26 | Presentaciones
BLACK
No creí que fuera tan difícil; quiero decir: me lo imaginé difícil, pero no fue el mínimo asomo de eso.
En cuanto lo vi con el rostro relajado y los ojos cerrados, mi corazón se ablandó al instante. Cuando los abrió y sentí su mirada, me llené de una alegría inmensa al saber que se encuentra bien.
Pero ahora lo he dejado solo con el doctor y yo ya me encuentro entrando a la casa de Doble B. Me tengo que quitar todos estos pensamientos de la cabeza para concentrarme en lo que estamos por hacer.
—¡Por fin! —exclama Byrlem en cuanto me ve—. Espero que no hayas roto los sentimientos de ese chico.
Ignoro sus palabras y camino hacia el salón principal donde están Carlos y Triana. Los saludo antes de sentarme frente a ellos, ambos están confundidos, en especial Triana.
—Pensé que ibas a traer a alguien más —habla Carlos.
—No.
—Bien, ya que el grupo está completo —. Comienza Doble B para aligerar la tensión—, lo primero que deberíamos hacer es presentarnos.
Estoy de acuerdo, así que asiento.
—Empiezo yo —continúa—. Aunque ya todo aquí lo saben, lo haré como ejemplo para que se guíen. Mi nombre es Berne Byrlem, pero me pueden decir Doble B ya que eso suena más interesante. Estoy en este grupo porque desde el principio he estado con ella —. Me señala—. Yo fui quien se encargó de que mi querida Black contactara con ustedes. Aunque no le dije que lo hiciera de la forma en que lo hizo, esa fue su idea. En fin, apoyaré a Black en esto ya que la apoyo en lo que pueda. Mi función en este grupo será proporcionarle el equipamiento necesario.
Todos sentimos y espera a que alguien tome la palabra.
—Adelante —anima—, aunque no lo quieran aceptar, ya formamos parte de este equipo. Estamos aquí por el mismo motivo: los Bonnedetti. Tenemos que estar unidos.
Eso parece animar a Triana ya que es la siguiente en hablar.
—Mi nombre es Triana Diamek. —Voltea hacia Doble B para saber si lo está haciendo bien—. Pero soy más conocida simplemente como "S".
Eso parece sorprender a Carlos.
—Estoy en este grupo porque Madeline se encargó de separarme de lo único que tenía, mi padre. —Carraspea para continuar—. Estoy dispuesta a ayudar, en lo que pueda. Mi función será mi especialidad: el hackeo y la tecnología. Con una buena computadora, internet y herramientas necesarias podré hacer lo que me pidan.
Sonrío ante su determinación. El que sigue es Carlos.
—¿Tienes algún trago? El mío se terminó y necesito algo para bajarme el dolor de cabeza.
—Vamos, hombre —habla Doble B—, después de tomas una pastilla.
Este solo suspira y comienza su presentación:
—Mi nombre es Carlos Argueta, pero díganme solo Carlos. Decidí unirme a ustedes porque ¡la desgraciada —. Empieza a alterarse— de Madeline se encargó de destruir mi vida! Tú, Brown o cómo te llames, me ayudarás a destruirla.
» Mi función en este grupo será manejar las armas, ya que es mi especialización. Me considero (al igual que Black) un buen disparador. Al menos cuando estoy sobrio.
Termina por dirigirme una mirada y no puedo evitar ocultar una sonrisa. Él hace lo mismo.
Ahora es mi turno.
—Bueno, ahora que estamos en confianza y sabemos que estamos en el mismo bando y con un objetivo claro —suspiro—. Mi nombre es Adria, pero ustedes díganme Black, que es como todos me conocen. Decidí formar este equipo porque sé que esa familia merece algo más que ir a la cárcel, algo más que morir.
» Necesitan saber cuánto daño han provocado y para eso necesito de su ayuda. Mi función será guiarlos y cuidar sus espaldas. Haremos que esa mujer pague por todo.
Termino, y el silencio vuelve a la sala.
—¿Y cuál es el plan? —pregunta Carlos.
Pedimos que nos sigan a la siguiente habitación.
Después de una hora y minutos de explicar el plan y responder preguntas, ya hemos regresado a la sala principal.
—¿Qué esperamos para irnos? —cuestiona Carlos.
Doble B y yo estuvimos un buen rato explicándoles sobre el plan. Varias veces no estuvieron de acuerdo. Se dijeron las ventajas y cambiamos algunas cosas lógicas gracias a la ayuda de dos cabezas más.
—Solo estoy esperando a recibir información —informa Doble B—, se trata de un tipo de refugio donde ustedes podrán estar sin ser descubiertos. Nos comunicaremos desde ahí.
Después de comer algo y esperar a que Doble B nos afirmara el vuelo, cada uno tomó un descanso.
Pasa un tiempo hasta que Berne nos informa que ya todo está listo, así que ahora nos dirigimos hacia Loriam, pero no al centro —donde viven los Bonnedetti—, sino en un lugar apartado.
En el transcurso del jet privado, todos van en silencio. Supongo que aún no hemos entrado en confianza. Hace unos días no me comunicaba con nadie más que no sea Erick, Doble B, Alessandro o algunos trabajadores, y ahora, estar con ellos... no es fácil acostumbrarse. Espero que cuando vaya pasando el tiempo, tengamos una mejor comunicación.
Por la forma en la que encontré a Triana, supongo que no interactuaba más que con sus amigos virtuales; Carlos, él con los únicos que se comunicaba era con el barman y con sus golpeadores.
Es difícil para todos.
Bajamos cuando el jet aterriza. Nos encontramos en medio de un desierto. Me alejo para el pequeño edificio que se encuentra a unos metros.
—¿Crees que esto sea un buen lugar para ocultarnos? — pregunta Carlos.
—No hay más que tierra alrededor del edificio, estamos en medio de un desierto tropical y si Doble B nos mandó hacia acá, ten por seguro que así será.
El edificio se ve abandonado, es como esos que salen en las películas de terror: las estaciones de gasolinera que tienen tienda en medio de la nada.
—Acompáñenme —pide Doble B al acercarse.
Nos dirigimos a la puerta que da al interior del sitio. Las estanterías están llenas de polvo, todo está en estado abandonado.
—Esté será el escondite para entrar al sitio —habla, mientras muestra una tarjeta—. Con esto se abrirá la bodega.
Camina hacia una puerta que también está llena de polvo y, con un pañuelo que lleva en su bolsillo, limpia el escáner. Coloca la tarjeta y suena un pitido. Empuja para abrirla y vemos unas gradas que llevan hacia abajo.
Asiente antes de empezar a bajar. Unas luces se encienden de manera automática mientras avanzamos. Después de unos segundos más, llegamos a una nueva habitación.
—¡Señores, bienvenidos a su guarida! —dice Berne.
Estamos en una habitación que, por lo que tiene, es de reuniones. Hay un sofá en forma de L, una mesa de metal y un pizarrón. Está equipado especialmente para nosotros.
Bajamos unos escalones más para llegar al comedor, cocina, dormitorios y baños. Hay siete cuartos en total y dos baños. El lugar es amplio y está de forma subterránea para que no sea visto desde afuera.
Tres serán nuestras habitaciones, una para cada uno; otro está equipado y fue nombrado como área de tecnología. Triana ha quedado encantada con esa habitación.
En cambio, lo que nos maravilló a nosotros dos, fue el de entrenamiento. Hay todo tipo de armas y un gran espacio para poder entrenar y practicar.
Dos habitaciones quedan desocupadas.
Berne nos lleva a la sala de reuniones de nuevo y abre una nueva puerta que no había visto antes. En ella salimos al parqueo de los autos. Que, al igual que las otras habitaciones, está en completa oscuridad hasta que entramos a ella.
—Este es el parqueo —anuncia Doble B—. Hay una puerta automática que con la ayuda de los aparatos dentro de los autos se puede abrir. Todos lo tienen. Hay tres autos lujosos y una furgoneta.
Entonces, la guarida queda dividida de esta forma:
En la entrada principal se encuentra la tienda abandonada, en ella está la puerta que se abre con la tarjeta —Doble B nos entregó una a cada uno—, al bajar las escaleras nos encontramos con la sala de reuniones y el estacionamiento. En el piso de abajo están los dormitorios, baños, áreas y el comedor-cocina.
Le doy las gracias a Doble B y se marcha pronto por asuntos importantes que tiene que resolver. Siempre los tiene, así que ya no es novedad que nos deje en medio de escenas como estas.
Ya es de noche, así que decidimos descansar. Aunque ninguno pueda hacerlo.
Hola, espero que este año 2024 esté siendo lleno de éxito para ustedes. Oficialmente esta es la primera actualización del año 01/01 para ser exactos.
Así que este año empezamos con todo, jeje.
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