Capítulo 11: La armadura de Dios "La coraza de la justicia"
[La historia dice que Caín asesino a Obed por celos convirtiéndose así en el primer asesino de la historia, obviamente esto es una mentira, Caín amaba a su hermano, le tenía mucho aprecio y siendo el mayor tenía la responsabilidad de protegerlo, era evidente que se sintió mal cuando las catástrofes secuestraron a su hermano, él pobre no podía hacer nada más que rezar por que se encontrara con su hermano sin ningún rasguño, rezaba con todas sus fuerzas esperando se escuchado y recibir alguna señal divina, cualquier cosa, una insignificancia que le dijera que su hermano este bien.]
Protegidos por la coraza de la justicia (Efesios 6:14)
[Mí salida del infierno fue gratificante, tenía la oportunidad de adelantarme a aquella mujer demonio, la primera mujer de la tierra, ahora que se dónde estaban las demás piezas de la armadura fácilmente podría adelantarme, el problema es que este mapa no me dice que partes de la armadura fueron recogidas, tampoco me dice que parte de la armadura voy a conseguir, es casi cómo ir a ciegas, por desgracia no tengo tiempo de pensar en todo eso, tengo que buscar la manera de conseguir la delantera en este juego de ajedrez, siendo él único guardián vivo de la humanidad contra la reina desquiciada de la oscuridad, las piezas están en el tablero y ella fue la primera en hacer su movida, ahora es mi turno de defender y atacar. La peor parte es que mi amigo alado apareció con muy malas noticias.]
Amenadiel: Tengo muy malas noticias, el cielo se está preparando para una posible guerra, si eso sucede, las trompetas sonarán y será el fin de la humanidad
-ok, esas si son muy malas noticias
Amenadiel: Pero no es todo, libero a otra catástrofe, al peor de todos
-Amón, su simple presencia puede alterar al más tranquilo y calmado del universo
Amenadiel: Fuimos advertidos, si liberan a uno más, las trompetas sonaran
-Carajo, cómo persona no puedo viajar tan rápido, si uso las puertas al infierno para viajar por el mundo, será cómo jugar a los dados, no se a dónde me llevaran, conozco algunos pero no todos, lo único que puedo pedirte es que mantengas congelado el tiempo
Amenadiel: ¡No seas idiota!, sí hago eso, habrá graves consecuencias en el universo, nosotros los ángeles jamás estamos tanto tiempo en la tierra por que nuestro poder afectara el balance universal y podría traer consecuencias apocalípticas, el ejemplo de ello fueron las mismas catástrofes
-Ok entiendo, no hace falta que me des una clase de historia, mientras el tiempo pase, más fuerte se harán las catástrofes y Lilyth encontrará otra pieza de la armadura y tampoco puedes usar tus poderes por mucho tiempo, lo único que creo que podemos hacer es buscar la pieza más poderosa y usarla a nuestro favor
Amenadiel: Pero dijiste que el mapa sólo te dice dónde están, pero no te dice qué está hay
-Nada que un poco de magia no pueda solucionar, vuelve tu hogar y trata de conseguir un poco más de tiempo, aunque sean simples segundos pero no importa, a cómo de lugar consigue más tiempo, yo trataré de encontrar la pieza que necesitamos
Amenadiel: Bien, ten cuidado, tardare bastante para conseguirte el tiempo que necesitas, no desaproveches esta oportunidad
[Y sin más, el ángel desapareció de mi hogar luego de darme la información más critica de todas, otra catástrofe fue liberada y era la peor de todas, por suerte ambos aún seguían débiles y necesitarían conseguir energías para conseguir su forma física, eso sólo me daba a entender que estaba contra reloj, sin entrar en desesperación fui por algunas cosas para rastrear las piezas faltantes. Puse el mapa en una mesas rodeadas de velas, arroje sal bendita por todo la mesa y con un trozo de cuarzo blanco atado a una cuerda hecha con cabello de bruja empezó a moverse sólo, al principio se movió en forma de péndulo, hasta que se alzo en una dirección, fue extraño el dónde apuntó, no señalo ningún lugar del mapa, señaló la puerta de mi casa, fue extraño al principio, pero segundos después lo entendí, ella estaba hay, ella había tomado una de las piezas de la armadura y estaba con ella. La puerta cae de golpe y detrás de dónde estaba la puerta estaba la primer mujer de la humanidad la perversa madre de los demonios portando un cinturón dorado sobre su pantalón negro y ajustado al igual que el peto que le protegía el pecho sobre su blusa al parecer roja por las mangas largas que usaba la cual también cubría el abdomen y la espalda, era ella sin duda, una mujer sumamente alta y pálida de cabello negro cómo la obscuridad misma, unos ojos verdes llenos de maldad y cinismo acompañados de unos labios grandes y rojos estirándose en una sonrisa que dejaba ver unos dientes blancos cómo el frio que hay en todo su ser resaltando el par de colmillos que tiene en su dentadura.]
Lilyth: Buenas tardes señor, tendrá que disculparme pero debo matarte, eres lo único que se interpone en mis metas
-Ho ¿enserio viajaste mucho sólo por mí? qué considerada de tú parte? (le regale una sonrisa tratando de ocultar el miedo que me invadió de golpe por todo el cuerpo, quería moverme pero su simple presencia me dejaba pasmado, sentía que era un ratón enfrente de una serpiente gigante, por más que quería mover un musculo mí cuerpo no quería responder, sólo podía decirme mentalmente "muévete", "haz algo") creo que esa armadura no va bien contigo (me apoyé en la mesa intentando ocultar el mapa) no es de tú estilo
Lilyth: ¿Enserio? es una pena, me vestí así para ti (jugaba con un mechón de su cabello mientras fingía estar triste y desanimada) pensé que me veía bonita (se acercó a mí con un paso despreocupado) sólo quería ver quien sería mi enemigo mortal
-Bueno, ya sabes a lo que te enfrentas dulzura
[Ella quedó a centímetros de mí y rodea mí cuello con esos helados y tonificados brazos que tiene, estando más de cerca podía sentir con mayor potencia la diferencia de poder que había entre nosotros y entendí que no me asesino aún por que simplemente no quería, ella quería divertirse un rato con mingo por que sabía perfectamente que no tengo oportunidad alguna de hacerle algo, hasta yo mismo lo sabia, no habría que ser un cerebrito para saber que incluso con un ataque sorpresa sería incapaz de tocarla, lo único que fui capaz de hacer fue sostener su cintura con mis manos y tragarme mi valentía con una sonrisa para seguirle el juego.]
-¿A que se debe tu visita encanto?
Lilyth: Bueno (ella empezó a jugar con mí cabello con su mano derecha) sería una verdadera lastima que alguien cómo tú fuera asesinado por mí culpa y fue cuando pensé, "¿porqué no convencerlo de cambiar de bando?" y pues aquí estoy
-Es una tentadora oferta corazón, pero aun tengo cosas en que pensar antes de tomar una decisión
Lilyth: Sólo di que si (ella levanta una de sus piernas colocándola a un lado de mi cintura y se acerca a mi oreja para susurrarme) prometo que te divertirás todo lo que quieras cariño (ella muerde el lóbulo de mi oreja y la estira un poco)
-Bueno... tal vez podría considerarlo... siempre y cuando no robes la armadura
Lilyth: Hay bebé (usa su mano derecha para poner mi cara en su cuello) me encantaría cumplir tu capricho, pero mi odio ante todo es más grande que yo... lo siento mucho
-Bueno... supongo que no tengo alternativa (le empiezo a dar besos en su frio y helado cuello escuchando cómo ella empieza a dar pequeños gemidos
Lilyth: Creo que tampoco tengo opciones (con una sonrisa tatuada en su cara lleva su mano izquierda hasta mi entrepierna sujetando firmemente mi bulto) tú amiguito es muy grande
-(Dejo de darle besos en el cuello y la miro directamente a los ojos) imagina lo que podríamos ser sí no fueses una loca, sociópata, genocida y loca mujer (con mi fuerza en la boca le planto una mordida en su cuello escuchando un gemido más audible que los anteriores)
Lilyth: Seriamos un gran equipo, si tan sólo te unieras a mi bando (ella me separa de su cuello para unir sus labios con los míos dándome un beso muy voraz y lleno de lujuria, cuando el aire se acabo entre los dos, ella se separo y saco de mi boca su alargada y puntiaguda lengua de mi garganta) estas a tiempo de aceptar
-(Puse mi mano en su pierna levantada y la acerque más asía mi y con la otra empecé a acariciarle ese suave y grueso trasero)gracias, pero no gracias
[La lujuria se apodero de nosotros, ambos nos entregamos a la pasión del momento, ella hizo a un lado ese instinto asesino y yo por otro lado ignore el miedo que alguna vez inundó mí cuerpo. La cargue con fuerza apoyándome en sus piernas para sostenerla mientras ella no paraba de besarme, mis manos empezaron a moverse solas y buscaron la manera de quitarle la pieza de la armadura que la cubría, mientras ella sin muchos problemas desabrocho mí pantalón y bajo mi ropa interior dejando al descubierto mí virilidad, la batalla de besos seguía por momentos hasta que por fin logre quitarle esa estorbosa pieza de la armadura que no me permitía verla por completo. La apoye sobre la mesa y tire la estorbosa pieza lejos de nosotros y le levante la blusa dejando ver esos blancos y suaves pechos, mí mirada bajaba contemplando su blanco torso hasta llegar al abdomen y fue hay que resolví una de las más grandes dudas impuestas por la religión y la ciencia, en efecto no tenía ombligo, pero eso no me detuvo y hundí mí cara en los suaves, redondos y ligeramente grandes pechos para empezar a besarlos y lamerlos, ella sólo puso su mano detrás de mí cabeza y empezó a jalarme el cabello de lo excitada que estaba también soltó gemidos más sonoros, finalmente ella rompió la parte baja de su pantalón dejando expuesto su intimidad, rodeo mi cintura con sus piernas y me jaló a ella permitiendo que la penetrara de golpe, su interior era bastante húmedo y estrecho, era una sensación placentera e indescriptible, ella se acostó en la mesa y yo en cambio la sujete de sus finas caderas y empecé a embestirla con rudeza mientras ella gemía a todo pulmón, mí mente se tornó blanca, no pensaba cómo era debido, de hecho creo que ni siquiera podía pensar, sólo dejé que mí cuerpo actuase por voluntad propia y al parecer le sucedió lo mismo a ella cuando levante un poco la mirada y la veía encorvando su espalda mientras masajeaba sus pechos y en su cara veía cómo se mordía el labio inferior con fuerza, yo me incline hasta llegar a su cuello y lo volví a morder con fuerza, bajaba lentamente dejando un camino de mordidas hasta llegar a sus pechos y con mis dientes mordí la punta de uno de sus pezones estirándolo en el acto, ella aprovecho para darme un abrazo muy fuerte y se sujetó de la ropa que me cubría el torso, la embestida no paraba por nada, continúe mordiendo cada parte que veía de su cuerpo y que pudiese alcanzar, le entere las uñas en sus caderas, ya estaba a nada de llegar al clímax, ella al parecer también sintió que pronto acabaría y sujeto mi cabeza con ambas manos para plantarme un húmedo beso de lengua, sentí cómo esa lengua tan larga lograba llegar hasta mi garganta, creo que podía llegar más profundo pero siento que ella sólo se limitó hasta mi garganta, al final con mis últimas fuerzas aumente la rudeza y de mis embestidas hasta frenar de golpe y vaciar todo mí ser en ella, ambos nos miramos a los ojos directamente por unos breves instantes hasta que separe mi miembro del de ella librando el paso del escurrimiento de fluidos.]
Lilyth: Sólo piénsalo, haríamos una increíble pareja (ella simplemente se levanto de la mesa y empezó a acomodarse su blusa) ¿qué me dices?
-Veras (yo simplemente me colocaba el pantalón) me gusta la oferta , pero lo que quiero, lo que busco, no lo encontraré en tú bando, ni el de los ángeles
Lilyth: Es irónico, eres amigo de uno (la reina demonio empezó a colocarse la enorme pieza de la armadura que le cubría gran parte del cuerpo) ¿porqué no lo asesinas?
-Tenemos una alianza temporal, es todo
Lilyth: Bueno, cómo veo que no te unirás a mis tropas, supongo que la próxima vez que nos veamos, no tendremos otro encuentro casual cómo el de hoy
-Si... fue lo mejor de mi vida... supongo que lo bueno siempre termina
Lilyth: Adiós entonces (y cómo si no hubiese pasado absolutamente nada, la primer mujer creada por Dios, salió por dónde antes estaba mí puerta)
-Mínimo págame la puerta (cuando terminaba de abrocharme el pantalón se apareció detrás mío al ser que menos quería ver, estaba un ángel increíblemente molesto, su cara parecía estar al rojo vivo, no tenía que leer su mente o adivinar el futuro para saber porque estaba así) oye degenerado, existe algo llamado privacidad, ¿lo conoces?
Amenadiel: ¡¿Enserio acabas de revolcarte con Lilyth?!, ¡con la mujer que estamos en guerra!
-Tranquilo, mañana me hago la prueba del sida
Amenadiel: ¡ESTO NO ES UN JUEGO!, ¡¿TIENES ALGUNA IDEA DE LO QUE ACABAS DE HACER?!
-Si (alcé un poco mi mano derecha dejando ver una flama envolviéndola) acabo de mover mí pieza (coloque mi mano envuelta en llamas en el mapa y mostrando varios puntos brillantes) la esencia de Lilyt se quedo impregnado en el mapa cuando estaba haciendo mi ritual de búsqueda, ella ahora tiene dos piezas de siete, con el mapa actualizado, podré ver su siguiente movimiento y tal vez adelantarme en esto
Amenadiel: (El ángel mira al suelo resentido por la forma en que me trato) me impresionas, lamento haberte gritado
-Tranquilo, aunque la prueba del sida si lo haré mañana, cómo su nombre lo dice, la madre de los demonios, no se a que me expuse pero fue un costo alto... placenteramente alto diría yo
[Ahora con la ventaja en mis manos y una muy posible infección de transmisión sexual, por fin pude hacer mí jugada, ahora podía estar un paso adelante de mí contrincante, ahora la pregunta del millón, ¿cómo lidiar con las dos catástrofes sueltas por hay?, tampoco podía dejarlas por hay esperando a que reúnan su fuerza y puedan terminar el trabajo que alguna vez empezaron hace miles de millones de años, ¿cómo lidiar con ellos? claramente no tengo el poder suficiente ni nadie más podría hacerles frente, nuevamente estaba sólo sin pedir ayuda de nadie, sin pedir algún consejo, estaba completamente sólo y al parecer sólo así terminará esto.]
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