capítulo 5: Pelea entre 2 ángeles

[Bueno, bueno, bueno, continuemos dónde los dejé la última vez.
Sencillamente ese mismo día caminando de regreso a mí humilde morada disfrutando del tabaco en mis pulmones y varias costillas rotas, sentí qué un aura de tranquilidad me había abrazado, deseé qué esa bendita sensación jamás acabase, fue embriagante la paz qué regocijo en mí, así sin más le di otra bocanada a mí cigarrillo a medio terminar, para mí ya no importaba nada, sentí qué por fin podía morir en paz, lastimosamente esa sensación no estaba tan equivocada cómo imaginé, en un abrir y cerrar de ojos, literalmente el tiempo a mí alrededor se veía más lento, ha tal grado de detenerse por completo, creí qué fue por el cigarrillo, tal vez hinale muy rápido, tal vez tenía algo más, esos tal vez y más aparecían en mí mente, pero un aleteo me devolvió a la espantosa realidad, ese aleteo fue de unas alas muy grandes, no tarde tanto es suponer qué o mejor dicho quién fue él responsable al ver su sombra pasar encima de mí, un hombre y alas gigantes sólo pueden significar una cosa, un dolor de cabeza muy fuerte, él ángel aterrizó a varios metros enfrente de mí, tenía una especie de armadura blanca con toques dorados, pero aún así mi vista se centró en sus alas tan oscuras cómo el anochecer mismo, él me empezó a dar un sermón del por qué debería matarme y así, mientras qué yo sólo me limite a ignorarlo y fumar nuevamente, empecé a manejarlo mejor, ese desconocido no mintió al decirme qué me acostumbraria rápido, después de exhalar el restante de humo en mí cuerpo, tiré el cigarrillo y lo aplaste y dirigí mí mirada y empecé a hablar.]

-Oye imbecil, ¿por qué no vienés otro día?, hoy estoy de muy buen humor y quiero permanecer así unos días más

Ángel: ¡Maldito insolente! ¡¿cómo te atreves a dirigirte así ante mí?! ustedes los humanos son muy asquerosos

-Sí, sí, ahora vete por favor, quiero irme a descansar

Ángel: ¡AÚN TIENES EL DESCARO DE DIRIJIRME LA PALABRA! (él imbecil desenfundo su espada bañada en fuego y apuntó la punta de su espada directo a mí) siéntete honrado de morir a mí espada

-Tú sientete deshonrado por morir a mis manos

[Él ángel se enojó cómo no tienen idea, movió su espada en el aire lanzando un ataque de fuego, yo apenas y pude moverme tirándome al suelo, su ataque dio de lleno al restaurante familiar detrás de mí, explotó la entrada, todo se vio lento hasta qué el fuego y los cristales se detuvieron en el aire, parecía qué ese ángel presionó el botón de pausa en el mundo, hablando de él, empezó a elevarse revoloteando sus alas, empuño su espada con fuerza y lanzó una estocada qué me arrojó otra llamarada de fuego, me levante tan rápido cómo pude y corrí escapando de la línea de tiro, sentí la explosión golpeando mí espalda, sentí cómo volé varios metros estrellandome de cara en una camioneta. Herido y con sangre en mí boca trate de recomponerme pero él demonio de antes me dejó roto por dentro y ése ataque me dejó fuera de combate, por segunda vez en ese mismo día volví a pensar sí moriré, sí mí destino no era morir en manos de un demonio, sí no en la llameante espada de un ángel corrupto, lo único qué me mantenía despierto fue el sabor a óxido de mí boca, sentí un dolor indescriptible en todo el cuerpo.
Él ángel aterrizó nuevamente enfrente de mí, está vez a centímetros y encima de la camioneta, me sujeto de la cabeza y me levanto con brusquedad, me obligó a verlo a la cara, sus ojos reflejaban odio a mí presencia, su sonrisa tan arrogante fue lo qué más me molestó, yo simplemente apreté los dientes soportando mí divino castigo. Él empuño si espada con su mano libre apuntando a mí torso y yo sólo me prepare para aceptar mí destino, ese ángel estaba a punto de arrebatarme la vida cuando el filo de una lanza apareció en su cuello, a un costado de él apareció otro ángel con alas blancas, me pareció cómico en ese instante y lleve mis manos detrás de mí y observe su conversión.]

Ángel: ¿Se puede saber qué haces Amenadiel

Amenadiel: Lo mismo te pregunto Smahael

Smahael: Eliminó la escoria de Padre

Amenadiel: Padre te desterro por esto hermano, tienes tiempo para redimirte

Samahael: ¡Yo no pienso redimirme! ¡no pienso estar a lado de Padre sin hacer nada!

Amenadiel: No me hagas pelear con tigo, te pido qué vuelvas a casa por las buenas

Samahael: Yo ya no pertenezco allá

Amenadiel: Por favor hermano, no quiero matarte, vuelve a casa

Samahael: ¡YA TE HE DICHO QUÉ NO VOLVERÉ! (usó su espada para apartar la lanza de su hermano con brusquedad sin soltarmede la cabeza) ¡LOS HUMANOS TUVIERON MILLONES DE OPORTUNIDADES PARA UNIRSENOS Y AÚN ASÍ NO SE ARREPIENTEN DE NADA! ¡SIN IMPORTAR CUANTAS CATÁSTROFES LES ENVÍA PADRE NUNCA SON SUFICIENTES! ¡¿DICES QUÉ YO LE DI LA ESPADLA A PADRE?! ¡ELLOS LO HAN HECHO POR DÉCADAS!

Amenadiel: ¡ellos sólo están siendo provados y lo sabes!

-¿Te... llamas.... samahael?

Samahael: ¡¿AHORA QUÉ QUIERES?!

[Sin previo aviso, empuñe la daga oculta en mí pantalón, con una hoja atravesada por la daja, fue una fortuna qué sus gritos no dejaran escuchar el papel, y así sin más enterre la daga entre ceja y ceja del ángel, me soltó y ambos caímos al asfalto, estaba tan herido y cansado qué ya no podía levantarme, pero él ángel lo tuvo peor, también se convirtió en esa cosa viscosa y negra idéntica a aquel demonio e igual qué la vez pasada, también fue absorbido por la hoja de papel, ahora tenía una incógnita, ¿qué hago con él otro ángel?, ya no podía estar de pie y decidí arrastrarme a la daga, fue en vano, él otro ángel la tomó y retiro él papel de la daga.]

-Sí me vas a matar.... sólo hazlo rápido.... no siento nada...

Amenadiel: ¿Por qué lo haría?

-Mate a tu hermano enfrente de ti (me di la vuelta observando el cielo congelado)

Amenadiel: Sí, pero lo merecía, me guste o no admitirlo, me ahorraste el trabajo (se arrancó una pluma y la puso sobre mí he hizo qué empezará a brillar) listo, no te sane del todo, pero será suficiente para qué no mueras

-Gracias.... supongo... (me levante con algo de dificultad y sacudi la tierra de mi ropa) Amenadiel ¿verdad?

Amenadiel: En efecto (arrancó otra pluma de su otra ala y me la entregó haciendola cambiar de blanca a roja) considerame tu aliado, hace años qué no me topaba con un templario

-Gracias (tomé la pluma y la guarde en mi bolsillo derecho del pantalón) supongo qué estamos a mano

Amenadiel: Por ahora (me entregó de regreso la daga y la hoja de papel) adiós

[Amenadiel empezó a mover las alas y empezó a elevarse a los cielos hasta desparecer entre las nubes, segundos después el tiempo corrió con normalidad haciendo qué el daño colateral se hiciera presente, sólo hubo heridos, al final volví a la iglesia a la base secreta dónde él pastor atendió mis heridas y yo le conté todo al respecto y le di las hojas de papel.]

-Y con eso soy oficialmente un templario

Pastor: Casi, sólo hay algo qué hacer y tú iniciación habrá concluido, ahora vuelvo, mientras quítate la camisa

-Pederasta

Pastor: ¡Es parte del ritual idiota!

[Él pastor salió por un momento de mi vista y al volver tenía una cantidad de cosas, después me entrego un plato hondo de madera y lo sujete, despues coloco las hojas de papel qué le di y agrego una especie de ramas y plantas secas, después les prendió fuego y las apago con lo qué parecía ser agua y revolvió todo con una piedra ovalada hasta crear una pasta negra con un olor realmente asqueroso, sentí qué había perdido la nariz. Él pastor agarro con una mano toda esa cosa y la aplastó en mí espalda, sentí lo frío qué era eso, me heló todos los huesos, después escuché cómo él pastor recitaba una clase de conjuro y fue cuando dejé de sentir el insoportable frío y empecé a sentir un calor abrazador, sentí mí interioe arder en llamás, apreté los dientes y los puños con fuerza, el tormento parecía interminable hasta qué paro de golpe y suspiré aliviado. Aquello qué el pastor me hizo fue una marca qué me habriría muchas puertas, tanto en la tierra cómo en el inframundo.]






Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top