación. Cerré la puerta y las ventanas con llave y me metí en la cama, para caer lentamente en los brazos de Morfeo.

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