parte única

──Terminamos hace tres días, ¿cómo es posible que ya esté tan enamorada de ella?

Sana bufa mientras bloquea su celular. A su lado, Jeongyeon rueda los ojos.

──Ni siquiera te importaba Tsuyu, Sana, ¿de qué estás hablando?──le dice Dahyun, quien está quitándose la camiseta sudada.

Después de un día en el gimnasio bastante movido, el grupo de amigas estaban preparándose para las duchas. Mas no había nadie más que ellas, pues esperaron a que todas se fueran por lo tímida que Jeongyeon era.

──Pero la respetaba──contesta Sana buscando su toalla──. Al menos hubiera esperado una semana.

──Ugh──se queja Mina──. Estás siendo una llorona, Sana.

──¿Y?──Sana la mira rodando los ojos──. No puedo creer que estén de su lado.

──No estamos del lado de nadie, Unnie──Dahyun se quita la liga del cabello──, pero tú tampoco eres del todo santa aquí.

──Eso de romper con tu novia porque no sabe comerte el coño es muy idiota──acota Mina.

──Para mí es importante saber comer coño──Sana mira a Jeongyeon, quien lentamente se está desvistiendo──. ¿No es verdad, Jeongie?

──Uh, sí──responde la nombrada con pena, normalmente no dice mucho en estas conversaciones, pero Jeongyeon siempre está del lado de Sana en todo.

──Bueno, supongamos que esa es una razón válida──Dahyun se acerca a Sana──, también te enojaste porque se llama Tsuyu.

──¿Cómo va a llamarse casi igual que la chica que más detesto? Es un insulto──termina de preparar sus cosas y camina a las duchas──. La última vez fue como si Tzuyu me comiera el coño, no lo disfruté por dos cosas; lo hizo como la mierda y segundo, jamás dejaría que esa loca me toque.

Las tres amigas restantes suspiraron por lo Drama Queen que Sana está siendo, luego se metieron a las duchas dejándola hablar sola y quejarse de mil cosas a cada rato.

Mientras tanto, los pasos volvieron a sonar por los vestidores, Esta vez de otra persona que no sabían estaba ahí.

──────────────────────── ♡︎

──¿De verdad quieres hacer eso por un capricho?

──No es un capricho, Momo, es Sana. Yo de verdad la quiero y me cansé de su odio sin sentido. Estamos en la universidad, no es necesario seguir fingiendo.

──Es increíble que hayas escuchado esa conversación privada.

──No sabía que estaban ahí, mi turno en el gimnasio siempre fue a la noche y ellas van por la mañana. Sólo pasaba por ahí cuando las escuché.

──Pero deberías pensar en que de verdad no le agradas a Sana.

──Sólo haré este intento, si me sigue odiando entonces voy a soltarla y no volver a su vida.

Momo suspiró.

──Lo que te haga feliz, Tzuyu.

──────────────────────── ♡︎

Después de un largo día, Sana regresó a su departamento. Creyó que estaba sola, mas el sonido de los pasos a lo lejos le hizo saber que no.

──Sana, ya llegaste──se alegra la mayor.

──Hola, Momo.

Con una gran sonrisa, Sana abraza a su prima con amor y cansancio. Momo siempre fue abierta con ella, bastante amante del cariño de su menor a pesar de que cualquier otra persona se llevaría una paliza por solo mirarla un poco más.

──¿Qué sucede?──le cuestiona Sana notando que Momo está un poco diferente, no sabría explicarlo exactamente.

──Uhm, ¿me prestas tus llaves?

──¿Las del auto? Claro, las teng-

──Las del departamento──aclaró sonriente y esperanzada de que Sana no se negara.

──Estás rara, pero de acuerdo──sin más, buscó en su bolso hasta encontrar el llavero de Hello Kitty y dárselo a la menor──. Toma.

──¡Lo siento mucho!

──¿De qué-

Momo salió corriendo hasta la puerta de entrada, la abrió y cerró a su espalda. Sana se quedó confundida en su lugar.

──Esta niña está rara.

──¡Usen tu habitación, por favor, vuelvo en unas horas!

Sana estaba por preguntar, hasta que escucha otros pasos. Voltea para encontrarse a quien más odia ver.

──No jodas, Tzuyu, ¿de nuevo me dejas encerrada?

Tzuyu se ríe y camina hasta ella.

──Sí, conmigo esta vez.

Los pasos siguen, hasta el punto que Sana comenzó a retroceder.

──Me estás asustando, Tzuyu.

──No haré nada que no quieras.

Sana siente la puerta justo detrás. Está acorralada, inmóvil. Tzuyu había logrado atraparla.

Y lo peor es que no estaba incómoda. Había algo en la mirada de Tzuyu que le daba calma, ella no estaba tratando de ser mala. Tzuyu tenía los ojos brillantes y serios.

──Hoy escuché una conversación...

──Pues que chusma eres.

Tzuyu paró a una distancia considerable de Sana. No la estaba tocando mas seguía cerca, lo suficiente para que se notara que estaba siendo un poco más alta que ella. Sana no traía zapatos de tacón como siempre, al tratarse de que volvía de caminar y ejercitarse con sus amigas, sus zapatillas deportivas eran bajas. Mientras tanto, Tzuyu usaba zapatos gruesos y altos.

Todo en ellas era diferente. Sana con un top celeste y pantalones blancos, Tzuyu con camisa negra y jeans azules. Incluso aunque sus tonos de cabello fueran castaños en ambas, en Tzuyu era más claro el tono a comparación de Sana.

──Me ofendió un poco lo que dijiste.

──¿De verdad? Me alegro, porque de verdad eres chusma.

──Eso no──aclaró con una sonrisa burlesca──. Yo si puedo tocarte, Sana, deja de fingir.

──No sé de qué hablas.

──Creo que si te acuerdas──ladeó la cabeza con diversión──. Les dijiste a tus amigas que fue con Jihyo, pero sabemos que tu primer orgasmo te lo di yo.

──Fue, literalmente, cosa de una vez, Tzuyu──su voz estaba nerviosa──. No hemos vuelto a hacerlo, supéralo.

──Oh, no, no──dio un paso adelante, sus pechos rozándose de a poco──, yo escuché bien. Pero mentiste otra vez.

──No lo hice.

──Dijiste que fue como si yo te comiera mal──le recordó──, y sabemos que pensaste en mí porque sólo de esa forma logras venirte. No puedes hacerlo con otras, Sana, siempre vuelves a mí.

Sana estaba peligrosamente cerca. Mientras Tzuyu hablaba, sentía como se acercaba más, al punto en que estaban hablando con los labios rozándose.

──T-Te odio, Tzuyu.

──No mentiras, cariño.

Sana encontró una salida por el costado libre antes de que Tzuyu pusiera su mano sobre la puerta, así que escapó por ahí.

──Acabo de terminar con mi novia, Tzuyu, esto es estúpido.

──¿Te gustaría otra relación?

──¿C-Contigo?

──Sí──pero los ojos de Sana estaban dudosos──. Te gusta la mierda cursi, Minatozaki, te conozco desde niñas. Sé que esperas que te cante y envíe flores, pero primero te voy a comer como te gusta y tú vas a gritar mi nombre como una perra. Luego, si quieres, puedo darte mi corazón.

Sana dejó que volviera a estar rozándola. Los brazos de Tzuyu la rodearon, con ojos deseosos miró a la menor. Tzuyu era una idiota, pero no podía seguir odiándola. Desde que se acostaron juntas hace unos meses, Sana había visto a Tzuyu con otros ojos. No era la idiota Chou, era una chica que se preocupaba por ella y siempre estaba atenta. Era la que había sido paciente con ella, la que la cuidó e hizo que su primera vez fuera hermosa.

Sin decir más, Sana la besó.

──────────────────────── ♡︎

La habitación estaba caliente en pleno otoño. Tzuyu no tenía su ropa, Sana tampoco. Ambas desnudas y con las bocas unidas.

A Sana le gustaba besar para empezar. Le gustaba como sus labios buscaban a Tzuyu y como su sabor dulce la volvía loca. Los mordía y chupaba, dejando pequeñas heridas que no les importaban.

Tzuyu había estado con otras mujeres antes, mas todas eran demasiado exigentes para ella. Sana la entendía bien, las dos lo hacían bien, podían preguntar y saber lo que la otra quería. A veces incluso sin palabras. Aunque para los demás ellas se odiaran, la verdad es que siempre supieron entenderse.

Sana no podía salir con Tzuyu. Sus familias eran rivales, así que comenzó ese odio sin sentido por influencia de ellos. Estaban tan acostumbradas a eso que no conocían otra cosa. Sin embargo, eso ya no les importaba. Se querían, se deseaban, las opiniones eran una mierda.

Los besos de Tzuyu bajaron por su cuello dejando marcas, escuchando la respiración de Sana y como se mordía sus propios labios ante eso. Tzuyu sentía la piel caliente en su boca, era salada y suave. Se ocupó de los pechos un momento, besando y amasando de a poco.

Escuchó los quejidos de Sana, eran bajos y cuando la miró tenía los ojos cerrados. Al parecer, las tetas eran una zona muy sensible para ella. Lo recordó después de eso.

──No pares, por favor──le suplicó al no sentir más su boca.

Tzuyu hizo caso y volvió a lo suyo. Su lengua salía de vez en cuando para lamer la punta del pezón con lentitud, bajo sus manos el cuerpo de Sana temblaba de escalofríos. Las manos de Tzuyu eran grandes y capaces de atrapar bien uno de los pechos de Sana, sus dedos bailando por aquí y allá, completamente absorta en darle placer.

Y vaya que lo estaba consiguiendo. Sana gemía su nombre en voz baja y usaba sus uñas para pasarlas por la piel de Tzuyu, quien no se quejaba de las marcas que quedarían, es más, le encantaban.

Lentamente y con paciencia, dejó los dos pechos satisfechos y bajó cada vez más. Besaba su abdomen y acariciaba sus caderas. Tzuyu llegó hasta la zona que más le interesaba. Levantó la vista para encontrarse a Sana mordiendo sus labios y mirándola con un brillo sin igual en sus ojos.

──No juegues──pidió la japonesa.

Aún con sus ojos en la otra, Tzuyu bajó la cabeza hasta besar los muslos de Sana. Atrapó sus piernas con las manos y separó un poco para acomodarse mejor. Sana no fue tímida y ayudó abriendo más.

──¿Lista?──preguntó Tzuyu, su aliento golpeando contra el área húmeda.

──Para ti siempre.

Tzuyu sacó su lengua y lamió lentamente la zona del clitoris, viendo como Sana cerraba los ojos y tiraba la cabeza hacia atrás. Sonrió un poco y dejó de observarla para concentrarse mejor en su tarea.

Comenzó a dar lamidas suaves tratando de humedecerla bien, poco a poco lo hacía más duro, usando la punta de la lengua para dar presión en el clitoris. Luego bajó un poco más, lamiendo los labios del coño en el proceso, hasta llegar a su entrada. Pasó por alrededor, escuchando como Sana le pedía que siguiera por ahí. Era una zona sensible para ella.

En un momento chupó en un sonido obsceno, causando en Sana un gemido más alto. Tzuyu usó sus propios labios para atrapar el botón de placer, moviendo la lengua de un lado al otro sobre este.

También usó una de sus manos para hacer un mejor recorrido, tanteando alrededor. Tzuyu podía sentir los fluidos llenar su barbilla y escaparse de los bordes de sus labios. Le encantaba. Estaba totalmente enamorada de Sana casi gritando su nombre y presionando su cabeza con una mano.

──Mgh- T-Tzuyu voy a-

──No, no hasta que te lo diga.

Tzuyu finalmente metió un dedo mientras seguía comiéndola. Sana gimió en alto en ese momento.

Sana se sentía en el cielo. La primera vez que estuvo con Tzuyu, no la había comido de esa forma, fue más suave y gentil. Ahora no le importaba, la estaba maltratando de una forma que la volvía loca. Tenía el orgasmo cerca, mas no quería decepcionar a Tzuyu, le gustaba obedecerla.

Se sumó otro dedo. Tzuyu no separó su boca, en todo momento hacía movimientos con la lengua, circulares, de un lado a otro, de arriba a abajo. No dejaba de hacerlo. Pero Tzuyu tenía una exitación propia que necesitaba ser liberada. Podía sentir como su propia humedad goteaba por sus piernas. Así que quitó los dedos de una vez e ignorando a la mirada molesta de Sana por estar vacía, la besó con dureza. Probándose a sí misma, Sana dejó que Tzuyu la controlara a su gusto.

──Juntas.

Pronto ambos coños estaban juntos, tocándose de forma deliciosa. Tzuyu se movió rápido y duro, con los gemidos de Sana en su boca. Quien estaba tratando de dar todo de sí para no venirse ahora, quería que Tzuyu también disfrutara como ella. Tal vez podía comerla también, pero en la siguiente ronda.

──Agh, S-Sana... Vamos, bebé, resiste.

Sana se derretía por ella. La besó otra vez, tratando de trasmitirle todo su deseo y pensar en otra cosa que no sea todo lo que estaba aguantando.

Tzuyu entendió eso. Su pobre chica quería liberarse. Así que mordió sus labios y gimió en una palabrota.

──Hazlo, venga, te lo mereces.

Sana tiró su cabeza hacia atrás en la almohada y Tzuyu aprovechó para besar su cuello expuesto. Pronto, se escucharon los gemidos finales y las respiraciones cansadas y agitadas.

Tzuyu se dejó caer sobre el cuerpo de Sana, con ambos pechos subiendo y bajando.

──No mientas de nuevo, amor.

Sana abrió los ojos y observó a Tzuyu, la cual estaba con ojitos vidriosos y una mirada esperanzada.

──¿Qué?

──Después de esto... no quiero que vuelvas a odiarme frente a todos. Quiero que me aceptes como algo bueno para ti.

──Tzuyu yo-

──Te amo, Sana.

La mayor parpadeó un par de veces sin decir nada. Lo que llevó a Tzuyu a un mensaje que no quería recibir.

──Bien, entonces me tengo que ir ya──no quería mostrarse más débil ante ella, así que usando la poca fuerza que le quedaba intentó levantarse.

──Te amo más, Tzuyu──le dijo Sana sin aliento──. Te amo desde siempre. Y lo prometo, ya no serás una mentira.

Tzuyu sonrió sin creerlo. Volvió a acercarse y comenzó a dejar besitos por todo el rostro de Sana, escuchando su risa boba.

──Te amo, te amo, te amo.

──Se siente bien decirlo, ¿eh?──se rió Sana──Te amo──y besó su boca suavemente──. Mmh, sí, sí lo hace.

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