Porque pelear a veces funciona
BILLY THE KID
Autora: Clumsykitty
Fandom: DC-Spawn
Pareja: Superbat
Derechos: a no morir antes de tiempo.
Advertencias: eso contiene escenas grotescas, la violencia típica de DC con algunos horrores que a la autora se le antojan poner en medio de smut porque claro, los sustos y los cosheos van de la mano. Amo a Spawn/Al Simmons bebé así que va de por medio. Historia de encargo.
Gracias por leerme.
*****
Porque pelear a veces funciona.
Harsh words were said, and lies were told instead.
I didn't ever mean to make you cry.
But love can make us weak and make us strong.
And before too very long.
I was totally in love with you, I bathed in you,
Lost in you, captivated by you,
Amazed by you, dazed by you.
Nothing can go wrong.
Nothing can go wrong.
We're lovers, Jean-Jacques Burnel.
Hasta que no fueron en dirección hacia donde había caído ese rayo de luz es que Batman recordó sus razones para no incluir en esas misiones a un general del Infierno que no conocía la disciplina ni tampoco sabía mantener el hocico cerrado. Fueron sus indiscreciones las que los delataron en su pequeño escondite detrás de un camión de carga abandonado porque Billy y su pandilla habían llegado antes, seguramente buscando esa fuente de energía en el callejón donde aparentemente se esfumó en el aire. El murciélago guardó sus maldiciones para más tarde, porque todos los secuaces de Billy les cayeron encima como si fueran un torrente de garras y colmillos deformes. Los cuerpos de esos seres humanos estaban mutando hasta el punto de hacerlos irreconocibles, no que eso les restara peligrosidad.
—¡A tu derecha!
—¡Tú muévete!
Esquivar, lanzar, golpear, rodear... estaban enfrentando más de tres docenas que hombres y mujeres vueltos locos bajo la mirada quieta de Billy The Kid. Bruce no pudo creer que al tenerlo de cerca pudiera confirmar que se veía tal cual en su foto que se resguardaba como único retrato oficial del famoso cuatrero del siglo XIX. Pero esos ojos seguían siendo inhumanos, eso lo tuvo por seguro, como el arma que desfundó cuando Spawn se deshizo de al menos un tercio de su gente con sus cadenas y garras, al menos su fuerza mal dirigida estaba inquietando esos esbirros. Billy sacó su pistola que se transformó en una versión más avanzada, muchísimo más avanzada, ganando tamaño. La mente del murciélago gritó nanotecnología, notando que ese criminal iba a dispararles con todo y sus mutantes.
Un haz de luz apareció, con un viento que sacudió el callejón, se trataba nada menos que Flash apareciendo. Batman iba a llamarlo, pero una mano de Simmons lo calló antes de lanzarlo detrás como si fuese un muñeco, una esfera de poder verde creciendo en una de las garras del general con los demás pandilleros rodeándolos. Solo pudo atisbar un poco ese traje rojo antes de que fuera tragado por el fuego verde de Spawn, igual que ellos, regresando de vuelta a la casa remolque con el millonario quitándose la capucha para vomitar. Esta vez no había resistido el viaje.
—¡¿Qué carajos te pasa, Simmons?!
—Nos iba a matar, no de forma linda.
—¡Si me hubieras escuchado, no hubiera pasado!
—Tú no estás entendiendo.
Por el silencio del desierto que los rodeara, alcanzaron a escuchar el débil sonido de ambulancias, patrullas y bomberos con una columna de humo elevándose en la noche, era donde habían peleado apenas unos minutos antes de teletransportarse. Bruce frunció su ceño, limpiándose la boca con el dorso de su mano enguantada.
—¿Qué carajos...?
—Ángela me dijo que solo los ángeles eran cazadores bondadosos, porque únicamente iban tras la presa, los demás allá afuera no tienen compasión por formas de vida inferiores. A Billy le importa un cuerno si se lleva a toda la ciudad, va a encontrar lo que vino a buscar porque lo va a encontrar.
—Ni siquiera pude averiguar qué era esa energía.
—Me suena a alimento, Brucie.
—¿Lo has visto antes?
Simmons asintió, girándose hacia él. —Con algunos seres del infierno, cuando los tienen presos, de cuando en cuando liberaban energía para alimentarlos, pero nunca dejaban la comida a un lado. No digo que sea lo mismo, pero se le parece.
—Hay algo debajo de la ciudad... mejor dicho, en el alcantarillado.
—¿Por qué lo dices?
—Si estuviera demasiado profundo, la energía tendría que dispersarse casi hasta tocar el suelo, lo hace en el aire sobre la ciudad, lo que alimenta está prácticamente bajo las calles.
—¿Ósea que el aire funciona como una suerte de colador igual que cuando nana colaba la nata antes de darme la leche?
—...
—Relájate.
—No es exactamente la respuesta, pero está bien para alguien de tu nivel.
—Pues si requiere tanta energía, es enorme.
—¿A dónde enviaste a Flash?
—¿A dónde más? Solo me sé una ubicación segura: Nueva York. Espero tenga un estómago fuerte.
—Lo salvaste.
—Es tu compañerito de clases, soy un general muy generoso. ¿Sabes? Comienzo por sentir que vamos a necesitar de la ayuda de otro alienígena si queremos vencer a Billy.
—¿Al Marciano?
—Bruce, Bruce...
—No.
—Sí lo estás evadiendo, lo que me recuerda que no podemos quedarnos más aquí. Billy ya sabe que estamos en Salt Lake, encontrarnos no le va a costar nada.
—¿Tienes otra casa remolque escondida en el desierto?
—Cuando fui un asesino, tenía refugios antinucleares a mi disposición. Hay uno justamente por esas montañas alimenta seres escondidos bajo la ciudad.
—¿Y por qué...?
—No te dije en qué condiciones está. Ya lo verás, extrañarás esta casita.
—¡No vamos a...!
Teletransportación, Bruce iba a odiar ese método por el resto de su vida y sabía que Simmons lo hacía adrede solo por fastidiarlo. En cuanto estuvieron dentro, entendió a que se refería ese engendro infernal. Parecía que hubieran descendido a su hogar maléfico. Los ojos del murciélago comenzaron a inspeccionar, buscando detalles, todo indicio como evidencias de lo sucedido dentro del refugio que parecía un paisaje dantesco de alguien con una imaginación aun más grotesca. Había también un aroma extraño, como algo quemándose lentamente, una carne putrefacta cerca del fuego. Spawn debió notarlo, porque lo miró asintiendo antes de indicar con el mentón hacia donde se encontraba ese hedor.
Pasos cautelosos se aproximaron a una de las bóvedas donde estaban controles de mando, ese refugio también era un almacén de armas, desaparecidas ahora por algo que cayó e hizo un hueco enorme en el suelo, formando una suerte de pozo del cual se despedía ese aroma. Bruce arrugó la nariz, tomando muestras mientras pensaba en qué cosas habían sucedido para que ahora Billy The Kid estuviera cazando en la ciudad usando seres humanos como escudo y sabuesos al mismo tiempo. Simmons fue a asomarse, abanicándose con una mano por el aroma pestilente.
—Esto huele peor que el trasero de Violator.
—De aquí debe provenir la energía que va a la ciudad.
—¿Y cómo rayos entró aquí sin hacerle un hoyo a la montaña?
—De la misma forma en que tú nos trajiste.
—Okay... pero ¿cómo sabía que debía caer exactamente aquí? ¿Aquí?
—No lo sabía —Batman se acercó mostrando con unas pinzas un trozo de chip— Solo rastreó una fuente de energía oculta. Como si buscara el corazón de un volcán, solo que tecnológico.
—Todo refugio tiene fuente de energía para durar siglos —Simmons resopló— ¡La energía que lanza proviene de este lugar!
—Que chico tan listo.
—Debo juntarme más con Tim.
—No menciones...
—Bruce, tengo otra idea.
—Ya no más.
—Creo que ya sabemos que cosa anda buscando Billy. Es un bebé.
—¿Un bebé?
—Y mamá está aquí. Regurgita la comida para su bebé dormidito bajo la ciudad.
—Tú estás loco.
—Por favor, mira hacia abajo, con cuidado que no puedo volar como...
—Silencio.
No fue solo por interrumpirlo, el murciélago quiso silencio para escuchar con atención el débil sonido proveniente del fondo de aquel hueco. Sí, era como una respiración, muy lenta, ronca que indicaba que el ser ahí abajo podía tener un tamaño considerable si había destruido todo el refugio al caer. Bruce sacó un medidor que chilló de inmediato, residuos de energía radioactiva. El general lo observó en silencio, como esperando a que explicara qué estaba pensando con sus observaciones. La montaña se cimbró, ambos cayendo al suelo, la mano de Simmons tirando del pecho del otro para que no cayera al pozo, alejándose a toda prisa del calor insoportable que emanó ese enorme hoy cuando más energía radioactiva emergió para desaparecer por la roca dura.
—Billy quiere al bebé, algo me dice que mamá es demasiado para él. Por lo tanto, también para nosotros —susurró Spawn, sin soltar al murciélago quien le dio un manotazo.
—Puedo levantarme.
—El problema que comienzo a ver es que, si Billy se lleva o mata al bebé, la Tierra será un infierno nuclear por la ira de mamá.
—Demasiados problemas.
—Nadie dijo que salvar al mundo fuera fácil. Necesitamos a Superman. Él puede resistir esta clase de energía.
—¿Y cómo...?
—Oh, vamos, Bruce, solo necesitamos asomar la cabeza fuera de estas paredes de plomo para que te escuche si le gritas con cariño.
—Tú...
—De todas formas, algún día vas a tener que enfrentarlo, no siempre puedes estar huyendo.
—Tenemos que salir, los niveles de radiación se elevan. Nada de teletransportación.
—Qué mal genio.
Era una suerte que Simmons todavía supiera cómo usar lo que quizá era cerebro en esa cabeza quemada, recordando los pasillos que daban fuera del refugio, tuvieron que explotar una que otra cosa para abrirse camino, hasta tomar el aire fresco de los desiertos de Utah con una hermosa vista de luna llena. Bruce se tomó un tiempo para reordenar sus pensamientos, necesitaba mantener cierta línea de pensamiento con esa misión ahora que estaban descubriendo más sobre las intenciones y naturaleza de Billy The Kid. Esa distracción la usó el general para alcanzar su mano que entrelazó con esas garras justo cuando una figura voló frente a ellos.
—Batman —la Mujer Maravilla estaba ahí, mirando esas dos manos y luego al murciélago— Flash nos llamó.
Bruce hubiera querido zafarse, pero esas garras estaban casi a punto de volverse una sola mano con la suya y peleas anteriores con el general le habían dejado claro que cuando deseaba mostrar toda su fuerza, Spawn era un rival digno de temer. Quizá ambos eran igual de necios. Apenas si dio un tirón probando suerte antes de responder a Diana quien parecía curiosa de ese gesto, guardándose una risa.
—Estoy...
—Estamos.
—Tras la pista de una entidad extraterrestre que se hace llamar Billy The Kid.
—¿Por qué no lo dijiste a la Liga?
—Mujer Maravilla, es un incidente que apareció en mi ciudad.
—¿Y este señor...?
—Uy, no, soy el general del Infierno Spawn, pero cuando fui humano me llamaba Al Simmons, para servirle hermosa dama flotante.
—No le hagas mucho caso.
—¿Ustedes dos son...?
—Algo así —atajó Simmons con todo descaro apretando su agarre que dolió, casi le rompe los huesos de la mano— Tenemos un pacto. De momento, Bruce es mío.
El nombre del millonario hizo que Diana abriera sus ojos de par en par, eso significaba que Spawn era más que un conocido, sus palabras eran ciertas. Le pareció ver una cierta ira en la mirada de la Amazona, guardándose lo que hubiera querido decirle porque el idiota aquel no lo soltaba ni mostraba ánimos de irse, sus cadenas se movían cual serpientes a su alrededor, incluyéndolo como si lo protegiera de ella. Simmons sí dejó escapar una risita, ladeando un poco su rostro.
—Debemos ir a rescatar un bebé ¿nos acompañas?
—¿Un... bebé?
Las cadenas hicieron de látigos que los catapultaron por los aires, Batman terminando sujeto de un costado por el general.
—¿Qué demonios crees que haces, Simmons?
—Me divierto, hace mucho que no lo hago.
—Si no me sueltas ahora mismo, voy a...
—Alguien más está mirando. Levanta la cabeza.
Una capa roja se ondeaba en lo alto, una figura que se notaba tensa desde lejos. Bruce frunció su ceño, mirando a Spawn quien se encogió de un hombro mientras saltaban de esa forma ayudados por las cadenas, con Diana detrás muy silenciosa. Así volvieron a la ciudad, a los techos donde al fin el murciélago tuvo la libertad que esperaba, preparando armas en tanto el general lograba ubicar una vez más a Billy. Superman descendió, y juró que casi lo hizo estremeciendo el techo del edificio con los puños estrujándose hasta hacer sonar sus huesos. Diana lo alcanzó, con una mano sobre esa S en su pecho, negando apenas y volviéndose al par que buscaba ponerse de acuerdo.
—Encontramos al bebé, Billy solito vendrá.
—¿Puedes hallarlo? —Bruce estaba algo inquieto, la mirada de Clark era extraña para su gusto.
—Claro, porque el aroma de mamá es el aroma de su bebé.
—Buen chico, busca.
—Como digas, cariño —Simmons de la nada lo besó en la mejilla, saltando al callejón próximo para comenzar a olfatear.
Su puño se quedó colgando en un costado, mirando a Diana y a Clark que no se habían perdido aquello. De nuevo ambos mostrando expresiones que no correspondían a lo que quizá era lo más normal. Bruce ya no estaba seguro de qué pensar sobre ellos, viéndolos ahí lado a lado volvió a recordar la fotografía de esa primera plana, desviando su mirada, tomando un radar de su cinturón para hacer una lectura de rastro radiactivo aunque sabía que era un esfuerzo inútil. Fue solo por tener algo que hacer y no mirarlos o decirles algo sobre el beso que lo dejara como un completo idiota. No podía estar celoso ni tampoco atrapado en emociones en plena misión.
—Bruce —Clark lo llamó— ¿Podríamos hablar contigo?
—Simmons lo tiene.
Un disparo de luz verde los llamó, el murciélago desapareciendo casi en el acto antes de que Diana o Clark se ofrecieran a llevarlo. No iba a permitir que lo tocaran. Simmons ya retiraba una pesada alcantarilla indicando con una garra que debían descender para ir a donde la posible criatura, no sin antes tirar de Bruce como si fuera su muñeca, pegándolo a su costado con las cadenas rodeándolos.
—Vamos aprisa, Billy también está de cacería con más de sus marionetas.
—Simmons...
—Chitón, tenemos que llegar antes.
La capa y cadenas tenían la capacidad de imitar un vuelo de Amazona o de un Kryptoniano que parecía que usaría su mirada láser en cualquier momento. Terminaron en una unión de conductos enormes que bajaba a un pozo similar al que vieran en la montaña, solo que más pequeño y lleno de una increíble cantidad de baba espesa en color morado. El general pellizcó un poco para el asco de su compañero al verlo probar aquello sin nada de cuidado.
—Sabe a uva.
—¿Podrías ser menos estúpido?
—Le ganamos a Billy, en cuanto a encontrarlo, porque en cuanto a detenerlo, apenas estamos por averiguarlo. Quédate detrás de mí, Brucie cariño.
Una energía rojiza se aproximó, con una marea de silbidos, gruñidos y siseos de más humanos transformados por Billy, quien apareció detrás de su pequeño ejército dispersándose alrededor de aquel pozo profundo, todos esos rostros deformes mirando a los intrusos. Batman clavó la mirada en Billy, ese muchacho de mirada tenebrosa, inquietante caminando tan tranquilo, acomodándose su sombrero al examinarlos con calma. No pareció con intenciones de mirar hacia el pozo, o de momento no quiso hacerlo, desfundando ambas armas que se transformaron igual que la primera vez. La Mujer Maravilla frunció su ceño al verlo, mientras que Superman solo estaba serio, más distraído por la pareja de Spawn y Batman que la amenaza de Billy The Kid, quien por fin habló.
—Bien, pequeños, han metido sus narices en mis asuntos demasiadas veces. Si algo me fastidia en sobremanera, son los fisgones.
—No vas a llevártelo —advirtió el murciélago muy decidido.
Billy chasqueó su lengua, una negra aun con todo y las penumbras que los rodeaban. Sus esbirros atacaron, cayendo rápidamente por tres figuras porque una cuarta se dejó caer sin más dentro del pozo.
—¡MALDITA SEA CONTIGO! —vociferó Simmons al ver a Bruce descender.
—¡CUIDADO!
Diana detuvo a tiempo el primer disparo, Clark encargándose del segundo antes de que todo el conducto debajo de Salt Lake terminara destruido por aquellas armas que los quemaron. Spawn fue tras el millonario aun con maldiciones, abriéndose paso con sus cadenas entre tantos hilos de baba cada vez más y más densos hasta ser tan duros como el acero. El Caballero de la Noche estaba tranquilamente tomando muestras de un enorme capullo en color morado, trepado sobre este como si arriba no estuviera un cazador de otro planeta queriendo volar una ciudad por su trofeo.
—Trabajo en equipo, ¿esa frase no te dice algo?
—¿Por qué has estado comportándote como un idiota?
Simmons gruñó, caminando sobre el suave capullo. —¿Qué carajos intentas?
—Despertarlo.
—Tú si que estás mal. Su madre puede freír la Tierra y tú quieres despertar al niño.
—Así dentro del capullo no lo podemos salvar de Billy.
—¿Se te ha ocurrido pensar por un momento que, no sé, sea una criatura come humanos?
—La amenaza sobre la Tierra es peor opción. Debo arriesgarme.
—Piensa en tus chicos ¿quieres?
—No los uses para chantajearme.
—Piensa en Alfred, entonces.
—Vete de aquí si no vas a permanecer callado.
—Ah, dolió ¿no es así? —lo que el general fuera a decir a continuación se quedó en el aire cuando el capullo vibró con fuerza— ¿Qué?
—Ha despertado.
—¡Bruce!
Lo siguiente que este vio fue una enorme oscuridad, con los ecos muy distantes de voces distorsionadas que llamaban su nombre. Estiró una mano hacia una de ellas, esa oscuridad que tocó vibró de nuevo, mostrando ahora una serie de rayos de colores, todo el espectro formando ángulos de 90 grados a su alrededor, pareciendo que formaba una suerte de cubo dentro de otro cubo. Bruce alcanzó una de esas bandas de color de energía pura, estas se movieron como si estuviera cayendo dentro de ellas y al mismo tiempo saliendo. Flotaba, más no percibió donde era arriba o abajo, todo era igual con esas bandas vibrando con una débil música brotando de ellas. Un punto distante de luz fue acercándose, esas líneas se tensaron y multiplicaron.
—¡BRUCE!
Un par de fuertes brazos lo estrujaron, el murciélago parpadeó confundido al hallarse estampado contra el pecho de Clark, quien revisó sus costados como buscando heridas que, por supuesto no tenía.
—Creí que te perdía.
—Clark... ¿cómo llegaste aquí?
—Esa cosa explotó, seguí al tipo con el que estabas cuando te dejaste caer ¿por qué lo hiciste? Bruce, ¿por qué siempre tienes que hacer cosas que te ponen en grave riesgo?
—¿Has venido aquí solo para reclamarme mis decisiones?
—Y porque me importas. Creí que ya lo sabías, ¿o fue ese hombre el que...?
—Silencio.
La vibración subió y bajó como si fuese una melodía que ganaba volumen, quedándose en un suave ronroneo con ellos dos rodeados de bandas de colores cuya energía los iluminaba, esos cubos dentro de cubos girando a su alrededor. El Kryptoniano también pareció curioso por el sitio donde se encontraban, sin soltar al otro, su agarre seguía siendo el mismo, no que a Bruce le molestara eso. De pronto estar ahí entre los brazos de Clark le proporcionó más confianza para tener una idea sobre dónde se encontraban.
—Nos ha tragado, de cierta manera —expresó con calma a Kent— Estamos en el interior de la criatura.
—Creo saber qué es —asintió Superman— Aprendí algo en la Fortaleza de la Soledad, mi pueblo los adoraba porque los creían los primeros seres conscientes del universo, cuando este recién se creó. Ingenieros, así les dijeron. Son entes conscientes cuya existencia rebasa nuestra comprensión, viajaban por el universo para aprender de este conforme envejecía, y aquellos que sabían reconocerlos entraban en sus cuerpos que les permitían viajar en el tiempo y el espacio. No recuerdo haber visto alguna imagen u holograma de ellos, solo que eran "altas abstracciones de la vida". Supongo es esto.
—Las matemáticas son la máxima abstracción en el universo.
—¿Estamos dentro de un ente matemático?
—Sería una descripción corta —Bruce se quedó callado, frunciendo apenas su ceño— Deberías soltarme, no es adecuado.
—¿Qué?
—No quiero faltarle el respeto a Diana.
—¿Qué tiene que ver Diana en esto?
El murciélago lo miró con enojo. —Ambos sabemos que ha pasado.
—¿Nos devoró una alta abstracción del universo?
—Clark...
—¿Por qué estás con esa cosa?
Hubo un largo silencio de parte de Bruce, queriendo poner orden a esa discusión, a punto de intentar zafarse del agarre del Kryptoniano cuando otra vibración menos armónica y más chillona los hizo mirar hacia un costado. Clark abrió sus ojos al ver dos enormes cañones abrirse paso por entre las bandas, con una risa escabrosa aproximándose detrás y un par de puntos rojos brillando.
—Billy —susurró Batman, sintiendo un tirón en su espalda por un escalofrío— Es su verdadera forma.
—¡¿Y por qué este ente lo dejó entrar?!
—La noción del bien y el mal es para mentes inferiores.
—Bruce, tú...
—¡Muévete!
"Cayeron" por un costado, las bandas abriéndoles paso a otro cubo que pasaron con esos cañones disparando. Para Superman era como volar en el espacio, solo que estando en completa oscuridad cuando las bandas iban y venían, sin soltar a Bruce quien no apartaba la mirada de esas franjas coloridas, buscando entender el patrón que usaban para formar los cubos. Un rugido fue el sonido antecesor del disparo, Batman pateando al Kryptoniano para separarse a tiempo. La onda de choque los lanzó a extremos opuestos con esa risa persiguiendo al millonario quien controló el terror que nacía por aquel sonido agudo y sobrenatural para tirar de una de las bandas, entrando a otro cubo.
Ese "bebé" parecía leer la mente de sus inquilinos, porque el sonido de las franjas se convirtió en notas de piano que el murciélago reconoció a tiempo para escapar de otro disparo. No se estaban moviendo de cubo en cubo, solo en el tiempo y con ello el espacio que en ese tiempo estaba. Sus manos se detuvieron sobre unas bandas cuando miró entre su espacio una escena que lo dejó boquiabierto. Eran Diana y Clark, estaban enfrentando una suerte de villano extraterrestre, cuando este se vio sobrepasado, escupió un humo sobre sus rostros cercanos antes de ser atrapado. Bruce arrugó el entrecejo, aferrándose a las bandas sin notar la risa aproximándose por un costado. Hubo un efecto en ese humo, sin duda, los ojos del Kryptoniano comenzaron a mirar a la gente que salvaron y que se reunía alrededor para aplaudirles como si deseara atacarlos. Fue entonces cuando Diana lo besó.
Así cortó el efecto, sin que los demás se percataran del peligro, justo cuando alguien les tomó una fotografía. El murciélago se aferró a las bandas que vibraron, tragando saliva, porque vio la Atalaya, dentro de una salita donde Clark estaba ensayando una petición de mano con Diana corrigiéndole entre risas porque la torpeza del chico de Kansas era tal, que incluso ella escupió su agua, dando unos últimos consejos a su buen amigo para conquistar el duro corazón de un millonario mientras ambos salían de esa sala con un Bruce a lo lejos formándose ideas erróneas por un simple error muy humano. Un jadeo escapó del millonario al tiempo que el Kryptoniano apareció, interponiéndose en el disparo.
—¡KAL-EL! ¡NOOOO!
Se vio caminando en medio de un cortejo fúnebre, sosteniendo un pequeño ramo de flores apenas si logrando contener las lágrimas que rodaban silenciosas por sus mejillas pálidas. Una mano firme de Alfred apretaba apenas su hombro, animándolo a seguir caminando hacia la cripta de los Wayne, con la gente observando al pequeño niño entre lástima y preocupación. El pequeño Bruce pudo escuchar algunos de los murmullos a su alrededor, que no iba a olvidar tan pronto.
—... ¿no te parece demasiada suerte que esté vivo?
—Los padres eran tan buenas personas.
—Es raro... igual y es de mala suerte.
—... dicen que hay niños que solamente provocan desgracias.
—Pobrecito, sin los Wayne nadie más lo amará.
Unas notas de piano le recordaron que solo estaba presenciando una vieja memoria, de esas enterradas en lo profundo de su corazón. Clark parecía desaparecer en la oscuridad con un hueco en el pecho. Bruce alcanzó una de las bandas, tirando de ellas con todas sus fuerzas, sintiendo como los músculos de sus brazos y pecho estaban haciendo un esfuerzo titánico, al punto de desgarrarse solo para mover esos colores, revirtiendo el tiempo. Se vio a sí mismo, observando la escena entre Diana y Clark cuando apareció Billy, un gigantesco ser de múltiples cuernos y brazos sujetando un par de cañones de energía que dispararon hacia él cuando Superman se atravesó.
Castañeando sus dientes y lanzando un grito por el dolor, el murciélago tiró de las bandas, obligándolas a moverse. Se vio a sí mismo, buscando una de esas franjas para impedir que Clark se interpusiera mientras otra de sus versiones miraba por entre los colores una escena reveladora. Bruce sintió que la cabeza le iba a explotar, un ser humano no tenía la capacidad de asimilar lo que era en verdad el universo en todas sus dimensiones y planos, pero no le importó con tal de salvar al idiota de Kansas que había esperado por un momento ideal para pedirle que se casaran. Sangrando de ojos y oídos, vio el momento en que Billy apareció por entre las franjas, preparando sus cañones. Un poco más, se gritó a sí mismo, casi aullando al jalar otras bandas, lo suficiente para ver congelado en el tiempo a un general estirando una mano hacia la oscuridad. Ese mismo que abrió boca y ojos al ver aparecer de la nada medio cuerpo de Batman.
—Usa tu teletransportación, una vez más. ¡Ahora!
Se vio a sí mismo, hablándole a un estupefacto Spawn para que usara su poder de teletransportación y creara un bucle de tiempo dentro de aquella entidad que Clark llamara Ingeniero y así atrapar a Billy The Kid antes de que pudiera lastimar al Kryptoniano. Un caleidoscopio de su propia persona haciendo diferentes cosas al mismo tiempo en diferentes espacios, hasta que pudo tirar de la capa roja con todas sus fuerzas, siendo él quien lo abrazara esta vez, susurrando en su oído un par de palabras que no solía decir más eran necesarias porque sintió que ya no resistiría más, todo su cuerpo dolía y su respiración como los latidos de su corazón le parecieron ralentizarse. Bruce pegó sus labios al oído de Superman, apretándolo lo más que pudo, cerrando sus ojos.
—Lo siento.
Luego, solo hubo oscuridad.
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