39 | Recibimos respuesta inmediata

BLACK

—¡Mierda, mierda, mierda! —exclamo—. ¡Qué estúpida!

Camino de un lado a otro, ahora en el pasillo. Alessandro, Diecinueve y S están de pie, observándome.

—¿Qué fue eso? —pregunta Alessandro.

No logré controlarme y, si ella fue la mujer responsable de mis desgracias, ya sabe quién soy y porqué estoy haciendo esto. Le repetí las mismas palabras que años atrás le dijeron a mi padre.

—Nada —respondo, tratando de tranquilizarme—. Ahora solo esperemos a ver su reacción.

No pensé antes de actuar, pero ya es demasiado tarde.

—¿Crees que podrá enviarnos respuesta? —pregunta S.

—Quédate al pendiente, por favor.

Estoy en la cocina, intentando comer algo a pesar de no tener hambre. Al levantar la vista, veo a Alessandro recostado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados. Está a punto de hablar, cuando escuchamos los gritos de S.

—¡Black, ven rápido, es un vídeo!

Los dos salimos corriendo de la cocina y nos topamos con Diecinueve saliendo de su habitación y los tres entramos al área de tecnología. S está sentada frente al monitor.

—Vamos —dice—, acérquense.

En la pantalla aparece Madeline con un traje blanco, elegante y empieza a hablar.

Recibimos con éxito el mensaje y, como nos pediste, Black, te damos una respuesta.

El vídeo cambia de vista y en la pantalla se encuentra Blazer, quien está muy herido. S suelta una exclamación de sorpresa.

Sabemos que este... hombre —comenta, agarrándolo de los cabellos— es uno de ustedes. Supongo que es valioso y no quieren que lo lastimemos, bueno, más de lo que ya está. Les sugiero que mantengan a Estuardo en muy buenas condiciones, por tu propio bien y el de este tipo.

» Les propongo un intercambio. —Sí, justo lo que quería—. Estuardo, por su preciado compañero. Ah, y Black, lamento la muerte de tu familia. Adrián Kemper fue una... ¿Cómo decirlo? Una lamentable pérdida, fue una lástima que sucediera todo aquello, podía evitarlo. Piensa en mi propuesta, y espero verte pronto.

El video termina y la habitación queda en silencio. No siento que tengo mis manos hechas un puño, hasta que las palmas empiezan a doler.

Mis sospechas se han hecho claras, ya sabe quién soy y ahora puedo confirmar que es la asesina de mi familia.

Alessandro me observa y habla.

—Sí es ella, Adria.

Asiento.

—¿Esto causará problemas? —pregunta Diecinueve—, quiero decir... ¿Sabe dónde estamos?

Volteo hacia S para que responda.

—No —responde—. Desvíe la ubicación antes de que entrara el vídeo.

Me quedo sorprendida por sus habilidades, pero lo de Blazer me tiene preocupada.

—¿Y qué haremos? —dice S con preocupación.

—No creo que haya intercambio —anuncio—. A la primera oportunidad matará a Blazer.

—¿Nos quedaremos sin hacer nada? ¿No escuchaste? ¡Lo va a matar!

—De todos modos, lo matará. Lo siento, pero esto no se toma a la ligera, hay que pensar muy bien qué hacer. No podemos confiar en tipos como ella.

—¿Lo sientes? ¡Tú no sabes sentir! —Ahora grita—. ¡Lo único que sientes es ganas de asesinar sin pensar en los demás!

Tras eso, se levanta y sale de la habitación.

—Genial, otra que se va —habla Alessandro, sin muchos ánimos y sale.

Diecinueve solo me observa, niega y termina por irse.

¿Y ahora qué? ¿Tengo la culpa de lo que está pasando? Solo he dicho que no se toma a la ligera este tipo de asuntos, hay que planear algo para que Blazer no salga muerto. Aunque dudo que de alguna u otra forma salga con vida.

Salgo de la guarida para buscar a S, ya que la he buscado adentro por todos lados y no le he encontrado. No falta algún auto, además del que Blazer se llevó, así que supongo que está en los alrededores.

Tengo más o menos una idea de dónde pueda estar, así que camino hacia allá.

Cuando voy llegando, veo una silueta sentada encima de una roca. Definitivamente es S, quien tiene la cabeza gacha y está llorando.

—Siento lo que dije —habla, en cuanto me acerco—. Yo no quise... no quise decirlo.

—Está bien. —La tranquilizo—. Ya era hora de que alguien me lo dijera.

—No sé qué me pasó —. Con el dorso de su mano se seca las lágrimas—. Solo siento que no es justo que lo dejemos a un lado.

—Y no lo es, pero no podemos atacar así como él lo ha hecho, ve como terminó. —Asiente—. Todos estos días no he querido decir nada —confieso—, pero ¿Qué pasa entre tú y Blazer?

—Nada —comenta, después de un silencio—. En los días que ustedes no se hablaban pasé un tiempo con él, intentando comprender su comportamiento y descubrí que es una buena persona a pesar de su actitud arrogante o la forma pesada en la que se comporta. Solo está enojado, como todos nosotros.

Pienso en cómo se comportaría Blazer con ella para que diga esto.

—También sufrió una pérdida —continúa—. No lo justifico, sé que está mal, pero es una forma de ocultar todo el sufrimiento.

—Te dije que todos tenemos un punto débil y que poco a poco ibas a ir descubriendo el de todos.

—Sí, lo recuerdo. Y, ¿cuál es el tuyo?

Me quedo un largo rato pensando. Recuerdo a mi familia, lo bien que vivíamos, los buenos momentos que pasamos. Recuerdo a mi hermano, el que siempre me hacía reír con sus ocurrencias. Siempre estaba a mi lado, siempre estuvo apoyándome.

Recuerdo mi niñez y mis últimos días de adolescencia. Nunca imaginé en esos tiempos que iba a terminar así. Y, por último, recuerdo los hermosos momentos que he pasado con Alessandro.

Nos hemos alejado tanto y, a pesar de que no lo demuestro, me duele.

—Muy pronto lo sabrás.

Levanto la vista hacia el cielo para ver las estrellas.

—¿Puede ser una debilidad no tener remordimiento? —pregunta—. Lo digo porque tal vez esa sea la tuya.

—Yo lo llamaría más un defecto —respondo—, pero créeme cuando te digo que he pasado varias noches sin dormir por las pesadillas que me atormentan. Algunas son culpa y otros recuerdos.

—Te creo, porque sé que en el fondo no eres la chica ruda e insensible que creas para tapar tu dolor. A veces pienso que entre Blazer y tú hay muchas coincidencias. Ambos cubren sus sentimientos con las actitudes y eso los está matando.

«Exacto», pienso.

Como me quedo en silencio, ella continúa hablando.

—Ya lo hemos decidido, Black, iremos a la mansión de los Bonnedetti para sacar a Blazer de ahí —comunica—. Tienes razón, con Madeline no se sabe qué hará y lo más seguro es que en realidad no quiera hacer algún intercambió. ¿Nos ayudarás?

Me levanto de inmediato de la roca.

—¿Pretenden hacer eso? ¿No saben lo arriesgado que será para todos hacerlo en estos momentos?

—Tomaremos ese riesgo, ¿vienes o no?

—Hace poco iban a matarnos y eran solo unos cuantos hombres, en la mansión habrá más. Será un movimiento suicida.

—¿Dejarás morir a Blazer? —pregunta, poniéndose de pie.

—No dejaré que nos maten —corrijo.

—Oigan. —Diecinueve aparece detrás de nosotras—. Tienen que venir.

Se da la vuelta y regresa por donde vino, sin esperarnos. S y yo compartimos una mirada y empezamos a caminar a la guarida. Cuando entramos, vemos que Alessandro está caminando de un lado a otro, con celular en mano.

—¿Qué ocurre? —pregunta S.

—Estuardo —responde y guarda el móvil cuando nos ve—. No sé cómo lo hizo, pero escapó.

—¿¡Qué!? —exclamo, totalmente impactada—. Pero si hace poco estuve aquí.

Voy corriendo al área de entrenamiento, los demás siguiéndome. Al entrar, la estantería está casi por caerse, la puerta abierta y en la pequeña habitación solo se encuentra la silla con las cuerdas tiradas. 

Ay, madre.

Black: ey, ey, ey, ¿qué pasó aquí? Solo me fui por cinco minutos.

Sí, yo también estoy sorprendida.

Alessandro, Diecinueve y S se han decidido ir por Blazer ellos solos. ¿Cómo saldrán las cosas? ¿Qué hará Black para tener otra vez las cosa bajo control, ya que todo se le está yendo de las manos?

Creo que en estos momentos piensa que está 1000 veces mejor trabajando sola, jeje.

Adelanto del siguiente capítulo para que se piquen y sigan leyendo:

 "—¡Alto, ahora! —pide un hombre, mientras otros cuatro nos apuntan con sus armas".

Sí, todo se está saliendo de control.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top