Sounds good
Esa noche Scott se siente mejor, pero su mama quiere que se quede tranquilo y este cerca de su nebulizador, así que juegan videojuegos, y Scott deja al castaño descargar toda la tensión sobre Derek Hale, y si se unirá o no al equipo de matemáticas, y si la mala invitación de Stiles será la culpable de haber echado a perder las cosas.
—¿En serio es tan inteligente?— pregunta Scott, claramente escéptico. Mueve la cara hacia un lado para concentrarse, balanceando su control remoto del Wii fallando el tiro de todos modos. Scott es muy malo con los bolos. Aunque lo compensa en el snowboard.
—Él se llevó el papel, sino te mostraría,— dice Stiles. Es su turno en el juego pero se está aburriendo un poco. Prefiere obsesionarse con Derek. —Y lo estaba haciendo sólo por diversión. Ni siquiera era tarea, es un perfecto miembro para el equipo de matemáticas.—
—Si, excepto que es un idiota,— refunfuña Scott. —El y Whittemore casi arrojan tu mochila a la piscina esa vez.—
—Yo.. Woah,— dice el castaño. En la televisión, su Mii está esperando, pero Stiles baja su control remoto. —Supongo que no sabía que estaba allí.— Había entrado en pánico en ese momento, imaginando lo que pasaría si su mochila caía en la piscina, todo se habría arruinado. Todos sus trabajos, su costosa calculadora y su iPod. Eso fue durante la primera semana de secundaria. No había sido un comienzo muy prometedor.
Un grupo de deportistas gilipollas lo habían acorralado en el vestuario y luego lo condujeron a la piscina. Lo siguiente que sabía, Whittemore, el chico quien todo el mundo estaba de acuerdo en que era el mayor idiota de los idiotas en una escuela llena de idiotas, tenía la mochila de Stiles y estaba caminando directo a la piscina, riendo y burlándose. El castaño se había arrojado a Whittemore, quien lanzó la mochila a otra persona antes de que Stiles pudiera agarrarla, encontrándose tirado sobre su vientre en el piso húmedo, enojado y humillado.
—Derek estaba definitivamente allí— dice Scott, arrugando la nariz con disgusto. Y lo sabía, porque el chico había salido del vestuario justo al final, atraído por todo el alboroto, gritando que el entrenador Finstock venia justo detrás de él. Obviamente era una mentira, pero los abusones se habían dispersado, lo cual era algo bueno, porque ninguno de los dos Stiles o Scott podían enfrentar a uno solo, mucho menos a media docena. —¿No te acuerdas? Él estaba sosteniendo tu mochila. Casi lo empujó a la piscina después de que él la devolvió.—
Así que era el a quien Whittemore había arrojado la mochila cuando Stiles se le acercó. Probablemente fue una buena cosa que el castaño no se diera cuenta de eso.
Porque nunca habría hablado con Derek sobre el equipo de matemáticas si lo hubiera sabido. No era de extrañar que Derek siempre lo miraba como si estuviera planeando cómo matarlo. Seguramente había sido él.
Pero el castaño se había acercado descaradamente a él por ignorancia, y Derek había sido agradable, a su manera, incluso le ofreció a Stiles llevarlo a casa. Casi le había quitado la piel del rostro con el poder de su mirada al final, pero había sido amistoso, hasta ese momento, o al menos tolerante.
—Él fue bueno conmigo hoy,— se defiende Stiles.
—No me gusta, dice Scott,— lo mira enfadado mientras destapa un Kit Kat, —¿Realmente vale la pena tener a alguien así en el equipo?—
Stiles no está seguro de que tenga la respuesta a eso, pero cuando su padre viene a recogerlo más tarde esa noche, ha decidido seguir adelante y seguir tratando de reclutar a Derek al equipo de matemáticas, e incluso ha pensado en un plan útil. Podría arrepentirse después, pero... las regionales.
Cuando llega a casa, el castaño saca sus cosas de la escuela, aunque es viernes e incluso pensar en hacer la tarea un viernes por la noche se siente mal. Pero Derek estaba haciendo matemáticas en su tiempo libre, lo que significa que al moreno le gustan la matemáticas. Stiles busca en las hojas de trabajo del equipo, los ejercicios que cree le podrían gustar al moreno, basándose en lo que Stiles vio en la hoja. Carnada.
Cuando llega a la sala de estudio el lunes, Derek ya está allí, desgarbado con los hombros caídos y girando el lápiz. Está llevando una chaqueta de cuero negro, y parece como la reencarnación que todo padre tiene cuando le presentas a tu novio problemático. Stiles se dice que no es para nada atractivo.
—Aquí,— dice, golpeando las hojas de trabajo en el escritorio del moreno. Derek las acerca y se sienta un poco más recto, frunciendo el ceño. Cuando ve de que trata, mira a Stiles y levanta una ceja interrogadora. —Pensé que te podrían gustar,— Stiles se encoge de hombros, y se vuelve hacia delante.
Unos minutos después escucha el lápiz de Derek comenzando a garabatear, nunca se detiene, no hasta que suena la campana al final del período.
~*~
Derek lo está esperando cuando el castaño sale del edificio al final del día. Esto es especialmente impresionante porque Stiles tenía dos horas con el equipo de matemáticas después de la escuela. No puede creer que el moreno haya estado esperando todo ese tiempo.
—Hola,— dice tímidamente Stiles. Todo lo que sabe hasta ahora, es que probablemente el moreno lo ha estado esperando solo para macharlo y convertirlo en una grotesca pila de pulpa.
—Hola,— responde Derek. Su rostro todavía parece un poco amargado, pero no tan asesino como había estado en el auto el otro día. Stiles decide que todavía no necesita gritar que su padre es el sheriff. —¿Quieres que te lleve?.—
Hay un bus fijo que lleva a la gente a casa después de las prácticas y esas cosas, pero Stiles no va a rechazar otro viaje en el Camaro. —Claro,— dice, y sigue a Derek por el estacionamiento.
El interior del auto de Derek ya se siente familiar, y Stiles no está tan nervioso esta vez, aunque ahora sabe que el moreno fue uno de los idiotas que lo acosaron. Está dispuesto a dejar las cosas en el pasado si es necesario, por el bien de las actividades intelectuales.
Cuando Stiles se pone el cinturón de seguridad, su estómago gruñe. Muy fuerte. Vergonzosamente fuerte.
Derek se le queda mirando mientras enciende el auto. —¿Tienes hambre?— pregunta. —Podríamos-
—En realidad, sí, muero de hambre,— gime Stiles, buscando algo en su mochila. Sacando una bolsa Ziploc con un muffin de arándanos. Le da un gran bocado, entonces recuerda que debe tener modales y lo parte en dos. El muffin es rico y húmedo, y ha sido golpeado por sus libros de la escuela todo el día, así que prácticamente se está cayendo a pedazos en sus manos. Un montón de migas caen como cascada en la consola entre los asientos.
—Vaya,— dice Stiles, mirando el desastre. Sosteniendo el pedazo del moreno sin morder. —¿Quieres un poco?—
—No,— dice Derek afligido.
—¿Estás seguro?— pregunta Stiles, tomando otro bocado. —Esta muy bueno,— murmura con la boca llena de arándanos.
Silencio. No hay nada más que un silencio absoluto mientras Derek mira fijamente el muffin que Stiles todavía le está ofreciendo.
El castaño traga, y desea tener un poco de agua, o una píldora de cianuro. —Yo ... no debo de comer en tu auto, ¿verdad?— deduce.
—No,— dice el moreno con firmeza, observando cómo un arándano rebota en la muñeca de Stiles y entra en el asiento trasero.
—Mierda, lo siento,— dice Stiles, y mete lo último de su mitad a la boca, luego mete la otra mitad restante en la bolsa, tirando más migas, ugh, y la sella mientras Derek observa todo con una expresión de horror resignado. —Te dejo esto aquí, en caso de que lo quieras más tarde,— dice el castaño, guardándolo en el tablero. Entonces ve la forma en que el moreno lo mira. —O no,— se corrige a toda prisa, metiéndolo a la mochila.
Cuando Derek comienza a retroceder donde se estaciono, un carro lleno de porristas pasa zumbando, con la música a tope y risas saliendo por las ventanas abiertas.
Probablemente ni siquiera pasen tan cerca del precioso automóvil del moreno, pero de todas maneras, les estrecha los ojos. Stiles se siente ligeramente mejor de que alguien más halla distraído a Derek tan rápido, del hecho de que el castaño ha profanado el interior con migas de muffin.
Se dirigen hacia la carretera, Derek murmurando en voz baja sobre los conductores imprudentes. Stiles no está seguro del punto de tener un coche como este si no vas ser arriesgado a veces, pero se guarda ese pensamiento para sí mismo.
El moreno está callado mientras se dirigen a la casa de Stiles, y el castaño no puede parar de inquietarse. Se muere de ganas de saber si a Derek le gustaron los ejercicios, y si piensa en unirse al equipo de matemáticas, pero no quiere presionarlo, espera paciente a que el moreno lo mencione.
—¿Te han gustado los ejercicios?— pregunta Stiles, después de que hayan pasado dos cuadras más, es paciente, ¿de acuerdo?.
—Si,— dice el moreno. Se vuelven a detener en la luz más larga del mundo, y se mete la mano en el bolsillo y saca las hojas, todas dobladas, entregándoselas a Stiles. —Aunque no estoy seguro sobre el tercer problema en la primera hoja.—
Stiles toma las hojas de trabajo y las despliega con las manos un poco temblorosas por la emoción. —Tengo las respuesta en casa,— dice con ansiedad. —Podemos comprobarlos si quieres.—
Los ojos de Derek se dirigen hacia Stiles y luego hacia el camino. —Suena bien,— dice al final.
~*~
Nueva actu.
Pongan mucha atención a los pequeños detalles de Derek porque esto hace hermoso este fic <3
Nos vemos después.
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