48 | ¡Sorpresa!

BLACK

Sigo a Madeline con la mirada, sin siquiera parpadear ahora que por fin puedo verla de cerca y no con algo que cubra su rostro.

—Así que por fin quieres hablar —dice, con un tono arrogante.

—Exacto. Quiero saber cuál es el trato. —Voy al punto, porque no quiero seguir perdiendo el tiempo.

—¿Y por qué quieres tener un trato conmigo de repente?

—No dije que quería tenerlo —respondo mientras le doy una rápida mirada a los hombres—, solo quiero escucharlo.

—Relájate —pide—. No harán nada si te mantienes quieta.

Me recuesto en la pared para tomar distancia y sentirme más segura. Observo fijamente a la tipa.

—Bueno, entonces hablemos.

—¿Qué quieres saber? —cuestiona.

—El trato, Madeline. Pero antes, quiero dejarte en claro algo —digo de inmediato—. Si le llega a pasar algo a Erick, te juro que te arrepentirás hasta del día en que naciste.

—¿Qué podrías hacer estando encerrada? No me amenaces cuando eres la vulnerable en estos momentos, aquí no eres nadie y nunca lo fuiste.

Evado la mirada, pero no porque me haya herido lo que ha dicho, sino porque es cierto que no puedo hacer más. Por eso tengo que ganar algo de tiempo mientras Erick averigua cómo salir.

—¿Qué quieres? ¿Cuál es el trato? —Vuelvo a exigir.

—Que te unas a mí —responde después de un largo silencio.

—¿Así de simple?

—Sí.

Sin poder evitarlo, suelto una risa, que provoca que entrecierre los ojos. Dejo de reír de inmediato cuando me doy cuenta de que no es una broma.

—¿Por qué crees que haría algo así? —Decido preguntar, porque no comprendo sus motivos.

—Para poner a salvo a Erick y los demás. —Eso hace que lo que queda de mi sonrisa se apague de inmediato—. A tus amigos.

—No metas a nadie más en esto. Ya sabes de lo que soy capaz y ustedes ya no tienen más tácticas.

—Oh, querida. Nos sobran muchas tácticas, por eso estás aquí.

Bueno, en eso tiene razón, pero fue porque me descuidé. Caí en una trampa.

—¿En serio eso quieres? —pregunto y ella asiente—. ¿Cómo sabes que no te traicionaría? ¿Cómo no piensas que cuando te des la vuelta no te clavaría una navaja en el cuello después de todo lo que nos has hecho pasar?

—Siempre tengo un As bajo la manga —comenta y, como ve mi confusión, aclara—: ya sabrás a lo que me refiero. Por lo que pude darme cuenta, lo que te importa es la familia, los amigos, tus seres queridos.

—Mira, si me vuelves amenazar nuevamente con eso...

—Esta vez no es así. Todos tenemos una debilidad. La nuestra es la familia.

—¿A qué mierda te refieres?

—Llámalo. —Ignora mi pregunta y le habla a uno de los guardias.

Habla por código en el radio y solo logro entender que todo está listo. Esta señora está loca si cree que haré un trato con ella.

Alguien se acerca y me enderezo.

—¿Qué? —cuestiono a Madeline—. ¿Qué tiene que ver él con todo esto?

Señalo al chico que se detuvo en el marco de la puerta.

—Pasa hijo —pide ella—. Lo correcto es que tú se lo digas.

Estuardo se acerca a su madre y, cuando me ve, sonríe.

—Es un gusto verte de nuevo, hermanita.

Me quedo un momento observándolo, mi mente se queda en blanco. Estoy esperando que diga algo para explicar lo que acaba de decir.

Espera.

Hermana. ¿Hermana?

«Mierda», es, literalmente, todo lo que mi mente puede crear.

Quiero creer que es algún tipo de broma, otra vez, aunque no creo que los Bonnedetti tengan sentido del humor. Ninguno trata de ocultar una risa y eso me preocupa.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste —habla Madeline—, pero no te atormentes. Ahora te lo explicamos.

Solo asiento para que continúen, ya que no puedo hacer más que eso. 

¡Sorpresa!

¡¡Quééééééééé!!

Corto, pero revelador, muy revelador.

Pobre Adria, creo que ya la he hecho sufrir mucho como para que le den todavía esta noticia.

En el próximo capítulo leeremos la historia que empezó toda esta venganza, porque sí, Adria no fue la primera, ni mucho menos quien empezó esta historia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top