38.- Los objetivos están claros
Caminé por el bosque un rato, tratando de encontrar a alguien que pudiera necesitar ayuda. Creí haber recorrido casi medio bosque, puesto que ya había pasado bastante tiempo, y que quizás no hubiese nadie por esa zona, hasta que escuché un estruendo y varios gritos. Me acerqué lo más rápido que pude, se podía notar todavía el olor a madera quemada.
Cuando llegué al camino del cual provenía el escándalo, divisé a Bakugo y Todoroki. Este último cargaba a su espalda a Tsuburaba, uno de los alumnos de 1B. Delante de ellos, había una figura humanoide vestida completamente de negro excepto en la boca, cubierta con cadenas llenas de púas. Sus dientes crecían desmesuradamente, afilados como cuchillas. Les intentó atacar, seguramente no por primera vez, así que corrí hacia ellos, toqué el suelo con mis manos y creé un muro.
- ¿Qué pasa? ¿Acaso os estáis durmiendo? - pregunté con un poco de sarcasmo.
- Cállate, estábamos bien sin ti - contestó Bakugo.
- Sí, sí, di lo que quieras.
Los dientes del villano le hacían elevarse del suelo, por lo que enseguida pudo volver a atacar. Todoroki y yo creábamos barreras para frenar sus ataques. Bakugo no podía hacer nada, ya que sus ataques eran a corta distancia y no tenía forma de defenderse.
- ¡Todos los alumnos, de las clases A y B...! - se oyó en nuestras cabezas con la voz de Mandalay - ¡Pelead!
Independientemente de esa información, no podíamos hacer otra cosa que defendernos. Solo teníamos los ataques a corta distancia de Bakugo y míos, y el fuego de Todoroki, pero no era una opción viable porque incendiaría todo el bosque.
- ¡Dos de los objetivos de los villanos han sido identificados! - se volvió a oír - ¡Son los estudiantes conocidos como Shayumi y Kacchan! ¿Lo habéis captado? ¡Shayumi y Kacchan! ¡Vosotros dos evitad pelear, y no hagáis ningún movimiento en solitario!
Bakugo y yo nos miramos. Si me buscaban a mí, seguramente sería cosa de la Liga de Villanos. Pero, ¿Bakugo? ¿Qué querrían de él?
- ¿Lo habéis oído? No hagáis nada arriesgado - nos avisó Todoroki - Van a por vosotros.
- Ya lo sé... - suspiré - Pero no prometo nada.
- ¡Menuda chorrada! - exclamó Bakugo, con ira y una sonrisa cínica - ¡Primero nos dicen que peleemos, ahora que no...! ¡Venga ya!
Miré a nuestro alrededor. La única vía de escape era el camino que había a nuestras espaldas, pero nos llevaría directos a una nube de gas. Una trampa, lo vieras por donde lo vieras.
- ¡No puedo acercarme! - gritó Bakugo - ¡No me queda otra que explotarle con todo mi poder!
- ¡No! - exclamamos Todoroki y yo.
- ¡Si algún árbol se incendia, que el bastardo mitad-y-mitad use su maldito kosei!
- ¡No seas imbécil, atraerás a más villanos! - contesté.
- ¡Una explosión disminuiría nuestro campo de visión! - continuó Todoroki - ¿¡Qué pasa si eso no acaba con él!? ¡Nos supera tanto en rango como en potencia de fuego!
- ¡Ahí! Veo hielo - dijo una voz entre los árboles - ¡Deben estar peleando!
Nos miramos extrañados, incluido el villano, hacia la fuente de la voz. En apenas un segundo, varios árboles salieron disparados, dejando ver a Shoji con alguien a la espalda, huyendo del "Dark Shadow" de Tokoyami.
- ¡Bakugo! ¡Todoroki! ¡Uno de vosotros, por favor...! ¡Dadnos algo de luz! - exclamó Shoji.
El villano trató de atacarlos, pero Dark Shadow le aplastó sin miramientos, dejándonos sorprendidos a Bakugo, Todoroki y a mí.
- ¡Kacchan! ¡Shayumi! - gritó Izuku desde la espalda de Shoji.
Tenía un aspecto horrible, desde donde estaba podía ver los regueros de sangre que caían por su rostro, aparte de las numerosas magulladuras que lo adornaban.
- Shoji, Midoriya y... ¿Tokoyami? - dijo Todoroki.
- ¡Dadnos algo de luz! - demandó Shoji de nuevo - ¡Tokoyami se ha desatado!
Todavía nos separaba de ellos uno de los muros de hielo.
- ¿Atacando indiscriminadamente? - dijo Todoroki - Una buena fogata debería...
- No, todavía no... - contesté.
- Espera, idiota - continuó Bakugo - Solo mira.
Dark Shadow siguió atacando al villano, lo rodeó con una de sus garras y lo lanzó bien lejos. En cuanto el villano salió de nuestro rango de visión, Todoroki y Bakugo se acercaron a Tokoyami uno por cada lado, activando sus koseis, lo que causó que Dark Shadow se calmase hasta desaparecer y Tokoyami cayese al suelo, jadeando.
- Gracias, me habéis salvado... - suspiró.
- Con lo que nos costaba aguantar, y tú te lo cargas en unos segundos... Gracias a ti - contesté.
Los chicos se reunieron, dejándonos a Bakugo y a mí un poco aislados, mientras planteaban rutas para volver al recinto de las "Wild Wild Pussycats".
- Oíd, ¿Qué narices os pasa? También tendremos derecho a opinar, ¿No? - me quejé.
- ¿¡De qué va todo esto!? - gritó Bakugo.
- Vosotros os quedáis en el centro del grupo - contestó Todoroki.
- ¡Ninguno de vosotros va a protegerme, idiotas! - exclamó.
- Bakugo, para de gritar de una jodida vez, por favor - le pedí.
- Tsk, entendido, mierda-deforma-cosas - gruñó.
- Gracias... - suspiré.
El grupo estaba organizando por Shoji e Izuku a la cabeza, seguidos por Todoroki y el inconsciente Tsuburaba. Detrás estábamos Bakugo y yo, y por último Tokoyami. Bakugo se encargaba de mantener a raya a Dark Shadow con sus explosiones. Empezamos a caminar por el interior del bosque, llevábamos así un rato cuando percibí una presencia extraña. Traté de avisar a los demás, pero lo siguiente que vi fue como un enmascarado me lanzaba una especie de canica azul claro, que al impactar contra mí me atrapó dentro.
- ¡Joder! - mascullé.
Me acerqué a las paredes de la esfera e intenté romperla de alguna forma, pero no pude al desconocer el material del que estaba creada.
- ¡Ayuda! ¡Estoy aquí! - grité.
Empecé a dar golpes a las paredes, hasta que me sangraban los nudillos. Me apoyé de espaldas contra ese muro, y me dejé caer arrastrando mi espalda por este. Me abracé las piernas y escondí la cabeza entre mis rodillas. Vaya si la había hecho buena, atrapada en una canica por un villano...
La canica se abrió de repente, dejándome salir. Pude ver a Bakugo a mi lado, y noté como unas manos nos rodeaban el cuello a ambos.
- No hay... Problema... - dijo el villano.
Izuku se lanzó hacia nosotros, gritando nuestros nombres con todas sus fuerzas.
- Lo siento... - fue lo único que alcancé a susurrar antes de ser arrastrada hacia el otro lado de un portal.
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~ Narrador omnisciente ~
Izuku se quedó paralizado. Kacchan y Shayumi se habían ido, y no pudo hacer nada para evitarlo. Shoji y Todoroki le ayudaron a levantarse, y los cuatro emprendieron el camino hacia el recinto de las "Wild Wild Pussycats" en un completo silencio. En cuanto llegaron vieron a varios de sus compañeros, a algunos se los llevaban ambulancias, otros se mantenían en pie pese al cansancio,... Aizawa se les acercó al verlos.
- Ya estáis aquí... - suspiró, y miró hacia los lados - ¿Dónde están Shayumi y Bakugo?
Ninguno se atrevió a contestar, simplemente apartaron la vista con un nudo en la garganta.
- No... No puede ser... - susurró.
Sintió el mundo caer sobre sus hombros. No sólo habían secuestrado a Bakugo, lo que ya de por sí era horrible, sino que también se habían llevado a Shayumi, su propia. Quiso llorar, pero no podía mostrarse así ante los alumnos.
- Llevad a Midoriya hasta la ambulancia, después reuníos con el resto de compañeros - dijo con un hilo de voz - Informaré a los agentes de policía.
Los chicos asintieron y se marcharon. Se intentó acercar a los agentes, pero de camino su móvil sonó en su bolsillo. Una llamada entrante de Hizashi. Suspiró y contestó.
¿Shota, estás ahí? -
- Sí.
Dios, menos mal que estáis bien, me he enterado de lo que ha pasado ¿Dónde está Shayu'? Quiero hablar con ella -
- ...
Shota, ¿Qué pasa? -
- Shayu' no está.
¿Cómo que no está? -
- Los villanos...
Tragó saliva.
- Se la han llevado. A ella y a Bakugo.
¿¡Qué!? Shota, no bromees... -
- ¿Te crees que bromearía con eso...?
De sus ojos empezaron a caer lágrimas.
- T-tenía que haberla buscado, p-pero cada v-vez que me met-tía en el bosque ap-parecía otro alumno herido... Y-yo... No pude hacer nada...
Tartamudeaba al hablar, era incapaz de expresarse apropiadamente.
Voy para allá -
Su voz también sonaba notablemente quebrada.
- Por favor...
Colgó la llamada y se secó las lágrimas. Trató de recobrar la compostura y se giró hacia los agentes. No iba a ser nada fácil.
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¡Gracias por leer!
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