Junio-agosto: Todas tus malas acciones regresan con más fuerza.
Lo primero que Shoto vio al abrir los ojos fue el hermoso cuerpo de su nueva conquista, con delicadeza recorrió la espalda desnuda de la chica, un suspiro de satisfacción escapo de los labios de ella, pronto se incorporó en la cama y le sonrió de modo perezoso al contrario.
—Buenos días Shoto-kun —saludo risueña la chica.
—Buenos días Toga, ¿dormiste bien? —cuestiona con amabilidad.
—Claro que sí, descanse como nunca, ¿qué tal tú?
—Comparto tu opinión, hace mucho que no me sentía tan relajado.
—Eso me alegra mucho, ¿tienes hambre?
—Un poco.
—Bueno, déjame consentirte, haré el desayuno para ti.
La rubia se levanta de la cama sin esperar la afirmación del bicolor, contoneando de forma provocativa las caderas se marcha de la habitación.
Todoroki suspira soñador, ya que le parece un sueño estar con aquella chica, pues Himiko Toga es una de las mujeres más bellas y sexys que ha conocido.
Si bien la muchacha siempre le pareció hermosa, nunca pasó de apreciar su belleza, pues él era fiel a su relación con Momo, aunque ahora que no tenía ninguna atadura quiso intentar algo con la rubia.
Al principio fue muy difícil conseguir siquiera una cita, ya que era una chica sumamente popular con unos estándares bastante elevados. Por eso cuando después de un largo mes accedió no desperdició la oportunidad, la llevo a los mejores sitios que conocía y la consintió de la mejor manera. Luego de un mes su amabilidad fue correspondida con una noche inolvidable, por esa razón es que Todoroki estaba tan feliz, pues casi podía imaginarse el inicio de una bonita relación.
Aquella idea lo hizo sonreír como bobo, uno muy grande que olvido que compartía departamento con alguien más.
Por otro lado Himiko miraba de forma retadora a una mujer de verdes cabellos, quien comía perezosamente su desayuno, antes de que la rubia pudiera decir algo o comenzar un drama la contraria le gano la palabra.
—Izuku Midoriya, compañera de departamento de Shoto, bueno eso creo, aunque la verdad es que soy más como una sirvienta, así que el desayuno está listo, disfrútenlo, tortolitos —resoplo con sarcasmo.
Se levantó de la silla, tomo sus cosas y salió con tranquilidad de aquel lugar. Toga encontró aquella acción como algo fascinante y divertido, sin darse cuenta sus labios se curvaron en una sonrisa traviesa pues aquella chica le había llamado la atención.
Dos meses habían pasado desde que Shoto consiguió una nueva novia, una que pasaba la mayor parte del tiempo en aquel lugar, pero no hacía amago alguno por ayudar en algo.
En todo ese tiempo el trabajo se le duplico a Izuku, quien no hacía más que suspirar y rogar porque aquel suplicio terminara, ya que para ella todo era muy incómodo, pues la rubia siempre la miraba de un modo extraño que la hacía sentir intimidada.
Entendía que el bicolor la hubiera considerado solamente como una sirvienta, pero dada la reciente situación no le veía más la utilidad a su presencia, ya que su nueva novia podía hacerse cargo, por lo que de modo valiente se aventuró a hablar con el muchacho.
Lo intercepto con el tiempo suficiente para no tener que estar junto a su novia, al principio él estaba algo renuente a hablar con ella, pero luego de tanta insistencia el muchacho accedió, se sentaron en la sala, con un carraspeo incomodo Izuku comenzó a hablar.
—Todoroki, creo que mi estancia en este lugar está de sobra.
—¿Por qué lo dices?
—Por su novia claro está, debe ser incómodo para ella tener que verme merodeando por ahí.
—A decir verdad no me ha dicho nada.
—Tal vez por vergüenza, yo no quiero ser una carga, sé que la única utilidad que usted veía en mi era la de una sirvienta.
El chico estaba a punto de negar la acusación más la muchacha ladeo la cabeza en negación.
—No se preocupe, la verdad no me ofende, he recibido insultos peores, así que eso no es tan malo. A lo que voy es que ahora que usted está en una relación mi presencia sobra, por tal razón he decidido mudarme, una amiga mía vive cerca de aquí, ella me ha conseguido un información sobre unos departamentos amplios y económicos.
—Tus padres no te dejaran estar sola.
—Lo sé, pero soy mayor, tengo que dejar de depender de su aprobación, quiero hacer esto, deseo tener mi propio espacio.
Todoroki suspira y la mira con vergüenza.
—Está bien, te lo debo. Siento mucho usarte de ese modo, mentiría al decirte que no fue mi intención, pero la verdad desde el principio lo planee así. En cuanto a tu secreto no te preocupes, aunque creo que deberías decírselo a tus padres — sugiere con tranquilidad.
—Eso fue un error, no volverá a pasar, yo no soy así. Ahora si me disculpa iré a empacar, mañana comenzare la mudanza.
—¿Tan rápido? creí que apenas te habían conseguido la información.
—Bueno si, pero hoy fui a verlos, de hecho ya hice el depósito inicial y firme un contrato.
—Entiendo —suspira—, ¿necesitas ayuda en la mudanza?
—No se preocupe, unos amigos me ayudaran.
—Bien, solo déjame la dirección, ¿vale?
—Huh, ¿y eso para qué?
—Para saber dónde estarás, di mi palabra a tus padres, prometí que te cuidaría y eso planeo hacer.
—No es necesario.
—Mira, sé que te debo parecer un patán y un hombre ruin y vil. La verdad tienes razón, no soy especialmente amable con muchas personas, pero no porque sea malo, sino porque me gusta conocer bien a la gente. Soy algo especial en cuanto se refiere a amigos, por eso tengo pocos pero muy buenos, así que a modo de dejar esto atrás, ¿qué te parece comenzar a conocernos? Tal vez podríamos ser buenos amigos.
—No creo que tengamos mucho en común.
—Los amigos no siempre tienen todo en común, todos somos distintos, nadie es completamente igual.
—Supongo que tiene razón —murmura la chica.
—¿Y bien?
—Vale, intentemos ser buenos amigos.
—Perfecto, bueno me voy, esta noche saldré con mi novia.
—Bien, cuídese mucho, no estaremos viendo.
Cuando el bicolor se fue Izuku soltó una risilla feliz, pues aquello no había salido tan mal como ella pensó.
Eran principios de agosto, habían pasado dos meses desde que Todoroki formalizo su relación con la rubia, y un mes desde que Izuku se marchó y su día a día le parecía increíble.
Himiko era bastante amable y servicial, no le molestaba ayudarle con algunas tareas de su hogar, además de que era bastante buena en todo lo que hacía.
Su vida parecía ir tomando un buen rumbo, aunque todo se torció de un modo extraño, cuando su novia comenzó a preguntar por su ex compañera de piso. Al principio creyó que se preocupaba por su ausencia, ya que tal vez erróneamente creía que la de verdes cabellos se marchó por su culpa.
Por lo que de modo amable, le explico la razón por la que se había ido, creyó que eso dejaría satisfecha su curiosidad, más no fue así, constantemente preguntaba por ella, razón por la cual decidió llevarla a ver a Izuku.
Al no haber sido algo planeado con antelación, llego de repente al hogar de la muchacha, subió hasta el último piso que según recordaba era donde estaba su departamento, toco la puerta y espero a que la muchacha les abriera.
Aunque cuando la puerta fue abierta los ojos de la pareja se abrieron con incredulidad. Un chico rubio con el cabello hecho un desastre bostezaba mientras los veía con curiosidad.
—¿Si?
—Huh, lo siento creo que nos equivocamos, buscábamos a Izuku Midoriya, aunque creo que nos dio mal su dirección —susurro el bicolor.
Tomo a Toga del brazo y se dio la vuelta dispuesto a irse, más la voz del chico rubio lo detuvo.
—¡Hey, esperen! Izu si vive aquí, entren, mientras tanto yo la llamare.
El muchacho ni siquiera espera una respuesta, solo deja la puerta abierta, por lo que la pareja se adentra al lugar. Solo estar dentro observan que todo está perfectamente arreglado, a excepción del sofá, donde hay varias mantas. En la televisión un juego está en pausa, mientras que en la mesita unos platos con hot cakes recién hechos están servidos.
Shoto mira de un lado a otro buscando algo que indique, si aquel muchacho vive junto a la mujer, más su búsqueda no puede continuar pues la abochornada voz de Midoriya llama su atención.
—Todoroki, lo siento mucho, no sabía que ibas a venir hoy, lamento que encuentren nuestro desastre —murmura avergonzada.
—¿Nuestro?
—¡Oh cierto! Él es Denki, es un amigo que tengo en común con Ochako, vive en el departamento de enfrente —explica la chica.
Antes de que Shoto pueda preguntar si su relación va más allá de la amistad, su novia le gana la palabra.
—¿Acaso son novios? —cuestiona con seriedad la rubia.
—¿Qué? ¡No!
—Porque no quieres —susurra el chico con las mejillas rojas.
—Kaminari, no.
—Kaminari, sí. Yo te amo Izuku, ¡te amo! Tengamos muchos hijos, y si no quieres hijos tengamos gatos, montones de ellos, vivamos en un pueblito alejado de la civilización y démonos amor —canturrea.
Las mejillas de la chica se tiñen completamente de rojo, balbucea cosas inentendibles mientras el chico la abraza cariñosamente.
Inmediatamente Shoto se siente fuera de lugar, pero no es el único, su novia se marcha del lugar sumamente molesta, cosa que el bicolor no entiende, por lo que va tras de ella.
La intercepta en las escaleras y le pregunta el porqué de su comportamiento.
—Sé que eso fue sumamente incomodo, pero no creo que fuera para tanto, ¿qué sucede?
—No es nada, solo vámonos, no tengo ganas de hablar.
—Tu no pero yo sí, no te entiendo, tu comportamiento con Izuku es sumamente extraño.
—No es cierto.
—Lo es, preguntas por ella sin parar, nuestras conversaciones giran en torno a ella, a cómo estará, a su pasado. Incluso me rogaste que viniéramos a verla, ¿por qué? Ni siquiera era tu amiga.
—Solo quería verificar que estuviera bien.
—Ya lo hicimos, esta de maravilla, ¿entonces porque esa cara?
—Basta no quiero seguir con eso.
—¿Por qué no? A que le temes.
Una maldición escapa de labios de Toga, mira de mala manera a Todoroki y se dispone a hablar.
—No le temo a nada Shoto, en cambio tú deberías temerle a mi respuesta —menciona con dureza la chica.
Un mal presentimiento se hace presente en el interior del hombre, aun así quiere saberlo, quiere saber la verdad y dejar de vivir aquella dulce mentira.
—Yo no le temo a nada Toga, mucho menos a la verdad.
—Bien, si eso quieres. La verdad es que Midoriya me gusta.
—¿Qué? Pero si tú ni la conoces.
—Hay es donde estas mal, el poco tiempo que vivió contigo la observe. Sus manías, sus sonrisas, su paciencia, todo en ella es maravilloso.
—Pero que mierda, eso no es conocer a alguien, ella es mucho más que eso. También tiene defectos, miedos, malos momentos. No te puede gustar alguien solo por lo poco que ves.
—Pero si yo no la vi poco, yo sé a qué universidad va, sé a qué hora come, se su historia familiar, yo en verdad gusto de ella. Su maravillosa y cautivadora presencia me atrapo por completo —susurra.
—¿La has estado acosando?
—Me gusta más el termino cuidar. Lo siento Shoto, yo quería decírtelo de una mejor manera.
—No creo que exista una buena manera para dar una noticia así.
—Eso es cierto, pero aun así podemos ser amigos.
—Si claro, para que tengas la excusa perfecta de ver a Midoriya.
—No es eso, en verdad me agradas, eres un buen chico, pero tienes que admitir que entre tú y yo no hay nada de química.
—Si claro, que fácil es decir eso después de tantos te quiero falsos.
—Shoto, yo te quiero a mi manera.
Antes de que el muchacho pueda replicar algo, la suave voz de Izuku llama la atención de ambos.
—Lo siento mucho, Kaminari es un dramático, pensó que eran mis familiares, por eso hizo ese espectáculo tan vergonzoso. Prometo que lo controlare, vuelvan conmigo, vamos a desayunar —musita con su voz cantarina.
Los ojos ámbar de Himiko miran a Izuku con ilusión, una que estruja el corazón de Shoto, por lo que presa del coraje, hace lo primero que se le cruza por la mente para lastimar a la rubia.
—Izu, ella no puede desayunar con nosotros. Me acaba de dejar, me siento muy mal por eso, ¿me puedes abrazar?
La de verdes cabellos asiente de forma dudosa, Shoto se abraza a la cintura de la chica y hunde su rostro en su pecho, finge llorar por lo que Midoriya no le toma importancia a esa acción, y mira de mala manera a Himiko.
—Es mejor que se vaya, y no se vuelva a acercar a Shoto, si no se las verá conmigo —advierte con voz severa.
La de ojos ámbar chasquea la lengua con molestia, pues Todoroki demostró ser una terrible persona, por lo que gruñe con enojo.
—Eres muy ingenua Izuku, aunque sí molestar a Shoto me da la oportunidad de verte lo hare con mucho gusto.
—No bromeo, ¡váyase ya!
—Bien, pero ten por seguro que tú y yo nos veremos.
Acto seguido Toga se da la vuelta y se marcha con la frente en alto, Izuku solo suspira y acaricia con suavidad el cabello bicolor de Todoroki.
—Vamos a casa, Todoroki-kun. Denki y yo haremos que tengas un día increíble, que supere este mal momento —exclama animada.
El muchacho asiente y se va detrás de ella. Por varios minutos la observa, tratando de encontrar algo que lo haga odiar a aquella muchacha, más aunque lo intente no puede.
Pues si bien Izuku Midoriya no es perfecta, ni increíblemente hermosa, posee un aura tranquila y amable que la hace encantadora.
Al darse cuenta de eso frena su intento de culparla, en cambio un nuevo sentimiento por joder la vida de su ex novia se hace presente, por lo que se promete así mismo que de ahora en adelante entorpecerá cualquier intento de Toga para estar con Izuku.
Esto lo planee subir desde el 31, pero una persona a la que quiero mucho( aunque me mando alv) sufrio un accidente.
Espero les guste ♥
○DI○
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