Shadows
–Listo, hice su trabajo sucio, ahora dénmelo– dijo Mayra.
–Eres una buena chica, Mayra– respondió el superior
–Sí, como sea, Bob, solo dámelo–.
–Mo– miró a la pelinegra.
La chica le lanzó una sortija a la fantasma.
–Eres tan patética– se burló el rubio de ojos verdes –¿Cómo puedes tenerle tanto aprecio a algo perteneciente a una persona a la que ni siquiera amabas? –.
–Yo no lo amaba, pero él fue el único que me amo– murmuró –Durante toda mi vida él fue el único–.
–¿Amor? ¡Ja! ¿Y de qué te sirve eso? Solo te guía la perdición–.
–Jackson, eso no es verdad, el amor es la cosa más hermosa jamás imaginada–.
–Cierra la boca, Isa–.
–Sí, a nadie le importa tu opinión– habló Mo.
–¿Algo más que se les ofrezca, majestades? – preguntó Mayra.
–No, retírate– ordenó Bob.
La fantasma asintió.
–¡Ey! Y dile a Jason que lo estoy esperando– se burló el contrario.
–Claro, señor– miró la chica a la sombra –Seguramente le encantará oír sobre ti y descubrir que me han estado usando como a una espía en contra de mi voluntad–.
–¿Contra tu voluntad? Oh vamos, amor– se acercó a ella –Nena– intentó besarla.
–Yo no soy tu nena– se safó.
–Algun día yo cambiaré esa mentalidad–.
–No te atrevas a tocarme– se alejó.
–Cuando seamos los gobernantes del mundo eso cambiará– le lanzó una sonrisa pervertida –Cuando eso pase te harás la puta conmigo y querrás que te coja sin cuidado, me suplicarás que te toque cómo la perra eres–.
–Jackson, para– habló Mo –No importa si eres el gobernante o no, ninguns chica se te acercará con esa cara de foca con retraso– se burló.
–¿Qué dijiste? Perra estúpida– le gruñó.
–Lo que escuchaste, idiota–.
Ambos empezaron a lanzarse insultos, mientras Isa se acercaba a Mayra.
–Te recomiendo que escapes mientras discuten– le dijo.
–Ugh ¡Cállense! – gritó el jefe.
–S-se-señor– llegó la sirvienta, May, la sombra de Mayra.
–¿Qué quieres, bufón? –.
–Emm, y-yoo no s-soy un bufón– hizo una reverencia –Soy su sirviente–.
–Da igual ¿Qué quieres? –.
–A-a llegado uno nuevo– tartamudeó.
–Todos los días llega uno nuevo–.
–Es el chico– susurró.
–¿El chico? – la miró Mo.
–¿Ese chico? – se levantó Jackson.
–¿Tú sabes de qué habla? – lo miró su hermana.
–May tiene una lista de personas a las cuales debe vigilar, personas de quienes sus sombras nos serían útiles– explicó –Hazlo pasar, adelante– volvió a sentarse, May salió –Mayra, retírate y llévate esa fea cosa a la que llamas anillo contigo– la miró con desprecio –Espero que cuando vuelvas estés dispuesta a darme algo de placer–.
–Sí, señor– respondió de mala gana al tiempo que hacia una reverencia.
La fantasma caminó a la salida, miró a su derecha y se encontró otra vez con May entrando al castillo, pero esta vez venía acompañada por un chico alto castaño con ojos azules.
–¿Elliot? – se preguntó ya fuera del lugar –Oh no–.
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