Lunar Rover
Delta contuvo la respiración antes de que Alfa hiciese aterrizar el transportador en la nueva estación lunar de servicio.
Delta observó edificios lejanos en dirección a un cráter a unos 200 metros. Lo primero fue ir con un pequeño Rover de transporte hasta un supuesto depósito de material, era como un tour antes de adentrarse en las que constituían las verdaderas instalaciones de Lunar Tech.
Ambos se acercaron a las compuertas del depósito, y ella se sentó en el borde, balanceando levemente las piernas. Dentro de éste se veían algunas conexiones eléctricas que fácilmente ionizaban los gases de éste creando rayos conectados a los cables.
Alfa se fijo en esas fallas, y le dijo a la chica.
-Sólo son pequeñas fallas.
Cerró las compuertas del depósito con unas válvulas presentes en vigas a los costados de ésta.
-No debes preocuparte por ello-Alfa la sujetó del brazo y llevó a Delta hasta la cúpula de fabricación, donde las luces se encendieron y mostraban un conjunto de proto-ordenadores que en 5 segundos eran capaces de sintetizar 10 gramos de amacnio y firnellio por separado que se dirigían hacia los reactores subterráneos principales.
Por cada ordenador, un conjunto de ocho celdas nucleares para los sintetizadores.
Todo ello, obra del ingenio del padre de Delta. Sintió una leve pero repentina sensación de calidez en el lugar.
Alfa se dirigió a la salida y le señaló a su compañera que debían pasar al siguiente lugar.
En un nuevo cuarto de color metálico y con paneles de cristal oscuro en una fuente de algún líquido extraño, Delta alcanzó a ver en cuanto se acercó para tocar uno de los paneles una vez que Alfa le dijo que sí podía hacerlo.
Alfa usó unos diales para controlar la forma del objeto que una vez que se activó, empezó a reformarse hasta alcanzar un brillo azul intenso en su núcleo. Sin darse cuenta, Delta estaba viendo como organismos que antes estaban muertos en aquel líquido de conservación de la fuente, habían vuelto a tener vida y con la capacidad de reconectarse y formar múltiples celdas hexagonales, sin embargo, todo esto era imperceptible a los ojos de Delta y Alfa.
-El vehículo está listo-dijo Alfa mientras la transmisión activada hacia salir los neumáticos que se mantenían pegados a los raíles de forma automática por la red eléctrica que éste conectaba a sí mismo.
El mecanismo, sin más que una ruta de metal por adelante, les permitía ver la superficie del lugar y admirar las diferentes pirámides de metal que funcionaban como hornos iónicos que proporcionaban cambios de energía en la red eléctrica de todo el lugar.
La nueva instalación a la que entraba el vehículo lucía desde afuera como un laboratorio aún más grande que varios metros adentro se escondía en placas metálicas y vigas, entre artefactos de alimentación que hacían de generadores de emergencia.
Delta observó un pasillo con paredes de cristal azulado, y a través de estos se veía un segundo plano del laboratorio gigante al que acaba de entrar.
Alfa se acercó a Delta mientras ella miraba hacía lo más hondo de las instalaciones.
-Todo se ve muy vacío, pero ya vendrán otros a hacerte compañía-Caminó hasta el fondo del pasillo donde se encontraba un nuevo transporte.
Ambos subieron al vehículo de cuatro impulsores iónicos, que les llevaría al último lugar por recorrer.
Delta observó por el cristal oscuro del transportador que les llevaría al lugar más alto de todas las instalaciones existentes en el gran satélite.
-Pronto todo esto será tuyo-dijo Alfa a Delta mientras subía los escalones de lo que era la más grande obra de construcción jamás efectuada en el lugar.
Una gigantesca edificación de metal y cristales de forma piramidal.
-Tu padre siempre me dijo que dejaría todo a su hija, tal vez no tuvo demasiado tiempo para tí cuando eras pequeña, pero supongo que es su
forma de redimirse contigo.
Delta sólo se quedó mirando hacia lo que había sido la oficina de su padre, antes de que muriera por un accidente de irradiación mientras usaba un prototipo de motor espacial.
-Si sigues los pasos de tu padre, te volverás la dueña de la Luna-dijo Alfa, quien ahora sostenía una tableta de cristal que contenía los datos del arsenal nuclear que poseían en las instalaciones, en lo más hondo de las instalaciones.
-Por ahora seré yo quien te cuide, como tu tutor temporal, también voy a dirigir la empresa, ya que tu no puedes, aún no tienes la edad.
Delta sostuvo un objeto en su mano, y Alpha guardó la tableta en un bolsillo de su traje. En cuanto cerró la puerta cristalina para normalizar la presión del ambiente, su otra mano sacaba un arma del bolsillo interior derecho de su traje.
Delta sabía que aquello iba a pasar de alguna u otra forma, pero ella no lo dejaría. No dejaría que la mate igual que a su padre, quien por supuesto no había muerto en un accidente, irradiado. Un código grabado en el ADN de su padre, el fundador de
Lunar Tech, un código que sólo su hija podría descifrar. Algo tan encriptado como un código rearmable de moléculas orgánicas que desmentían la verdadera causa de su muerte.
Delta apuntó con el objeto que llevaba en su mano hacia el interruptor de salida de aire del lugar. Este chisporroteó unos momentos antes de que la entrada se abriera completamente, sacando al vacío a Alfa. Ella, quien con el objeto afilado de forma prismática que había clavado en el interruptor, lo clavó en su mano izquierda haciendo que saliera despedido, y golpeándose con el tanque de combustible del Rover.
Delta tomó el arma de Alfa y apuntó justo al tanque de combustible iónico, explotando junto a quien sería su padrastro en algún momento. Después de la explosión, sólo quedaron restos del vehículo rodando en el suelo lunar y el casco de Alfa con restos genéticos dentro de él. Delta salió del lugar, con el arma, y una grabación de su padre que le había dejado antes de morir, pidiéndole que si al menos no había hecho algo para merecer su amor, que al menos contemplara lo que había construido para ella, y que el consideraba su segundo mayor logro, después de ella.
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