Agustín
Aún sofocado por la visión de semejante mujer Agustín no podía apartarse de ese monotema. Eunice es alta, a sus quince años de los que les resta consumir algunos días, supera el metro setenta y siete, la herencia ancestral le ha dado un cuerpo carnoso que perfectamente pasa por delgado ya que esa sustanciosa figura se distribuye en unas curvas que ni el genio de Miguel Ángel Buonarroti hubiera podido esculpir.
En esos cabildeos estaba no sin poca excitación (Agustín tiene 24 años) cuando se vio nuevamente inmerso en las conversaciones sociales de la empresa, que por imposición de la costumbre siempre se refieren al trabajo. Claro de un modo mayormente descontraido y que generalmente se deriva a los proyectos inverosímiles, los que habitan por ahora solo en el imaginario de estas mentes brillantes.
Agustín es un apasionado de la biotecnología y su tesis para el máster fue sobre ella. Sus estudios universitarios los había realizado en EE.UU en el prestigioso MIT (Massachusetts Institute of Technology) y la maestría sobre biotecnología la realizó en Stanford. Sin lugar a dudas su ICQ (coeficiente intelectual) rozaba con lo genial, si es que no lo era, para haber obtenido tantos logros en tan poco tiempo. No terminó sus estudios y ya tenía propuestas laborales, terminó trabajando con la madre de Eunice que ya dicho, era partner senior y CEO en una punto com.
Sobre biotecnología discurría abundando en que el ser humano en breve tiempo sería una amalgama de chips y fluidos biológicos cuando vio a Eunice que atentamente lo escuchaba.
Si semi desnuda lo había impactado verla con esos jeans al cuerpo y esa musculosa de un verde suave a tono con sus ojos que tenían el marco de una cabellera azabache, fue el acabose.
Agustín entendió lo que era el amor a primera vista, aún cuando rápidamente hizo todo lo posible para desechar la idea. Cercana a cumplir sus dieciséis años el gap que rige el AGP (age gap provision) entre ellos era lo suficientemente amplio como para ni siquiera permitirse jugar con la idea del consentimiento. Es que en Estados unidos lo que cuenta no es tanto la edad, sino la diferencia que existe entre la mujer y el hombre y no es la misma en cada uno de los estados. Puedo decirlo en mi condición de abogado y narrador, presencia y conocimiento de esta asombrosa como excepcional historia, que como se verá luego está plenamente justificada. Volviendo al tema, tomemos por ejemplo:
Alabama: Edad de consentimiento: 16 Provisión de diferencia de edad: 2
Alaska: Edad de consentimiento: 16 Provisión de diferencia de edad: 3
Arizona: Edad de consentimiento: 18 Provisión diferencia de edad: 2
Arkansas: Edad de consentimiento: 16 Provisión de diferencia de edad: 3
California: Edad de consentimiento: 18 Provisión de diferencia de edad: 0
Carolina del Norte: Edad de consentimiento: 16 Provisión de diferencia de edad: 4
Eunice por su parte ya lo había señalado como su presa, no solo porque le encantaba como persona y se sentía seducida por su porte sino sobre todo porque su inusual inteligencia le había hecho avizorar que Agustín y sus conocimientos eran el camino para mejorar su perfomance en los videos juegos. Algo había leído sobre los biohacker y estaba dispuesta a convertirse en una. Ese camino - biohacker - lo quería transitar usando a los video games como cobayos puesto que pensaba como Agustín. En el futuro la vida sería una amalgama de la actividad bioquímica del cuerpo con la biotecnología y desde siempre había sentido como si una fuerza la llevara en esa dirección.
Lejos estaba de suponer que lo que la convocaba por los juegos era la puerta por la que arribaría a ....... pero no nos adelantemos. Veamos detenidamente los inicios de esta incipiente relación.
Agustín sin bien tiene la green card y los americanos pagan fortuna por mantenerlo en sus industrias, no deja de ser un inmigrante que tiene clara noción respecto de las leyes americanas y que estas se aplican con mayor rigor a los inmigrantes.
Por eso cuando Eunice lo agarro del brazo y le dijo a los padres "no sean pesados, preparen la comida mientras llevo al huésped a conocer las caballerizas y quizás a dar un galope" lo único que tenía en mente era la persecución judicial de treinta años que padeció por parte de la justicia en lo criminal de EE.UU el afamado director Roman Polanski por tener relaciones con una menor; incluso 20 años después de los hechos estuvo en prisión y con pedido de extradición en Suiza por orden de esa justicia.
Emprendió el camino para ver los caballos sabiendo que jugaba con fuego - era notoria entre ambos las descargas que el contacto que tenían mientras estaban del brazo les producía - pero se juraba no ser otro Roman Polanski. Por nada estaba dispuesto a quemarse con las duras leyes y la pertinaz justicia americana, tenía en claro que su mente dominaría cualquier situación de riesgo en ese sentido.
Caminaron hacia las caballerizas, ella siguió tomando el brazo de Agustín y muchas veces se le acercaba haciéndole sentir la dureza de sus pechos adolescentes con formato juveniles. Lo hacía con total naturalidad mas consciente del efecto que causaba lo repetía no de manera cargosa pero si con la secuencia de un "no me olvides". Eunice se sentía extraña en ese comportamiento que experimentaba por primera vez.
Mientras se desplazaban Agustín pudo ver que los seguía un gigantón y su mirada expresó un interrogante. "Es un guardaespaldas contratado para la fiesta" le dijo y siguieron su marcha hacia los boxes. Allí miraron los caballos, estaban adiestrados para salto, deporte que Eunice practicaba. Le preguntó a Agustín si sabía montar y este le respondió "soy mexicano" dibujando una sonrisa a la par que sentía que todo el magnetismo que la pareja había generado entre sí se diluía con esa expresión machista y eso lo tranquilizó.
Salieron en dirección a un bosque, ella dijo "toma el sendero que es amplio y está perfectamente marcado, yo haré un steeplechase con obstáculos que han sido colocados a la par del sendero. Son unos dos mil metros y habrá unos veinte obstáculos. De aquí hasta el ingreso al bosque hacemos trote para que los caballos entre en calor y no se lesionen". Le aclaró que ella se adelantaría en el bosque pues iría al galope para saltar los obstáculos.
Agustín sonrió y asintió ya totalmente relajado, el peligro de una explosión que roce a Eros y sus flechas estaba conjurado, por ahora se trataba de un poco de deporte y paseo y luego la comida mitad placer mitad trabajo.
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