Capítulo 18

Nombre: Layla

Fecha de nacimiento: 15 de julio de 1999

Edad actual: 24 años

Tiempo en cautiverio: 3 años

Rasgos: piel almendrada, ojos grandes color negros, cabello lacio, oscuro y largo, peso 51kg y estatura de 164cm.

Estatus actual:

Layla una mujer que estuvo en cautiverio en una casa familiar a las afueras del pueblo lo cual nunca llego a pisar la casa del placer, tampoco estaba regida por las normas y reglas el lugar por lo que sus agresores aprovechaban la situación; cuando se encontró con ella estaba en muy mal estado estuvo en terapia intensiva mucho tiempo hasta su recuperación.

Va a terapia a 4 sesiones por semana, las sesiones de terapia son sumamente difíciles ya que su habla es casi nula, su recuperación es tardada. Su compañero destinado es el ciudadano Mateo que desde que la reconoció ha estado a su lado ayudando a su recuperación.

Relato de Layla. -

Nunca había deseado tanto la muerte hasta que estuve en esa casa, nunca pensé que el aceptar un café con aquel chico mi futuro cambiaría drásticamente, me drogo y cuando por fin abrí los ojos estaba en esa casa alrededor de hombres despiadados que abusaban de mí una y mil maneras, era golpeada, violada, quemada, era tan degradada que nunca imagine sobrevivir a todo ello, aunque al principio luchaba para evitar ser violada, tenía mis momentos de rebeldía lo cual lo pagaba muy caro en cada una de ellas, aunque me negara aceptarlo poco a poco fui perdiendo mis esperanzas de salir vivía de esa casa.

En dos ocasiones estuve embarazada ellos me lo hacían saber y aun así no era impedimento para evitar que su trato fuera diferente conmigo, a pesar de eso era golpeada y con ello tuve mis abortos, ahora me pongo a pensar en eso y agradezco el que ninguno de los dos embarazos llegará a término, jamás me hubiera perdonado traer al mundo a dos seres a vivir en un mundo tan cruel.

Estaba tan débil, golpeada y mutilada que casi no podía moverme libremente, aunque tuviera acceso a toda la casa yo no salía del sótano, no tenía la energía ni la fuerza de voluntad de salir de ahí, cuando por fin dejé de luchar por mi vida o le rezaba a Dios que pasara un milagro para salir de este sitio, empecé a dar paso a desear la muerte cada noche imaginaba que era la última vez que dormiría en ese lugar, hasta que paso.

Una como cada noche deseando la muerte me quede dormida, mi respiración era casi nula por el dolor en mis costillas, mi cuerpo temblaba de frio incontrolablemente por momentos perdía mi consciencia y me desmayaba al pasar el tiempo volvía en sí, sabía que mi momento se acercaba, al fin el momento de mi muerte estaba por pasar y por fin seria libre de toda esta violencia, cuando cerré los ojos abrace a la muerte como una vieja amiga.

Lo siguiente que supe fue que estaba despertando de un largo sueño, por segundos imaginé estar en el purgatorio esperando el juicio de mi vida y ser asignada al cielo o el infierno, pero al ver el techo blanco y las paredes y por último el rostro de un hombre supe de inmediato que no estaba muerta.

El Doctor Mateo siempre ha estado al pendiente de mi salud y bienestar, me dijo que estuve en coma unos meses desde que me encontraron en aquel sótano, que no sabían si sobreviviría ya que mi salud estaba realmente mal, era un milagro que siguiera con vida. Mejor dicho, un milagro no haber muerto antes.

Aun sigo con dietas altas en nutrientes para recuperarme satisfactoriamente, en ocasiones me mareo por mi anemia, pero tomando mi medicamento y comiendo toda mi dieta balanceada espero recuperarme pronto, voy a terapia casi toda la semana, cosa que no me agrada mucho ya que tengo que estar hablando de todas las cosas atroces que me hicieron y por el momento solo quiero olvidar y no estar recordando a cada momento.

Hace poco tiempo me dieron de alta y me asignaron una casa con más mujeres que sufrieron en aquel lugar, no me espanta sus historias ya que todas sufrimos cosas similares, trato de crear una rutina de actividades que me ayudé adaptarme más fácilmente a esta vida, también me sirve de ejercicio ya que en aquella casa por tres años no tuve la oportunidad de hacerlo, el medico Mateo siempre está preguntando si me encuentro bien, revisando mi salud, entre otras cosas, varias veces me enojada por su imperiosa preocupación tanto que le he respondido mal en muchas ocasiones, no es su culpa lo entiendo literalmente volví del coma milagrosamente y aún estoy en recuperación, pero acaso no tienen otros pacientes a quien molestar.

No me desagrada el Doctor Mateo es alguien muy atractivo sin embargo sé que no debo pensar en él de esa manera, es mi médico, aparte no creo ser capaz de mantener alguna relación con alguien nuevamente, no confió en los hombres se de los crueles que pueden llegar a convertirse.

Las terapias me cuestan mucho ir, tengo que estar sentada por una hora y quieren que platique todo lo que me paso, aunque la terapeuta quiere que asimile que no es mi culpa todo lo que me paso, claro que no fue ni será jamás mi culpa, pero el sentimiento de pérdida de identidad no sé cómo recuperarla, me llevara mucho tiempo recuperarme de ello, sé que mi vida jamás volverá hacer como antes, pero ojalá pudiera llevar una vida similar o decente aquí.

No tengo intenciones de irme a otro sitio ni tampoco a ningún otro lugar estoy segura como aquí y sobre todo no toleraría estar en algún ligar con demasiada gente, aquí son pocas las personas y por lo poco que he podido observar todas se cuidan entre sí, eso me agrada mucho, espero que sea algo real y no una farsa.

Por lo que me dice el medico Mateo ha pasado seis meses desde que me encontraron, aunque para mí solo han pasados dos meses, ya que estuve cuatro en coma hasta que me recupere, mi proceso de adaptación apenas está empezando y espero lograrlo ya que veo a mis compañeras de casa con sus actividades, cursos, inclusive trabajos pequeños en el pueblo que me llenan de esperanzas de encontrar paz aquí.






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