01; Strange
“Aquél Crush más extraño que tengas”

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Bueno, la verdad no ha sido fácil elegir a alguien, más que nada porque ya hay un par de crushes extraños en mi "colección" y no sabía decidirme por cuál era más raro(? Bueno, al final me dije a mí misma, "¿Tener un crush de la película de los cazafantasmas se consideraría raro?" Y aún no tengo esa respuesta, perooo, me ha gustado escribir sobre mi querido Egon, ya saben, el listo del grupo, con gafas y un poco introvertido.

Bueno, no sé si han visto la película clásica de los cazafantasmas, pero yo de pequeña la vi una vez, también estaba enganchada a un juego y el año anterior la volví a ver. La verdad es que me flipa mucho ese lore, qué decir. En fin, meto entre medias el ship que tiene con la secretaria de los cazafantasmas, Janine, porque me gusta y me inspiraba más a la hora de escribir sobre Egon, quizás haga algo parecido en algunas otras fases. Bueno, no me explico más y aquí dejo el escrito. Quién sabe, a lo mejor algún día encuentro a alguien que también haya caído por Egon cuando vio la película 😔 no es muy largo el escrito, pero me gusta así.

El sonido que producía el tecleo de sus dedos en el teclado del ordenador dejó de inundar de silencio la sala cuando la puerta principal fue abierta de forma estrepitosa. Era Egon, que poco más e incendiaria todo el edificio con su artefacto de caza-fantasmas.

—¡Janine, prepara la trampa! —le alertó a la secretaria, quién sintió una gran pesadez al observar que aquella masa de moco verde estaba presente en su vida, de nuevo.

Ella corrió lo más rápido que pudo con aquellos tacones sobre el suelo de madera e hizo lo que Egon le ordenó. A pesar de no tener mucha experiencia en aquél campo, no tuvo ningún problema en activar la trampa ni de alejarse rápidamente del peligroso escenario mientras que Egon encarcelaba a aquél monstruo verde y translúcido.

—Dios, no me puedo creer que se haya vuelto a escapar. —suspiró Egon.

—Quizás deberías replantearse lo que supone el haber repetido esa frase tantas veces, ¿Sabes? —le respondió Janine, con su típica forma de expresarse tan ácida y su forma sarcástica de hacer humor.

—Pues... Sí, quizás tengas razón —contestó Egon sin darle demasiada importancia el asunto—. Oye, gracias por ayudarme. Estaba con Peter y los demás en el hotel, de reconocimiento. Investigabamos las habitaciones por una posible amenaza de varios fantasmas, pero me desvié del camino y se me fue todo de las manos, tengo que volver con ellos.

—Claro, eso está muy bien. Pero no tienes que darme las gracias por colocar una simple trampa, sabes. Me tiro todo el día aquí recibiendo llamadas de todo tipo de personas, desde paranoicos hasta empresarios rectos, y sólo he conseguido un sueldo que de milagro pasa el salario mínimo. —le replicó sin mirarle a los ojos la mayoría de la frase.

Egon se quedó callado, procesando todo mientras lentamente la tensa situación le hacía estar más nervioso.

—Em, sí. Bueno, si eso lo hablamos más tarde, ¿Vale? Aunque como ya sabes, te tengo dicho que-

—Que nuestro trabajo es realizado por razones  más que nada altruistas y la gente de esta ciudad no es muy agradecida económicamente cuando les libras  de la amenaza de cientos de fantasmas que amenazan con la tranquilidad de su vida. Sí, lo sé, Egon. Era una broma. —le interrumpió Janine cuando estaba a la mitad de terminar su frase.

—Oh... Bien. —Dijo Egon por lo bajo, claramente mientras estaba centrado en otra cosa. Salió por la puerta, sin despedirse ni decir ninguna palabra, y se dirigió a su próximo objetivo.

Janine volvió al teclado de su ordenador, suspirando por Egon, por lo poco que sabía de las relaciones sociales, la desorbitada atención que le prestaba a su trabajo, y, cómo no, su ignorancia sobre los sentimientos que ella sentía por él.