Justo como todo lo demás en mi vida, pasó sin que lo preguntara. Nunca supe que había cambiado hasta que caí de mi caballo y rodé cuesta abajo en una colina. Esa caída rompió todos y cada uno de los huesos de mi cuerpo. Pude oírlos crujir durante el descenso. Siendo sinceros, esa caída debió haberme matado... pero me levanté y caminé.

Supe entonces que era diferente. Muy diferente.

No fue hasta más tarde que comprendí en lo que me había convertido: un inmortal. No estuve afectado al principio. Después descubrí que ser inmortal viene con algunos serios enemigos, y solo un puñado de ellos son humanos.

Solo que a veces tus amigos son más peligrosos que tus enemigos.

De Notas y demás

Extracto del diario privado de William H. Bonney, comúnmente conocido como Billy the Kid.

(Sin fecha, posiblemente Septiembre 2005)