(Aaaaa, fuera, impulsos de poner imágenes todas pendejas ಠ_ಠ)

Bueno, mis queridas 5 personitas que leen esto, llegó la parte que tanto esperaban. O no.......... en ese caso, ignoren esta verga. No los culpo.

Ya se la saben, lo que hay aquí es contenido sepsual explícito no apto para los sensibles o a los que les incomoda ese tipo de lectura. Lean bajo su propio riesgo. A, y solo para aclarar, esto es técnicamente la segunda parte del pasaje anterior. Disfruten (o no T_T).

QUE EMPIECE

EL LEMON

:v

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Hablando claro y sin rodeos, en el baño del condominio de Carmilla era folladero. Cerraduras puestas para que nadie se atreviera a interrumpir; camisas, pantalones, un abrigo y ropa interior tirados despreocupadamente en el suelo, una botella de lubricante rodando por ahí, la cabeza del exorcista muerto metida en el basurero con más de un fluido extraño saliendo de sí...

Y como no, Velvette montada en el regazo desnudo de Billy, quien estaba derritiéndose encima de uno de los inodoros. Sus bocas estaban pegadas como chicle y sus manos sobaban cada trocito del cuerpo del otro.

- "Sabe exquisito, como a un buen ron..." pensó ella.

- "Sabe tan dulce, como a bubbaloo de fresa..." pensó él.

Luego de tanto besuqueo y manoseo incesantes, nada tardó el príncipe en tiesarse de nuevo.

- "Creo... que me tienes un poquito loco." admitió Billy, soltándola un momento.

- "Ya me di cuenta." asintió Velvette, sintiendo su dureza contra su estómago. "No me quejo, ahora es mi turno de dejarte suavecito."

- "Oh síiiii..." celebró Billy, abriendo ligeramente sus piernas.

Velvette bajó lentamente para arrodillarse en medio de sus muslos. Pero no para darle exactamente lo que esperaba. No aún. Antes había que ponerlo a rogar por ello. Provocó la punta de su miembro usando la lengua, sabiendo lo sensible que era esta parte en su caso.

- "Uhh, uyuy, n-no... no... no me hagas esto..." pidió Billy, excitado pero a la vez agitado.

- "... Ruégame." condicionó Velvette, mordiendo gentilmente su punta.

- "¡Ughhh, piedaaaad...!" suplicó Billy, estremeciéndose por la intensa sensación.

- "¿Ah sí? ¿Cómo se dice?" preguntó Velvette, recostando su cabeza en su pierna, mientras lo seguía tentando con su índice.

- "Por favorrr... ~mami~..." rogó Billy, sujetándose al váter usando ambas manos.

Con una sonrisa complacida, Velvette cedió, metiendo su aparato dentro de su boca de a poco, ocasionando que Billy se relajara, cerrando los ojos para concentrarse en el placer. Ella succionó, mojándolo con largos lengüetazos alrededor de su piel, a su vez masajeando sus bolas para mayor estimulación.

- "Ohhh... cómeme todo, baby..." gimió Billy, acicalando su cabello.

Y como si hubiese recibido una señal, siguió chupando con cada vez mayor velocidad, empuñando su saco en un intento de hacerlo llegar a su límite más pronto que tarde. Billy dio suspiros entrecortados, temblando al sentir que los dientes de Velvette raspaban su largo más de una vez, como si de verdad lo estuviera devorando vivo. Tan solo un minuto después de tanto placer oral, él jadeó, empujando su pelvis instintivamente hacia adelante, sabiendo que ya había llegado su momento.

- "M-mierda... ¡me corro!" avisó Billy, resbalándose del inodoro y dejando caer sus pies en el suelo para evitar tropezarse.

Este repentino alzamiento obligó a Velvette a soltarlo. Inmediatamente, dio un brinco para adherirse de nuevo a su falo y extraer todo lo que pudo de su semilla, clavando sus uñas en su abdomen desesperadamente, haciéndolo gritar en éxtasis. Una vez terminó, dejó que su miembro se deslizara fuera de su boca. Limpió los remanentes de su pegajoso semen con la lengua, satisfecha con su ejecución.

- "Véngase pa' acá." ordenó Velvette, envolviendo los brazos alrededor de su cuello para impulsarse arriba.

Otro beso duro y húmedo se llevó a cabo. Aunque este no duró tanto, pues ambos periquitos se percataron de algo... inusual en medio de sus piernas. Mirando hacia abajo, notaron que el bulto de Billy no se había ablandado.

- "Vaya, parece que nuestro amiguito no ha tenido suficiente." Velvette levantó una ceja, frotando la entrepierna aun parada de Billy.

- "Válgame Dios, lograste ponerme más calentón de lo usual. Tu... tu le añadiste algo a ese postre, ¿no es verdad?" indagó Billy, rojo (¿o morado?) como un pimentón (¿berenjena...?), paseando su dedo alrededor de su pecho.

- "De nada." escupió Velvette, arrodillándose enfrente del inodoro a espaldas de Billy. Su mensaje era claro como el agua.

Reposó los codos en la tapa mientras alzaba las caderas seductoramente. Billy se agarró el pecho, sus pálpitos acelerándose, mientras observaba atentamente ese par totalmente embobado.

- "Niña revoltosa. Te estás buscando que te abra esa jalea hasta partirte en dos." conminó Billy con enorme deseo.

Billy se hincó lentamente, pegando el tronco contra la espalda de Velvette, su cálido aliento envolviendo su rostro.

- "Esa es la idea, mi chivo hermoso." confirmó Velvette, ladeando la cabeza.

Billy se mordió el labio con emoción, sosteniendo sus caderas para introducir la punta, ocasionando que ella arqueara la espalda en respuesta. Siempre cuidadoso, le dio un momento para dejarla adecuarse bien. Al menos hasta sentir como sus glúteos se meneaban, incentivándolo a seguir. Sin pensarlo dos veces, Billy empujó su pelvis repetidamente, adentrándose más y más en su culo con movimientos precisos.

- "Ahhhh, de eso hablo..." gimió Velvette, sus paredes acomodándose a la intrusión.

Y Billy siguió embistiendo en su justo canal, asegurándose de que sintiera cada centímetro de su sexo. Algo de los que ninguno de los dos se cansaba jamás. Ambos gruñeron deleitados, inmersos en un prolongado va y ven de apetito carnal.

- "Jooo... der. Que rico aprietas..." bramó Billy, presionando los labios y lengua contra su cuello.

Acercándola más, jalando de sus caderas, Billy continuó con su energética arremetida. Mas en medio de este implacable acto, unos sonidos exteriores lo desenfocaron de lo que estaba haciendo. Miró hacia los lados, desorientado, y le dio una pausa a su movida.

- "¡Oye! ¿¡Qué carajo!? ¿¡Por qué te detuviste!?" exigió saber Velvette.

- "¿Escuchas eso? Es alguien cantando." elaboró Billy, sin darse cuenta de lo anticlimático que sonaba en ese momento.

- "¿¡A quién puñetas le importa!?" explotó Velvette, golpeando el váter. "¿Sabes qué? Te jodiste. Quería darte el control esta ronda, pero agotaste tu oportunidad. Mueve esas lonjas peludas."

Sin esperar su opinión al respecto, Velvette se puso de pie, apoyada en los elementos a su alrededor, y se dispuso a empujar a Billy fuera de la recámara donde estaban a punta de sentones. Billy se tambaleó torpemente, no pudiendo hacer más que dar balidos hasta chocarse con una de las paredes del cuarto de baño.

- "El único sonido en el que debes estar pensando es mi tierna vocecita, ¿oíste?" murmuró Velvette, hundiéndolo más contra el muro.

Billy estaba anonadado, tanto por el impacto contra pared, como por el hecho de que ahora, su pija estaba siendo la asaltada. Típico. La falta de contestación no hizo más que frustrarla más, obligándola a detenerse.

"¿¡Oíste!?" repitió Velvette, apretando los dientes. Odiaba como nada más el ser ignorada.

- "S-sí, mi amor..." asintió Billy, sudando profusamente. Se chupó dos dedos y los introdujo dentro de los labios inferiores de su novia, en un intento de apaciguarla.

- "~Mjmm, mucho mejor~" ronroneó Velvette, chocando contra sus muslos nuevamente.

Así que durante un buen rato más, Velvette estuvo bombeando contra el miembro de Billy agresivamente, cada vez acercándolo más a su punto cumbre. Al mismo tiempo, Billy puso todo su empeño en estimular su clítoris, haciendo círculos dentro suyo.

- "Sabrosito el perreo que te estás marcando, chiquita." halagó Billy, impulsando sus dedos dentro de ella con más vigor. "Vas a hacer que acabe en tiempo récord."

- "Déjame ayudarte con eso..." ofreció Velvette, remojando sus propios dedos y...

Clavándolos dentro del hoyo de Billy sin más. Con un terrífico escalofrío recorriendo sus venas, Billy contuvo sus gritos mordiendo el hombro de Velvette, mientras la abrazaba con fuerza con su mano libre. Como efecto colateral, ella dobló su cuerpo y empezó a gemir con superior agudeza, a la par que él llegaba a su climax. El fluido chorreó en medio de sus piernas, haciendo a ambos aullar gozosos.

- "Okei... ahora si quedé marchito." informó Billy, retirando su ahora flácido paquete y sus dedos mojados. Para nada se llevó los dedos a la boca.

Los dos cayeron al suelo, respirando con pesar e hiperventilando. Al recobrar la compostura luego de la sesión caliente que acababan de experimentar, no pudieron hacer más que reírse, viendo el desastre que habían dejado en el cuarto de baño.

- "Pobre de quien tenga que limpiar este putiferio después", reflexionaron, tomándose unos minutos para descansar.

QUE PARE

EL LEMON

Billy ayudó a Velvette a limpiarse, peinarse, maquillarse y ponerse su ropa de nuevo, quedando como nueva. Billy, muy por el contrario, apenas se puso la ropa de vuelta, ni molestándose en subirse la cremallera del pantalón. Con su libido aplacada, iniciaron una conversación cotidiana y completamente normal.

- "Así que... ¿me dejas hacerle una guerra sanguinaria al Cielo, papi? ¿~Síiiiii...~?" curioseó Velvette, pestañeando coquetamente.

- "Hmmm... lo voy a pensar." respondió Billy a medias, agarrando su barbilla para darle un pico en la frente. "Que sabroso sería verte matar a las rameras de Adán, ahora que lo pienso."

- "¿Verdad que sí? Si una vejestoria como Carmilla pudo hacerlo, ¿por qué yo no?" aseguró Velvette, petulante. "De todos modos, hay que descubrir como lo hizo."

- "De eso me encargo yo." se ofreció Billy. "Si tengo que romperle la madre a alguien, eso haré."

Ambos soltaron más risitas tontas, hocicándose los rostros un poco más, antes de salir del baño. Pasaron de largo a uno de los soberanos, quien había estado esperando fuera con ganas de ir a hacer sus necesidades. Sí... los deseos de entrar se le quitaron en cuestión de segundos.

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Terminado y acabado (como mi chaqueta).

¡Hasta la próximaaaaaaaaaaa!