113.- ¿Perdonarlo?

- Entiendo que la situación es dura para ti, y a todos nos duele esto, pero Aoyama también lo ha estado pasando mal, y-

- Por dios, callaos de una puta vez - mascullé.

- ¡Shayumi, no nos hables así! - me reprendió Hizashi - Somos tus padres, trátanos con algo de respeto.

- ¡Pues actuad como mis padres si tanto queréis ese respeto!

- ¿Disculpa? - preguntó Shota a través de la pantalla.

- ¿Es que no os habéis dado cuenta? ¡Me habéis ignorado completamente durante semanas, como si no existiera! - les eché en cara - ¡Apenas os preocupasteis por mí tras la puta batalla! ¡Y desde que los alumnos nos fuimos del hospital, no os había visto ni el pelo!

- Estábamos muy ocupados con la logística, y con lo de Nemuri... - intentó explicar Hizashi.

- ¿¡"Muy ocupados"!? ¿¡No podíais sacar 10 malditos minutos al día para verme, o siquiera escribirme un mensaje para saber si estaba bien!? - inquirí - ¡Y no me vengas encima con lo de Nemuri! Sí, ella es- - paré para corregirme - era vuestra mejor amiga, ¡pero para mí también era importante! ¡Era prácticamente mi tía! ¡Y se murió en mis brazos! ¡Fui YO la que tuvo que llevar su cuerpo a una zona segura! ¡Fui YO la que tuvo que decíroslo!

Se quedaron callados, sin siquiera atreverse a mirarme a los ojos.

- Y por si no fuera bastante, nada más llegar todos al hospital tuve que encargarme de cuidar de Eri, a la que quiero muchísimo, ¡pero yo estaba al borde del colapso y no estaba en las condiciones adecuadas para cuidar de una niña que también es inestable! ¿Sabéis que se descontroló su kosei estando en el hospital? ¿Que me rebobinó hasta poco después del Festival Deportivo? ¿¡Os habéis siquiera dado cuenta de que ya os llama "papás"!?

Mis ojos se inundaban de lágrimas, me ardía la garganta y me temblaba el pecho, pero no podía parar.

- Claro que no os habéis dado cuenta. ¿Cómo ibais a daros cuenta? - me pregunté - Para eso tendríais que habernos prestado un mínimo de atención estas semanas. ¡Pero noooo, después de todo eso, lo único que recibo es un abracito, un apretón, y que me digan que me calme por enfadarme con el hijo de puta que hizo que me secuestraran! ¿¡Sabéis que antes del secuestro Shigaraki ya sabía que yo era vuestra hija y me amenazó con ello en el centro comercial!? ¡Probablemente Aoyama fuera el que se lo dijo! ¡"Pero nooooo, hay que perdonarlo, se merece otra oportunidad, no era culpa suya"! ¡Me la pela! ¡No quiero perdonarlo, quiero que se muera, quiero que arda en el putísimo infierno!

Rompí completamente en llanto.

- ¡C-creía que aq-quí estab-ba a salvo...! ¡Creía q-que aquí e-en la UA n-no pod-drían hacerme d-daño, que i-iba a est-tar bien...! P-pero e-era ment-tira... Y ahora est-toy tan cansada todo el tiempo, tan asustada todo el tiempo, tan paranoica todo el tiempo, siento como si las paredes me miraran porque ya no hay ni un lugar seguro... Y y-ya n-ni las past-tillas me ayudan... N-no puedo más...

Subí mis piernas a la cama, pegándolas a mi pecho y ocultando mi cara en mis rodillas mientras seguía llorando. Al cabo de unos instantes, uno de los lados de mi cama se hundió, dándome a entender que Hizashi se había sentado en ella.

- Shayu', siento muchísimo todo esto - habló, y me rodeó con sus brazos - Es cierto que te hemos dejado de lado en un momento muy vulnerable, y tienes todo el derecho del mundo a estar enfadada con nosotros. Nos centramos tanto en tratar de evitar pensar en nuestro sufrimiento, que nos olvidamos de que había otras personas que también sufren, incluso alguien tan importante para nosotros como tú.

- Voy a hacer que me lleven a la UA, llegaré en media hora - anunció Shota.

- Tenemos una reunión sobre la logística de los dormitorios para los refugiados, pero creo que puede esperar - comentó Hizashi.

- O que se las apañen sin nosotros - respondió Shota, y colgó la llamada.

- ¿Q-qué? N-no os entiendo... - pregunté, extrañada.

- Vamos a pasar el resto del día contigo y con Eri - me explicó, tomando mis manos entre las suyas - Sé que no soluciona nada, que te debemos mucho más que esto, y no esperamos que nos perdones. Pero queremos hacer las cosas todo lo bien que nos permitan las circunstancias.

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Al cabo de un rato llegó Shota con Eri a mi habitación, y después de abrazarme con fuerza los dos, se sentaron en la cama con Hizashi y conmigo: acabé yo sentada entre mis padres, y Eri entre mis piernas. Estuvimos hablando durante algo más de una hora, Eri estaba muy emocionada por hablarle a sus papás de su nuevo amigo Kota (no pude evitar reír levemente al respecto) mientras le trenzaba el pelo con cuidado. Aunque sonaba emocionada y con energía, estaba claro que la pobre había estado teniendo problemas para dormir, por lo que pasado un tiempo Eri se durmió con su cabeza apoyada en mi regazo, así que acabé de hacerle la trenza y la dejé descansar.

- No puedo creerme que le hayáis dicho a Eri que lo de la pierna y el ojo fue por un atropello de un camión - comenté - En algún momento se acabará enterando de la verdad.

- Probablemente, pero está claro que no es el momento para decirle que su padre se tuvo que cortar una pierna en mitad de una batalla por que Shigaraki le disparó una bala borra-koseis hecha con su propio cuerpo - explicó Shota.

- La verdad es que no... - admití - Con lo nerviosa que se puso en el hospital por haberme rebobinado por accidente...

- ¿Cómo estás respecto a eso...? - me preguntó Hizashi, algo dubitativo.

- Se siente invalidante haber perdido las pruebas físicas de lo que pasó... Digo, odiaba esas heridas, había días que no podía ni mirarme las manos por el estrés que me causaban, pero... Siento que ahora hay una desconexión entre mi cuerpo y mi cabeza que no tiene sentido, porque ¿cómo puede mi mente estar tan paranoica por algo que mi cuerpo ni siquiera ha sufrido? Y con todos los de clase queriendo perdonar a Aoyama, algunos diciéndome y todo que estaba exagerando... Ha sido como si todo lo que pasó estuviera solo en mi cabeza, como si nunca hubiera pasado... Pero SÍ ha pasado, y no puedo olvidarlo por mucho que mi cuerpo ya no tenga las heridas. Es tan... Agotador...

- Tus compañeros saben por lo que has pasado, mi niña, no se han olvidado - dijo Shota, y noté cómo empezaba a tocarme el pelo - Simplemente la situación les viene grande... Os viene grande a todos. Lo de Aoyama nos ha pillado por sorpresa, pero aunque entiendo tu enfado y tu dolor creo que deberíamos ayudarlo.

- Pero nos ha traicionado... Nos ha engañado durante un año...

- Él tampoco tenía elección, Shayu', lo hizo por proteger a sus padres. Y ha tenido una vida complicada, ya sabes lo que esta sociedad hace a los niños sin kosei... Lo que le ha pasado a él podría haberle pasado a Midoriya.

- Lo sé...

- Nadie te pide que lo perdones o lo olvides, princess... Nunca podríamos - dijo Hizashi - Pero queremos darle una oportunidad de redimirse, y poner la balanza a nuestro favor en la guerra.

- Al fin y al cabo, todos merecemos una segunda oportunidad - finalizó Shota.

Dejó de tocarme el pelo, agarró un pequeño espejo de mano que tenía sobre la mesita y me lo dio para que me viera el pelo. Al verme reflejada en este, pude ver que Shota me había hecho una trencita con un pequeño mechón de pelo.

- Está bien...

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¡Gracias por leer!

Llevo solo 2 semanas de curso y ya me han dado 4 crisis nerviosas, si sobrevivo a este año voy a ser inmortal.

¿Cómo estáis vosotr@s?

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