El mejor amigo del hombre (3/6)

Ya habían pasado dos días desde que Io comunico a En que estarían Ryuu y Atsushi dos meses convertidos en perros. El pequeño perrito miraba por el gran ventanal que daba a la calle, viendo a las personas pasando, mientras meneaba su cola con alegría.



-Sería bueno buscarte un nombre, mientras estés así- tras escucharlo, se giró mirándole a la cara y se dirigió hacia él -¿qué nombre sería bueno para ti? ¿Toby?- Ryuu meneo su cabeza del lado al lado, negándolo -ok, ¿Rodolfo?- el perro negó con rapidez ya que no le gustaba nada -Jajaja, tranquilo, era broma, te gusta Rick- él supo que sí ya que el perrito meneaba su rabo con alegría -pues desde ahora hasta que vuelvas a ser humano te llamaras Rick, sería bueno que te sacará a la calle, ¿quieres? -el ahora Rick, se iba hacia la puerta corriendo y volvía a donde estaba Io -ok, ok, voy a ponerte la correa, seguro que el parque que hay cerca de aquí que es para perros, hay chicas guapas, quieres verlas ¿eh?- le puso el collar, cuando se estuvo quieto, y en ella engancho la correa, y se dirigeron a la calle.



Tras diez minutos andando llegaron al parque, y como Io dijo había muchas chicas con sus perros. Io le soltó de la correa y se sentó en un banco para seguir con sus finanzas por su tableta.



-No te vayas muy lejos, vaya que te encuentres un perro más grande que tú y te muerda y yo no pueda ayudarte-.



P.Vista Ryuu



Tras separarme de Io, me fui hacia un grupito de chicas muy guapas pero antes de alcanzarlas, sus perros me pararon los pies, eran tres.



-Tú eres nuevo aquí ¿verdad?- me dijo uno de ellos, era un Spitz japonés.


-Mira retaco, este es nuestro territorio, así que vete alejando de aquí- dijo un Doberman sacándome los colmillos.


-Solo venía a ver a estas chicas- dije con un poco de miedo, ese perro me sacaba cuatro o cinco cabezas de altura.


-¿Lo habéis oído? ese idiota quiere ver a nuestras dueñas- dijo un Pekinés que había a su otro lado.


-Vete de aquí si no quieres ver tu vida pasar por delante de tus ojos- me volvió a gruñir el del medio y comenzó a caminar hacia mí, y yo empecé a retroceder, pero el Spitz se me puso detrás.


-No huyas ahora afronta las consecuencias de enfadar a Roco-.


-Pienso matarte antes de que mi ama se entere de tu presencia-.



Rodee al peliblanco y salí corriendo en busca de Io, no me lo creía, pero tenía miedo, me sentía tan indefenso, cuando creí que estaba lo suficiente lejos, sentí como el Doberman me mordió el lomo y me tiro contra un árbol, me sentía muy mareado, sentía en punzante dolor en mi espalda y en una de mis patas delantera. Podía oír su respiración acercándose a mi ¿y si Io no me ha visto? ¿y si es verdad que voy a morir? No quiero morir así, Io tengo miedo. Algo le hiso parar, abrí un poco los ojos y ví a la que parecía su dueña cogiéndole de la correa, siendo ayudada por Io, Io había venido a salvarme, esa chica y sus amigas se llevaron a sus perros e Io me cogió a mí en brazos, me sentía protegido, el miedo se había disipado, lo último que sentí fue como él salía corriendo, seguro que ese cacho perro me había hecho sangre, yo solo sentía una fuertísima punzada, y la respiración agitada de mi mejor amigo.



Fin P.Vista Ryuu



Io corría por las calles, hasta un veterinario que había cerca del parque, la espalda del perrito no paraba de sangran, y tenía miedo que se muriera, al llegar entró corriendo y se fue hacia la recepcionista.



-Por favor ayúdeme un Doberman lo ha atacado en el parque, no para de sangrar- dijo Io con gran desesperación.


-Dios mío, voy a llamar al veterinario- la recepcionista fue hacia lo que parecía la sala de consultas y al rato salió acompañada del veterinario.


-Venga por aquí- le dijo a Io, y este le siguió, hacia lo que parecía la sala de cirugía -ponlo en esta camilla, y lo siento mucho pero deberá esperar fuera, yo me ocupare de su amigo, ¿cómo se llama? ¿y cómo se llama usted?-.


-Se...se llama...Ri...Rick y mi no...nombre es...Io...Naruko Io- dijo con dificultad, porque sus lágrimas comenzaron a llenar sus mejillas.


-Pues no se preocupe Naruko-san , su amigo Rick saldrá de esta-.



Ya había pasado una hora desde que el doctor se llevó a "Rick" y todavía no se sabe nada, los nerviosismos de cierto peliverde iban aumentando, no paraba de dar vuelta en la sala de espera, en la cual estaban sentados En, quien sujetaba a Atsushi, y Yumoto.



-Tranquilo, estará bien- le dijo En tan calmado como siempre.


-No, no está bien, si estuviera bien, ya estaría fuera, pero no, lleva ya una hora ahí dentro, y no sé nada, si está bien, si se va a morir, no sé nada. Si le hubiera prestado más atención no le hubiera mordido ese perro-.


-Io-senpai...-.



Cuando la desesperación de Io no podía aumentar, la puerta del quirófano, se abrió.



-¡¿Cómo esta?!- dijo al doctor después de haber corrido hacia él.


-Ha salido todo perfectamente Naruko-san, pero será bueno que esté aquí una noche-.


-De acuerdo, pero puedo despedirme- dijo ya un poco más calmado.


-Claro, acompáñeme- el peliverde siguió al veterinario hasta una sala donde había muchas jaulas para meter en las mascotas y en una de ellas estaba metida el perrito rosa, el cual al ver a Io empezó a menear la cola.


-Todavía tiene anestesia pero está consciente, le dejo a solas cinco minutos- tras decir eso se fue cerrando la puerta tras de sí.


-Hola Ryuu, esta noche te quedarás aquí, y mañana vendré a por ti- dijo acariciándolo.


-Io quiero que ya sea mañana-.


-No sé que haría si te hubiera pasado algo-.


-Señor, será mejor que lo deje descansar-.


-Sí, adiós Rick-.



Io salió a la sala de espera y allí estaba los chicos esperándolo, tras decirle que estaba bien todos se fueron a sus casas.

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