Capítulo 12


Nombre: Camila

Fecha de nacimiento: 15 de agosto del 2002

Edad actual: 21 años

Tiempo en cautiverio: aproximadamente más de 3 años

Rasgos: piel bronceada morena, ojos grises, pelo negro largo y ondulado, peso 52kg y altura 165cm.

Estatus actual:

Camila estuvo en cautiverio aproximadamente 2 años con un salvaje cerca del pueblo Las Moras, posteriormente un ciudadano del Nuevo Amanecer que estaba asignado a la misión de infiltración al pueblo lo asesino para liberarla, ella al estar renuente a irse por su avanzado embarazo, decidieron quedarse en la casa tomando el lugar del salvaje y así vivir en convivencia por más de un año antes de liberar a las mujeres del pueblo Las Moras.

Es madre de un varón, va a terapia a 2 frecuencias por semana y se emparejo con el ciudadano Martin tomándose como compañeros por decisión, recientemente se acaba de inscribir al curso de bordado y también al de costura y confección. Actualmente está nuevamente embarazada de su compañero.

Relato Camila. -

Toco mi vientre apenas abultado e inconscientemente sonrió, mis hijos crecerán sanos y felices, en este pueblo su nombre le queda perfectamente, Nuevo Amanecer, mis días eran oscuros hasta que llego aquel hombre lobo a matar a mi torturador, desde ese día empecé a ver luz en mi oscuridad.

Matías ha sido mi héroe, mi todo, aunque al principio pensé que salía de una pesadilla para entrar a otra, la verdad es que fue todo lo contrario; mi vida no ha sido fácil desde la muerte de mis padres a temprana edad, el ser llevada a una trabajadora social ya que mi único familiar no se quiso responsabilizar de mí, fui llevada de casa a casa con personas ajenas a fingir ser una familia feliz, la realidad era que solo me "adoptaban" para ser la criada o niñera de sus hijos biológicos, era frustrante cuando estuve a un par de meses de cumplir la mayoría de edad, los adultos que debieron protegerme me vendieron como si fuera su "hija" a unos desconocidos por dinero, claro vende a la adoptada.

Fui llevada en contra de mi voluntad en medio del bosque con aquel hombre con el que me vendieron, desde ese momento supe que, si mi vida era horrible, siempre se podía empeorar sin importar que, los siguientes meses fueron una tortura total, los malos tratos, los golpes, las violaciones nunca paraban, aunque intentaba hacer todo lo que me podía no importaba siempre era maltratada.

Era su esclava en todos los sentidos, me hacía hacer trabajos pesados, cortar los troncos para juntar la leña, hacer las comidas, limpiar la casa, lavar a mano toda su ropa también a satisfacerlo sexualmente y aunque me negara hacerlo siempre de una u otra forma terminaba violada por él, pusiera o no resistencia era golpeada. Intente muchas veces escaparme prefería perderme en el bosque y morir de hambre que estar en un lugar así, no tenía sitio a donde ir una vez fuera libre, no tenía un hogar desde hace tiempo, pero eso no impedía que anhelara uno.

Cada vez que intentaba escaparme y el de una u otra forma se daba cuenta o me regresaba a rastras a la casa me sus golpeaba tanto que me dejaba inconsciente, varias veces tuve dentro de la casa una cadena en mi tobillo que me impedía salir, pero eso me dejaba moverme en toda la casa.

Sabía que había pasado más de un año residiendo en su casa, las estaciones del año habían pasado tan lento que parecía una eternidad, poco a poco mis esperanzas de ser libre de nuevo se fueron desapareciendo también con el tiempo me di cuenta de que no importaba todas las veces que me escapara no importaba, él me podía encontrar siempre y cada una de ellas, su capacidad de olfato, velocidad, fuerza, etc., eran mayores a un hombre normal, a veces hacia ruidos extraños que confirmaban su rareza.

De pronto sus golpes cesaron, o al menos disminuyeron lo suficiente como para notarlo, digo la carga era de actividades y labores eran exactamente las mismas de siempre, al poco tiempo me di cuenta del motivo, me sentí completamente devastada porque ahora mi tormento sería mucho peor y ciertamente me tenían arrinconada sobre la pared ya sin poder hacer algo al respecto.

Conforme mi embarazo avanzaba satisfactoriamente durante los siguientes meses, cada vez me sentía peor y no por los síntomas del embarazo sino por el hecho de que sería de mi futuro al tener la carga de un ser tan pequeño, de lidiar en su cuidado y protección como también cuidar al mismo tiempo de mi vida, todo se complicaría aún más.

No era como quería formar una familia, no rodeada de tanta violencia, mi hijo o hija crecería viendo violencia y eso me aterraba enormemente, sumándole que durante mi embarazo los episodios de sexo fueron en aumento cada vez y en cada ocasión me oponía menos por miedo a perder mi bebe.

Según mis cálculos cuando ya faltaba un par de semanas para entrar en labor de parto cuando otro hombre llego de pronto a los límites externos de la casa y mi torturador saliendo a defender su territorio pereció durante la lucha.

Mis alarmas y pánico estaban al borde de colapsar, no sabía que hacer, ¿qué haría ahora?, ¿el sería igual que el torturador recién muerto?, ¿Me mataría?, ¿Me violaría?, mil preguntas rondaban por mi mente, mientras observaba como aquel hombre quemaba el cuerpo de mi antiguo torturador él se acercaba a mi lentamente, no sabía cómo reaccionar, trataba de cubrirme como si eso fuera posible para evitar algún golpe, pero este nunca llego.

Su postura era imponente, aunque torpemente intentaba acercarse con sutileza a mí, el fracasaba enormemente, se notaba que no estaba acostumbrado a tratar a la gente tan gentilmente, cuando estuvo lo suficientemente cerca se agacho a mi altura y rozando mi hombro me ordeno pasar dentro de la casa.

Obedecí no queriendo hacerlo enojar y llevarme mi primera reprimenda, no sabía cuáles eran sus intenciones realmente conmigo, por lo que decidí obedecerle siempre y cuando no me afectara a mi cuerpo, ni físicamente, sexualmente o mi integridad. Después de inspeccionar toda la casa, saco ropa del anterior huésped lo quemo, trajo del bosque una maleta que al parecer era su ropa.

Una vez instalado, por fin se dirigió a mí y me informo su intención de quedarse indefinidamente en la cabaña, una vez con su objetivo realizado se iría al lugar donde verdaderamente pertenencia me dio la opción de que, si no tenía un hogar a donde regrésame con mi familia, podía quedarme con él o me podría ayudar a llegar a un lugar sana y salva. Opte por la única opción que a mi parecer era viable por mi estado, quedarme con él y no era porque estaba ilusionada al estar con este hombre tan guapo, sino que mi embarazo al ser tan avanzado tenía miedo de que en el transcurso del camino pudiera entrar en labor de parto y estar completamente sola y ambos morir.

Fue una de las mejores decisiones que pude haber tomado, sino fuera por eso, quizás no me hubiera dado cuenta del tipo de hombre que es, de lo buena y maravillosa persona que realmente es, los días posteriores me di cuenta de su verdadera naturaleza también de la rareza inclusive de mi torturador, comprendí muchas cosas que me parecían extrañas, conforme pasaban los días me daba cuenta de algo y que me avergonzaba enormemente al convivir con Martin, así se llama.

La convivencia con Martin o la abstinencia sexual de mi torturador despertó pensamientos lujuriosos poco propios de mi parte hacia Martin, trataba de evitar todo lo posible el contacto físico o visual con él, pero sin dejar de lado mis deberes, seguía haciendo mis labores de la casa, aunque él no me obligara hacerlos, en alguna ocasión me llego a decir que no hiciera ninguna actividad pesada por mi estado avanzado de embarazo, pero era imposible no hacerlo, además aprovechaba para mantener mi mente ocupada para no pensar en desnudarlo y aprovecharme de él.

Pasado un par de semanas no podía evitar sentir palpitaciones en mi parte intima, me avergonzaba demasiado ya que sudaba demasiado y aunque trataba de mantenerme ocupada aun así lo sentía, cada vez empeoraba, no entendí lo que me estaba pasando, en cambio Martin dormía en la sala y yo en la habitación, trataba de siempre mantenerse fuera de la casa, no sabía qué hacía en el bosque pero solo llegaba para comer o dormir los últimos días, un día sin poder evitarlo no aguantando la presión en mi zona íntima y no sabiendo que hacer, llore por el estrés, la necesidad que sentía mi cuerpo, me sentía totalmente abrumada por el calor que emanaba cada poro de mi piel; en la noche cuando llego Martin a cenar mi olor lo abrumo demasiado, estando tirada en el suelo de la sala y mirándome contundentemente, casi le roge que me ayudara con lo que sea que me estuviera pasando, que ya no lo soportaba más, insistió en que encontraría otra forma de que no me viera tan afectaba, no sabía a qué se refería, yo solo quería que se detuviera todo lo que estaba sintiendo, le rogué que no aguantaría más que hiciera algo en ese momento y a regañadientes accedió ayudarme.

Debo admitir que fue el inicio del mejor sexo de mi vida y no es que tuviera vasta experiencia, al contario era casi nula pero una cosa es segura, Martin es un hombre exigente que te pedía dar todo de ti a la hora del sexo, no descansaba hasta que estuviera completamente extasiada y embriagada de él.

En esa casa vivimos más de un año, mi hijo iba creciendo satisfactoriamente, pronto dejaría el pecho y semanas antes de me informo dos cosas importantes Martin; la primera que estaba nuevamente embarazada y seriamos padres, la segunda, me platico su verdadera intención de que se hubiera quedado en la casa, me platico todo el plan, el cual me pareció algo honorable de su parte el participar en algo tan importante y sobre todo que quisiera acceder a formar parte de algo importante para liberar a todas las mujeres. No había necesidad de cuestionar sus sentimientos hacia mí, eran claros sus hechos lo demostraban y sin palabras sabíamos que desde ese día los 4 seriamos una familia sin importar donde viviéramos, en medio del bosque o en su pueblo, Nuevo Amanecer. 










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