Una vez estuve en lo alto de la escalera, me acerqué a Hizashi.

- ¡Menos mal que habéis llegado! - le abracé - ¿Dónde está papá?

- Se lo están llevando a la ambulancia, estará bien. Ve con él, si quieres.

Asentí y salí corriendo hacia el exterior del recinto. Por detrás, podía escuchar a mis compañeros alegrarse, debido a la derrota de los villanos, pese a que estos habían logrado escapar. Me dirigí a la camilla con la que estaban llevando a Shota, y rompí en llanto.

- ¡Papá! ¡Vamos, tienes que ponerte bien! ¡No me dejes tú también, por favor! - grité, agarrándome a los lados de la camilla.

Algunos de mis compañeros me miraron desconcertados, otros con pena,... Ahora ya lo sabían, pero me daba igual. Necesitaba que él se recuperase, que esa pesadilla acabara.

Por petición de Nezu, los auxiliares me dejaron subir a la ambulancia con Shota, y nos transportaron al hospital. Vi su codo, en carne viva por culpa de Shigaraki, y tuve que morderme el labio inferior para evitar llorar más. La piel de su codo estaba igual que Ayato la última vez que le vi...

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Una vez allí, le llevaron directamente a quirófano y me obligaron a ir a urgencias. Allí limpiaron y cosieron la herida de mi cabeza, y me dijeron que fuera a la sala de espera. Al cabo de casi tres horas, Hizashi llegó al hospital y me buscó en la sala de espera.

- Anda, ponte esto - dijo, tendiendome una chaqueta - ¿Qué te ha pasado en la cabeza?

Con las prisas, se me había olvidado que aún llevaba el traje de héroe. Por suerte, ese era un hospital especial para héroes, por lo que a nadie le parecía extraño que fuera así vestida.

- Gracias... - suspiré - El Nomu me golpeó, pero al parecer no fue muy fuerte, se curará pronto. ¿Cómo están los demás?

- Tus compañeros están bien. Bueno, Midoriya tiene dos dedos y ambas piernas rotas, pero se lo llevaron a la enfermería de la UA junto con All Might, debido a que sus heridas podían ser curadas "fácilmente" por Shuzenji. ¿Han dicho algo de Shota?

- Qué va... Llevan tres horas operándolo. Esa cosa le hirió más de lo que pensábamos... Si tan solo no hubiera sido tan impulsiva de lanzarme hacia el villano, papá no habría tenido que protegerme, y se habría ahorrado ese último golpe en la cabeza...

Una pequeña lágrima cayó por mi rostro, pero Hizashi me secó la mejilla con la mano.

- Hey, no es culpa tuya. Si no le hubieras atacado, no habríamos ganado tiempo, y puede que Shota estuviera aún peor. No te sientas con la responsabilidad de esto, ¿vale?

Asentí con la cabeza levemente y me abracé a él. Hizashi rodeó mis hombros con su brazos y yo escondí mi cabeza en su pecho, pero no pude evitar llorar. Él daba palmadas en mi espalda suavemente, y repartía besos por mi coronilla.

- Mi pequeña Shayu'... Habéis pasado por una situación muy complicada, incluso para héroes profesionales. Pero ya se ha acabado, y no tienes de qué preocuparte.

- S-sí...

- ¿Familiares de Shota Aizawa? - preguntó una doctora que acababa de llegar a la sala de espera.

- Nosotros - contestó Hizashi.

Nos levantamos y caminamos hacia la doctora.

- ¿Está bien? - pregunté preocupada.

- Por suerte, los golpes no le causaron ningún tipo de lesión cerebral, por lo que se recuperará. Le hemos arreglado los brazos y el rostro, pero no hemos podido regenerar la piel del codo, así que le quedará una cicatriz - explicó - El mayor problema para nosotros fue su ojo. La parte inferior de la cuenca orbital derecha estaba prácticamente hecha polvo. Tememos que esto pueda afectar negativamente a su vista y, por ende, a su kosei.

- ¿P-podemos ir a verle?

- Claro, se encuentra en la habitación 210. Está inconsciente, así que no le despertéis.

- Entendido. Muchas gracias, doctora - se despidió Hizashi.

Nos dirigimos rápidamente hacia la habitación designada, hasta que la encontramos. Entramos, y la escena me oprimió el pecho. Shota estaba tumbado en una camilla, con brazos y cabeza vendados, además de una vía intravenosa y una mascarilla respiratoria. Me acerqué a la camilla, con el corazón en la garganta.

- Papá... - susurré con la voz rota.

- Dejémosle dormir, la operación le habrá dejado agotado... - suspiró Hizashi.

Cogimos dos sillas, las pusimos junto a la camilla y nos sentamos.

Otra hora pasó, sin señal alguna. El pulso seguía constante, la tensión estaba bien... Pero Shota no despertaba.

- Shayu'... Descansa un rato, ha sido un día duro.

Sin ganas de llevarle la contraria, asentí y me levanté de la silla, apretando su hombro levemente. Me senté en un sofá y revisé el móvil, en el cual tenía diversos mensajes.

Después revisé los de Izuku, con suerte podría hablar un poco con él.

Seguimos hablando un rato, hasta que mis párpados empezaron a pesar y se cerraron.

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Cuando desperté, estaba tumbada en el sofá con una manta por encima. A través de la ventana de la habitación podía ver el anaranjado cielo, indicándome que anochecía. Hizashi estaba de espaldas a mí sentado en una silla frente a la camilla, sujetando la mano de Shota. Me levanté lentamente y me acerqué a ellos.

- Aún nada, ¿verdad?

- No, sigue igual. ¿No estabas dormida?

- Sí, pero me he cansado de ello.

Me senté en otra silla a su lado, y observé su rostro.

- Dad, are you ok? (Papá, ¿Estás bien?)

- Sí, no te preocupes.

- Mentira. Si estuvieras bien, a estas alturas ya habrías soltado alguna expresión en inglés.

- Estoy bien, solo no tengo ánimo.

Agaché la mirada, sabía que no iba a poder convencerle de lo contrario, pero...

- 'Zashi... Los héroes también lloran, ¿Sabes?

Su escudo serio se rompió, deformando su rostro con una mueca de agonía. Las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos carmesí y los sollozos luchaban por escapar de su garganta. Le abracé por la espalda, y rompió en llanto.

- Si tan solo hubiera llegado antes... - se lamentó entre gimoteos - Lo siento, Shota, no he podido ayudarte.

Me senté y lloré de nuevo, esa situación nos venía demasiado grande.

- Tsk, idiotas... - susurró una voz ronca.

Levantamos la cabeza de golpe, asombrados.

- ¿Papá? / ¿Shota? - preguntamos Hizashi y yo a la vez.

- Hola...

- ¡Despertaste! - exclamé, con lágrimas en los ojos.

Me reprimí para no lanzarme sobre él a abrazarlo, y sabía que Hizashi también.

- Shou', menos mal que estás bien... Nos tenías tan preocupados... Lo siento, lo siento mucho - jadeó Hizashi.

- Tranquilos, no podrían matarme tan fácilmente - suspiró con algo de dificultad.

- P-pero todas esas vend-das, y t-tu ojo... - tartamudeé.

- Peque, no te preocupes... Ya ha pasado todo... - me consoló - 'Zashi, no te culpes... No sabías nada, viniste lo más rápido que pudiste... Lo único que me importa es que los dos estáis bien...

Me sequé las lágrimas de las mejillas con la manga de la chaqueta.

- Y ahora, los dos a descansar... Es una orden - dijo Shota.

Soltamos una pequeña risa. Agarré una silla y la coloqué al otro lado de la camilla. Me senté y apoyé la cabeza en el colchón, y Hizashi me imitó.

- Buenas noches... - susurró Shota.

- Buenas noches - contesté.

Cerré los ojos lentamente, aliviada de que todo estuviera bien.

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