06.- Prueba de comprensión de quirks
Salí a las pistas, donde ya se encontraban tanto mis compañeros como mi padre. Parecía que la clase ya había empezado.
- ¿¡Un examen de comprensión de quirks!? - gritaron algunos alumnos.
Como supuse. Hacía prácticamente lo mismo todos los años. Me crucé de brazos mientras escuchaba como habla sobre el sistema educativo de la UA, y de las pruebas que haríamos.
- Bakugo - dijo dirigiéndose a Kacchan - ¿Cuán lejos podías lanzar en la escuela media?
- 67 metros - contestó.
- Genial. Ahora inténtalo usando tu quirk. Haz lo que necesites, pero no salgas del círculo.
Bakugo (ahora ya sabía su apellido) se situó en el círculo de lanzamiento. Estiró un poco el brazo y tomó impulso.
- ¡¡MUERE!! - gritó lanzando la pelota, que fue impulsada por una gran explosión.
La onda expansiva me empujó un poco hacia atrás, pero me mantuve en el sitio.
- Es importante conocer nuestros límites. Es el primer paso para ver qué tipo de héroes seréis - mostró un aparato con la longitud del lanzamiento de Bakugo.
- ¿¡705,2 metros!? ¿¡En serio!? - gritó alguien detrás de mí.
Se formó un gran barullo entre los alumnos, asombrados por el anterior lanzamiento.
- ¿Así que os parece "increíble"? Esperáis convertiros en héroes en los próximos 3 años, ¿y creéis que todo será diversión y juegos? - su semblante se tornó oscuro - Bien. El que tenga menor puntuación en la media de las 8 pruebas... Será expulsado.
- ¡¡No puede ser!! - volvieron a gritar.
- Vuestro destino está en vuestras manos. Bienvenidos al curso de héroes de la UA - se apartó el pelo de la frente, y mostró su sonrisa más siniestra.
Observé a mis compañeros. Bakugo mostraba una sonrisa confiada, mientras que la mayoría mantenían un semblante serio y/o preocupado. Por su parte, Izuku parecía estar pasando muy mal rato. Me acerqué a él, posando mi mano en su hombro, y él me mostró un débil amago de sonrisa. La chica castaña empezó a quejarse, Shota por su parte volvió a soltar un largo discurso sobre las dificultades de ser un héroe, y las responsabilidades que ello conllevaba.
- Eso es "Plus Ultra", usar tu fuerza para superarlo todo. Así que hacedlo - dijo con una leve sonrisa - La demostración ha terminado, ahora es de verdad.
Esas últimas palabras dieron pie a la primera prueba: 50 metros lisos.
Prácticamente todos usaban sus quirks, ya fueran Iida usando los propulsores de sus gemelos, como Bakugo las explosiones. Me tocaba correr junto con la chica castaña, la cual tocó sus prendas de vestir. Teniendo en cuenta su kosei, seguramente quería quitarse peso extra. Yo, por mi parte, simplemente hice unos pocos estiramientos. Mi kosei no servía en esa prueba, así que solo correría.
- ¡YA! - chilló el robot.
Aceleré rápidamente, y recorrí los 50m a la mayor velocidad que mis piernas me permitieron.
- 5,16 segundos - anunció la máquina.
- Podría haber hecho menos tiempo... - pensé para mis adentros.
Unos toques en mi hombro me sacaron de mis pensamientos y me giré, encontrándome con la chica de antes.
- ¡Hola! Soy Ochaco Uraraka, la chica de la "Gravedad 0" - me saludó.
- Te recuerdo, tranquila. Yo soy Shayumi Akishiro - contesté con una sonrisa.
- ¡Has corrido genial! ¡Y sin usar tu quirk! Eres muy rápida - estaba muy animada.
- Muchas gracias, supongo. Tú tampoco te quedas atrás, buena idea lo de quitarle el peso a la ropa.
- ¿Te has dado cuenta? - rió.
Era una chica muy agradable. Seguimos hablando un poco hasta la siguiente prueba: Fuerza de agarre.
Había varias personas rodeando a un chico alto con muchos brazos. Al parecer, había conseguido 540kg. La verdad es que era impresionante. Yo solo había conseguido 63kg. Mi kosei no era precisamente físico, pero estaba bien entrenada.
Tercera prueba: Salto de longitud.
Por fin una prueba en la que podría "destacar". Me situé delante de la línea, flexioné mis rodillas y salté. Ya tenía bastante capacidad de salto de por sí, pero eso no me vendría mal. Concentré una gran cantidad de aire con mi kosei entre mis manos, y las puse detrás de mí. Liberé el aire con una gran fuerza, la onda del cual me impulsó hacia delante, ganando unos cuantos metros más.
- 9,73 m - avisó el robot una vez mis pies tocan el suelo.
Cuarta prueba: Salto lateral.
Nada por destacar, no era la gran cosa. Eso sí, había un chico bastante bajito que hacía muchísimos, rebotando entre dos montañas de "bolas" moradas.
Quinta prueba: Lanzamiento.
Uraraka usó su kosei en esa prueba, anulando la gravedad de la pelota. Shota mostró el medidor, el cual tenía un símbolo de infinito en la pantalla. Muchos de los alumnos se impresionaron, y yo mostré una pequeña sonrisa.
- Siguiente turno: Shayumi Akishiro - anunció mi padre.
Me coloqué dentro del círculo y cogí la pelota.
- Podemos utilizar cualquier método, siempre que no salgamos del círculo, ¿verdad? - pregunté, mirando la pelota.
- Efectivamente - respondió.
La observé, planteándome todas las posibilidades que tenía, incluidas sus variantes e inconvenientes. Al final, me decanté por una.
Dejé la pelota en el suelo, y usé mi kosei para crear un pequeño muro a su alrededor. Después puse ambas manos en el suelo, creando un enorme pilar bajo la pelota: al ser estrecho, podía ser muy alto, superando rápidamente los 90 metros. Y ahora, venía lo difícil. Dejé una lámina de hormigón de menos de 1 centímetro de grosor bajo la pelota, haciendo que todo lo demás se hundiera, dejando en pilar completamente hueco. Respiré profundamente e hice que el hormigón ascendiera rápidamente a través del conducto, con la bastante fuerza como para romper la lámina e impulsar la pelota todavía más alto.
- 178 metros - dijo Aizawa con su típico semblante cansado - Siguiente turno: Izuku Midoriya.
Salí del círculo, a la vez que Izuku entró en el.
- Buena suerte - le susurré.
Me mostró una débil sonrisa y cogió otra pelota. Me uní a mis compañeros, y observé como mi amigo tomó impulso con el brazo, el cual se estaba volviendo rojo. Lanzó la pelota, pero esta sólo alcanzó 46 metros.
- Huh, pero si estaba intentando usarlo... - murmuró Izuku, notablemente contrariado.
- He "borrado" tu quirk.
Me giré para ver al obvio dueño de la voz. Su cabello azabache estaba alzado, y sus ojos eran de color rojo brillante, como cada vez que usaba su kosei. Con su mano derecha agarraba las vendas que rodean su cuello, haciéndolas "levitar", y dejando que se pudieran ver unas gafas amarillas.
- Ya empezamos... - susurré.
- Ese ridículo examen de admisión... Completamente irracional si consideras que alguien como tú entró - criticó mi padre.
- ¿Borrado...? Esas gafas... ¡Pues claro...! - tartamudeó Izuku - ¡Eres Eraserhead, el héroe borrador!
Los murmullos se hicieron presentes entre mis compañeros, muchos de ellos no conocían el nombre de "Eraserhead". Y era normal, mi padre nunca quiso ser un héroe muy conocido.
- Pude ver cómo no puedes controlar tu kosei. ¿Esperabas que alguien interviniera para ayudar después?
- ¡N-no, no es así...!
- Lo que fuera que estuvieras planeando, podría haber creado inconvenientes a los de tu alrededor. Hubo un héroe que salvó a más de mil personas de un desastre, se hizo leyenda. Tendrás su mismo espíritu, pero quedas incapacitado tras salvar a una sola persona - explicó serio - Izuku Midoriya, no puedes convertirte en un héroe con un poder como el tuyo.
Desde donde estaba escuché como Izuku tragaba saliva con pesadez. Mi padre estaba siendo demasiado duro con él... Suspiró, cerrando los ojos, y su pelo volvió a la normalidad.
- Te he devuelto tu kosei, tienes otra oportunidad - dijo cansado - Acabemos con esto de una vez...
Izuku murmuró y volvió a posicionarse para lanzar.
- No tienes ninguna oportunidad - sentenció el profesor, mientras Midoriya tomaba impulso.
Esa vez, solo su dedo se tornó rojo. Lanzó la pelota, que salió disparada vertiginosamente hacia arriba.
- Este dolor, no es nada comparado al de antes - masculló entre dientes, sosteniendo su mano.
El medidor pitó, y la pantalla mostró un número: 705,3
- ¡Sensei...! - gritó, dirigiéndose a mi padre - Aún... Puedo moverme.
Me fijé en su mano: el dedo con el que había impulsado la pelota estaba morado, seguramente roto. Su rostro mostraba una sonrisa mordiéndose el labio, seguramente para evitar gritar por el dolor.
- Este chico... - suspiró Shota sorprendido, con su característica sonrisa siniestra.
Los alumnos estaban impresionados por tal lanzamiento. Yo mostré una sonrisa ladeada.
- ¡Bien hecho, Izuku!
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¡Gracias por leer!
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