103.- Hospital

Habían pasado un par de días desde la batalla contra la Liga de Villanos y el Frente de Liberación Paranormal, y mejor o peor, todos los alumnos implicados nos encontrábamos en el hospital. Me encontraba en el pasillo con Eri, cuando Bakugo pasó por delante de mí, con Sato y Mineta tratando de contenerlo inútilmente.

- ¡Si ese idiota se muere, lo mato! - exclamó.

Finalmente y con la ayuda de Asui, consiguieron frenarlo y empezar a llevarlo de vuelta a su habitación.

- ¿¡Por qué estoy despierto pero tú sigues dormido!? - volvió a exclamar.

Noté una mano sobre mi hombro, y me giré para encontrarme una figura enorme detrás de mí.

- Un placer volver a verte, Aizawa - me saludó Best Jeanist.

- Lo mismo digo - contesté con una leve sonrisa cansada - Me alegro de que esté bien...Oh, y seguro que Bakugo también. Estábamos ambos muy preocupados por usted desde que anunciaron su desaparición...

- Bueno, a fin de cuentas, tenía que ser una tapadera creíble para que pudiera infiltrarme de manera exitosa en la Liga de Villanos - explicó Hawks haciendo uso de un teléfono para comunicarse, y vio a mis compañeros cargando a Bakugo - ¡Hola!

- ¡Magnífico dios asesino de la explosión, Dynamight! ¡Así que estás ileso! - dijo Best Jeanist cuando Bakugo y los otros pasaron por su lado.

- ¿¡Esto te parece a ti ileso!? - gruñó, y me miró - ¡Aizawa, quiero hablar contigo!

- Bakugo, no estoy de humor para gritos - suspiré - Y estoy cuidando a mi hermana.

- ¡Que vengas! - exclamó mientras era llevado contra su voluntad de vuelta a la habitación.

- Está más gritón de lo normal... - dijo Eri mientras me apretaba la mano.

- Ya... - suspiré y la cogí en brazos - Habrá que ir si no queremos que se enfade más...

Me despedí educadamente de ambos héroes y caminé hacia la habitación de Bakugo con pesadez. Poco a poco Eri se me durmió en brazos; había tenido una mala noche, y estaba cansada. Cuando llegué, habían conseguido meter a Bakugo en la camilla.

- Todos fuera, quiero hablar con Aizawa a solas - dijo.

Todos asintieron, algo extrañados, y se marcharon.

- Grita una sola vez y te juro que hago que vuelvas al coma - suspiré - Eri acaba de dormirse, no quiero que se despierte.

- No lo haré... Tienes un aspecto deplorable - comentó.

- Muchas gracias - mascullé con sarcasmo.

- No has estado durmiendo.

- Uy, ahora eres adivino.

- ¿Te has tomado tus medicinas?

Negué con la cabeza.

- Están en la UA. Y, aún así... No quiero dormir...

- Han vuelto las pesadillas, supongo.

- Y peores que antes...

- ¿Cómo está Deku?

- Lleva en coma desde la batalla, no muestra señales de consciencia alguna - expliqué - All Might está con él, Inko ha salido hace poco de la habitación porque necesitaba tomar aire.

- ¿Y por qué no estás tú con él? - me preguntó.

Dejé a Eri tumbada en el sofá que había en la habitación.

- Eri no puede entrar en la habitación de Izuku ni en la de mi padre porque se estresaría, y seguramente haría que se descontrolase. Se suponía que All Might cuidaría de ella, pero en cuanto llegó al hospital me la dio y se fue con Izuku. Mis padres están ambos en la habitación de Shota, obviamente, y Nemuri... - me clavé las uñas en el antebrazo - Midnight ya no está... Así que yo me encargo sola de Eri.

- ¿No has llegado a ver a Deku?

- No desde que All Might llegó...

- ¿S-sabes...? ¿Sabes por qué Eijiro no estaba aquí cuando me he despertado...? ¿Está bien...?

- Sí, tranquilo, está bien... En shock, como todos... Pero físicamente solo tiene rasguños - suspiré - Respecto a por qué no estaba aquí... Se pasó los dos primeros días pegado a ti, no se alejaba ni para comer o beber. Tuvimos que convencerlo casi por la fuerza de que saliera de aquí. Creo que hoy se fue con Todoroki, pero pronto le acabarán diciendo que has despertado y vendrá corriendo.

- Vale... - susurró - Me había asustado...

- ¿Viste a Best Jeanist en la batalla? - pregunté, queriendo cambiar de tema; hablar de que Kirishima había estado tanto con Bakugo no hacía más que recordarme que yo no podía siquiera ver a Izuku - Seguro que hizo una entrada épica.

- No te equivocas, fue genial - respondió - Y le dije mi nombre de héroe.

- Sí, ya se lo he oído decir antes - contuve una risa - ¿Cómo era...? "Magnífico dios asesino de la explosión, Dynamight", cierto. Y luego dices que Izuku es el nerd, Dyna-MIGHT.

- No te rías de mí.

- No me río de ti, tranquilo - respondí - Has pasado de cargar con la culpa de su retiro a llevar su nombre para honrarlo. Estoy orgullosa de ti.

- No necesito tu orgullo - masculló.

- Lo sé, pero te lo digo igual - sonreí levemente.

Me miró fijamente durante unos segundos, y volvió a hablar.

- Deberías dormir...

- Ya te he dicho que no puedo. Tengo que estar tranquila y relajada para que Eri no se preocupe, y como tenga una pesadilla te juro que no voy a poder calmarme fácilmente.

La puerta de la habitación se abrió de golpe, dando paso a un jadeante Kirishima.

- ¡Katsuki! - exclamó al verlo despierto, con lágrimas en los ojos.

Prácticamente se abalanzó sobre Bakugo, abrazándolo con fuerza.

- Menos mal que estás bien... - dijo llorando - Me tenías muy preocupado...

- S-sí, estoy bien... - le respondió - Pero, por favor, suéltame, me aprietas demasiado y me duelen las heridas...

Kirishima se separó de él, algo asustado.

- P-perdón, no era mi intención...

- No te preocupes por eso, Eijiro... - sonrió levemente - Me alegro de que estés bien.

Me clavé las uñas con más fuerza en el antebrazo y me mordí la mejilla por dentro; ver aquella enternecedora escena me resultaba doloroso...

- Bueno, Eri y yo nos vamos, os dejamos solos.

Cogí a Eri en brazos, que se había despertado por el grito de Kirishima, y salimos de la habitación. Caminamos un rato por los pasillos, hasta que nos cruzamos con Inko.

- Oh, Shayumi, no te había visto todavía... ¿Y esta niña?

- Es Eri, mi hermana pequeña. La niña de la que te hablaba Izuku - respondí.

- Te pareces a Deku... - dijo Eri, mirando fijamente a Inko.

- Eso es porque soy su mamá. Un placer conocerte, Eri - la saludó, y volvió a mirarme - ¿Estás bien? ¿Has ido a ver a Izuku?

- Lo primero... Pues no precisamente, siendo sincera... - suspiré - Y respecto a lo segundo... No he podido ir a ver a Izuku desde que All Might llegó al hospital.

- ¿Por qué no?

- Porque me está cuidando - habló Eri - Todos dicen que no puedo entrar en las habitaciones de Deku y papá, que no es bueno para mí...

Tuve que reprimir las lágrimas; aquella podía ser perfectamente, por no decir que era seguro, la primera vez que Eri se refería a Shota como a su padre, y nuestros padres se lo habían perdido...

- Me puedo quedar con Eri, y así estás un rato con Izuku... - me propuso Inko.

- N-no, no puedo pedirte eso, Eri es responsabilidad mía ahora mismo, y ya bastantes preocupaciones tienes como para encargarte de una niña que no es tuya... - negué.

- No hace falta que me lo pidas, lo haré gustosamente - insistió con una leve sonrisa.

- Inko, eres un ángel... - suspiré, y miré a Eri - ¿Te importa quedarte con la mamá de Deku un ratito? Volveré en seguida, te lo prometo.

Eri asintió con la cabeza, así que la dejé en el suelo y miré a Inko.

- Mil gracias, de verdad...

Caminé rápidamente hacia la habitación de Izuku, y tras llamar a la puerta, entré.

- Oh, joven Aizawa, creí que serías la señora Midoriya - comentó All Might, sorprendido, al verme.

- Se ha quedado con Eri para que yo pudiera ver a Izuku... - dije, acercándome a la camilla - Todavía nada, ¿Verdad...?

Negó con la cabeza. Me senté en una de las sillas que había junto a la camilla y miré a Izuku con el corazón en la garganta; sus dos brazos estaban enyesados, su cara cubierta por múltiples rasguños, el torso vendado hasta donde tapaba la sábana, y sus piernas también enyesadas.

- Izuku, por favor... Si p-puedes oírme, despierta pronto... - supliqué, al borde de las lágrimas - T-te necesito a mi lado, mi amor... Tod-dos te necesitamos... Tienes q-que despertar...

- El joven Midoriya va a estar bien... - me dijo All Might - Es fuerte, podrá con esto.

- Izuku no tenía porqué ser tan fuerte - mascullé - Esta carga, esta situación, ES DEMASIADO. IZUKU ES SOLO UN NIÑO, TODOS LO SOMOS. NO TENDRÍAMOS QUE ESTAR PASANDO POR TODO ESTO. PINTASTE EL ONE FOR ALL COMO UN REGALO PARA IZUKU, UN MILAGRO, UNA OPORTUNIDAD. PERO ES UNA CARGA, UN CASTIGO QUE ÉL NI PIDIÓ NI SE MERECE. ESTÁ ASÍ POR CULPA TUYA.

En algún momento de decir todo eso, mis ojos habían cedido a las lágrimas, rompiendo a llorar y empapando mi rostro. Pero, cuando me di cuenta de lo que acababa de salir por mi boca, me arrepentí al instante.

- L-lo siento, no sé qué me ha pasado... - dije - No e-era mi intención, n-no lo decía en serio...

- No, tienes razón... - suspiró - Esto no hubiera sucedido si yo hubiera hecho las cosas bien.

- N-no, no debí...

Fui interrumpida por el sonido de un grito agudo, y me giré hacia la puerta.

- Eri... - susurré.

Me levanté rápidamente de mi asiento y salí de la habitación. En el pasillo encontré a un grupo de gente aglomerada, y me acerqué corriendo. Abriéndome paso entre la gente y más de un segurata con porras levantadas, pude ver a Eri en el centro de aquel barullo.

- ¡ERI! - la llamé.

- ¡Shayumi! - exclamó entre lloros - ¡Ayúdame, por favor!

El cuerno en su cabeza había crecido considerablemente, y mostraba un brillo blanco que solo ocurría cuando su don se descontrolaba.

- ¡Esta niña es peligrosa, aléjese todo el mundo! - gritó uno de los guardias de seguridad del hospital.

Traté de seguir abriéndome paso, pero ese mismo segurata se me interpuso en el camino.

- ¡Señorita, debe alejarse!

- ¡Apártese de mi puto camino! - le grité, dándole un rodillazo en el estómago y pasando.

Por fin llegué donde estaba Eri, así que la agarré rápidamente, me senté en el suelo con la espalda en la pared y ella sentada entre mis piernas, y creé una cúpula sobre nosotras.

- ¡Shayumi, tengo miedo! - dijo Eri, con gruesos lagrimones cayendo de sus ojos.

- Eri, corazón, no tienes nada que temer, ¿Vale? - tomé su rostro entre mis manos - Mírame. Estás conmigo. No va a pasarte nada mientras esté a tu lado.

- ¡Quiero ir con los papás! - lloró, abrazándome y aferrándose a mi chaqueta.

- Iremos a verlos, te lo juro - apoyé su cabeza en mi pecho y empecé a acariciarle el pelo - Pero tienes que calmarte primero... ¿Puedes hacerlo por mí...?

Asintió levemente con la cabeza y empezó a respirar algo más lento, tratando de calmar su respiración. El cuerno empezó a menguar poco a poco, y el brillo se apagó.

- Muy bien, mi pequeño unicornio. Vamos a salir de aquí...

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¡Gracias por leer!

Capítulo nuevo, capítulo nuevo, capítulo nuevo (la autora hace un bailecito). Aish, como echaba de menos escribir cosas nuevas para "Black Alchemist"

Para el próximo capítulo, os voy a hacer una pregunta, y vuestra respuesta será tomada en cuenta a la hora de escribirlo; ¿El don de Eri ha afectado a Shayumi, sí o no? Es decisión vuestra xb

Dicho esto, ¿Cómo estáis? Contadme.

Hasta la próxima <3

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