02 | Siguiendo mi instinto

TED

Cinco meses después de la desaparición:

Ya han pasado cinco meses desde que Adria ha desaparecido. Fue todo tan repentino que no lo vimos venir, cosa que nos ha dejado sin saber qué hacer desde el momento que decidió huir para acabar con la persona que todos esos años la hizo sufrir, convirtiéndola en lo que fue.

Al momento de encontrarnos con Antonio —el chófer de transporte aéreo en B&K— nos dijo que Adria le había dado órdenes para que se fuera, ya que ella iba a regresar por su cuenta.

Pasó la noche y ella no apareció. Una semana y lo mismo. Supimos de su éxito contra Madeline cuando encontraron el cuerpo y salió en las noticias, pero de Adria nada, desde ese momento fue un misterio su paradero, incluso para Doble B, quien era una de las personas más cercanas a ella.

—¿Viste las noticias ayer? —pregunta un chico que está recostado en uno de los casilleros del pasillo.

—Para nada, ¿qué pasó ahora?

Alessandro también ha desaparecido de nuestro radar, pero no porque le haya pasado algo. Más bien, desde que dejaron en mal estado a su hermano, no ha querido saber nada más acerca de nosotros o algo que tenga que ver con Adria. Me preocupa lo que pasó en el último momento que estuvieron juntos, ya que al menos yo no sé con certeza qué fue lo que sucedió para que lo que tuvieran se haya destruido.

Al menos sé que lo que sucedió con el hermano de Alessandro no es culpa de Adria; ella hizo todo lo posible para proteger a las personas que quería, pero no podía hacerlo ella sola, así que todo se salió de control.

—Otro asesinato, a Marcos Humckberg.

—¿El que creó esa aplicación para el móvil?

Triana y Carlos por fin optaron por empezar a salir. Creo que todo por lo que pasamos hizo que la atracción surgiera entre ellos. Ahora están viviendo en un apartamento cerca de la salida de Wedram. Aunque Carlos sigue luchando con su problema con la bebida, ahora es mucho más leve.

—Tiene el mismo... ¿Cómo le dicen?

—Modus operandi.

—Exacto, el mismo modus operandi que Black. ¿Te acuerdas?

La conversación se me hace interesante, así que opto por hacer como si estuviera buscando un cuaderno para quedarme más tiempo en el casillero.

—Pero lleva meses desaparecida. Hasta dicen que está muerta y que esa nueva asesina es alguna fanática que se encaprichó con el tema y ahora hace lo mismo para llamar la atención de los medios.

—Lo malo es que esa nueva asesina no está viendo quién es bueno o malo. Es como si lo hiciera por puro placer.

Sí, también me he dado cuenta de eso.

Adria no actuaría de esa forma y, por más que Doble B diga que ya no hay esperanzas en encontrarla, yo aún creo que sigue con vida. Da escalofrío el solo pensar que alguien se está haciendo pasar por Adria, asesinando tanto a inocentes como a mafiosos.

Los chicos por fin se van y me quedo por un momento de pie frente a la puerta. Sacudo levemente la cabeza para salir de esos pensamientos y dirigirme a otra aula.

Gracias a una última petición de Adria hacia Doble B, me he quedado a ayudar en lo que pueda a cambio de tener dónde vivir. Aunque juntos decidimos que seguiría estudiando, ya que así le podría ser de mucha más ayuda. Pero, como ya había pasado mucho tiempo de que empezaron las clases solo estoy de oyente en las que más me interesan. 

Por fin terminan las clases y cuando salgo de la facultad veo que el clima está perfecto para una caminata. Prefiero irme a pie en vez de que alguien me busque, pero ahora es imposible por las constantes manifestaciones en la calle. Por eso Doble B prefiere que haya alguien custodiándome para evitar problemas.

He pasado por malos momentos a lo largo de mis últimos años de vida. Estuve casi tres años en completa soledad, huyendo de policías o gente que quería hacerme daño. Hasta que llegó Adria y, en cierta forma, salvó mi vida.

Gracias a ella estoy donde me encuentro ahora, teniendo una segunda oportunidad. Pasar por todo eso hace que sea más difícil conseguir amigos, aunque llevo cinco meses intentando integrarme de nuevo a la sociedad.

No es que los demás me alejen, al contrario. Al saber que vengo de parte del dueño de las empresas más importantes de Gualoriam, todos querían juntarse conmigo, pero se dieron cuenta que no tengo nada más interesante que eso y han terminado por alejarse.

Veo al chófer estacionarse frente las gradas, esperándome. Reconozco que todos estos lujos que tengo ahora me resultaron incómodos, pero con el tiempo he ido acostumbrándome. Bajo las gradas y cuando me acerco decido hacer una petición.

—Hola —saludo—. Podríamos ir...

—Lo siento, joven, pero el señor Berne a pedido que lo lleve directo a la mansión.

—Pero...

—Son órdenes.

Mierda. A veces extraño los tiempos antiguos. Extraño a mis compañeros, mejor dicho y esa libertad que solía tener.

Me subo de inmediato ya que no tengo a nadie de quien despedirme. Dejo la mochila al lado y la puerta es cerrada por el hombre mayor, después de eso se sube para hacer el recorrido.

Tardamos un momento en llegar y, en el camino, veo que se están formando protestas. Algunas me preocupan, ya que tienen doble intención, pero otras captan mi atención cuando veo lo que utilizan las personas.

Cascos de motoristas que simulan los que llevábamos hace meses y en el fondo me siento orgulloso porque ahora formo parte de una simbología de revolución. Todos los cascos son negros y algunos tienen las rayas de los colores que nosotros usábamos: rojo, azul, blanco y dorado. Los oscuros representan a Black.

Empiezo a parpadear repetidas veces para ocultar las lágrimas que amenazan con salirse. Nunca imaginé que iba a formar parte de esto.

Al llegar, le agradezco al chófer y voy directamente a mi nueva habitación. Es mucho más enorme de lo que puedo explicar, es cómoda, pero viviendo prácticamente solo la mayor parte del tiempo aquí, es soledad total que llega a sentirse profundamente.

Por eso, cada vez que Doble B aparece o me deja ir a visitar a Triana y Carlos, soy como un niño pequeño que le ofrecen su helado favorito.

He aprovechado el gran espacio de la habitación para ordenar algunas investigaciones que he logrado captar. Para que no lo vea nadie, lo he ocultado detrás de un mueble que es posible deslizar.

Ya ha llegado la noche y, como es costumbre, empiezo a alistar lo que acostumbro a hacer: enciendo la radio que he manipulado para que tenga la señal de la policía, pero muy pocas veces he tenido suerte y cuando dan avisos de algo que me resulta sospechoso, resulta que solo ha sido alguien con un mal intento de imitar o la nueva asesina que ya no se encuentra en el sitio y se ha escapado.

Aprovecho que Doble B dejó de lado el sistema de los trajes para poder salir con él cada vez que escucho un aviso por la radio. Al menos por debajo de mi ropa. Desde que intentaron rastrear el casco de Adria y fue un intento fallido, ya que la única señal que tiraba era que no estaba activado y así no podía ser rastreado, B&K terminó desactivando el sistema. Con suerte, los controles del casco aún siguen en funcionamiento.

Otra de las causas por las que Doble B no me deja salir constantemente, es porque se sospecha que la policía está siguiendo nuestros pasos al concluir en que Adria y Black son la misma persona y sospechando de B&K. Ya era lógico que pensaran eso, pero sin prueba alguna, no pueden hacer más que seguirnos para obtener un descuido de nuestra parte.

Sí, ya lo sé. Estoy siendo muy descuidado al salir de esa manera, pero por el momento me ha funcionado... aunque no estoy obteniendo nada.

Ya llevo un buen rato escuchando la radio y lo único que se logra captar es alertas de protestas saliéndose de control o robos, nada más. Rindiéndome, la apago y me acuesto porque ya se ha hecho tarde.

Escucho la voz de Doble B abajo, pero no me levanto, ya que los ánimos se me han venido abajo. Estando la habitación en completo silencio, logro escuchar lo que dice.

—No sé si quiso colaborar en algún momento —. Parece que habla por teléfono, ya que se queda callado para esperar respuesta—. Pero, aunque ahora está fuera de nuestras vidas, tendría que saber lo que se planea hacer por Adria, por su memoria.

Habla de Adria. Me levanto de inmediato y, en modo sigiloso, camino hacia las escaleras para poder escuchar mejor. Veo que está de espaldas. Me oculto para que no pueda verme y continúo escuchando.

—Sí, avísales, yo me encargo de hablar con el chico.

Cuelga el teléfono y voltea hacia las gradas, como si supiera que estoy aquí. Suelta un suspiro y camina hacia su despacho. Espero unos minutos para que no sospeche y lo sigo.

Al llegar, toco la puerta y, al escuchar un breve "pase", abro.

—Buenas noches, señor Byrlem —saludo al cerrar.

—Llámame Doble B, por favor —pide y asiento—. Justamente quiero hablar contigo. Siéntate.

—Yo también quiero hablar contigo —informo.

—Si me permites, hablaré yo primero, ya que pienso que es algo muy importante para ti.

Asiento porque, por lo que escuché en la llamada, se trata de Adria.

—Estuve hablando con Erick —comienza—. Tú sabes, el que se encargó de criar a Adria. Bien, ambos estuvimos de acuerdo en organizar una ceremonia para despedirnos de ella.

No comprendo y coloco una expresión que dice que no se da a entender. Lo nota, así que aclara.

—Una ceremonia, me entiendes. Un entierro más que todo, aunque su cuerpo no ha sido encontrado.

Sin pensarlo tanto, me levanto del asiento y abro la boca para empezar a decir algo, pero las palabras no salen de mí.

—Mira —continúa—, nunca creí que Adria, por sus propios actos, iba a revivir la historia de su familia, específicamente de su hermano. Ya te he dicho que a él también lo buscaron por meses y, al saber que no podían hacer más, se hizo una ceremonia sin cuerpo en forma de respeto y despedida.

—Pero ella no está... —Intento protestar, pero Doble B levanta la mano para que lo permita hablar.

—Ya son cinco meses, Ted. Cinco meses en los que no sabemos absolutamente nada de ella. La única que supo algo fue Madeline, pero está muerta para decirnos qué sucedió. Me temo que...

—No lo digas, por favor, no te atrevas.

—Me temo que Estuardo, al estar vivo, la atacó y solo él sabe dónde se encuentra su cuerpo —comenta, ignorando mis palabras.

—¡Ella no está muerta, Doble B! ¡Adria no permitiría eso!

Me observa con absoluta lástima y eso hace que me sienta aún más afectado.

—Sé lo que ella significó para ti. —De repente siento mi cara arder—. Te ayudó y fue la primera persona que te tendió la mano y te protegió. Ella era como una hermana para mí, pero ya es hora Ted. También me duele, pero ha pasado mucho tiempo.

Pienso acerca de todo lo que ha pasado en estos meses. La información que he recopilado, que no es mucha, pero puede servir de algo, solo necesitaría a la persona correcta para que me ayude a llegar al fondo de esto.

—¿Qué hay de Alessandro? —pregunto—. ¿Él no ha obtenido alguna cosa que nos ayude?

Suelta una pequeña risa, no de gracia, si no de una manera seca.

—Alessandro no quiere saber nada de Adria.

—Lo sé, pero... ¿No se amaban? ¿No la amaba?

—Lo hace o lo hizo, pero hay cosas que simplemente son difíciles de asimilar.

En eso tiene razón, pero hay que intentar algo más, una última cosa más.

No sé cuáles son los motivos de Alessandro para comportarse de esa manera, pero sé que puedo hablar con él para que me ayude.

—¿Ya hablaste con él?

—No —responde—. Estaba a punto de hacerlo.

—No lo hagas, por favor —suplico—. Déjame hablar con él antes de eso. Dame tiempo, puedo...

También se pone de pie y camina hacia la ventana para ver al exterior.

—Mañana es sábado, tengo mi día libre. Solo dime dónde se encuentra.

—No sé si sea lo correcto.

Me atrevo a acercarme hacia dónde está y le coloco una mano sobre el hombro.

—Sé que tienes esa esperanza al igual que yo —comento—. Muy en el fondo sabes que Adria está con vida y que todos esos asesinatos que ha habido las últimas semanas se te hacen sospechosas.

—Un mes —comenta y mi felicidad crece—. Te doy un último mes para que averigües lo necesario y me entregues pruebas que me convenzan de que Adria esté con vida. Roguemos que no sea la que está asesinando a diestra y siniestra.

Asiento, mucho más decidido que antes y camino hacia la salida, pero me detengo al escucharlo hablar.

—Por la mañana sales hacia donde se encuentra Alessandro. Piensa desde ahora cómo lo convencerás.

Sonrío y camino hacia mi habitación. Al estar ya sentado en la cama, abro la gaveta de la mesa de noche y saco la hoja doblada y, al extenderla, se encuentra la letra clara y elegante de Adria.

Antes de marcharse, dejó dos cartas. Yo solo tengo una, que fue general, la segunda era una más personal y la tiene en su pertenencia Alessandro. Gracias a que pude ver que la guardaba con delicadeza, ahora sé que no será difícil hablar con él.

Antes de apagar la luz de la habitación y dormir para mañana, leo por no sé cuántas veces más, la carta. 

Ya quisiera tener esa determinación...

Oficialmente ya estoy de vacaciones, así que una de mis metas para este mes es actualizar constantemente esta historia y la otra que estoy escribiendo. Aunque debo admitir que mi prioridad por este momento es terminar Black.

¿Qué piensan qué pasará con Alessandro y Ted en su próximo reencuentro?

Ya me emocioné y sí, estaré dando desde ya mini spoilers del próximo capítulo en las notas de autora, por si algún día alguien lee esto y así le dejo con mayor intriga para que siga leyendo.

(...) Gracias por convertirse en mi familia, en la nueva familia que disfruté por un breve momento y, de lo único que no me arrepiento es de haberlos conocido.

Waaaa, ya voy a llorar. Hasta el próximo capítulo.

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