114.- Preparándonos

Cuando mis padres ya no pudieron seguir ignorando las llamadas que les hacían para que participaran en la reunión de logística, tuvieron que marcharse, llevándose Hizashi a Eri en brazos y Shota usando las muletas para poder moverse. Aún me quedé un rato sola en mi habitación, reflexionando, hasta que decidí reunirme con los demás. Bajé a la sala común, encontrándome con mis compañeros, esparcidos por ahí con un claro aspecto serio y derrotado.

- Bueno... Creo que es hora de que nos preparemos, ¿eh? - comentó Kirishima, con un tono desanimado y sarcástico.

- Tengo que hacer algo con mi traje de héroe, acabó hecho pedazos... - dijo Iida.

- Yo también... - añadió Izuku.

La sala se quedó en silencio durante unos largos segundos, hasta que hablé.

- No tengo intención de "perdonar a Aoyama", o al menos, no todavía... - expliqué - Pero quiero acabar con todo esto de una vez.

- ¡Esta vez los venceremos definitivamente! - declaró Hagakure.

- ¡SÍ! - respondimos todos a la vez.

Mientras Izuku e Iida se iban al Estudio de Desarrollo, yo me dirigí a la parte de atrás de la residencia para ponerme a entrenar. Estaba calentando las articulaciones de mis dedos, cuando oí una voz a mis espaldas.

- ¿No crees que deberías descansar un poco? - me preguntó Bakugo, que me había seguido - Ha sido un día intenso, y en un rato nos vamos a patrullar.

- Tengo que esforzarme muchísimo ahora... - suspiré, sin girarme a mirarlo - Mis manos están bien, así que puedo usar perfectamente mi kosei, pero he perdido todas las mejoras que había hecho estos meses, y aunque sé en teoría cómo hacer mis técnicas y movimientos especiales, mi cuerpo no está acostumbrado a ellas. Pero lo tendré todo aprendido de nuevo antes de la batalla, lo juro.

Nos quedamos un momento en silencio, hasta que Bakugo volvió a hablar.

- Fue real.

- ¿Qué dices? - pregunté, extrañada.

- Lo que pasó en el bar - respondió - El secuestro, las torturas, las heridas,... Todo fue real. Tu cuerpo lo habrá borrado, pero sé que tu mente no.

- Ya lo sé - mascullé, sin poder ocultar del todo que me temblaba la voz.

- Estuve contigo cuando todo aquello pasó - me recordó - Como dijiste antes, yo mejor que nadie sé lo que te hicieron en ese bar. Y, si necesitas que te lo diga, si necesitas que te recuerde que eso pasó de verdad cuando tu cuerpo u otra persona te haga creer lo contrario, lo haré encantado. Una y mil veces, las que hagan falta. Lo que sufriste fue, y es, real.

- G-gracias... - susurré, secándome con la mano las lágrimas que amenazaban por salir de mis ojos - N-no sabes cuánt-to necesitaba o-oír eso...

- Lo suponía - dijo, con un leve tono prepotente - Te dejo tranquila, una debilucha como tú tiene que entrenar mucho.

- Podría pegarte una paliza - reí levemente, girándome por fin a verle.

- Ya, claro. Demuéstramelo cuando hayamos vencido a AFO y Shigaraki.

Asentí con la cabeza como respuesta, así que se marchó. Suspiré profundamente y miré mis manos: había decidido desechar mi guante derecho y conservar el izquierdo, del que había cortado los dedos índice, anular y meñique, manteniendo el pulgar y el corazón para seguir pudiendo hacer el "Igneous Snap" al chasquear los dedos. Con mi mano derecha empecé a manipular el oxígeno a mi alrededor, y con mi mano izquierda creé una pequeña llama. Fui manejando la llama como bien pude, repitiendo el proceso una y otra vez hasta que me saliera de manera mecánica.

- Shayumi - me llamó Uraraka - Mt. Lady nos llama, vamos a salir ya.

- Ya voy.

Nos dirigimos con los demás hacia la entrada del recinto de la UA, donde Mt. Lady nos esperaba.

- ¡Menos mal que no habéis tardado! - exclamó Sero, viendo llegar a Izuku e Iida - Ya estamos todos equipados y listos.

- Justo a tiempo, entonces, gracias al cielo - suspiró Iida.

- He oído por lo que habéis pasado la clase A - dijo Mt. Lady - Pero tristemente no podemos permitirnos gastar ni un solo día. ¡Nuestra mejor opción todavía es encontrar y disolver completamente el Frente de Liberación y la Liga de Villanos lo antes posible! ¡Eso resolvería todo este caos, así que no vamos a abandonar el plan original de golpe! ¡Y quedarnos quietos por ahí abrumados y confusos es actuar como nuestros enemigos quieren!

- ¿Creéis que Aoyama aceptará la mano que le ofrecimos...? - preguntó Mina.

- Tengo fe en que sí - respondió Izuku - Confío en que Aoyama volverá con nosotros.

- Eso si no ha sido influido por algún tipo de maldición - masculló Bakugo.

- Yo creo que estará bien - declaró Todoroki - Porque él siempre ha tenido la vista fija en el hombre que quería ser. Mucho más que ninguno de nosotros.

- ¡Pues bien, gente, en marcha! - exclamó Mt. Lady - ¡Midoriya está en el centro de esta operación! ¡Clase 1A del Departamento Heroico de la UA, escuadrón de búsqueda, uníos!

- ¡SÍ! - exclamamos.

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Horas más tarde, ya de noche y después de una larga sesión de patrullaje por la ciudad, volvimos a la residencia.

- ¡No puedo mover ni un músculo...! - se lamentó Kaminari desde el suelo.

Había llegado tan derrotado que había caído rendido al suelo nada más pisar el recibidor.

- El área de búsqueda que tenemos que cubrir es simplemente demasiado grande... - comentó alguien - No puedo creer que estemos perdiendo a tantos héroes a la vez.

- Ya no solo con los que perdimos en la batalla - respondí, con la vista apuntando al suelo pero sin ver nada realmente - Algunos héroes están muy asustados por correr el mismo destino...

- ¿Estás bien? - me susurró Izuku.

- ¿Mmhh? Sí, solo algo ida - respondí, sacudiendo un poco la cabeza.

- Te estás masajeando las manos siguiendo las líneas que hacían tus cicatrices - apuntó - ¿Te duele algo?

- N-no, es solo... Es que se me hace raro que no estén...

Tomó una de mis manos, dibujó las ya no existentes cicatrices con los dedos, y luego la acercó a su rostro para dejar un suave beso en la palma.

- Vayámonos a la cama pronto - propuso Iida - La disciplina lo es todo para los jóvenes: cada acción que tomemos está directamente ligada a nuestra fuerza.

- Tsk, si eso significa volverme más fuerte... - farfulló Bakugo por lo bajo.

- Jooo, yo quería aunque fuera un poco de tiempo libre para hablar de cosas guarras - se quejó Mineta, acercándose a Izuku y a mí.

- La patada que te voy a dar en el culo para mandarte a Marte sí que va a ser guarra - mascullé, mirándolo con asco.

- Aunque sí es cierto que nos vendría bien algo de tiempo de descanso... - comentó Izuku, y miró a Ochako.

Las puertas de la residencia se abrieron de golpe.

- ¡YA ESTOY AQUÍ! - exclamó All Might, entrando junto con Tsukauchi y Nezu - ¡A TIEMPO, COMO SIEMPRE!

- Casi echaba de menos sus icónicas entradas - comenté con una leve sonrisa.

- Pareces animado... - observó Jiro.

- ¡De hecho, no puedes estar más equivocada! - comentó All Might.

- ¿Tsukauchi y el director...? - comentó Sato.

- Supongo que tenéis noticias respecto a la situación de Aoyama, ¿no? - preguntó Yaoyorozu.

- Hay un par de cosas que tenemos que informaros - dijo All Might con seriedad - Solo un pequeño número de gente conoce esta información. Hemos venido los 3 a hablaros de nuestro plan final para la segunda guerra.

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¡Gracias por leer!

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