Intento de 🍋 rancio #2
Hola buenas, creo que todos saben lo que viene ahora, el punto de no retorno en el que el escritor se fuma novecientos porros de mota para escribir
Así que agárrense las nalgas, porque después de un intento de drama bien dudoso, tomaremos un pequeño descanso para ver demonios fornicando
Ya se la saben, cracks, si no les gusta este tipo de lecturas, no se lean este capítulo y esperen al siguiente 👍
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- "Joder, como quiero que me amarre para hacerme lo que quiera..." era el actual tren de pensamientos complejos de nuestro protagonista.
Uno pensaría que hay que aprovechar hasta el último segundo con tal de prepararse física y mentalmente para un conflicto bélico, pero en verdad, todos necesitaban un descanso y quizás un tiempo con las personas que más amaban. Cerca de la noche, en la Torre VVV, Velvette se encontraba dándole los últimos retoques al vestuario que usaría Billy en la guerra que se desataría al día siguiente.
- "Listo. Nada como ir a la guerra con un estilo envidiable." comentó Velvette orgullosamente. "Mira. Incluso le pedí a Vox que te hiciera una máscara como la que lleva el señor micropene."
Colocándose la máscara en cuestión, Billy se observó a sí mismo en un espejo. Y se sentía imparable.
- "Sólido." felicitó Billy, imitando burlonamente los manierismos de Adán frente al espejo. "Gracias, chiquita, me encanta. No puedo esperar a repartir verguizas con este outfit puesto."
Velvette no respondió, mirándolo de reojo por encima de su hombro. Quiso tomarle fotos, pero solo consiguió una sola, la cual se quedó mirando con pesar.
- "Por cierto, ¿qué pasó con el disque plan de ataque que iban a hacer ustedes? ¿Les dijiste que lo desecharan?" preguntó Billy, ya suponiendo que solo había sido una de las tantas ideas de 5 minutos de Vox.
- "Ni siquiera hubo que discutirlo, tu sabes como es Vox." respondió Velvette con obvia molestia en su tono. "Tiene los huevos como canicas. Según él, ya no es nuestra pelea."
- "Me lo imaginaba. Supongo que te tendré que alistarte para la próxima guerra. Si es que los cagones no deciden rendirse. ¡JAAAJAJAJAJAJA!" risilló Billy mientras la pellizcaba juguetonamente.
Pero al ver que Velvette seguía bastante seria, se empezó a preocupar.
- "Ey, andas muy callada y no me estás tomando 2000 fotos... algo anda mal." dedujo Billy, ahuecando su rostro con la mano. "Ándale, dime que pasó."
- "Que en realidad, sé que esto de la guerra es muy arriesgado, incluso para ti." reconoció Velvette. No se atrevería a admitírselo a más nadie por cuestiones de orgullo. "Y eso... me aterra, ¿ok? Si algo te llegara a pasar mañana yo..."
Velvette apretó los ojos, conteniendo las lágrimas de tan solo pensar en ello.
- "Voy a estar bien. ¡Tengo a mis amigos, familia, un puto ejército y un buen de experiencia! He participado en peores enfrentamientos." confortó Billy, jugando con su cabello.
- "¿Por ejemplo?" Velvette alzó una ceja.
- "Ahora mismo no me acuerdo de ninguno. Pero igual, vas a ver que no me pasará nada." procuró Billy, rascándose la nuca. "No pienses mucho en ello. Esta noche es para nosotros dos nada más y quiero que cada segundo cuente."
En el rostro de Velvette aun había dudas sobre todo esto. Conocía lo impulsivo que era este hombre al pelear y tenía miedo de que le fueran a quitar la vida de un momento al otro. Mas no se equivocaba, ahora tenían que relajarse y dejar los miedos de lado.
- "Haré como que te creo..." decidió por el momento. "Ehm... ¿y si vemos una película?"
- "Claro que shi, haremos lo que tu quieras."
Velvette consiguió esbozar una sonrisa en su rostro, usando sus poderes para cambiar el atuendo de guerra de Billy a... la maldita lencería.
- "Esta va a ser una noche larga..." predijo Billy, seco.
- "~Obvio que sí~" le aseguró Velvette, dándole una nalgada.
El tiempo a solas inició como lo usual y corriente, ver una película en la sala de estar. Nada como estar recostados en el amplio sofá, viendo como Billy se ahogaba con trozo tras trozo de pizza, riéndose de todos los chistes estúpidos de una comedia barata en Voxflix.
- "Tu humor es una porquería, Billy. ¿En serio te pone a reír esta basura?" Velvette rodó los ojos, decepcionada.
- "Pero no lo entiendes. Es como mi vida. Una tragicomedia sinsentido." le explicó Billy, bebiéndose varias copas de absenta.
Unos minutos después, el ambiente se volvió callado, salvo por el ruido de la televisión y algunas masticadas. Y una creciente necesidad de llevar este encuentro más allá de lo casual se hizo más que evidente.
- "Hmmm. Como que empiezo a sentir un calorcito..." pensó Billy, sintiéndose algo inquieto.
Casi involuntariamente, su mano pasó lentamente por el hombro de Velvette, recorriendo su cintura, rozando su cadera, y descansando en su muslo. Ella lo notó de inmediato, respondiendo al colocar la mano peligrosamente cerca de su pelvis.
- "Así serán las cosas, ¿eh?"
- "Bueno, podría ser la última vez que lo hacemos. Quiero que me hagas acabar hasta que se me arruguen las malditas bolas." expresó Billy sin filtros. "Y si de alguna forma seguimos con energías después de que eso pase, aventémonos un karaoke de todas las canciones de Shakira."
- "Suena como a un buen plan. Francamente, te he extrañado mucho. Hace rato que no hacemos nada juntos, y me he sentido solita." admitió Velvette, acariciando su pecho. "Me han hecho mucha falta esos escapes de la estupidez de los otros Vees y de mis propios empleados."
- "Perdóname. Estos últimos meses no he andado de muy buen humor, y no quería terminar desquitándome contigo sin querer." se disculpó Billy con sinceridad.
- "Eso no suena tan mal... Así tal vez dejarías de ser tan jodidamente sumiso."
Billy arqueó la ceja en confusión. Rara vez oía quejas por ser gentil, incluso cuando dominaba, por lo que siempre asumía que esa era su preferencia.
- "¿Apoco quieres eso? Pues quien sabe... quizás esta noche te haga morder la almohada."
- "¡Ja! Oso oso mentiroso..."
Y se siguieron provocando entre sí con palabras y toques, hasta sentirse listos para lo que se imaginan. Fue cuestión de segundos para que se acabaran metiendo la lengua hasta la garganta. Sin apartar su boca, Billy alzó a Velvette cuidadosamente, encaminado a su habitación. A estas horas, y más sabiendo que al día siguiente sucedería el Exterminio, la única preocupación de Vox era monitorear sus pantallas en caso de cualquier actividad inusual dentro de la torre. Y se podría decir que esta peculiar situación era una de ellas.
- "¿Qué están...? Oh. ¡OH! El diablo, estos dos van con todo." se asustó Vox, rápidamente apagando las cámaras de seguridad del cuarto de Velvette.
Y fue la mejor decisión. Ni más llegar al dormitorio y cerrar la puerta con llave, hicieron volar la ropa despreocupadamente, hasta la tanga roja de nuestro supuesto héroe salió disparada.
- "¿Por dónde empezamos, belleza?" de rodillas estaba Billy, plantando tiernos besos en toda la piel de su querida estrella y aplicando lubricante, obteniendo de su parte un pequeño rubor.
- "Guarda las palabras bonitas para después. Ahora hay que divertirnos." disuadió Velvette, aplastándole los cachetes. "A la cama."
Todo estaba fríamente calculado para mayores resultados eróticos. Las velas aromatizantes, la musiquita lenta reproducida en estéreo, pétalos de flores esparcidas en la cama y algunos 'juguetes'. No había fallos. Billy obedeció sin poner un solo pero, recostándose en el camastro, listo para la fiesta. Para el acto de apertura, se dejó amarrar el abdomen hacia arriba con una soga.
- "Oh no, estoy enlazado. ¿Qué he de hacer yo ahora?" susurró Billy, emulando desesperación en lo que su amante trepaba encima suyo. "Apuesto un riñón a que te mojas primero."
- "Eso ya lo veremos, don peligroso. Aprende a respetar a tu dama." lo desafió Velvette, restregando su intimidad contra la suya en círculos.
Así de fácil tenía al cabrito suplicando piedad debajo suyo. Era sorprendentemente fácil someterlo bajo su control. Una vez consideró que ya había tenido suficiente, la soberana lo montó apropiadamente, jadeando suavemente mientras la llenaba con ese paquete.
- "Mmmhmm... ~como extrañaba esto... mami~" graznó Billy, retorciéndose en sus ataduras.
- "Ufff, dímelo a mí. ~Tu si sabes darme lo que necesito~" agradeció Velvette, empezando a darle sentones en su regazo.
Sus movimientos eran deliberadamente lentos en un inicio, creando un ritmo sensual y una deliciosa fricción que hicieron a ambos perder la cordura a favor de entregarse a los deseos carnales. Gemidos sordos escaparon de sus gargantas con cada apasionante estocada. Cada giro de caderas causaba que sus pliegues apretaran su miembro con mayor fuerza.
- "¡Aaa-aaahh! ¡Dame m-más fuerte! Uy, coño..." demandó Billy, insatisfecho con esta velocidad, tratando él mismo de empujar hacia arriba.
Era un deleite verlo pedir más. No sin antes darle un cachetadón por 'caprichoso', Velvette aumentó de rapidez dramáticamente. Ella comenzó a rebotar vigorosamente en su tula, montándolo con imprudente desenfado. Los clásicos sonidos de aplausos (y no por la cuestionable narración del autor) resonaron por toda la habitación, acentuados con fuertes gemidos, mientras ella profundizaba la penetración.
- "¿E-esto es lo que querías, perra sedienta?" se burló de él entre risitas sin aliento, sus manos apoyándose contra sus hombros.
- "Ohhhh, sí. ~Esta vista es etérea~" asintió Billy, hechizado con sus curvas. Perfectamente andaría de tocón si no estuviera amarrado.
Y la completa dominación prosiguió con normalidad, a lo que el orgasmo de Velvette se construía con fervor. Las familiares contracciones en su paredes internas se dieron a notar con cada empuje. Uno. Dos. Tres. Cuatro. Y cinco. Al quinto sentón empezó a chorrear, pero en una inesperada maniobra, se levantó, soltando el pito del príncipe. Hecho que no le agradó para nada.
- "¡Eyyyyy! ¿¡Por qué te saliste!? ¡Estaba a nada de venirme yo también!" se quejó Billy, insatisfecho con el frío que estaba sintiendo.
- "Ups, me resbalé. Perdón, chiquito." se excusó Velvette de manera muy falsa.
Él odiaba que le negara un orgasmo y lo sabía. Era uno de los pocos fetiches que le desagradaban. Así que decidió tomar este asunto en sus propias manos. Tan solo subiendo su propia temperatura corporal un poco, se liberó de sus ataduras por cuenta propia.
- "Yo te adoro, muñequita, pero nadie le niega a Bafomet Morningstar una acabada." siseó Billy con un tono escalofriante, agarrándola por el cuello.
Velvette chilló, sus manos instintivamente se alzaron para agarrarle de sus muñecas. A pesar de la presión, ella no luchó para liberarse. Esto prometía.
- "UY, ¿de dónde viene esta audacia? Que granuja, por una bromita ya me quieres controlar." suspiró suavemente, sus pálpitos chocando contra sus costillas.
Incluso mientras era sofocada, su espíritu rebelde no la abandonaba. Con una sonrisa maquiavélica ante su actitud, Billy le dio la vuelta bruscamente, quedando encima de Velvette por fin, forzándola a quedar tendida boca abajo.
- "Por esa bromita, hasta el fondo te la voy a enterrar." se mofó Billy, agarrándola de la cintura con una mano. "Chingao, beberme toda una jarra con tu afrodisíaco fue una idea fenomenal. Puedo jugar contigo durante horas y horas."
La influencer soltó unas risas nerviosas, mientras le masajeaban la espalda con la otra mano.
- "¿T-toda una jarra?" buscó confirmación Velvette, recibiendo un pleno 'sí'. "No me jodas, estás completamente desquiciado..."
- "Dijiste que no dormiríamos hasta quedar exhaustos, solo me preparé." Billy soltó un pequeño eructo, una nube en forma de corazón saliendo de su boca. "Si muero mañana, al menos me iré sabiendo que te otorgué la puta mejor noche de tu vida... que el efecto secundario sea dejarte sin poder sentarte cómoda es tema aparte."
Sus ojos se fijaron en los de él, llenos de una mezcla de miedo y lujuria mientras se revolvía debajo suyo.
- "Bueno, pero me vas a poner lubricante ahí atrás, ¿verdad? ... ¿Billy?"
- "¿Qué lubricante? ¿Quién lo necesita?"
Velvette lo miró con aprehensión, traicionando su usual valentía.
- "¡Espera, espera! No hablas en serio, ¿¡o sí!? ¡Si lo haces a lo seco va a doler un chingo!"
No se preocupen, ya que ese pequeño acto también era una broma. Billy agachó la cabeza y soltó un escupitajo en su entrada.
- "Tranquila, hermosura. No lo iba a hacer. ~Tu sabes que te quiero mucho~" apaciguó Billy, preparándola con su dedo. Su sonrisota delataba que quería una infantil venganza.
- "Ya hazlo pues. No quiero tu puto dedo." resopló Velvette con frustración.
Su respiración se entrecortó al sentirlo frotarse contra ella, buscando permiso para proseguir. Dudó por un momento antes de asentir con la cabeza para dar su aprobación, reprimiendo una mueca de dolor mientras se introducía en su interior lentamente.
- "~Ouhhh...~ ¿eso es todo lo que tienes? ¿No que me harías morder la almohada o algo así?" cuestionó Velvette, muy ingenuamente pensando que iba a ser así de despacio.
Ante esas palabras burlonas, Billy gruñó profundamente, apretando sus caderas con más rudeza.
- "Eso es todo. Tu lo pediste y ahora te aguantas."
Su paso aumentó en velocidad en prácticamente segundos, cada embestida más honda que la anterior. Su verga la llenó por completo, abriendo su estrecha apertura de par en par. Él se encorvó, sus manos sobando su cuerpo hasta ahuecarle los pechos con firmeza, ocasionándole grititos agudos.
- "Lo sientes, ¿eh? Y apenas estoy comenzando." advirtió Billy, su cola enredándose de manera serpentina alrededor de una de sus piernas.
- "Es exactamente lo que buscaba, zopenco. No quiero que me trates como una flor delicada. ~Dámelo como solo tu puedes~" no había duda en su mente. Estaba disfrutando de esta versión tosca y cruda de hacer el amor.
Sus movimientos se volvieron más erráticos, impulsados por puro instinto. Cada fibra de su ser estaba concentrada en hacerla gritar de placer, o de dolor, lo que ocurriera primero. O estaba, ya que por alguna razón, el sonido de llamada de su teléfono les interrumpió el momento.
- "Hijo de puta... ¡¿ahora qué?! Un segundito." maldijo Billy, agarrando el teléfono con su telekinesis para contestar.
En lo que atendía a quien llamaba con disgusto, Velvette no pudo evitar soltar un lloriqueo de descontento.
- "¡Ugh! ¡Responde eso rápido, coño de la madre! Y dile a quien quiera que sea que se calle la puta boca." protestó Velvette, pero la incomodidad de su polla aún enterrada lo hacía difícil.
Billy no estaba ni un poco menos impaciente, su tono seductor desapareciendo por completo, cubriéndole la boca con la mano. Ella lo mordió, con la esperanza de sacarle sangre y obligarlo a retirar la mano, sin mucho éxito.
- "... ¿Te llevaste toda la absenta? Huevonazo egoísta, sabes que esa wea me gusta un buen." balbuceaba Angel de la otra línea. Sí, de todas las personas posibles, Angel Dust estaba interrumpiendo un culeo.
- "Por tu culo abierto me lo llevé. ¿Solo eso me querías decir? Porque-"
Pero Angel siguió, ya que lastimosamente no estaba enterado de la cagada que estaba cometiendo.
- "¿Qué andas haciendo, si se puede saber? No, espérate, adivinaré. ~Un último polvo salvaje antes de la guerra, ¿si o si?~"
- "No, no, nada de eso... estoy viendo una película con mi novia." si Billy decía eso sarcásticamente o no, se los dejo a su interpretación.
Velvette pataleó bajo su peso. Su cuerpo se sentía caliente y tenso, enrollado con fuerza como un resorte esperando ser liberado. Era momento de aplicar otra táctica.
- "Mmmphh, ¿qué esperas, buey caradura? ~No te detengas, dame más duro~" exclamó Velvette, pretendiendo disfrutar algo que no estaba pasando.
Y que sirvió su cometido, sirvió. Angel estaba observando el teléfono con una sonrisa mañosa.
- "A la verga, ¿estás viendo una película o grabando una? Se nota que se la están pasando a toda madre, pervertido de mier-"
Billy quedó con la mirada perdida en lo que colgó la llamada, claramente nervioso por todos esos sonidos obscenos. Y un sonido de plack retumbó por el cuarto. Tremenda nalgadota le cayó a Velvette.
- "Que perra tan impaciente. No debiste hacer eso." regañó Billy, agarrando su mentón para que lo viera a los ojos.
- "¿Y eso por qué? ¿H-hmmm?" preguntó Velvette con descaro.
- "Porque tu comentario me puso más cachondo. Y sabes lo que pasa cuando papi está muy cachondo." comentó Billy, su agarre volviéndose capaz de generar moretones.
- "Ni idea, ¿qué pasa? ¿Qué hace el enorme y malvado demonio?"
- "Pierdo el control. Me convierto en una bestia que no puede quitarte las manos de encima. Involucra muchos gritos y poca conciliación del sueño. ¿Estás dispuesta a dejarme romper mis cadenas?"
Sabía muy bien el tipo de bestia carnal en la que podía convertirse cuando sus deseos eran despertados, y aunque la idea podría aterrorizar a algunos, para Velvette solo añadía más leña al fuego.
- "No tengo miedo de un hombrecito disque salvaje. Siempre y cuando me dejes portarme mal, puedes hacer lo que quieras."
Ella sacudió ligeramente sus caderas, enviando vibraciones a través de su palpitante miembro. La moción provocó otro profundo y agradecido gemido por parte del príncipe.
- "~Justo lo que quería escuchar~"
Con un gesto de consentimiento, Velvette se preparó para el ataque de placer que seguía. A medida que el ritmo de Billy crecía, sus embestidas se hacían más duras, más rápidas y más desesperadas. Su miembro se deslizó dentro y fuera de sus resbaladizos pliegues con sonidos húmedos, cada impacto poco sutil y poco silencioso.
Mientras Billy se perdía en la agonía de la pasión, su verdadera naturaleza demoníaca comenzó a emerger. Aparecieron escamas a lo largo de su espalda, sus cuernos se hicieron más largos y afilados y sus ojos ardían con un brillo cian infernal, reflejando las profundidades de su lujuria.
- "¡Vete a la verga, te estás haciendo más grande!" gritó Velvette, su voz ronca. "¡Me está estirando... d-demasiado!"
- "~͖̌͘͝P̷̷̨͍͖̱͎̭͉̞̯͇̟̝̲̖̬͕̅́̀́̌́̀ͯ͑͋͂͑́̂͛̉̐͌̾̇̀ͤ̚͝ͅę̴̴̶̲̤̞͔͓̭̠̺͇͈̹̙̦̎̀̍ͫ̊̈́ͯ̓ͪ̈́ͭ͊̋͛͞_̸̤̻̑̀̒̂r̷̡̬̲̘̉̊̈́̀f̷̠̯̹̪̩ͬͥ̐ͥ̇̋̍̚é̶͈̤̝̩̩̇ͫͩ́̐͌̓͜ͅc̴̟̮̤͙̻ͣ̋ͮͧt̼̫̄ͭ̌̈́͆͢ͅo̶̶̖͓̟̣͕̥̭̪͚͆̽͌̅ͭ͗̕,͚̟̱͇́͑̏ ḿ̷̡̨̢̬̖̯͕̤͖̘͚̮̝̜̖̥̩̜̺̦̙͂ͯ̈̂̑̈̃ͯ̇ͅͅi̡̭͉̞̘̜̰͙͍̟̤͋̽̐̇͛͊̄͑̏ͫ̒̿ͤ̌̊ͧ͋̊͂̂ͭ̌̉̃͑̚͟͟͜ b̮͇̓e̴ļ̴̵̴̴̷̡̣̮͚̟͖͚̟͕͚͙̤̣̥͍͈̟̄̾̃̉̇̈́̓ͮ̎ͧ̚̚͟͡͞͝l̨͚̼̺̙̞̫̞̫̰͚̼͍ͬ̃̇͌̂̍̀͐ͮ̕͝͝ͅi̸̙̰͇͍̻̳͓̦̓ͨ̅ͭ̈͋ͤ̆̐ͪ͒̽s̶̨̢̡̨̛̖̳̝͙̙̜̟͈̘̖̖͎̻͉̲̫ͦ͒̊̈́ͥ͐̌͊͌̑̉̂ͫ͘͟͡͠͡͝͞i̷̴̵̡̩̙͙̟̙͙̱͕ͬ̐͋̉ͣ͆̉̀̓ͫ̈̾̂̋̇͋͌̕̚͡ͅm͉͇͕̹̗͐̅̓͑͒̔́̿͢͝͝ą̡̠͎̮̤ͭͧ̈̌ͯͨ̊_͌ͨ̕ cͨù̷̧̬̱̟̥̪̭̱̼̲̟͇͛̈͂̓ͮͬ̓͗̍ͬ͆͌̉͜l̨̻ͧ̀ͥ̀́̈́o̹̪n̴̛̲̮͑̓ͣ̆a̜ͮ̊̽͝ͅ~̃̾ͭ_̸̸͇̠͇̬̺̼͈̜͔̈ͦ͆ͩ̈ͦͩ͊ͣ̽͜͠" rugió Billy, su cola firme alrededor de sus caderas.
La cama crujió y tembló debajo de ellos, la cabecera golpeando contra la pared debido a las ondas de poder. A Velvette solo le quedó soportar, pues sus gritos de éxtasis se mezclaban con los sonidos obscenos de sus pieles chocando.
- "¡̴̢̢̟̤̗̤͗̈́̓̀M̵̨̨̡̲̒̑̋̄̓̿̌͝͝a̶̢͙̻͕̤̮̒̑̌̓̀̋̄̀͠ḽ̴͇̳̓͗͑͋̀̓͘̚͜d̸̡̡̯͇̺̐̐͗̆̾̿̉̈́ǐ̵͚̱̪̗̕t̶̢͎̤͉͔̠̣̬̻͛̈́̃̐͝ͅa̵̬͂̏̅̃̒̋ ̵̪͚̙͔̝̫̣͋̔̔̉̈͒̓̔̓̂͠͝ş̷̬̹̺̯̤̠̈̿͒̈ͅͅe̴̡̩͈̦̫̝͉͓͖͙̖̙̣̍͂͑̅̑̒̈́̀͘̕͘͠a̸̼̯̘͛̀͑̍͂̂͆͂̉͂͘͘,̴̪͕̾ ̵̛͍̮̩̬̈́̒͊͆̂͠ę̶͚̬̞̹̄̿̈́̒̀̚r̶̨͙̞͕̖̘̟͖̱̄̀e̴͉͉̲̜͈͎̣̠̝̰͔͋̈̒̍͗͑̿͘s̶̼͇̤̣͚̟̥̜̉̚ͅ ̸̨̱͔̫͎͈̎̏͋̃m̵̢̹̬̗̲̩̪̠̟̍͂͛̇̄͂̆̌͊̏͌͜í̷̧̡̮̜͎̣͚͈̗̣̝̙̓͆̇̄̅͒͑͊͘͜a̴̢̛̺̘̥̹̦̭̜̯̬̪̟͖̔͆̈́̊̽̎̂͘!̷̬̼̻͇̼̲̈́̔͌͐̂͜͠" rezongó Billy en una estancia de posesividad, sus ojos cambiando a
un verde fosforescente durante unos segundos. "Íjole, se me fue."
- "¡Tu síguele, este show que estás montando extrañamente me prende!" permitió Velvette, exhausta pero excitada.
- "Ah, está bien."
Con un tirón brutal, Billy agarró el cabello de Velvette, forzando hacia atrás su cabeza mientras ocurrían las últimas penetraciones. El dolor y la indulgencia se juntaron, enviando descargas eléctricas a través de sus nervios. Solo quedaba gemir en sumisión, el cuerpo de la influencer estremeciéndose cuando él la reclamó por última vez. El pilín de Billy se hinchó dentro de ella, su semilla caliente llenándole las entrañas hasta el borde. Así que mientras su amada gritaba felizmente su nombre a los cuatro vientos, simplemente colapsó encima de ella.
- "Ufff, que rico. No me había sentido tan poderoso desde la vez en la que jugamos a jefe y secretaria. ¿Te gustó?" preguntó Billy con genuina curiosidad de si se había sobrepasado.
- "C-come... verga..." suspiró Velvette, aun tratando de procesar lo que acababa de experimentar.
- "No, no lo que me quieres hacer a mí. Pregunté si fue de tu agrado."
- "Puto imbécil. Obvio que me gustó. Que se repita."
- "¿No estás cansada ya?"
- "Neh. Dame quince minutos y podrás volver a alocarte."
Los ojos de Billy brillaron ante su admisión. Acarició suavemente su mejilla, su toque tierno en contraste con lo que había pasado apenas minutos atrás. Aunque eso no iba a durar mucho.
- "Ah, entonces no tendrás ningún problema limpiándome, ¿o sí? ~Ya conoces el procedimiento, nena~. Luego de eso podemos probar con clones, alucinaciones, más bondage..."
- "... Esta va a ser una noche. Larga."
Una hora pasó y vaya que cambiaron los roles. De nuevo. Y ahí se encontraba Billy, abatido en la cama y arrepintiéndose de todas las malas decisiones que había tomado en su vida. Más concretamente, haber comprado un pedazote de arnés, el último que había salido al mercado, directo de la fábrica de Asmodeo.
- "¿Así te gusta, pequeña puta?" preguntó Velvette a su oído, enterrándole el consolador.
No hubo contestación. Es difícil hablar cuando tienes una mordaza puesta. Solo retorcijones y balidos.
- "¿Qué lo haga más duro? A la orden, bombón." se respondió Velvette solita, continuando con el 'masaje' de próstata.
Oh. Transición incorrecta. Se supone que ya nos acercamos al final.
- "¡NO ME DIGAS, PUTO NARRADOR-! ¡~AAAAAAAHHHHHH~! ¡DE MIERDAAAAAAA!" exclamó Billy a sus adentros.
Horas más tarde, Velvette se encontraba encima de su amado una vez más, con las piernas alrededor de su cintura. Se habían trasladado de la cama a la comodidad de un sillón tantra, donde ella se había sentado encima suyo seductoramente.
- "Una más... y terminamos por hoy..." prometió Velvette, que hasta ella lo dudaba.
- "Eso dijiste hace como una hora..." recordó Billy, que por suerte tiene resistencia divina.
Su dureza se acurrucaba entre sus pliegues, presionando insistentemente contra su clítoris. Cada vez que empujaba hacia arriba, enviaba oleadas de placer recorriendo todo su cuerpo. Los dos estaban muy cerca de lo que, con mucha fe, sería su último clímax.
- "Cállate y dame un besito, papi."
Y enseguida sus bocas se atascaron en un beso apasionado, sus lenguas bailando un tango tan viejo como el tiempo mismo. El cuerpo de Velvette quedó inerte contra el de Billy cuando él alcanzó su clímax una vez más, su caliente semilla brotó profundamente dentro de ella. Respiraron por la boca con dificultad, todos sudados.
- "Ay cabrón, siento como si se me hubiera caído la pichula. Em, por cierto... ¿qué hora es? Siento que nos pasamos un poco de hora." interrogó Billy, haciéndose el loco.
Estirando la mano para agarrar su celular, Velvette comprobó que definitivamente habían perdido la noción del tiempo hace mucho. Eran las 3 de la madrugada.
- "Mierda." maldijeron ambos al unísono.
- "Tenemos unas 3 horas para descansar. Ya parecen mis años universitarios." lamentó Billy, acicalándole su pelo enmarañado. "¿Necesitas que te suba a la cama?"
- "No siento nada del abdomen para abajo, así que sip." pidió Velvette, tiesa.
Billy levantó con cuidado a Velvette de su regazo y la llevó a la cama. La recostó suavemente antes de subirse a su lado y colocarse detrás de ella para darle un acogedor abrazo de cucharita.
- "Hora de los mimos. Te lo ganaste, linda." anunció Billy, besándole el hombro.
- "Gracias, chaparrito. Por todo... esto. Si así no es como uno se la pasa en el puto Cielo, jamás quiero acabar ahí." murmuró Velvette, con los párpados caídos de satisfacción.
Pero en lo que Velvette se relajaba con el sonido de su corazón, Billy empezó a desarrollar un sentimiento agrio dentro de su ser, permitiéndose unos minutos de vulnerabilidad. El peligro de lo que ocurriría en tan solo horas era inminente. Una punzada de melancolía lo invadió al darse cuenta de lo precioso que era realmente este momento.
- "Te necesito... necesito acurrucarme con mi niña hermosa lo más que pueda." confesó Billy, lágrimas formándose en sus ojos. "Podría ser la última vez que lo haga..."
Y Velvette no pudo evitar tragar saliva cuando lo escuchó decir su nombre. No el que todos conocían. Su verdadero nombre. Sintiendo su angustia, se reacomodó en su agarre. En respuesta a su súplica tácita, ella tomó su mano y la apretó con ternura.
- "Tienes que recordar lo que me dijiste antes. No te vas a morir. No vas a desaparecer, ¿me escuchaste? Además, no importa cuanto tiempo tengamos, sino la calidad. Así que si quieres hacer algo más, hazlo ahora."
Billy se mantuvo en silencio, permitiendo que las reconfortantes palabras de Velvette resonaran en su interior. Abrazándola con más fuerza, optó por expresar sus sentimientos a través de otro medio. Con un chasquido de sus dedos, una melodía especial salió del estéreo, la música haciendo eco de sus emociones a la perfección.
[Le voy a quitar la chamba a cierta persona de nuevo, pondré el link de esta canción toda loca en mi comentario]
- ❤️🔥 I wanna be your slave, I wanna be your master
I wanna make your heartbeat run like rollercoasters
I wanna be a good boy, I wanna be a gangster
'Cause you could be the beauty and I could be the monster 😈 -
- ❤️🔥 I love you since this morning, not just for aesthetic
I wanna touch your body, so fucking electric
I know you're scared of me, you say that I'm too eccentric
I'm crying all my tears and that's fucking pathetic 😈 -
- ❤️🔥 I wanna make you hungry, then I wanna feed ya
I wanna paint your face like you're my Mona Lisa
I wanna be a champion, I wanna be a loser
I'll even be a clown 'cause I just wanna amuse ya 😈 -
- ❤️🔥 I wanna be your sex toy, I wanna be your teacher
I wanna be your sin, I wanna be your preacher
I wanna make you love me, then I wanna leave ya
'Cause, baby, I'm your David and you're my Goliath 😈 -
Uh-huh
Mhm, uh-huh
//
- ❤️🔥 Because I'm the devil who's searching for redemption
And I'm a lawyer who's searching for redemption
And I'm a killer who's searching for redemption
A motherfucking monster who's searching for redemption 😈 -
- ❤️🔥 And I'm a bad guy who's searching for redemption
And I'm a blonde girl who's searching for redemption
And I'm a freak that is searching for redemption
A motherfucking monster who's searching for redemption 😈 -
- ❤️🔥 I wanna be your slave, I wanna be your master
I wanna make your heartbeat run like rollercoasters
I wanna be a good boy, I wanna be a gangster
'Cause you can be the beauty and I could be the monster 😈 -
- ❤️🔥 I wanna make you quiet, I wanna make you nervous
I wanna set you free but I'm too fucking jealous
I wanna pull your strings like you're my Telecaster
And if you want to use me, I could be your puppet 😈 -
- ❤️🔥 'Cause I'm the devil who's searching for redemption
And I'm a lawyer who's searching for redemption
And I'm a killer who's searching for redemption
A motherfucking monster who's searching for redemption 😈 -
❤️🔥 I wanna be your slave, I wanna be your master😈
//
Era la canción que le había dedicado hacía bastante tiempo ya, salida de sus más profundos deseos y amor de locura, un tributo a la mujer que lo había cautivado para siempre. Las mejillas de Velvette se sonrojaron mientras escuchaba. Se sentía apreciada, adorada y completamente amada.
- "Eso fue perfecto." susurró, su voz espesa por las lágrimas no derramadas. "Igual que tú."
A medida que las notas finales de la canción se desvanecían, también pasaba lo mismo con la conciencia de Velvette, adormecida en un sueño pacífico. Y para Billy, verla tan calmada, tan feliz, le trajo una sensación de paz como ninguna otra. No había dormido bien en meses, desde la visita de Lute. Su cuerpo, acostumbrado a estar constantemente alerta, finalmente cedió. Sus músculos se relajaron, su respiración se hizo más lenta y sus hombros tensos cayeron ligeramente mientras sucumbía al encanto del sueño.
- "Buenas noches, sueña con masacrar angelitos..." le deseó Billy, satisfecho con esta noche.
Se preguntó si esta sería la última vez que experimentaría verdadera paz y felicidad, pero alejó esos pensamientos y optó por apreciar el presente. Después de todo, mañana sería otro día, y quién sabe qué les depararía el destino.
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Ya estoy escribiendo cualquier pinche mamada y a partir de aquí solo se pondrá más surrealista, pero no me arrepiento
Háganle preguntas a Velvette, en lo que saco el final de esta fumada de historia (°ロ°)☝
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