Mi fin ha llegado

Probablemente el capítulo más raro que he escrito hasta la fecha, totalmente inventado por mí decadente cerebro, igualmente espero que sea de su agrado XD

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Años atrás, Billy había desafiado a Vaggie a una sesión de entrenamiento aparentemente sin ninguna razón. Supuestamente solo porque 'estaba aburrido'. Todo fluía con normalidad en un duelo tranquilo sin pretensiones. Sin embargo, de la nada, a Billy se le apeteció darle un cabezazo bien puesto a su cuñada.

- "¡AAAYYY! ¡Coño de la verga! ¿¡Por qué hiciste eso!?" insultó Vaggie, frotándose la herida, pero al ver su mano, su corazón se hundió.

Estaba manchada con la sangre dorada característica de los ángeles, confirmando las sospechas que había tenido Billy sobre su verdadera identidad desde un principio. Su apariencia física, el arma que llevaba consigo y su rechazo a dar cualquier tipo de explicación sobre su vida pasada. Todo encajaba.

- "Justo como lo imaginaba. Marrana culiada, eres un ángel." dilucidó Billy, apretando los puños.

- "Billy, por favor, no lo hagas. Sabes que si me matas aquí mismo-" se defendió Vaggie como pudo.

- "Mi hermana quedaría devastada, jamás me lo perdonaría. Ya lo sé." la interrumpió Billy, reclinando la cabeza. "De todos modos, puedo decirle la verdad sobre ti. ¿Qué me lo impide?"

- "¡Yo la amo! Todo lo que ha hecho por mí, la fe que ha tenido en mí, no hay forma en que pueda pagarle. No puedo evitar amarla con cada fibra de mi ser. Sentiría el dolor de perder mis alas de nuevo si lo necesitara para protegerla." confesó Vaggie. Para este punto, todavía no se había atrevido a declararle sus sentimientos al objetivo de su afección. "¿Y romper su corazón de una manera tan cruel? No, para eso elegiría jamás haber nacido."

El demonio delante suyo se rascó la cabeza y dio un suspiro ahogado. Tenia razón, sabía lo sensible que era su hermanita. No se tomaría para nada bien descubrir que a una persona con la que había compartido tantas cosas estaba escondiéndole un secreto de tal magnitud.

- "No se lo puedes ocultar para siempre. Algún día se lo tendrás que decir y te va a cargar la verga. ¿Sí eres consciente de eso?" le advirtió Billy, ayudándola a levantarse.

- "E-está bien. Cuando esté preparada se lo voy a decir, te lo prometo..." le aseguró Vaggie, asintiendo con la cabeza.

Para nada se lo creía. Cosas semejantes había escuchado innumerables veces de la boca de varios pecadores y ninguno lo hacía. Esto iba a terminar de la patada para ambos.

- "Solo necesito un poco más... de tiempo..."

...

Quien lo diría, tal como dijo un sabio, la mentira tiene patas cortas. Ocultarle tanto tiempo este hecho a Charlie no había hecho más que dañar toda la confianza que había en su relación. Y sobra decir que el cuñado tampoco de salvó de ser acusado. En plena sala de estar del Hotel Hazbin, todo fue revelado.

- "Nunca tuviste la decencia de contarme nada de esto. ¡Me dijiste que éramos un equipo, Bafomet! ¿Qué clase de equipo se miente entre sí? ¿¡Cómo pudiste!?"

- "Sí, lo lamento. No hay nada que me justifique por habérmelo guardado hasta ahora."

Charlie no quería más que agarrarle las greñas a su hermano y zarandearlo hasta que dijera basta o se quedara pelón. Pero estamos hablando de la princesa del Infierno. Lo único que hizo fue hundir la cabeza en una almohada y gritar la mayor cantidad de profanidades de su vida.

- "Confiésalo. Jamás creíste en mi proyecto, ¿o sí? Me seguías la corriente solo para darme el gusto y hacerme pensar que no malgasto mi tiempo tratando de hacer lo imposible." ordenó Charlie, sin mirarlo a la cara. "Tal vez me merezco todo lo que me caiga encima. Por ser tan estúpida."

- "Charlie, no digas esas cosas, ¿oíste?" la reprendió Billy. "Nunca malgastaría mis bienes por una causa en la que no confío. Tu proyecto jamás fue el problema. Los ángeles son tercos, pero no los dejes pisotearte como lo hicieron con papá. Esto no es tu culpa."

- "Sí. Lo es. ¡Siempre que intento hacer algo bueno por alguien, la termino cagando y cagando de alguna forma!" se autodespreció Charlie. "Por eso van a demolernos en la próxima exterminación. Por eso no me dijiste que secuestraron a mis sobrinos. Ya anticipabas que si intentaba ayudarte... hallaría un modo de empeorar las cosas como lo suelo hacer. ¡Soy un fraude!"

- "Nada más alejado a la realidad. Tu eres super dulce, atenta, perseverante y ambiciosa. No te atrevas a decir que eres inútil." la intentó consolar Billy.

- "Entonces, ¿por qué me esconden secretos tan grandes? ¿Por qué no he conseguido que Angel o Sir Pentius se rediman? ¡Carajo! ¿¡Por qué no me sale nada bien!?" bombardeó con preguntas Charlie. Le iba a dar un colapso mental al pasarle por la cabeza todas su malas decisiones. Todos sus fracasos.

El corazón de Billy se oprimió con tristeza por su incapacidad para levantarle los ánimos, por lo que él decidió recurrir al único recurso que sabía que podría ofrecerle la paz que tanto necesitaba.

- "Tace et requiem." recitó Billy un hechizo, evocando unas runas de aura violeta.

La respiración de Charlie se calmó, y una pequeña sonrisa apareció en su rostro mientras se sumía en un sueño pacífico. El efecto del embrujo es meramente temporal, pero era mejor que nada. Ninguna palabra podría atravesar el oscuro velo de su autoaversión en esos momentos.

- "¿¡QUÉ LE ACABAS DE HACER!?" Vaggie había estado retraída en una esquina durante esta charla, sabiendo que no debía interferir, pero al ver el cuerpo de su preciada desplomándose en los brazos de Billy...

- "No le hice nada malo. Se trata de un simple encantamiento de sueño profundo. En unas horas despertará." informó Billy, llevándola a su habitación.

Habiéndola arropado y cerrado la puerta de su cuarto con llave para que tuviera un reposo tranquilo, comprobó que recién habían llegado sus amigos, extrañados por la disposición amarga de Vaggie.

- "¿Qué pasó? ¿Los del más arriba no les hicieron caso?" le preguntó Angel con algo de preocupación.

- "Por supuesto que no, les valió pura verga todo lo que dijimos. Mi padre tenía razón. El Cielo no escucha a nadie. Es más, lo primero que planea hacer el ejército angelical es atacar el hotel." explicó Billy sin dar rodeos.

Un silencio tenso cayó sobre todos mientras asimilaban la gravedad de la situación. Sus rostros reflejaban incertidumbre y miedo, y comenzaron a hablar al mismo tiempo, agitados.

- "¿¡Qué mamada!? ¿¡Ahora qué hicieron para que dejarnos tan jodidos!?" maldijo Husk enfurecido.

- "Eso ya no interesa. Lo hecho, hecho está. Nuestros días están contados. O mejor dicho, los míos." estimó Billy llanamente.

- "¿A qué te refieresss? Si somos el blanco en la mira de los exorcistas, eso significa que todos moriremossss." supuso Pentius con urgencia.

- "No. Ustedes no son responsables de este penoso pandemonio. No tienen porque cargar con su peso. ¿Y Charlie? Está más desolada que nunca. En pésimas condiciones de liderarlos." informó Billy con aplomo. "Hasta nuevo aviso, soy el gerente de este lugar. Si quieren vivir, harán lo que les diga."

Todos se quedaron en silencio, comprobando que en el traje de Billy se encontraba la placa blanca que le pertenecía a Charlie. Una mirada en sus ojos indicaba que no aceptaría ninguna discusión en cuanto a su liderazgo.

- "¿Tú qué diablos propones hacer? Y ajá, 'no morir' no cuenta como plan por donde se le vea, antes que digas algo." cuestionó Angel con cierta duda.

- "No tiene ninguna ciencia. Uno o dos días antes de la exterminación, quiero que se vayan al otro extremo de ciudad Pentagrama y se escondan ahí hasta que el último soldado se haya marchado." fueron las instrucciones que dio Billy. "Vaggie los escoltará. ¿Sí o no?"

Vaggie asintió con la cabeza lentamente. Lo mínimo que podía hacer ahora era ayudar a proteger a sus seres queridos.

- "¿Qué hay de ti? ¿No vienes con nosotros?" indagó Niffty, tirándole del pantalón.

- "Negativo, pequeña Niff. Yo permaneceré aquí y lucharé con toda la brigada para distraerlos lo más que pueda. No se preocupen por mí. Lo importante es que se salven."

Lo llamarían valiente, pero el término más apropiado que emplearon fue suicida. Su idea de enfrentarse a toda la legión de ángeles por su cuenta era admirable, pero también llena de riesgos demasiado flagrantes.

- "Sinceramente, ese tiene que ser uno de los peores planes que haya escuchado en mi perra existencia." opinó Husk en desacuerdo. "¿¡Se te zafó un tornillo!? ¡Sí te pones en la línea de fuego te vas a quemar! Te tienes una estima exageradamente grande, pero sabes perfectamente que no eres invencible."

La expresión de Billy se volvió severa y fría mientras escuchaba su quejas.

- "¿¡Qué otra opción tengo!? Lo voy a perder todo, Husker. ¡Perderé a mis hijos, perderé a mi hermana, los perderé a ustedes si no hago nada al respecto!" contestó Billy con lágrimas escapando de su rostro que simulaba una cólera poco honesta. "¿Y qué es eso que haré? ¡Pararme en la línea de fuego y pelear hasta que todos los huesos en mi cuerpo queden hechos trizas! Lo más probable es que termine como un maldito fiambre tirado en el lodo, pero no sin antes llevarme conmigo a todos los ángeles que pueda conmigo. ¿¡Qué si estoy loco!? ¡Puta madre! ¿¡Qué tu crees!?"

Quedaba claro que la resolución de Billy por sacrificarse a lo bruto era inflexible.

- "No tienen elección si de esto se trata. Ahora, hagan lo que quieran. Yo necesito... aire fresco."

Sabían que no tenían alternativa, y que el plan era la única manera de escapar a la situación desesperada. Nadie quería dejarlo luchar solo, pero comprendieron que difícilmente conseguirían hacerlo cambiar de parecer. Aunque ninguno estuviera de acuerdo, decidieron aceptarlo.

- "No te nos vayas, Limbo Daddy. ¿¡Comprendes!?"

- "Tal vez nos logres salvar, pero, ¿quién te salvará a ti, compañero?"

- "¿El chico malo morirá...?"

- "Fue un enorme gusssto conocerlo, alteza real. Jamás lo olvidaremosss."

- "... Interesante." pensó Alastor, quien había estado escuchando todo desde las escaleras.

El team se dispersó, alejándose en distintas direcciones para descansar luego de un día agotador. El noble por otro lado, agarró todas las botellas de licor que le cupieron en una bolsa y salió afuera para respirar un poco de aire fresco.

- "Y dale con eso. Terminará vomitando su propio hígado. Espero sepas lo que haces, Baf." conminó Husk agobiado.

Necesitaba tiempo para pensar, para calmar sus nervios y... avisarle algo muy importante a su noviecita por videollamada. Sabía que no le iba a hacer ni puta gracia.

- "¿¡A qué te refieres con que no puedo pelear a tu lado!? ¡Diseñé trajes de pelea a juego para los dos!" declaró Velvette cabreadísima..

- "Lo siento mucho, mi beba, pero esta es mi batalla y esos cabrones van en serio." razonó Billy con pesar. Odiaba privarle de cosas a su princesa. "Si te llegaran a lastimar-..."

- "¿¡Me estás llamando debilucha!?" espetó Velvette agraviada.

Enseguida se dio cuenta de que sus palabras habían sonado muy mal y rápidamente se disculpó con gran torpeza.

- "¡No no no no no! Todo lo contrario, te amo porque eres feroz y valiente. No quiero que vengas porque ellos te atacarían a ti primero para hacerme sufrir más. Quiero que estés a salvo." aclaró Billy con premura. "Sé lo egoísta que suena de mi parte, pero no puedo soportar la idea de que te algo te pase."

Ella lo miró con ojos llorosos y el ceño fruncido.

"No puedo creer que quieras ir ahí solo." dijo con voz ahogada. "¿Vas a estar bien? Y dime la verdad."

- "Voy a estar joya, reina mía." aseguró Billy con la cara menos convincente de la historia.

Velvette suspiró con cansancio. Conocía sus gestos y hábitos al derecho y al revés, especialmente cuándo le mentía.

- "A mí no me engañas, bollito." canturreó Velvette con astucia. "No estás seguro de salir ileso. Se te nota."

- "De acuerdo, de acuerdo, lo admito." confesó Billy, revuelto por ser tan predecible. "No estoy seguro de volver a casita de una pieza, y no quiero que estés ahí. ¿Entiendes?"

Sí el príncipe alzaba el tono de esa manera, es porque nada lo haría cambiar de opinión. Eventualmente, la influencer cedió con renuencia.

- "Está bien... Pero tengo una petición especial." negoció Velvette, esbozando una sonrisa. "La última noche antes de la exterminación, te quiero en la Torre Vee puntualmente. No dormirás hasta que los dos quedemos hechos mierda. Así que vete preparando para hibernar antes de poner un pie en mi departamento."

Hay que decir que esta petición tomó por sorpresa a Billy, pero no por eso se la iba a negar. No, señor.

- "Sisi, una última noche tú y yo, ma chèrie." accedió a su demanda con cierto regocijo. "Erm, dime que no tendré que ponerme la lencería esta vez."

"Hmmmmm... lo voy a pensar. No prometo nada." estableció Velvette con una sonrisa pícara.

Después de despedirse, Billy colgó la llamada y se quedó en vacío silencio, con el estómago pesado por lo que vendría. Miró el cielo nublado y oscuro, la lejana esfera angelical titilando como si estuviera burlándose de su destino. Llegando a un terreno rocoso, abrió la primera botella, llevándola a los labios y tragando un sorbo del fuerte líquido dentro de ella.

- "En fin... A chillar sea dicho." se lamentó Billy, listo para ahogar las penas como los grandes.

Bebió grandes tragos, terminó varias botellas, dejando que el alcohol inundara su sistema y calmara sus nervios destrozados. Los cócteles eran su únicos acompañantes. Y bueno, los audios de un acólito suyo.

- "Maestro, vi su nueva actualización de estado. Si va a pelear contra una legión angelical, por favor, permítanos estar codo a codo con usted." se ofreció el líder en plena chamba como conserje de escuela. Algo muy apropiado para un ocultista, ya lo sé.

Sabiendo que entre los fuertes de sus seguidores no se incluía el físico, grabó su reproche.

- "Thiago, ¿qué clase de experiencia tienen peleando? ¿O haciendo cualquier actividad física? Vi a cinco de ustedes haciendo esfuerzos para levantar un solo cuerpo en nuestra última reunión." inquirió Billy, rodando los ojos.

Minutos después, le llegó su más que insatisfactoria respuesta.

- "... Vemos animes de pelea, ¿eso cuenta?"

No se molestó en seguir con la conversación más allá de un 'ok', apagando el celular y prosiguiendo con su bebedera. Varios fueron sus episodios de llorosa culpabilidad...

- "¡So-ooooy un péeeesimo hermano, un horrible amigo y un a-ascooooo de persssssona-aaa!" sollozó en borracho, rompiéndose la ropa. "¡M-me van a matar por-por ser tan brutoooo!"

... De inconmensurable altivez...

- "iTodos pendejos menos yooooop!" Insultó a los cuatro vientos, tambaleándose ahora en la cima de un edificio. "¡Hijos de su sarnosa madre, panda de mocosos ingratoooooos! ¿¡No veeeeen que soy su angelito guardián, ehhhh... zorras embarradas...?"

... ¿De calentura?

- "Ya no aguanto más. ¡Quiero ponerlaaaaaa!"

... Sencillamente inentendibles y demasiado groseros...

- "*argumenta en balidos polacos*"

Y algo más. Su mente nublada por el alcohol se llenó de un impulso creativo, llevándolo a hacer algo insólito. Voló de camino a un desolado auditorio al aire libre. No le importaba que estuviera mugriento, desgastado y abandonado luego de tanto tiempo sin usar, lo importante es que seguía ahí.

'ÄÐðråÐðrê§ Ðê †áñå†ð§' tenía inscrito el rasgado banner de la plataforma. Bueno, el '-es' de 'adoradores' había sido reemplazado con un agujero en la tela.

- "Mi roca, cuanto tiempo sin verte..." le habló con demasiada esquizofrenia. "Te daré un merecido cambio de pintura, mailob, de eso no te preocupes."

Con los ojos medio desenfocados y pasos tambaleantes, Billy levantó la mano y murmuró un conjuro mágico, intentando mejorar la calidad del decrépito auditorio. Aunque lejos de ser perfecto, las mejoras a medias bastaron para dar el toque de locura y caos que buscaba.

- "Wachen esta hermosura. Hoy vuelvo a darles lo que quieren, perras hambreadas." rió Billy entre dientes, pretendiendo afinar su guitarra.

El concierto improvisado atrajo la atención de los pecadores y hellborn locales, quienes se acercaron para observar y esparcir como la pólvora lo que estaba a punto de suceder en redes sociales. Después de tanto silencio musical, muchas miradas curiosas y sorprendidas se posaron en él.

- "Creí que se había retirado de los conciertos profesionales para siempre desde el exterminio de hace siete años." comentó un imp.

- "Oh, cierto... escuchar a esos hijos de puta tocar era la gloria." recordó un hellhound. "Es un poco deprimente verlo ahí solo, él único que permanece."

A medida que los acordes discordantes y la pista de audio del concierto llenaban el aire, el propio canal de noticias le daba cobertura al evento. Todo sea por la fama de dos minutos.

- "Cerdos y prostitutas, ha llegado a nuestros atentos oídos el regreso al mundo musical del príncipe Mierdastar- que diga, Morningstar, luego de siete años de rascarse los huevos porque su mugrosa banda valió verga." anunció Katie Killjoy de muy mala gana. "¿Qué si esto es algo relevante? ¿Qué podríamos enfocarnos en temas de discusión menos sosos? ¿Empezaremos a priorizar la calidad sobre los ratings en algún momento? No, sí y por supuesto que NO. A continuación, unas palabras de nuestro reportero lesbiano, quien ahora mismo especta esta cosa. Porque ni de puta broma iré yo a ese cochino moshpit."

Tom estaba ahí parado, a una sana distancia de la creciente audiencia junto con el wey de la cámara.

- "¡H-hola! No sé que hago aquí, pero es lo que me tocó." Tom se acercó nerviosamente hacia un pecador para entrevistarlo. "U-usted... ¿cuál es su opinión sobre el afamado músico?"

- "Una vez me dejó un vidrio de botella incrustado en el culo. ¡Nunca me lo volví a limpiar!" presumió un pecador con cicatriz.

- "... Ojalá me incrustara algo más." solo pudo soñar Tom.

Tom sintió un escalofrío, una vez Billy paró de tocar la guitarra energéticamente para comunicarse con su público.

- "¡Ciudad Pentagrama! ¡El apuesto hombre que ven aquí no le teme a la muerte! ¡Le declaré la guerra al puto Cielo!" rugió Billy, generando una gran reacción en el público, variando entre sorpresa, temor y emoción. "Pero no se caguen encima aún, ninguno de ustedes va a tener que preocuparse de pelear por mí. ¡Porque yo soy mi propio ejército! Y-y mi estúpido culto estará ahí también, creo."

Aunque Billy recibía elogios y alabanzas de los demonios por su actuación, sabía que en el fondo, su aparentar de tener todo bajo control era una fachada. El pesar se arremolinaba en su alma, recordándole su impulsiva decisión y las consecuencias que podría tener.

- "Esta se la dedico al exótico culiado que me lo quiere quitar todo..." resopló Billy peligrosamente, listo para tocar de nuevo.

Manteniendo una sonrisa falsa en su rostro, comenzó a cantar una canción con todo el fervor y pasión que le permitía su cuerpo, intentando desesperadamente escapar de sus pensamientos, del terror, del saber que el tiempo se agotaba.

[Que suene la música para el cover de Iron Maiden más random de la historia, esta vez el autor no será vago y les pondrá instrumental]


🔥¡Me matarás y yo a ti también

Si me disparas te atravesaré

Y en cuanto te vaya a atacar

Prepárate, no hay vuelta atrás! 🔥-


🔥¡La carga inicia con trompetas

El campo de batalla se repleta

Hedor a humo, a puño limpio peleo

Me lanzo y sé que de seguro muero! 🔥-


🎸¡¡¡Oooohhh!!!

¡¡¡Oooooooooohhh!!!🎸

//


🔥¡Acorralado y transpirando con miedo

Del poder angelical y su fuego

Corriendo hacia la temible armada

Mientras grito y falla mi emboscada!🔥 - 


🔥¡Esquivando cuerpos en el suelo

Los santos nuevamente abren fuego

Estoy tan cerca y a la vez tan lejos

Volver a pelear ya no puedo!🔥 -


🎸¡¡¡Oooohhh!!!

¡¡¡Oooooooooohhh!!!🎸

//


🔥¡Tan cerca que los tenemos encima

Un charlatán ya me tiene en la mira

Me dispara con su sagrado brillo

Caigo de espaldas por el estallido!🔥 -


🔥¡Tumbado estoy mirando hacia el cielo

Garganta seca y cuerpo adormecido

Y mientras me quedo solo y olvidado

Exhalo sin llorar "mi fin ha llegado"!🔥 -


🎸¡¡¡Oooohhh!!!

¡¡¡Oooooooooohhh!!!🎸

//


El público estalló en aplausos y ovaciones, mostrando su aprecio por el regreso 'triunfal' de uno de los artistas más amados del Infierno. 

- "¡Por favor, un autógrafo, uno solo!"

- "¡Dame un cabezazooooo!"

- "¡Préñame!"

Definitivamente había heredado la poderosa voz de su madre, se notaba aún en su estado de ebriedad.

- "Ay wey, me duelen las patas..." en un intento de relajarse, Billy arrojó uno de sus zapatos a la multitud, impactando en la cabeza del desafortunado Tom.

Inmediatamente, varios demonios se le lanzaron encima y comenzaron a luchar por el zapato, tratando de obtenerlo como un recuerdo de ese extravagante concierto.

- "¡AY, MAMAHUEV-!" se asustó Tom mientras era asaltado. Katie se partió de la risa desde la comodidad de su asiento.

- "¡Jajajajaja! ¡AJAJAJAAAAJAJAAA! ... Huevón, me voy a morir." concluyó Billy con los ojos hinchados, cayendo a los brazos de la multitud.

¿Será que la música de Billy llegará a un corte abrupto el día del exterminio? ¿O verdaderamente hay una solución que no está considerando?

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No sé, quería ir directo con el episodio 7 en un inicio, pero me di cuenta de que quizás no sería mala idea dedicar un capítulo de introspección al manejo de las emociones del prota. Osea, un completo desastre. Mala idea o no, al menos me la pasé muy bien escribiendo esto.

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