Septiembre - diciembre: Una amiga de verdad.

Dos semanas habían pasado desde que Shoto y su novia terminaron, dos semanas en que el muchacho parecía un zombie, pues casi ni se bañaba ni quería salir de su casa.

Izuku como la buena chica que era se dedicó a cuidar que él, pues su actual estado le hacía pensar que era capaz de cometer una tontería, vale, tal vez era exagerado pero así era ella, siempre pensando en la peor de las situaciones.

Luego de un día agotador en su trabajo en el ryokan de su familia se dirigió a su departamento, en el cual Todoroki se había estado quedando desde aquel fatal día, el viaje a casa fue cansado y largo, antes de llegar paso por algunos víveres para hacer la cena.

Cuando estuvo frente a la puerta de su casa Kaminari la intercepto, él sonreía de modo cordial y amable, las mejillas de la muchacha se adornaron de un ligero rubor.

—¿Cómo le fue hoy a la chica más bonita del mundo? —pregunto con cordialidad.

La chica rio y negó.

—Eres demasiado adulador Denki.

—Solo con mi chica favorita.

Ella sonrió y acomodo un mechón de cabello detrás de su oreja.

—Me fue demasiado bien, aunque fue un día muy cansado, están llegando varios turistas extranjeros, ya sabes lo habitual, pero cambiando de tema. ¿Cómo está mi chico guapo favorito?

—¿Te refieres a mí, o a tu amigo?

—Obvio a ti, cuando te pregunto por Todoroki lo hago por su apellido.

—Menos mal, pensé que ya me había quitado el puesto de mejor amigo —murmuro dramático.

Midoriya ladeo la cabeza y negó. Ellos eran amigos no hace mucho tiempo, pero aun así su amistad era especial, el rubio rápidamente se ganó la confianza de Izuku y ella la de él, pronto se hicieron inseparables. Aunque el único problema que tenían era que se frecuentaban poco, ya que vivían en prefecturas diferentes, eso cambio cuando la chica se mudó más cerca y si bien no se veían tanto como quisieran por lo menos convivían más que antes.

La buena suerte los golpeo cuando Izuku consiguió un apartamento justo frente del muchacho, por lo que su amistad se elevó aún más, solo con él había sido capaz de abrirse y contarle todos sus más turbios secretos y malas experiencias. Como era obvio el muchacho no la juzgo, en cambio le ofreció su amistad incondicional y sus propios temores como muestra de que la confianza era mutua.

Varios amigos que tenían en común pensaban que indudablemente terminarían juntos, pues a cada día que pasaba eran más unidos, más lo de ellos era un amor incondicional, ambos sentían que eran como hermanos y se trataban como tales.

Aunque había veces en las que Denki gustaba de avergonzar a la chica frente a los demás, y si bien ella ya conocía como era él, no podía evitar sonrojarse y actuar tímida.

—¿En qué piensas Izuku? —cuestiono el rubio mientras la miraba con curiosidad.

—¿Eh? Nada, es solo que me perdí en mis pensamientos un momento —respondió con suavidad.

Kaminari rio levemente y la miro de reojo.

—Me gustaría conocer el mundo mental de Izuku-chan.

La conversación murió ahí, la de verdes cabellos abrió la puerta de su hogar, el muchacho entro como si estuviera en su casa y la ayudo a acomodar las cosas que había comprado, en cosa de nada ambos se dispusieron a preparar la cena. 

El delicioso aroma a comida fue lo que lo despertó, con pereza se levantó de la cama y se encamino con pereza hasta el comedor. Cuando llego ahí no le extraño ver al vecino de Izuku metido en la cocina ayudándole a preparar la comida, tampoco le pareció raro que mientras ambos estaban juntos corearan una cancioncilla, pues luego de dos semanas junto a ellos descubrió que era algo que hacían comúnmente, por esa razón solo se dio la vuelta y se sentó en el sillón esperando a que ambos terminaran con su labor.

En poco tiempo lo llamaron para que se sentara a comer, él obedeció en automático, se lavó las manos y sentó, Izuku le sirvió un poco de comida y en cosa de nada se dispuso a comer. Degusto sus alimentos de modo lento, apreciando el buen sabor que tenían estos, cuando hubo terminado se levantó dejo su plato en el lavabo y se encamino a la habitación con intenciones de volver a dormir, más antes de lograr su cometido Midoriya sé lo impidió.

—¿Veamos una película los tres juntos, si?

Shoto no hizo más que asentir y dejarse arrastrar al sofá, pronto se halló mirando una larga película sobre súper héroes, y aunque usualmente despreciaba ese tipo de cintas, en ese momento se sintió bastante entretenido.

Era una película bastante larga, cuando menos lo imagino el amigo de Izuku yacía dormido sobre el regazo de esta, quien con paciencia acariciaba su cabello sin despegar su vista del televisor, cuando aquella cinta acabo con total suavidad Midoriya llamo la atención del rubio.

—¡Hey Kaminari! La película acabo, es hora de que vayas a tu casa, mañana debes pararte temprano para trabajar.

El chico se removió incómodo y se tapó la cara con un cojín para que no siguieran perturbando su sueño, aquello le saco una sonrisa a Izuku quien no hizo más que moverlo con suavidad y recordarle sus deberes como adulto.

Con un bufido de fastidio el muchacho se levantó de su lugar, se despido de la chica y se encamino a su hogar con mucha pereza, cuando él se fue Midoriya se estiro con cansancio, eso indicaba que ella también se iría a dormir, más el bicolor quería pasar un tiempo más acompañado, por lo que llamo la atención de la chica rápidamente.

—Oye, ¿la película tiene continuación? —pregunto

—Umm, si, tiene una continuación pero dura tres horas.

—¿La podemos ver?

—¡Eh! ¿Lo dices enserio?

—Si.

—Umm, mañana es lunes, tengo clases temprano —susurra pensativa.

—Vamos Midoriya, quiero verla, ¿sí?

—Vale, pero solo con una condición.

—¿Y esa es?

—Que te bañes y mañana retomes tus actividades en el trabajo.

Una mueca de fastidio se dibuja en el rostro del muchacho.

—¿No puedes pedir otra cosa?

—No, esa es la oferta, tómala o déjala.

Por algunos segundos Todoroki se queda en silencio meditando la situación, está tentado a decir que no y hacer un berrinche cual niño pequeño, aunque al imaginarse en una situación así de absurda hace que sienta pena de sí mismo, por lo que termina aceptando.

Con sumo pesar se encamina a la ducha, toma un baño rápido y se cambia de ropa con prisa, en pocos minutos está de vuelta en la sala, cuando llega a esta se da cuenta que Izuku ha hecho lo mismo y se ha bañado también, sin decir palabra alguna se sienta a lado de ella y se dispone a ver la nueva película.

Al día siguiente como Shoto prometió retoma sus actividades laborales, luego de una noche silenciosa de buena compañía, se siente un poco más liberado y lleno de energía.

Si por algo los amigos de Izuku la apreciaban mucho, era por su gran corazón y su instinto de madre, pues cada que alguno de ellos se enfermaba ella los procuraba bastante y hasta los regañaba si es que no se cuidaban bien.

Por eso no era de sorprender que cuando el frio se comenzó a hacer presente en los primeros días de diciembre, y Shoto Todoroki se enfermó, la mujer de verdes cabellos haya activado aquel instinto para cuidar del muchacho.

Todo comenzó la tarde de un jueves, Midoriya llego un poco más tarde de lo común a su hogar, que para ese momento de nuevo compartía con Todoroki, cuando llego no vio nada raro, usualmente el muchacho llegaba mucho más noche pues últimamente tenía mucho trabajo.

Ese día no tenía ganas de hacer comida, pues las clases fueron demasiado pesadas, por lo que decidió que compraría una pizza cuando Shoto llegara, mientras eso sucedía avanzaría en sus deberes escolares, se sentó en el sillón dispuesta a comenzar con sus tareas, cuando un quejido la asusto.

De un salto se paró del sofá, tomo un jarrón que encontró y grito con fuerza para hacer salir al entrometido intruso en su hogar. Nadie contesto, en cambio los quejidos siguieron oyéndose, aquello le puso los nervios de punta a la chica, por lo que llamo a su compañero de departamento.

Grande fue su sorpresa al escuchar el celular de Shoto sonar en su habitación, con verdadero miedo se encamino hasta aquel lugar, rezo a todos los Dioses habidos y por haber para que nada malo hubiera pasado y abrió la puerta.

Abrió la boca con sorpresa al ver a Todoroki recostado en su cama moviéndose de un lado para otro quejándose, dejo el objeto que tenía en sus manos en el suelo y se acercó rápidamente a él. Con cuidado poso su mano en la frente del chico, rápidamente se dio cuenta que estaba ardiendo en fiebre, aquello la preocupo, por lo que procedió a llamar a un médico enseguida.

Luego de que el doctor terminara de revisar a Shoto determino que tenía un fuerte resfriado, por lo que le receto varios medicamentos, además de cuidados especiales y comidas altas en nutrientes, le dio unas cuantas instrucciones más a Izuku y después se marchó.

Ella inmediatamente corrió a la farmacia más cercana y compro todo lo que se le indico, dejando su pereza de lado, se dedicó a hacer una comida sana y saludable que ayudara al estado del chico.

Con gran cuidado lo alimento y le dio sus medicinas, este no pudo hacer más que agradecer débilmente, pues se sentía fatal, esa noche la muchacha se desveló cuidándolo, y al día siguiente como este aun no mejoraba aviso a sus maestros que faltaría, pues no veía bien dejar solo al chico.

Se pasó gran parte de la tarde procurándolo, mimándolo y cuidándolo, aquello le pareció sumamente gentil al bicolor, quien aprovechando aquello quiso cumplir un pequeño capricho.

—Oye Midoriya.

—¿Si?

—Quiero dormir y no puedo, ¿podrías acariciar mi cabeza? eso siempre me ayuda a relajarme y dormir.

—Claro.

En cosa de nada la muchacha se encontraba dándole suaves caricias al contrario, el cual poco a poco fue cerrando los ojos, antes de caer en la inconciencia recordó como su antigua novia alguna vez hizo lo mismo, aunque sin duda las suaves y gentiles caricias eran mucho mejores que las de Momo Yaoyorozu.

Sin saberlo Shoto se estaba adentrando en un nuevo y caótico mundo de descubrimientos a lado de Midoriya Izuku.   


Segundo día, ya me quiero recuperar, dx.


DI.

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