BLACK

A paso seguro, avanzo hacia la entrada, donde se encuentra una larga fila para poder entrar. Camino directo hacia el lado de la entrada que está vacío porque antes de salir del hotel, pude darme cuenta que Doble B se encargó de entregarme un pase VIP.

Camino directo al guardia y le entrego el boleto, que tiene detrás unas letras doradas. Este me deja entrar con facilidad, pero antes de que continúe, me entrega un antifaz dorado con delicadas decoraciones alrededor.

—Su asiento será el veintitrés —habla, mientras me coloco el antifaz.

Asiento y me detengo a los pocos metros después de avanzar, ya que me sorprende lo elegante del lugar.

Hay muchas personas vestidas con sus mejores trajes. La mayoría de individuos traen un antifaz corinto, mientras otros pocos llevamos el de VIP. Unas van caminando admirando el lugar, mientras otros apuestan.

El lugar es mucho más grande a lo que se ve afuera, el piso está totalmente alfombrado y en ella se aprecian polillas rojas; y hay grandes lámparas colgadas en el techo, que sueltan una luz rosada.

Se acerca a mí una camarera, quien lleva una máscara que tapa por completo su rostro. Me ofrece una copa y decido aceptarla.

Empiezo por dar una vuelta por el lugar para averiguar más sobre el dichoso evento, pero lo único que obtengo es otra copa de vino y aburrimiento.

Después de unas preguntas intercambiadas con un mesero, me entero que el evento se trata de una subasta y me ha entregado un folleto donde se encuentran las más importantes pertenencias que estarán en juego.

No me llama la atención este tipo de eventos, mucho menos las apuestas; así que me alejo del bullicio y voy a una barra que se encuentra casi solitaria.

Pido una bebida no tan fuerte y cuando me la entrega le doy pequeños sorbos.

Volteo mi cuerpo encima del asiento para ver lo que sucede alrededor. Estoy por darme otra vuelta, cuando noto algo.

Un chico rubio, quien es uno de los camareros del sitio, por la máscara y la ropa que lleva, le está echando una clase de sustancia a las bebidas que lleva.

Volteo hacia las pocas personas que se encuentran en la barra para saber si también se han dado cuenta, pero cada quién está en su mundo.

El chico no se ha percatado de que lo he visto y ese es su terrible error ante lo que está a punto de cometer.

Camina directo a un guardia que se encuentra frente un pasillo oscuro, que ahora noto, es el único no iluminado. Levanto la vista y me doy cuenta del segundo error que comete.

Las cámaras enfocan directo al pasillo.

De un momento a otro, el chico tropieza, derramando las bebidas sobre el guardia. Lo veo decirle algo y se aleja con rapidez, quedando a unos cuantos metros. Para mi sorpresa, el guardia cae a los pocos segundos.

Me levanto del asiento, sorprendida ante lo sucedido.

Camino hacia el incidente ya que varias personas también lo están empezando a hacer. Hay un círculo alrededor del hombre y otros guardias intentan reanimarlo.

Estoy a espaldas del pasillo y de reojo noto como el chico camina a toda prisa. Cuando ya se ha alejado, volteo al lugar y no distingo más que oscuridad.

Me alejo del círculo, viendo hacia el techo, directo a la cámara y sé que ya están enterados de lo que pasa y pronto vendrán más guardias.

Tiene que haber algo ahí para que alguien tome tal riesgo, así que decido seguir al chico aprovechando que todos están distraídos.

Al avanzar me doy cuenta que las opacas luces solo pueden distinguirse al acercarse. Piso algo y bajo la mirada. Es la bandeja de las bebidas y la máscara.

Sigo avanzando hasta que me encuentro con una puerta medio cerrada, me acerco y trato de distinguir hacia el interior.

Es una habitación blanca llena de objetos reconocibles gracias al folleto que me fue entregado. Es la habitación donde se encuentran los objetos que se subastarán. Más adelante se encuentra el chico quien sostiene un collar hecho de jade. Lo sé por el tipo de material y color.

Veo como lo guarda en una de las bolsas de su chaqueta y agarra otro objeto. Una daga antigua.

Sin hacer el menor tipo de ruido, entro a la habitación y pregunto:

—¿Quién eres y qué haces aquí?

Como el chico a estado de espaldas todo este tiempo, se sobresalta, tirando la daga al suelo. Al momento, voltea y puedo distinguir su rostro.

No ha de tener más de dieciocho años. No me equivoqué al predecir de que se trata nada más que un chiquillo. Es rubio y sus ojos se distinguen por un celeste pálido. Es extraño, ya que no había visto unos de ese tono tan claro.

—¿Yo? ¿Qué haces tú aquí? —remarca.

—Llamaré a los guardias. —Intento asustarlo.

—¡No, espera!

Salgo de la habitación y veo guardias acercarse a lo lejos.

—Mierda —susurro.

Me quedo frente la puerta y el chico se ha quedado paralizado al ver lo mismo que yo. Después de salir de su aturdimiento, me empuja para poder pasar, corriendo a la dirección contraria. Sin pensarlo tanto, también corro.

Los guardias nos gritan para que nos detengamos, logro visualizar al chico a pocos metros de distancia. Lo alcanzo a pesar de los tacones y para mi sorpresa, voltea con la daga que trae, intentando atacarme para que me aleje, pero logro sostener su muñeca y quitarle el arma. Sus cejas se hunden al ver que soy yo.

—¿Qué es lo que quieres? —pregunta.

—Lo mismo que tú, salir de aquí.

Llegamos al final del pasillo, pero tenemos la opción de continuar al otro lado o enfrentar a los guardias.

Decido luchar, y estoy por decírselo al chico, cuando noto que está agachado y con la daga —que no sentí cuando me la arrebató— destornillando el conducto de ventilación que se encuentra a nuestros pies.

Hace una seña, invitándome a entrar. Sin dudarlo, me agacho y entro al pequeño sitio avanzando para darle espacio.

No creo que esto haya sido la mejor de las ideas.

Hola, ¿primeras impresiones? 

¿Del bando bueno o del bando malo? Aunque, viéndolo bien, no se sabe quién es bueno o malo. Supongo que ninguno.

En fin... como pudieron darse cuenta en los primeros capítulos, aquí no solo nuestra principal protagonista es la narradora de esta historia, así que en el próximo capítulo hay algo especial (creo).