El venao mató a televisa - Parte 2
Segunda parte, vamos vamooooos
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- "¡A la bim a la bom, a la bim bom bam!" canturreó Billy, amarrándole un mechón de pelo a su novia. "¡Nueve peines rotos después, ya estás lista, hermosa! ¿Qué te parece?"
- "... Lee mis silenciosos labios." suspiró Velvette, mirando los resultados en el espejo.
- "Ey, también te puedo hacer un peinado caro. Solo deja busco un equipo de quimioterapia." propuso Billy, agarrándole los hombros.
- "Ya deja eso así, está bien." rechazó la oferta, sacudiendo la mano.
- "De nada." expresó Billy, besando su mejilla.
Al rato, los Vees tuvieron una pequeña junta para discutir un tema de sumo interés e importancia, al menos según Vox: ¿qué deberían hacer ahora que el demonio radio había regresado?
- "Tenemos un problema." inició Vox malhumorado. "Alastor se está acercando a la princesita Morningstar. Cualquier conexión especial que querramos forjar con la familia real se podría ver comprometida si no hacemos algo al respecto. Así que nuestra misión ahora es asegurarnos que no haya trato alguno entre la mocosa de Lucifer y ese monstruo sonriente."
- "Y dime, ¿cómo piensas detenerlos exactamente?" preguntó Velvette, prestándole más atención a su celular. "Mi Billy-bu podrá aconsejarle un millón de veces no hacer tratos con pecadores, pero no es misterio que ella es lo suficientemente ingenua para hacerlo a la primera que se le complique algo."
- "Ponles algo en sus tragos, así consigo que las zorras se comporten." aconsejó Valentino, pegando brillitos en su pistola.
- "Si, ujum." respondió Vox, ni siquiera considerando la idea como remotamente útil. "Tal vez, um, meter a un infiltrado no sería una mala idea. ¿Crees que Angel lo haría?"
- "Ese flaco infeliz no responde mis llamadas." explicó Valentino con el ceño fruncido.
Vox golpeó el vaso que estaba bebiendo contra la mesa y se puso de pie, pensando en quien podrían encargar la tarea de actuar como espía.
- "Necesitamos a alguien que princesita corazón de oro pueda acoger." determinó Vox.
- "Alguien patético, desesperado, sin vínculos directos con nosotros." añadió Velvette a la lista de condiciones.
- "Le di trabajo a todos los perdedores de este lado del Infierno. ¿Quién mierda queda?" dudó Valentino.
En ese instante, a Vox se le prendió el foco. Había alguien que durante mucho tiempo había estado intentando llamar la atención de su grupo. Un individuo que haría lo que fuera con tal de hacerlo. Ese era perfecto para el trabajo.
- "Ja... creo que conozco... al indicado..."
A lo que se terminaba esta reunión, Charlie y Vaggie habían regresado al hotel, luego del esperable fracaso de su intento de reclutar nuevos huéspedes para el hotel. Charlie se tiró al sofá, ignorando por completo que su hermano estaba ahí sentado.
- "¡LA CONCHAAAAAA!" chilló Billy masculinamente al sentir sus huevos siendo aplastados.
- "Cuenten. ¿Cómo les fue?" cuestionó Angel sonriente, anticipando la respuesta.
- "No reclutamos ni siquiera a uno." admitió plenamente Vaggie.
- "Obvio. ¿Quién querría pasar sus últimos días sin coger ni pelear?" rebatió Angel.
- "Lo peor es que no te lo puedo negar esta vez." se quejó Billy, acariciando la cabeza de su hermana. "Ya iba a presumir como me pasé de puta madre con mis chaparritos, pero... um, sí, creo que no es el mejor momento."
En medio de la conversación, se escuchó a alguien tocar la puerta. Vaggie caminó hacia ella con cautela, y se llevó una desagradable sorpresa al ver quien los estaba visitando... de nuevo.
- "¡Buenas, buenas, querida-!" saludó Sir Pentius con cortesía, antes de que Vaggie le clavara un hoyo en la cabeza con su puño.
Vaggie se puso a la defensiva, apuntando su lanza contra el rostro de Pentius, quien se tiró al suelo, rogando piedad.
- "¡Espera, ESPERA! ¡Vengo en son de pazzzzz!" aseguró Pentius, intimidado.
- "¿¡Qué estás haciendo aquí!?" demandó saber Vaggie, para nada convencida.
Charlie y Billy se le acercaron para ver cual era el alboroto, sorprendiéndose de formas distintas al ver a Pentius tirado en el suelo.
- "Oh, hola otra vez." saludó Charlie.
- "¿Vienes por un duelo? Porque aun me quedé con un poquito de sed de sangre..." retó Billy, invocando su arma-instrumento con una mueca atemorizante.
- "¡No vine buscando conflictos! Yo, uh eh, he oído que aquí se ayudan a los demás..." se excusó Pentius, sacudiéndose el polvo. "Para que sean, em... ¡mejores personas! Eso me interesa... sí."
- "Ay ajá... y yo soy la Madre Teresa." chifló Billy.
- "¡OH! ¡OÍSTE BIEN!" se emocionó Charlie, agarrándolo de las manos, guiándolo hacia la entrada. "Bienvenido a nuestro hogar de curación. Nuestro complejo de restauración. Nues-"
- "¿¡Perdiste la chaveta!?" interrumpió Angel, parado enfrente de la puerta. "¡Este tonto estaba tratando de matarnos hace apenas unas seis horas! ¿¡Y ahora lo quieres meter a vivir con nosotros!?"
- "Sí, por supuesto que sí." afirmó Charlie sin chistar. "Este lugar se basa en las segundas oportunidades. ¿Y quién se merece una más que este escurridizo, serpentoso y esssspecial hombrecito? Jajaja..."
- "¿No deberían defender este hotel?" exigió saber Angel por parte de Vaggie y Billy.
Los dos estaban a punto de dar un negativo rotundo, pero vieron a Charlie usar su técnica más poderosa: sus ojitos adorables de perrito.
- "Agh, bien. Imagino que no es una amenaza sin la máquina de guerra." permitió Vaggie, halagando a Pentius. "... o incluso con la máquina de guerra."
Ouch. Pobre Pentius.
- "Confirmo. Y no hay alma que le diga 'no' a esa mirada. Supongo que lo podemos dejar entrar." concedió Billy.
- "¡Uy, gracias, gracias, gracias!" se exaltó Charlie, abrazándolos a ambos, antes de volver a dirigirse a su nuevo huésped. "¡Sir Pentius! ¡Bienvenido al Hotel Hazbin!"
- "No, pastelito, yo te lo agradezco. No te arrepentirás de esto..." agradeció Pentius, entrando al hotel muy contento.
- "Debe ser una jodida broma." reclamó Angel, siguiendo a Pentius con la mirada.
- "Mantengámosle un ojo encima, pero no causes problemas antes de que nos de razones válidas, ¿cachai?" le pidió Billy.
- "Bueno. Le doy una semana... máximo."
- "Sobreestimas al pobre, demasiada presión." corrigió Billy.
Charlie le dio a Pentius un pequeño recorrido alrededor del hotel y le presentó a sus habitantes.
- "Muy bien, creo que mi hermano no necesita presentación." asumió Charlie, mientras los dos se veían fijamente.
- "Esto, em... ¿significa que ya no somos 'rivales'?" preguntó Billy, fingiendo indiferencia. Aunque en el fondo le entretenía pelear contra Pentius, independientemente de la diferencia de poder.
- "Desgraciadamente estás en lo correcto." lamentó Pentius, agarrando su sombrero. "Has sido un digno adversario, Bafomet, pero nuestros gloriosos días de lucha han terminado. Es hora de pasar página. No eres tu, soy yo."
- "A bueno. Se te extrañará." reconoció Billy, estrechando manos con Pentius.
- "Este es el bar", prosiguió Charlie. "Y él es nuestro dulce cantinero."
- "¡Mi compa el sin bolas, Husker!" agregó Billy, golpeando el pecho de su amigo.
Casi se atraganta con la bebida, pero está bien.
- "¡Esta es la cortina! ¡Y esta es la nueva pared, después de que tu...! Rompiste la última."
- "Bienes raíces me van a putear si se siguen rompiendo cosas. Te calmas o te calmo, Pentius." advirtió Billy, fastidiado.
- "Oh oh, y eso es-" quiso decir Charlie, apuntándole a algo, antes de que Vaggie la calmara.
- "Uh, amor, no tienes que enseñarle cada detalle."
- "Lo siento, es que estoy muy emocionada de tener a nuestro primer huésped."
- "OOOHHH, golpe bajo." resopló Billy, captando la inintencional indirecta.
- "Ehhhhhh, ¿qué diablos soy yo, entonces?" berreó Angel, sintiéndose apartado.
- "Bueno, eres una parte importante de nuestra familia, Angel..." suavizó Charlie lo mejor que pudo, sin saber como decirle la verdad sin sonar muy dura. "Pero tu, umm, ehhh..."
- "Nos haces quedar mal, acosas sexualmente al personal y jamás has intentado mejorar en serio." listó Vaggie, rodando los ojos.
- "Pero Char tiene razón, ¿qué sería de nosotros sin un mantenido encargado de la importante misión de rascarse las pelotas?" consoló burlonamente Billy.
- "... Lo que quieren decir es que es agradable tener a alguien interesado en mejorar." aclaró Charlie, inintencionalmente con condescendencia.
- "Jojojo, eso creo que sonó peor, hermanita." sopló Billy.
Y vaya que sí. Angel se sentía realmente angustiado al ver que le tenían más fe de poder ser redimido a un 'ex' autoproclamado villano que en él.
- "Por aquí, tenemos a nuestra empleada Niffty." señaló Charlie hacia la enana, quien estaba sacándole los pelitos a Keekee.
- "¡El chico malo está de vuelta!" celebró Niffty, acercándose a él, dando un brinco encima suyo. "¡No me vuelvas a abandonar!"
- "Es 80% inofensiva." rió nerviosamente Charlie.
- "10% adorable y 10% peligrosa. Nos va a salvar el pellejo un día de estos, yo lo sé." afirmó orgullosamente Billy, jugando con su cabello.
- "Y por aquí tenemos a- ¡UY!" se alarmó momentáneamente Charlie al ver a Alastor. Aparentemente salió de la nada. "¡Alastor! Nuestro amable gerente administrativo. ¿Ya conociste a nuestro nuevo invitado, Sir Pentius? Jajaja..."
- "Ah, sí. Tu eres el que arruinó mi abrigo. Definitivamente te mantendré en mi memoria." amedrentó Alastor siniestramente, conservando su cortesía.
Entendiblemente, Pentius tragó saliva.
- "Wow. Cuando parece que no podrías mandarte un condoro más grande, te superas, culebra." comentó Billy, ni tan sorprendido.
- "Bien, creo que este es el momento perfecto para tu primera lección." sugirió Charlie, tratando de aligerar la tensión del momento. "Ajém, como disculparse. El primer paso para ser una mejor persona es admitir cuando te equivocas. ¿Por qué no lo intentas?"
- "Sin miedo, no muerde este poste. Creo." alentó Billy, empujando a Pentius demasiado cerca de Alastor.
- ¡Sí, uhhh! Mi estimado... demonio de la radio. Por favor, le pido que me perdone por atacarlo y arruinar su precioso abrigo, ah ah, tome." se disculpó honestamente Pentius, temblorosamente dándole el pedazo del abrigo que le había arrancado.
- "Aja. No muchas personas han sido capaces de hacerle tanto daño a mi ropa." felicitó regiamente Alastor, agarrando el pedazo de vestimenta antes de pulverizarlo. "Debe haber significado mucho para ti."
- "Bacán, ya se llevan bien." pensó Billy, abrazando a ambos. Ninguno de los dos se sintió mínimamente cómodo con eso.
En la sala principal todos se reunieron en un intento de círculo, esperando hacer una dinámica de las que tanto presumía Charlie.
- "Ahora, como tenemos un nuevo residente, es importante que todos nos conozcamos. Así que vamos a jugar a un pequeño juego. Escuchen y síganme." instruyó Charlie casi como maestra de parvulario.
- "Mande, muñeca." indicó Billy, interesado en ver con que loquera salía su hermana esta vez.
- "Mi nombre es Charlie." comenzó a cantar Charlie, aplaudiendo al terminar cada frase. "Amo cantar. Y cuando logre conocerlos, me va a encantaaaar."
Billy alzó la mano para poder ser el siguiente, a lo que Charlie apuntó en su dirección.
- "Mi nombre es Billy." siguió Billy, siguiendo el mismo modelo. "Soy un gruñón. Y no pienso pelearme con mi novia... hoy."
El último aplauso de Billy denotaba algo de duda. Sacudió los pensamientos negativos y apuntó su mano a Pentius.
- "Mi nombre es Sir Pentius. Construyo cosas... Y a pesar de mis tontos huevos, creo que tengo talentos."
A Pentius le agradó la dinámica, sonriendo genuinamente al terminar, apuntando hacia Angel. De más está decir que el juego no le parecía particularmente interesante.
- "Pero que estupidez." rezongó Angel, apartando la mirada de su teléfono.
- No es una estupideeeez, es solo un jUeGo", aclaró Charlie, aun aplaudiendo al terminar una frase. "Si Sir Pentius lo hizo bien, tu podrás también."
- "No muerdas la mano que te da de comer... marique." trató de rimar Billy, no muy inspirado.
- "Estoy muy sobrio para esto..." dijo Angel, frotándose la cabeza.
- "Acostúmbrate y aprende a jugar porque todo el día TENDRÁS que participar." risilló Vaggie, aplaudiendo también.
Dentro de otro rato más, Angel y Sir Pentius se dispusieron a dramatizar un guion didáctico de calidad cuestionable.
- "... Ahora, ¿dónde hay un niño inocente al que pueda venderle crack?" dramatizó Angel de mala gana. "Wow. ¿Quién escribió esto?"
- "Colaboración de los hermanos Morningstar. Los Óscares son nuestra perra." respondió Billy, cruzando las piernas.
- "Es muy bueno, ¿verdad?" preguntó Charlie dulcemente. "¡Continúa!"
- "Oye, tu."
- "¿¡Me llamas a mí!?" correspondió Pentius, muy metido en su papel de niño inocente. Ni necesitaba leer el guion.
- "Sí. Pareces un niño al que le gustaría usar... ¿caspa del diablo? Arrgh, esta mierda es enferma." se asqueó Angel.
- "No puedo. ¡Tengo que ir a estudiar a mi casa!" rebatió Pentius tiernamente.
- "Vamos niño. Solo así te verás cool igual a mí... un cara de coca... triple tatre tetri titra hijo de puta albino." presionó Angel robóticamente.
- Para mí, ser cool es poder decir no a las drogas. Ahora, si me disculpas, ¡me voy a NO tener relaciones sexuales antes del matrimonio!" ultra contraargumentó Pentius decidido.
- "¡Sí, bello! ¡Bravo, bravo!" felicitó Charlie.
- "Estupendo. Sublime. Igualito a mí." aplaudió de igual forma Billy, secándose las lágrimas.
- "Oh, Sir Pentius, a este ritmo te redimirás muy pronto." insistió Charlie motivada.
- "Oigan. Me voy a dormir." avisó Angel bruscamente. Ya estaba bastante harto de ser tratado constantemente como el malo de la historia, mientras se le daban halagos a Pentius.
- "Ammm, descansa bien, wey." le deseó Billy a su amigo. Era consciente de que era demasiado honesto con él, pero bajo su perspectiva, eso era lo que hacían los amigos.
Angel simplemente lo saludó vagamente con la mano y se metió a su habitación. Tiró el abrigo que le habían mandado a ponerse encima de su mascota y se acostó en su cama, revisando a medias cada uno de los múltiples audios obsesivos de Valentino. Angel sintió ganas de mandarlo a comer mierda por un segundo, antes de sentir un humo metafórico envolviéndolo, recordándole 'su lugar'.
- "¿De verdad crees que puedes cambiar? La basura adicta como tu no cambia. Te veré pronto, baby."
Su seductora y venenosa voz retumbaba en lo más profundo del alma de Angel. Era inescapable. Una vez pudo aclarar sus pensamientos, decidió levantarse. No podía conciliar el sueño.
- "Lo siento. No ahora, Patitas Gordas." se disculpó Angel con su triste mascota, saliendo de su cuarto.
Angel bajó las escaleras para servirse a sí mismo en el bar. En medio de su chupe, visualizó una veloz figura, la cual decidió seguir cuidadosamente. De ese modo llegó a la habitación de Pentius, quien estaba instalando una cámara Voxtek en su repisa. Enfurecido, Angel confrontó al ahora revelado espía.
- "¡Puta víbora de mierda!" gritó Angel, acercándose a Pentius lentamente. "¿¡Trabajas para los Vees!? Pendejo, hijo de puta. Sabía que escondías algo..."
Pentius se alarmó e inmediatamente trató de hacerse el tonto para ocultar sus intenciones.
- "No tengo la menor idea de lo que estás hablando. Puta barata." siseó Pentius con una sonrisa.
No era necesario decir una palabra más. Angel se abalanzó encima suyo, golpeándolo salvajemente y estrujando su cuello.
- "¡Quítame tu insípido y flácido cuerpooooo!" ordenó Pentius, tratando de usar hipnosis para repeler a Angel.
Afortunadamente, el efecto solo lo distrajo por breves instantes. Esto apenas le dio tiempo suficiente para agarrar espacio. Más pronto que tarde llegaron Charlie, Vaggie y Billy. Por si se lo preguntan, a este último le tocó quedarse en el hotel a dormir en el sofá.
- "¿Qué está pasando aquí?" bostezó Charlie, confundida.
- "¡Escuché choto y pija y vine! ¿Qué pasó?" pidió saber Billy.
- "¡Esta jodida perra es una traidora!" expuso Angel, zarandeando a Pentius.
- "¡Pero, que absurdo! Yo nunca los traicionaría." aseguró Pentius, abrazando al trío. "¡Ustedes son mis nuevos mejores amigos!"
- "No le pinchemos el globo." silenció de adelantado Billy.
- "Ajá. Entonces, explica esto." escupió Angel, resaltando la cámara que había puesto Pentius.
Charlie se sorprendió, Vaggie se molestó y Billy... ni tan impactado.
- "A la mauser... ¿no tiene suficiente ese trolo con tratar de poner cámaras hasta en mi baño?" pensó para sí Billy, apretándose los cachetes.
Con su operación al descubierto, Pentius entró en pánico y trató de llamar refuerzos. Mala suerte para él, muy tarde se dio cuenta de que había sido utilizado como un instrumento desechable.
- "¿Sir Pentius? Espera, ¿te atraparon?" preguntó Vox, no pudiendo aguantarse la risa. "¡Ni siquiera ha pasado un día!"
- "¡En serio! ¡Tienes que sacarme de aquí!" suplicó Pentius.
- ¡No puedo creer que pensáramos que podrías manejar incluso algo tan simple!" barboteó Vox, impresionado por todas las razones indeseables. "Ahora haznos un favor, si ellos no te matan, hazlo tu mismo, lentamente... ¡Miserable engendro fracasado!"
De más está decir que Pentius se sentía humillado, destrozado y ultrajado. Una de las figuras que más admiraba en el Infierno le había dicho que era inservible, un fracasado. Lágrimas amenazaron con deslizarse alrededor de su rostro.
- "Sí... bien..." asintió Pentius, dejándose a sí mismo a la merced del grupo. "Que sea una muerte rápida... aunque no me la merezca..."
"Será un placer." notificó Vaggie, su lanza en mano.
- "¡Alegría, porque de ti saldrá algo fantástico! ¡Un buen abrigo de piel de serpiente!" vaciló Billy, sacando mágicamente un cuchillo de su boca.
- "Esperen..." los frenó Charlie, apartando sus armas y agachándose con Pentius, ofreciéndole la mano para volver a levantarse. "Pentius..."
Abriendo los ojos nuevamente, Pentius vio un rostro misericordioso en medio de lo implacable. Charlie estaba más que dispuesta a permitirle cambiar a mejor.
[Inserte canción infravalorada muy linda en la que Charlie le enseña a Pentius y a los espectadores sobre el perdón, la redención, azúcar, flores y muchos colores. Angel, Vaggie y Billy obviamente quieren simplemente hacerlo puré pero al final no pasa porque Disney. Digo, Vivzie.]
- "... Como lo siento." finalizaron Pentius y Charlie, agarrados de las manos.
Niffty definitivamente estaba decepcionada.
- "¡Odié esa canción! ¡Eres patético!" le recriminó Niffty a Pentius, pateándole la cola. "¡No eres un chico malo!"
- "Fuerzas, Niff. Hay muchos peces en estas aguas de alcantarilla." alentó Billy, sacudiendo la cabeza.
- "Ay, buen primer día." comentó Charlie. Irónicamente o no, daba igual. "Vamos a descansar."
- "Ahí te voy sofá, mi viejo amigo." bostezó Billy, acostándose en la vieja confiable.
Un recuerdo particular pasó por su mente. El primer día en el que Pentius, muy ingenuamente, lo desafió a un mano a mano. Obviamente, Pentius fue apaleado en poco tiempo, y también había empezado a llorar al verse indefenso en el suelo. Suplicándole que le diera una muerte rápida e indolora después de tal deshonor. Pedir un combate prácticamente a ciegas. No obstante, el príncipe admiró su determinación, su estrategia y su valentía desde el primer segundo.
- "No estuvo mal. Pocos pecadores se han atrevido a desafiarme." elogió Billy, extendiendo su mano a Pentius para que pudiera levantarse. "Y muchos menos han durado tanto."
El inventor se sorprendió, levantándose a regañadientes con su ayuda.
- "¿No vas... a liquidarme?" tartamudeó Pentius, estupefacto.
- "¿A un posible... ejem, rival digno? Sería un desperdicio de potencial." afianzó Billy, agarrándole el hombro. "¿Te digo algo? Hazte más fuerte, construye mejores armas y búscame para tener una revancha conmigo cuando estés listo. Te estaré esperando, Siri."
- "Oh, uhmm..." lloriqueó Pentius de la felicidad, sintiendo como su ego se inflaba de golpe. "¡AJÁ! ¡No voy a defraudarlo, alteza real! ¡La próxima vez que nos demos de bruces, conocerá la verdadera magnificencia de Sir Pentius! ¡Ouch, mi vesícula!"
Y vaya que vinieron múltiples revanchas después de ese día. Pentius perdía una y otra vez pero jamás se rendía, ideando artimañas y planes cada vez más enrevesados y locos. Billy suspiró y soltó algunas carcajadas.
- "Grande, Pentius. Y grande yo por crearlo." aduló Billy a su 'rival' y a sí mismo.
Miró de reojo a Alastor, pasando de largo enfrente suyo, también risillando, pero de forma macabra. No necesitaba ser detective para asumir correctamente que había ido a burlarse de Vox mediante el reloj de comunicación a larga distancia Voxtek que había soltado Pentius. Sacó su celular y le dejó tres simples mensajes antes de ir a dormir.
- Joder, vox, no le pegas a una
- Matat3 bro
- Lentamente :P
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