Cuatro
Namjoon
—Buenos días Jimin.
—Buenos días señor Kim.
Esta enojado, bastante diría yo, me trata muy cortante, lejos de que sea por el trabajo, no me mira, incluso termina antes su trabajo para no quedarse a solas conmigo en el edificio.
Cuando trate de darle una explicación de lo que paso, él solo me dijo lo entiendo sin siquiera escucharme.
—Las fotos salieron muy bien.
El representante de la campaña de cosméticos estaba casi sobre de Jimin mientras veían las muestras de la sesión de fotos. Pero el conejo distraído no prestaba atención a como lo miraba.
—Si, la modelo luce natural y es lo que buscaba.
—Sin duda —se le acerco más —digame joven Park, ¿ya comió algo?
—Si gracias, ahora llevare esto a edición, que tenga linda tarde.
Se alejo del tipo y camino hacia mi, me dejó la tablet en las manos, para pasar a su oficina.
—¿Sabes si tiene pareja?
—¿Disculpe?
—Si, estos días he tratado de invitarlo a comer pero me rechaza, supongo que debe tener pareja.
—O tal vez no este interesado.
Lo deje algo molesto y me fui a la oficina de aquel conejo gruñón. En cuanto me vio entrar frunció el ceño.
—Estoy ocupado, cierre la puerta al salir.
—No quiero dañarte —me observo notándose más molesto —me refiero, a que en verdad no deseo dañarte.
Me recargue en su escritorio. Lo vi tragar saliva.
—Mi especie es grande, los toros solemos ser grandes — sin querer su mirada se fue a mi entrepierna —así es, aunque tuviera el miembro más pequeño de mi especie, aún así sería un poco más de lo que pienso que estas acostumbrado a manejar.
—¿Por eso te fuiste?
—Follarte contra un escritorio te habría hecho daño —me incline para estar cerca de su rostro — debo prepararte, para que puedas soportarlo.
—¿A que horas sales hoy?
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