31 | Situación inesperada
BLACK
Me encuentro llorando en la habitación, todo se salió de control en uno instantes y no he podido evitarlo.
Sí, llorando. Yo, Adria Kemper, alias Black (la asesina más buscada de Gualoriam) estoy llorando por tanta mierda que sucede.
Minutos antes:
Blazer me pasa una de las armas que lleva y juntos, avanzamos hacia la salida. Al llegar a la sala de reuniones, veo a Diecinueve asustado, quien se levanta al vernos.
Se escucha que la puerta es forzada de nuevo y S se sobresalta.
—Tranquilos —digo—. S, necesito que vayas al área de tecnología y te quedes ahí para abrir la puerta cuando te lo pida.
—Está bien. —Avanza sin dudarlo.
—Tú, Diecinueve, acompáñala.
—Pero... —intenta protestar.
—Ahora —exijo antes de que ambos bajen—. S, a mi señal por la cámara, abres la puerta.
Ella ya sabe que me refiero a la cámara que enfoca el inicio de las gradas para subir a la salida. Asiento en silencio hacia Blazer y cada quien se cubre en una de las paredes a la entrada de la sala. Veo hacia la cámara y vuelvo a asentir.
Se escucha el pitido de la puerta al abrirse y después de un breve silencio, alguien empieza a bajar por las escaleras.
Volteo hacia mi compañero y está más atento que nunca para ver la señal de atacar. Los pasos están más cerca. Falta poco para el ataque...
Ahora.
Ambos salimos y apuntamos hacia la persona que se encuentra delante de nosotros. No lo reconozco al instante ya que realmente no me lo esperaba por nada del mundo, mi cerebro no estaba listo para procesar este evento. Pero, en cuanto veo su rostro por más segundos, no dudo en bajar el arma y colocar mi codo en el pecho de Blazer para evitar que continúe avanzando.
No sé qué cara tengo en estos momentos, pero veo de reojo que Blazer está desconcertado ante mi reacción.
—Adria —pronuncia Alessandro.
—¿Qué —balbuceo—... qué haces aquí?
No he terminado la pregunta y veo que se acerca —no he quitado el codo del pecho de Blazer— para rodearme con sus brazos.
—Alessandro, ¿qué haces aquí? —repito en un hilo de voz.
Escucho a Blazer aclararse la garganta. S y Diecinueve se asoman por las otras escaleras. Volteo hacia ellos, solo girando la cabeza, ya que aún no me ha soltado y veo sus rostros de alerta. Blazer les hace una seña, indicándoles que todo está bien.
—Yo... supongo que todo está bien —habla—. Estaremos en la planta baja por cualquier cosa.
No, nada está bien, pero no lo digo en voz alta ya que no quiero que piensen mal.
Se lleva a los otros consigo y logro escuchar a Diecinueve preguntar qué sucede. En cuanto se alejan, toda mi atención se va a Alessandro, quien ya me ha soltado.
—Adria, necesitamos hablar —comenta.
—¡Claro que necesitamos hablar!
Lo guio hasta la sala de reuniones, Alessandro está observando todo, pero no lo detengo hasta que pasan unos minutos.
—¿Cómo has llegado? ¿Cómo supiste que estamos aquí? ¿A caso Doble B o Erick te lo dijo?
—Ellos no tienen nada que ver con esto —defiende—. He estado esperando alguna llamada o mensaje de tu parte, pero no fue así. Supe que estabas aquí porque me quedé hospedado en un hotel cerca del centro y te vi llegar y después de eso te seguí en el auto hasta que llegaste a este sitio.
—¿Nos seguiste?
—¡Por Dios, Adria! Era la única opción que tenía. En cuanto desperté en el hospital la segunda vez y ya no supe nada de ti, me preocupé mucho. Doble B evadía mis preguntas y Erick no hablaba. No hice nada antes para no preocupar a mis padres, pero ahora que mejoré estoy aquí. Han pasado semanas, Adria.
—Vete —digo sin más, ignorando sus palabras.
—¿Cómo? —pregunta, perplejo.
—Vete, no quiero que entres más en estas cosas.
—Pero...
—¡Que te vayas, joder!
Su rostro cambia por mi grito.
—No. —Sigue firme ante su decisión—. No me iré ¿Y sabes por qué? Porque te amo, Adria. Te amo y no voy a permitir que caigas en esto sola.
—No estoy sola —comunico—. Tengo apoyo.
Suelta una risa de burla y me sorprendo ante su reacción.
—Ellos están aquí por su propio beneficio, no para ayudarte. Es por su deseo de venganza al igual que el tuyo. Yo sí estoy aquí por ti.
Maldición.
—No, Alessandro. Ya te he hecho demasiado daño, como para permitir que te metas a esto.
A este punto ya siento un nudo en la garganta y la vista empieza a nublarse a causa de las lágrimas que amenazan con salirse. Pero no, no lo haré, no delante de él, al menos.
—Esa ya no es tu decisión —comunica—. Yo decido cuánto daño puedo recibir y estoy dispuesto a cualquier cosa, pero que sea a tu lado.
Habla en serio.
—Vete —pido por última vez.
Me doy la vuelta, dándole la espalda para que no vea el estado en el que me encuentro.
—No.
—Te lo pido en serio, Alessandro —murmuro porque ya no soy capaz de hablar con voz más fuerte, si lo hago, termino por romperme—. No soportaría que algo más te pasara, con lo que te hicieron pude darme cuenta de lo mucho que te involucré en mi porquería.
Toda la preocupación viene a mí, imaginando lo vulnerable que seré si permito que se quede, tendré esa constante sensación de protegerlo y no me centraré en mi verdadero objetivo. Pero... mierda, mi egoísmo no se acaba así que también sé que estando conmigo estará más seguro que en cualquier otro lado. Lo protegería con mi vida si es necesario.
¿Quién más lo haría?
Sé que me estoy comportando como una chiquilla, él también, pero yo sí llego a mi límite.
Agacho la cabeza cuando siento las lágrimas correr por mis mejillas. No puede ver que estoy así. Quisiera gritarle, empujarlo, hacer lo necesario para que se vaya, pero tampoco es lo correcto.
Noto que intenta acercarse, pero doy un paso hacia adelante Me frustro porque sé que por más que le ruegue, no se irá.
Camino hacia las habitaciones, escucho que me sigue, pero avanzo con más velocidad hasta poder quedarme encerrada en la habitación.
Paso frente al área de tecnología, la puerta está abierta y mis compañeros se encuentran ahí. Por fin llego y cierro con fuerza. Suelto las lágrimas que he intentado contener, mientras me recuesto en la puerta.
—Acabo de hablar con ella. —Es Alessandro, hablando fuerte a propósito—. Me integraré al grupo.
Camino directo a la cama y sostengo una de las almohadas, llevándola a mi boca para no hacer tanto ruido, o al menos que no sea audible para ellos. Entierro la cara en ella y empiezo a sollozar.
Suelto todo lo que llevo acumulado, desde lo de hace unos momentos, hasta lo que sucedió hace diez años, ya que esta es una de las pocas oportunidades que tengo para demostrar lo que realmente siento.
No me doy cuenta de lo temerosa que soy hasta ahora, cuando estoy poniendo en peligro a alguien tan importante para mí. Pero como mencioné ya: puedo protegerlo. Antes ha sido atacado y no he estado ahí para ayudarle. No voy a permitir que pase eso de nuevo.
Los protegeré con mi vida.
Awwww, lo que hace el amor... y pues a mí eso me encanta.
Me encanta este nuevo Alessandro, aunque siempre ha demostrado que quiere estar al lado de Adria pase lo que pase, en esta nueva faceta vamos a ver su lado agresivo, su lado valiente y algunas otras cosas que les van a sorprender, estoy segura.
¿Adelanto de lo que encontrarán en el siguiente capítulo? Aquí les va:
"—Me mentiste, prometiste salir de esto y ve en qué estás metida. Tengo el derecho de estar aquí.
—Ni siquiera sabes sostener un arma —alego.
—Enséñame".
Yo a ti te enseño hasta lo que no... 7.7
Hablamos en el siguiente capítulo, chau.
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