Sad III

¿Para qué quiero paloma
si no tengo palomar?
¿Para qué quiero tu boca
si no la puedo besar?

Aunque subas al cielo
y te sientes junto a Dios,
no vas a encontrar a otra
que te quiera como yo.

El 14 de febrero
en un banco me senté,
y mirando al horizonte
de tus besos me acordé.


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