Leyendo los diarios de Eunice a la par de las conversaciones que mantuve tanto con ella como con Agustín y el guardaespaldas, algo me quedó absolutamente claro. Los biohackers son los modernos prometeos. El desinterés absoluto por lo que no sea la creación, entendiendo a esta en el sentido que alguna vez tuvo la palabra "conjunto de todas las cosas existentes" y el conjunto implica integrarla. No hay allí egoísmo alguno.

No resultó entonces raro que a medida que la joven avanzara en el dominio de sus habilidades adquiridas por encima del límite de sus sentidos, sintiera que ese era el camino para hacer realidad la filosofía que los guía. Un conocimiento compartido libremente cuya última finalidad es ampliar los límites de la humana condición, pensando siempre que ello es para ejercer el bien y no para poner tales conocimientos al servicio de un empleo dañino sobre los hombres.

El tema había sido largamente hablado con Agustín, quien como sabemos es un egresado del MIT, donde precisamente hiciera su aparición este movimiento que puede resumirse en información libre para todos puesta al servicio de la ingeniería molecular y biológica como camino para mejorar la calidad de vida. Puedo agregar sin ponerme colorado, para recuperar aunque sea en parte ese estado que la humanidad vivía en la Edad de Oro, antes que a los olímpicos por envidia o lo que fuere le quitara hasta el fuego .....

Tengo la ventaja de conocer toda la historia antes de narrarla y no la encuentro una ficción creada por la mente brillante de dos jóvenes, sino la explicación de como una era se ha consumado y como la humanidad (la seguiremos llamando así) será en sus nuevos procesos, en su nueva etapa. 

El biohacking se afirma sobre dos pilares básicos: el primero es la libertad de información. La información es poder; y el poder es abaratar costes, también. El segundo pilar es la colaboración. La unión hace la fuerza. Por eso existen laboratorios de biohacking diseñados por y para asociaciones y colectivos de biohackers.

El último concepto es el que me llevó a sostener que estos investigadores con sus laboratorios de garaje y sus conocimientos al margen de las academias son los modernos prometeos porque llámese como se llame el demiurgo creador ¿no utilizó algo tan elemental como el barro para crear al ser humano? como elementales son los laboratorios que aquéllos usan.

El do-it yourself que llevó al nacimiento de Apple o Microsoft desde un garaje es el mismo que aplica para aquellos, y los niveles más complejos de la ciencia, como pudiera ser el decodificar de manera personal nuestro genoma humano están hoy al alcance de cualquiera.

De allí a solucionar un gran campo, el de las enfermedades hereditarias, implica un mínimo esfuerzo en términos de temporalidad. Agustín y Eunice pensaban en las enfermedades autosómicas, y su variante la enfermedad autosómica dominante, enfermedad ligada al cromosoma X en sus formas dominantes o recesivas. Las enfermedades cromosómicas (síndrome de Down) ......

Pero mientras se acercaban a este sueño que sin dudas llevaría décadas, era mucho lo que con noción de presente se podía realizar. Eunice recordó la definición de presente que diera alguna vez James Joyce. "El momento en que el futuro se vuelve pasado". Si el presente es un continuo avance sobre el futuro.