Capítulo 19

Nombre: Mara

Fecha de nacimiento: 10 de agosto del 2000

Edad actual: 23 años

Tiempo en cautiverio: 1 años y medio

Rasgos: piel morena, ojos negros, cabello largo y ondulado color café chocolate, peso 49kg y estatura 158cm

Estatus actual:

Mara es una joven que estuvo pocos meses en el placer del pueblo hasta que fue reclamada por un ciudadano del pueblo y llevada a una casa familiar, estuvo marcada por la mordida de dicho compañero, sin embargo, este la compartía con su familia, estuvo embarazada cuando se encontró con ella, pero durante el asedio del pueblo tuvo un aborto espontaneo con el dolor sufrido al morir su compañero.

Va a terapia 3 veces por semana, sufrió síndrome de Estocolmo a menor grado, actualmente está inscrita a un curso de computación y busca trabajo de medio tiempo. Sufrió el síndrome de Estocolmo.

Relato de Mara. -

Todos los días me repito que ya no está con vida, que nunca más regresará a mi lado, la marca de sus dientes poco a poco desaparece de mi cuello, es lo único que tengo de él.

Se que es enfermizo de mi parte, aunque este muerto sigo sintiendo por las noches sus caricias, lo extraño demasiado unas veces más que otras, al igual que a mis demás hombres, sé que no es sano.

Fui secuestrada y llevada a un lugar extraño donde en un cuarto era prostituida por cualquier hombre, pero todo cambio cuando él apareció en aquella puerta y me vio por primera vez, aunque al principio me daba un miedo, cuando me vio parecía enojado sacándome de esa habitación a rastras para llevarme a una casa y ser arrojada nuevamente a una habitación.

Estuve ahí horas hasta que entro a la cama y abuso de mí, lo que me sorprende es que en aquella casa antes era golpeada por todos los hombres al resistirme ser violada y él, era otra cosa, no era tierno ni suave pero no era golpeada al menos.

Así fueron las primeras semanas, el solamente entraba a la habitación y abusaba de mí, esto sin ser agredida físicamente, poco a poco deje de resistirme a lo que notoriamente el dejo de ser un salvaje conmigo, dando paso a tener solamente sexo duro con él. No paso mucho tiempo cuando los otros tres hombres llegaron también a meterse en mi cama para tener sexo, al principio me resistía, pero aquel hombre siempre estaba conmigo cuando ellos tenían sexo; al buen entendedor pocas palabras.

En los primeros meses me acostumbre a los cuatro hombres en la casa, no me golpeaban para nada ni gritaban, por lo que me acostumbre a su presencia en la casa como en mi cuerpo. Apenas había pasado un par de meses cuando el primer hombre que permití tener sexo sin resistirme me mordió en el cuello, fue una sensación extrañamente dolorosa y placentera al mismo tiempo.

A partir de ahí empecé a tener cambios, o tanto en mi cuerpo, pero si en sensaciones en mi cuerpo, emociones inclusive ahora era yo quien buscaba tener sexo, era realmente abrumador ya que cualquiera de ellos estaba dispuesto a satisfacer mi necesidad sexual.

Había pasado ya casi más de un año de estar con los cuatro hombres viviendo en su casa, los cinco habíamos formado o así lo sentía yo, una especia de familia dentro de la casa, de una u otra manera ya estaba acostumbrada a cada uno de ellos, de cierta manera me consentían y me trataban con respeto cuando me informaron que se integraría una persona más, al principio me espante no quería otro hombre en nuestra casa, me había ya encariñado con cada uno de ellos, otro más me sentiría extraña.

Pero mi sorpresa fue que estaba embarazada, al inicio no me lo odia creer que dentro de mi vientre ya se estuviera gestando una vida nueva, sin embrago era de esperarse por tener sexo con cuatro hombres a diario, estaba realmente feliz por la llegada de algo que se construyó consensuadamente en ambas partes, este bebe era realmente esperado, todos en la casa estábamos en una hermosa nube de felicidad.

Ya tenía tres meses de embarazo, aquella noche estaba sola en la casa ya que los cuatro hombres estaban trabajando y fueron requeridos de emergencia a realizar guardias, cuando de pronto el caos se disparó por todo el pueblo, escuchaba los gruñidos de todos y los gritos, cuando de pronto siento un dolor tan intenso en mi cuello, cuando siento entre mis piernas un líquido espeso y caliente bajar, sentí mi sangre helarse, palidecí tanto que me empecé a marear, no sabía que hacer entre el dolor de mi cuello y ahora de mi vientre, era tanto que me desmaye.

Ya han pasado seis meses y aun amento la muerte de mis cuatro hombres y sobre todo de mi bebe, era alguien esperado, al inicio estaba enojada con todos aquellos que se decían nuestros salvadores por matarlos, ahora los perdono y entiendo, en mi caso fue suerte que me tocaran hombres decentes, pero entiendo que no todas las mujeres tuvieron esa suerte.

Aunasí, hasta el momento persiste este vacío en mi pecho y en ocasiones puedo sentirla conexión de mi compañero de mi cuello, quizás son vestigios o mis recuerdosque hacen sentir en mi antigua marca, no lo sé, por lo que a mi concierne deboaprender a perdonar y a vivir sola.









-

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top