27 | Pequeño susto
BLACK
Lo primero que escucho es un gran estruendo que Carlos provoca al caer en unos pedazos de chatarra cuando está huyendo de un tipo que lleva persiguiéndolo por un buen tiempo.
En realidad, los dos estamos siendo perseguidos por varios tipos, pero Carlos se ha quedado sin municiones, así que tiene que pelear a mano propia. No puedo ir a ayudarlo ya que también tengo que encargarme de unos cuantos.
De Triana ni se hable, ella no hace este tipo de cosas y quiso permanecer en el auto para así poder ayudarnos de alguna manera desde ahí, esto dicho por su propia boca.
Disparo para quitarme de encima a uno que me está pisando los talones. Solo faltan dos y pronto podré ir a ayudarlo.
Pero ¿qué diablos pasó?
Cincuenta y siete minutos antes:
Al día siguiente de haber llegado a la guarida, nos llegó la oportunidad perfecta para empezar con nuestro plan.
Por el momento, consiste en que Triana se encargue de llevarnos lo más cerca posible al centro y después esperar su señal para saber si ya ha regresado a un lugar seguro. Se encargará de monitorear las cámaras que están esparcidas por las calles.
¿Cómo? No lo sé. Lo que sé es que nos guiará a las avenidas menos transitadas para no levantar sospechas si algo sale mal.
Vamos a detener un movimiento ilícito que nos enteramos gracias a los contactos de confianza de Doble B. A pesar de que el cargamento no es de mayor importancia, es perfecto para empezar.
Vimos nuestra primera oportunidad y la aprovecharemos. Aunque lo tomaremos más para calcular al enemigo, ya que no venimos aquí a evitar entrega de drogas o armas, sino que estamos aquí por venganza.
Ahora ya cada quien se encuentra en posición, por fin empezamos a actuar.
—Estoy lista —habla Triana a través del comunicador.
—Esperamos tu señal. —Le recuerdo.
Carlos se encuentra en una cafetería, infiltrado entre los peatones. Mi posición es diferente, estoy sobre un edificio de cinco pisos, ya que tengo que estar atenta a cualquier movimiento sospechoso.
—Logré entrar —informa Triana—. Solo tenemos que esperar a que salgan de la mansión.
Después de asentir, encuentro un periódico a mis pies, alguien debió haberlo dejado aquí. Lo levanto porque leo el título de la portada, y sé que es un artículo importante. Busco la página para empezar a leerla y cuando la encuentro, me siento en la orilla mientras Triana hace la señal.
NUESTROS REPRESENTANTES
En esta historia nunca faltan los políticos desastrosos, si los comparamos con gobernantes históricos, sería perfecto hacerlo con los emperadores romanos.
En Gualoriam ha habido gobernantes homicidas, como en caso de Netrian o Fernando Quinn; un gran incompetente como Robert Herrera (1985-2025); alguien completamente indigno de confianza como Miguel Kan y ahora nuestro ex gobernante Frank Breitkopf (1986-2028) quien ha sido asesinado la mañana del primero de agosto de este mismo año en una conferencia donde alegaba que era inocente a todo lo que se le acusaba.
Pero... ¿Cuáles eran sus delitos?
En su tiempo como gobernante se ha desatado una gran crisis económica. Si se ven los datos de años anteriores, se puede asegurar que estos han sido los peores.
Dejando eso a un lado y hablando éticamente: se le consideraba alguien racista. Esto mismo dicho por la población a la que le era diferente.
Había derrocado a varios de sus propias tierras para tener un paso libre en la industria, aunque la mayoría de nosotros sabía realmente para qué era. ¿Lo malo? Ninguno hizo algo para defender a esa pequeña parte de la ciudadanía. Como siempre, nos quedamos sin realizar nada.
Corrupción, terrorismo y una gran crisis económica es lo que más está sobresaliendo en estos tiempos. Privación de libertad hacia los de bajo nivel económico. Genocidios, torturas a las personas de campo que se niegan a colaborar con sus tierras...
Hasta que un día hubo una única persona que decidió acabar con el sufrimiento. Black, la famosa asesina —justiciera para algunos—, que hace más de siete años supimos de su existencia con su primer asesinato al jefe de un cartel que gracias a ella ya no existe. No conocemos su verdadero nombre, mucho menos su rostro, salvo que es un «ella».
¿Deberíamos dejar de llamarla asesina? ¿Qué tan involucrada está la policía en la mafia para solo salir a defender a esas personas, pero no a su pueblo?
Tomando ese tema: ¿qué tan involucrado estaba Breitkopf en la mafia? Algunos testimonios de víctimas anónimas lo afirman:
"Tras escuchar una gran balacera —informa un vecino del lugar—, mi familia y yo nos ocultamos en el sótano como siempre hacemos cada que ocurre un atentado. Los balazos provenían de una casa vecina. Al momento de cesar los disparos, esperamos un momento y mi curiosidad me ganó, así que volví a subir, aunque mi esposa no quería que lo hiciera, y me atreví a ver por la ventana. Lo que vi me sorprendió, o quizás no porque era lo que me esperaba, pero verlos de cerca da miedo.
» Eran los trabajadores de los Bonnedetti quienes estaban causando todo esto. Logré escuchar muy claramente sus amenazas contra los vecinos lo estaban gritando, ya que la familia estaba muerta en ese momento: «les dimos la primera advertencia y nosotros no damos una segunda. Si deciden no colaborar como ellos, les irá peor». Luego de eso, se marcharon y todos en la colonia salimos de nuestras casas. Fue toda una sorpresa al ver la marca que había frente la vivienda, la famosa frase de Madeline Bonnedetti: «Los errores se pagan».
» Aquí nos conocemos muy bien, somos una comunidad pequeña. Nos apoyamos entre todos y sabemos que él asesinado no tenía problema con la mafia, sino con el gobierno por no ceder sus tierras. Nosotros sabemos más que nadie que Madeline es una de las mayores cabecillas de la mafia, así que ambos estaban involucrados".
Sin piedad alguna, don Esteban, su esposa y dos hijas menores de edad fueron asesinados por no querer colaborar con el gobierno. Estamos hartos de esta situación, no es la primera y supongo que no es la última familia asesinada a manos de esa familia, por manos de nuestros propios gobernantes.
¿De verdad no haremos nada sabiendo que Madeline, la mayor influencia de mafia se postulará como próxima presidenta?
Piénselo. Ojalá pronto se hiciera justicia.
Bajo el artículo hay fotografías de la casa que quedó completamente destruida a causa de tantos disparos. Leer la famosa frase de esa mujer me llena de repulsión. Es como si me hicieran un recordatorio de muchos de los motivos por los que estoy aquí.
—La información de Doble B es correcta. —Escuchar la voz de Triana me saca de mis pensamientos—. Hay camionetas de dos kilómetros de donde están. Será mejor que empiecen ya.
—Bien, empecemos —comunico.
Visualizo que Carlos se levanta de su asiento para empezar a caminar hacia el callejón del edificio donde me encuentro.
El plan es que él viaje por las calles y yo por la azotea para cubrirlo.
—Necesito que avancen tres cuadras a la derecha, siguiendo esa misma dirección.
Empezamos a caminar y salto azotea tras azotea. Después de dos cuadras veo hacia abajo y me encuentro con Carlos en el callejón.
—Si la información que dieron es correcta —habla Triana de nuevo—, están cerca del lugar destinado para la entrega... Carlos, lo más conveniente es que te encuentres con Black arriba. Hay varios hombres custodiando las calles.
—Voy para allá —responde este y lo espero.
Cuando Carlos alcanza la azotea, le hago saber que se coloque la máscara que ambos tenemos, para que no puedan reconocerlos. También lo hago.
Con arma en manos, avanzamos. A ninguno le cuesta saltar entre los edificios. Noto que tiene buen entrenamiento a pesar de pasar años dedicándose a beber.
—¿Cómo aprendiste este tipo de cosas? —pregunto, ya que la curiosidad me gana.
—No eres la única que tiene una buena condición física, soy exmilitar, he recibido entrenamientos extremos.
No logro responder porque escuchamos la voz de Triana.
—A doscientos metros será mejor que se detengan y entren en el edificio abandonando que está enfrente. Veo guardias más adelante hasta en las azoteas.
Al llegar, bajamos un nivel para tener mejor vista.
—Por aquí —habla mi compañero.
Entramos a una habitación vacía, soy guiada a una ventana donde tenemos una buena vista hacia la calle. Puedo confirmar lo que decía Triana: hay varios hombres alrededor y han cerrado el paso hasta para peatones.
—Están por llegar.
—Tú quédate aquí, yo veré si hay otro espacio en la habitación de al lado —comenta Carlos.
Después de dejar pasar unos segundos, le hablo por el comunicador.
—¿Encontraste algo?
—Sí.
Veo hacia la ventana ya que varios autos empiezan a llegar, son cinco en total que se parquean en fila. Hombres con traje salen de ellas, menos de la que se encuentra en medio.
—Estén listos —pido a mis compañeros.
Después de cinco minutos, llegan más camionetas que se estacionan frente las otras. Bajan más hombre y de último una mujer que camina hacia el centro.
Madeline.
Por fin baja alguien de la otra camioneta. Un hombre.
—Es Francys Sintrán —comenta Triana, sorprendida—, el alcalde de Loriam.
«Esto sería un gran espectáculo para la prensa». Pienso, y no puedo evitar pensar en Alessandro.
—Bien. —Empiezo—. Carlos, tú eres el francotirador, te encargarás de eliminar a los hombres que sean necesarios.
—Lo tengo.
—Si es posible intenta dales a los tanques de gasolina, pero recuerda no matar a nuestras celebridades. Todavía le falta mucho por sufrir antes de morir y Triana.
—¿Sí?
—Quiero que estés al pendiente si es necesario huir.
—Bien.
—Recuerden —. Les hablo—, este movimiento será para que se den cuenta que tienen enemigos, personas detrás de ellos. Solo tómenlo como un tipo de entrenamiento para tener idea de a qué nos enfrentamos. No nos tiene que salir perfecto dado a lo sorpresivo que fue este asunto, pero hay que tratar.
Asienten detrás del micrófono. Pido esperar unos minutos más para que piensen que todo lo tienen bajo control. Yo veo a través de la mira del rifle, tengo apuntado hacia la frente de Madeline. Es una gran tentación, pero no caeré.
—¿Puedes empezar con una explosión, Carlos? —cuestiono—. Claro, siendo el auto más lejano para no provocar mucho daño.
—Ok.
—¿Listo? Ahora.
Veo un auto salir volando a causa de la bala dirigida al tanque de gas. Madeline y el señor Francys son escoltados por varios hombres mientras buscan con la mirada al causante.
Juntos, empezamos a dispararle a varios hombres. Estos caen y otros se han escondido detrás de las camionetas, pero mueren gracias a Carlos, que se encuentra en una posición perjudicada para ellos.
Otro auto explota y escucho a través del audífono a Carlos felicitarse él mismo. Dejo de disparar ya que siento una mirada penetrante. Apunto la mira hacia ella y se trata de Madeline, quien ya está hablando con un hombre viendo a mi dirección.
—¡Retirada! —exclamo y de inmediato empiezo a salir de la habitación.
Me topo con Carlos, quien también ha salido y subimos de nuevo a la azotea ya que escuchamos a varios hombres desde abajo. Al salir, nos tenemos que cubrir de inmediato ya que no queremos ser heridos a causa de los disparos que vienen de los otros edificios.
Nos ocultamos detrás de una columna y salimos de vez en cuando para contraatacar.
—¡Vamos! —expresa Carlos—. Vienen más desde abajo.
Al avanzar, logro darles a tres antes de saltar al próximo edificio.
Acierto dos disparos, justo los hombres que me faltan para poder ir con Carlos, pero me detengo porque veo que el único hombre que hacía falta ha muerto.
—¡Sigue! —grita.
—Triana —llamo—. ¿Sigues en posición?
—Me estoy acercando lo más que puedo a ustedes, soporten unos minutos más.
Carlos se acerca a mí y le entrego otra arma. Salimos en busca de la dirección que nos ha indicado la chica.
—¿Tienes idea de dónde es? —pregunta Carlos.
—Ninguna. Alejémonos de aquí en lo que Triana nos da indicaciones.
Ya no veo a más hombre armados, así que continuamos con más calma.
—Triana, necesito tus indicaciones.
—Dos cuadras al frente, dos a la derecha.
—¿Es seguro?
—Claro. No hay ningún sospechoso, pero dos cuadras abajo se están acercando más hombres hacia ustedes. Apresúrense.
Caminamos lo que nos indica, hasta que por fin llegamos a una gran fuente y también el auto en el que hemos venido.
Al entrar, encontramos a Triana con una laptop y logro distinguir en la pantalla varios cuadros que muestran las calles de Loriam. Cuando me acomodo en el asiento de copiloto, me quito la máscara y Carlos hace lo mismo. Los dos sudamos por el recorrido y limpio mi sudor con la manga de mi blusa.
—Bien por esto. —Señalo la pantalla.
—No fue nada en realidad —comenta, sonrojada—, es lo más básico.
Le sonrío y ahora me dirijo a ambos.
—Todos lo hicimos bien, espero que seamos un buen equipo.
Triana me sonríe y Carlos solo asiente viendo hacia la ventana.
—Necesito un trago —susurra.
La chica enciende el auto y conduce hacia el refugio. Antes de llegar, dice:
—Ahí puedes saber si nos siguen, solo observa el rango.
Veo la pantalla del computador que no hay nadie siguiéndonos. Continuamos avanzando.
—Necesitamos conocer más estas calles —comenta Carlos—, no podemos depender siempre de Triana para saber dónde movernos.
—Tienes razón —dice la chica—, estuvimos a punto de ser detectados, si no fuera porque estaba viendo las cámaras.
—O necesitamos a alguien que se encargue de guiarnos a través de ellas. —Doy la única opción que nos queda.
Hola, ¿cómo se encuentran? Pues yo bien, ahora un poco lento con las actualizaciones ya que estoy empezando a organizar mi vida, jeje. Espero que eso mejore antes de iniciar las clases nuevamente.
Espero que su vida esté yendo bien y, si son estudiantes que estén sacando muy buenas notas. :)
¿Creen que Black ande pensando en algo con esa última frase? Jeje. Se aceptan teorías aunque creo que ya es lógico.
Nos hablamos en el próximo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top