Las memorias de Bill - Parte I
5 días antes de morir
Despertaba con un fuerte dolor de cabeza... Era lunes por la mañana y tenia un examen de la Universidad, por supuesto, en lugar de estudiar como muchos chicos responsables hacían él había pasado toda la noche en el bar. Ni siquiera recordaba como había llegado a su casa.
Seguramente cuando pasaba de media noche Phill había llegado a recogerlo y se lo había llevado a rastras... seguramente Py había sido quien llamo a su hermano cuando el alcohol ya se le había subido a la cabeza. Fuera como fuera, se encontraba frente al espejo de su habitación con su camisa a cuadros amarilla sobre la gris de mangas largas, se colocaba su gorra amarilla y sus gafas, odiaba usarlas... se veía como un nerd, un nerd muy apuesto de hecho, pero si no las usaba era posible que incluso un árbol se cruzara en su camino.
- Buenos días – bajo canturreando mientras veía a su hermano tomando una taza de café mientras leía el periódico, Phill siempre ignoraba sus animados saludos – ¿Humor de lunes? Típico en ti.
- No... se llama "tuve que ir a traer a mi inútil hermano menor a un bar porque él ni siquiera recordaba su nombre a media noche" – gruño bajando su lectura – Bill... tienes que madurar, tienes 21 años y actúas como un niño de 10... ¡Incluso un mocoso de esa edad es más responsable que tu!
- A los 10 no te dejan entrar a un bar...
- ¡Esa no es una respuesta! – hablo casi de inmediato – Bill... sé que papá no es el mejor ejemplo a seguir pero...
- No quiero hablar de ese hombre, Phill – interrumpió el menor mientras se levantaba – me voy... tengo un examen que seguro repruebo.
- No has desayunado...
- La mención de ese imbécil me quito el apetito – suspiro mientras tomaba su mochila y caminaba a la salida – Puede que regrese tarde... no me esperes.
- ¡Bill!
La puerta se había cerrado antes de que pudiera reclamarle algo más.
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Miraba el techo del salón, recostado en su silla con los zapatos sobre el escritorio y un dulce que había comprado de camino a su salón. A pesar de lo que le había dicho a Phill, sabía que no le iba a ir tan mal en aquel examen, no había ni siquiera visto sus notas desde el viernes pasado pero no era problema el recordar toda la basura que su estúpido profesor decía en las clases a las cuales solo iba para estar lejos de su hermano y, especialmente, de su padre.
- ¡Bill! – la voz de su amiga lo hizo salir de su mundo perfecto imaginario – Me alegra que estés bien. Estaba preocupada... ¿Cómo te sientes?
- Como la mierda – suspiro mirando a la peli rosa – pero gracias por llamar a Phill y asegurarte que no terminara en cuatro en la cama de cualquiera.
- Para eso son los amigos – dijo ella sonriendo.
Pyronica Fire, su mejor amiga desde que tenía memoria (e incluso de esas veces en las que estaba tan borracho que no la recordaba), solía teñirse el cabello rosa brillante rapado de un lado y con el resto cubriendo el lado izquierdo de su rostro que ocultaba uno de sus ojos, desde que habían entrado a la secundaria ella había comenzado a llevar unos piercing, su estilo eran medias rotas, botas de tacón y muchas calaveras en sus playeras y accesorios... a pesar de que podía aparentar ser una chica ruda era la persona más dulce que había conocido en toda su mísera vida.
- Phill no parecía muy feliz contigo ayer por la noche – dijo Py sentándose al lado de Bill.
- Phill nunca esta feliz – suspiro – Estoy casi seguro que nació con el ceño fruncido, claro... cuando yo nací su humor solo fue de mal en peor.
- Tu hermano te quiere.
- Muerto tal vez...
- Bill...
Podía aparentar ser el adolescente rebelde y animado que todos conocían, los fines de semana se la pasaba de fiesta en fiesta, durante la semana se la pasaba evitando a su familia perdiendo el tiempo en el campus de la universidad ya fuera en la biblioteca o simplemente tirado en el césped leyendo cualquier cosa que encontrara, incluso habían veces en las que invadía la casa de Py solo para pasar la tarde y había logrado encontrar un trabajo de medio tiempo en un café aunque no necesitara del dinero realmente. Phill solía decir que era un vago por nunca estar en casa, a su padre no podía importarle menos el hecho de que su hijo menor se la pasara fuera de casa.
Fuera cual fuera la excusa que Bill usaba para estar fuera tenia un único propósito; alejarse lo más que le fuera posible de su familia. Se hubiera mudado hacía tanto tiempo, pero tenia un problema, se podía considerar que su familia era "rica", no había ningún problema con el dinero desde que tenia memoria y eso había sido un plus para ayudarlo a seguir su sueño de convertirse en músico profesional... pero lo tendría si llegaba a mudarse.
Su trabajo en el café no le daba lo suficiente para pagar sus estudios, mucho menos le daría para pagar un departamento y todos los gastos que con este vienen a menos que consiguiera un trabajo con más horas y eso afectaría las horas "libres" que tenia en la semana que le servían para estudiar (aunque él diera a entender lo contrario), y claro, su padre no le iba a dar ni medio centavo si él abandonaba la casa... se lo había advertido una vez y, conociendo a ese tipo, sabía que lo cumpliría.
- ¿Cómo va todo con el trabajo que te pedí? – La voz de su compañero de cabello pelirrojo y ropa extravagante le hizo regresar a la realidad, hablaba bajo y se había acercado sospechosamente a él – Ya sabes, lo que acordamos que me traerías hoy...
- Sé de que hablas, Hector – suspiro Bill buscando algo en su mochila, unas cuantas hojas dentro de un folder que le entrego – toma... las termine el viernes por la noche... y no te me acerques de forma tan sospechosa, creerán que te estoy vendiendo droga.
- Eres increíble, Cipher – alago el chico revisando las partituras que su compañero le entregaba – Deberías pensar en trabajar de compositor, sé de algunos que pagarían por esto mejor de lo que yo lo hago.
- Si, lo sé... paga.
- Lo acordado – dijo mientras entregaba a Bill el dinero que habían acordado por las cinco canciones.
Hector era integrante y voz principal de una banda muy conocida en el campus, se le conocía como Hectorgon y solía llevar una playera de un hexágono con sombrero, corbata y mostacho, solia hacer covers de canciones populares y había escrito unas cuantas. Su problema era el problema típico de muchos músicos; podía tocar cualquier cosa que le dieras... pero sus composiciones eran una mierda.
Al menos eso le había dicho Bill una vez que por cosas del destino ambos habían terminado quedándose después de clase. Habían comenzado a conversar sobre las clases y Hector termino mostrándole un demo que estaba haciendo para su banda... Bill había quedado con tal dolor de oídos que trabajo toda la noche para hacer algo mejor, a Hector le gusto tanto que termino por contratarlo para que le ayudara a componer canciones para ellos.
No ganaba mucho componiendo, aunque ganaba más que en el café, ya antes lo había hecho muchas veces antes de que Hector lo "contratara", algunas orquestas o incluso una que otra iglesia le había contratado para hacer algunos arreglos. Eran unas pocas monedas más en su bolsillo y no se quejaba de eso.
- Fue un placer hacer negocios contigo como siempre, Hector – dijo cuando termino de contar el dinero – Sabes donde encontrarme si necesitas otra cosa.
- Esta noche tocaremos en una fiesta aquí cerca, deberían venir – ofreció Hector entregando un par de volantes a sus amigos, Bill lo miro y suspiro.
- Me gustaría, pero tengo que terminar unos proyectos – se excusó Py – Hay un catedrático que me esta dando dolor de cabeza...
- ¿Qué hay de ti, Bill?
Ir a esa fiesta sería una buena excusa para llegar tarde a casa. Sabía de que proyecto hablaba Py, él lo había terminado hacía ya una semana, pero acababa de salir de una resaca y no tenia animos de entrar en otra, a diferencia de muchos otros él realmente odiaba las resacas y trataba de evitarlas lo mejor posible... además ¿¡Quién carajos hace una fiesta un lunes por la noche!? Que su hermano considerase que él era un vago no significaba que REALMENTE fuese un vago. Buscaria otra excusa para llegar tarde a casa, tal vez ayudar a Py en su proyecto.
- Yo también tengo algo que hacer – se excuso entregando el volante de vuelta y poniéndose de pie – saluda a los chicos de mi parte... nos vemos más tarde.
- ¿A dónde vas? – pregunto Hector.
- Tengo otro trabajo que entregar antes de ir al café... diviértete en tu fiesta, Hec, llego a tu casa más tarde, Py.
Y así eran sus días, excusa tras excusa buscaba como alejarse de su familia.
Claro, habían días en los que era imposible evitar estar en casa, días en los que necesitaba trabajar en su cuarto y simplemente cerraba la puerta con cerrojo y ponía música a todo volumen para no escuchar los gritos de su padre o a Phill reclamándole por cosas sin sentido de las que ni siquiera tenía idea de que se trataba... a veces también usaba sus audífonos aun con la música de fondo para trabajar, así mientras en su cuarto parecía haber una fiesta de invocación a Satanás, el escuchaba Claro de Luna de Beethoven para tranquilizarse.
No era lo que aparentaba, Pyronica era la única que sabía quien era él realmente... ella siempre había estado para él cuando la necesito. Pero sabía que no siempre estaría... odiaba tener esos pensamientos, pero sabía que algún día se quedaría completamente solo con la mierda de "familia" que tenia.
- A veces creo que sería mejor estar muerto – susurro mirando al cielo – al menos... creo que la otra vida es mejor que esta mierda...
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3 días antes de morir
Leer una partitura era más fácil que leer letras para él, desde que era niño y había comenzado a tocar el piano la música había sido tan simple para él... no importaba que le pusieran en frente, podía leerlo e interpretarlo como si lo hubiera hecho toda la vida. Era el único talento que poseía...
- Hay un semitono de más, escribe un becuadro en la para que sea exacto – suspiro Bill entregando una hoja a Pyronica quien volvía a revisar lo que su amigo le indicaba – y trata de contar los tonos esta vez...
- Gracias... siempre me confunde esto de los tonos y semitonos – hablo Pyronica borrando – ¿sabes? No necesitas ayudarme en mis tareas cuando estas aquí... puedes simplemente quedarte sin hacer nada.
- ¿De qué hablas?
- Bill, te conozco... te la pasas en mi casa, en el campus o en alguna otra parte solo para no tener que ir a tu casa... por mi no hay problema, pero no es necesario que me ayudes si no quieres.
- Es lo menos que puedo hacer ya que me permites quedarme – se encogió de hombros mientras miraba la hora – es tarde y tienes que descansar... ¿nos vemos mañana?
- Claro, buenas noches.
- ¡Noches!
Fuera la excusa que usara siempre tenia que regresar a casa. Siempre trataba de regresar lo suficientemente tarde como para confirmar que su padre y hermano ya se encontraran dormidos, a veces pasaba a comprar algo a una tienda, otras cogía algo del refrigerador y se encerraba en su habitación a comer antes de dormir, otras simplemente se saltaba la "cena" e iba directo a su habitación.
Eran pocas, pero habían días en los que tenía tan mala suerte que al abrir la puerta se encontraba con su padre esperándolo sentado en el sofá. Esta era una de esas noches en las que la suerte se le había quedado en la billetera.
- ¿Dónde se supone que estabas? – la pregunta parecía tonta, obviamente la respuesta era "evitándote"... pero a menos que quisiera terminar con un diente menos no podía decirlo.
- Ayudaba a Py en una tarea – dijo, no era mentira... más tampoco era la verdad – Si me disculpas, tengo que estudiar.
- ¿Cuándo comenzaras una carrera real?
- La música es una carrera real...
- Si claro... cualquiera puede ser un músico muerto de hambre – Bill solo suspiro, no quería comenzar una pelea por eso otra vez – solo te la pasas... de fiesta en fiesta, escuchando esa porquería musical y haciendo garabatos en hojas... nadie te tomara en serio en la vida si sigues como estas, Bill.
"Si consideras a Chopin y Mozart *porquería musical* creo que tenemos un problema grave" pensó mientras ignoraba lo que su padre decía y subía a su habitación. Claro, cuando subía el volumen se aseguraba que lo que estuviera reproduciendo fuera de todo menos música clásica... su padre y su hermano tenían una idea muy equivocada del tipo de música que le gustaba, una vez había estado tan distraído trabajando que no se dio cuenta que se encontraba "escuchando" reggaetón, no exageraría si dijera que cuando se quitó los audífonos y escucho la música que sonaba en su habitación le entro entre unas ganas de reír a carcajadas y vomitar...
Le gustaba todo tipo de música, aunque tenía preferencia el rock alternativo y la música clásica, pero la ultima vez que había tratado de hacer razonar a su padre sobre las diferentes clasificaciones y sub clasificaciones de la música este simplemente le había hecho callar y continuo exigiendo que comenzara a estudiar una carrera real...
Sabía mejor que nadie que como músico no iba a ganar lo que un abogado o un doctor, aunque como compositor no podía quejarse. A veces le llegaban propuestas para trabajar en algunos proyectos independientes, cuando algo le interesaba aceptaba sin pensarlo dos veces y cuando no simplemente rechazaba la propuesta aunque en esta le pagaran mejor que en otras tres que ya había aceptado. De hecho, en ese momento trabajaba en un proyecto para la música de un videojuego.
- Veamos como va todo esto – suspiro sentándose en su computadora con sus audífonos, sonrió – suena bien... tal vez... debería ser un poco más larga esta pausa...
Era lo único que tenia. La música.
Desde que había aprendido a como componer sus propias canciones se sentía bien... trabajar en algo en lo que pudiera expresar lo que no era capaz de hacer con palabras, poner un poco de él mismo para que todos que lo escucharan lo conocieran aun sin saber quien era él en realidad. Sin quererlo, se quedo dormido con los audífonos puestos mientras la canción que acababa de terminar continuaba reproduciéndose a si misma una y otra vez.
Continuara...
Howdy, gente!
El pasado de Bill iba a ocupar solo un capitulo pero me arrepentí al ver que era demasiado largo n.n' así que decidí cortarlo en dos partes... Eso y que recuerden que tanto Bill como Dipper (por si no quedo claro en el capitulo anterior) cometieron suicidio por lo que quería dar una pequeña advertencia antes de que sigan con su lectura. Puede que el siguiente capitulo sea uno de los más deprimentes que haya escrito desde hace mucho tiempo...
Si soy sincera, el tema de la muerte siempre he tratado de tocarlo lo menos posible, especialmente un tema tan delicado como el suicidio que debe ser tocado con pinzas. El capitulo de la muerte de Dipper trate de que fuera lo menos explicito que pude, que se centrara más en lo que el personaje sentía en esos momentos que en el acto... aunque con Bill sera un poco diferente, pues la desesperación que trate de plasmas en Bill es real... Esta es otra razón por la que me pareció mejor dividirlo en dos partes, para que conocieran los dos lados de la vida de Bill.
Gracias por leer, espero que les haya parecido interesante este capitulo y nos leemos pro
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