•Capitulo 9•
Advertiré que al final del capítulo hay escenas +18 así que ya saben. Espero que les guste el cap. Y feliz día del lector cosas bellas.
Me sentía como la persona más desdichada del mundo cuando no encontré a Gabriel por ningún lado. Estaba roto mi corazón y lo peor de todo es que era culpa mía. No debí permitir que mis sentimientos por él crecieran. Las chicas como yo y los chicos como él no combinan, todo el desastre que me rodea no es su mundo, a lo mejor se dio cuenta de que no soy lo suficiente para él ni nunca lo seré.
Me fui de aquel lugar lo más rápido que pude. No entendía porque razón tenía que afectarme tanto, entre nosotros no pasó absolutamente nada, solo dormimos juntos. Pero se sintió tan íntimo que me gustó demasiado y ahora estaba pagando el precio.
Llegué a casa con el rostro bajo y con el semblante caído. Mis ojos de seguro eran dos agujeros profundos donde no alcanzas a ver profundidad, había perdido mi brillo y todo había sido por ser débil. Merecía todo lo que me estaba pasando por no intuir que nada es tan hermoso. Este mundo está lleno de imperfecciones y dolor, eso era algo que no cambiaría.
Me recosté en mi cuarto a llorar y sacar de mi toda aquella amargura que me estaba consumiendo. Llorar desde el alma es el mejor método para satisfacer a la soledad. Mis pensamientos eran todos contradictorios. Seguía sin entender que había pasado. Un rato después me quedé dormida.
***🔥🔥🔥***
En la mañana me desperté por unos golpes que sentí al otro lado de mi puerta.
—Ya voy. —grité.
—Vas a llegar tarde a la escuela. ¿Estás bien?.
Daniel se escuchaba preocupado. Pero yo no iba a decirle nada de lo que había pasado. No quería que supiera lo mal que me sentía así que me levanté.
—Ya voy a ducharme y me alistaré.
Me dejó tranquila y yo procedí a bañarme. El agua corriéndome por todo el cuerpo me hizo sentir muy bien. Un buen baño siempre hace bien al cuerpo y también al alma.
Al bajar las escaleras Daniel estaba esperándome en la cocina.
—No te sentí llegar anoche. —me miraba fijamente como intentando adivinar si le mentiría o no.
—No llegué a dormir.
Su rostro se tornó serio y no dijo nada más. Recogió las llaves de su coche que se encontraban encima del mostrador y salió empujando la puerta haciendo que está sonara tan fuerte que logró asustarme.
Por mi parte terminé mi desayuno y caminé todo el tramo a la escuela. El día pasó súper rápido y esperé a la salida para poder encontrarme con Gabriel. Lo busqué entre la multitud pero no lo vi. Mi infelicidad aumentó aún más. Volví a regresar a casa y en la cama me quedé como el otro día.
Así pasaron algunos días y yo mantenía la esperanza de que Gabriel volviera.
Un día en la escuela yo me encontraba mirando otra vez entre todos los chicos que salían esperando encontrarme con esos ojos azules. Pero nada. Decepcionada comencé a caminar sin darme cuenta de lo que sucedía a mi alrededor. Una voz que yo conocía muy bien me llamó:
—¿Cómo estás Alexa?.
Sentí que mis puños dolieron de tanto que los apreté.
—¿Qué es lo que quieres Rafael?.
—Yo no quiero nada. ¿Dónde está tu amiguito?. ¿No va a venir a defenderte?.
—Déjame en paz imbecil. —sentí que se me formaron gotas en los ojos.
—Tal parece que he tocado una fibra sensible. ¿No creen?. —dijo dirigiéndose a sus amigos.
—No me importa lo que tengas que decirme así que lárgate y déjame en paz.
—¿Qué pasó ?. ¿Estuvo contigo y luego te desechó como un trapo viejo. ? —al ver mi cara y al no contestarle lo supuso. —oh, parece que he dado en el blanco.
Me sentía tan mal de que me recordaran toda la mierda que embarraba mi vida que simplemente toda mi fortaleza se vino abajo y comencé a llorar. Pero en aquel momento sentí unas manos que tomaron de mi con delicadeza y escuché su voz:
—¿Porqué no buscan otra alma para atormentar?.
—Yo .....,nosotros........, disculpa, no pasará otra vez. Salieron huyendo despavoridos.
Entonces volteé y sus ojos se toparon con los míos.
—Gracias Daniel.
—No tienes porque dármelas pequeña. Yo te cuido. ¿Porqué te sientes tan mal al punto de llorar frente a ese estupido?. Siempre he visto que eres fuerte y no muestras tus debilidades. Algo muy grave debe estarte ocurriendo.
—Yo......
—Puedes contarme lo que sea Alexa.
—Gabriel no ha vuelto a la escuela. —susurré.
—Todo esto es por él. Supongo que es más inteligente de lo que aparenta. Vamos a un lugar que te hará comprender todo.
Me agarró la mano y tiró de mi hasta su coche. Pasó el camino muy callado hasta llegar a un restaurante muy bonito. Un lugar muy elegante realmente. Al bajarme del auto y encaminarme a aquel lugar sentí miedo, uno profundo que hacía que mis piernas fallaran.
Al entrar me di cuenta que la mirada de Daniel buscaba algo o a "alguien". Pude percatarme de dos personas charlando muy cerca uno del otro y susurrándose cosas al oído. Conocía su perfume a leguas, ya que se había impregnado en mi nariz. Era Gabriel qué pasaba el tiempo con otro chica. Sentí un mareo y pensé que el mundo se me venía encima pero mi acompañante me detuvo.
—Vámonos de aquí por favor. —alcancé a decir con la voz entrecortada.
—Como tú digas preciosa.
Ya en su auto el silencio era incómodo.
—¿A dónde vamos?. —realmente no me importaba así que dije lo primero que se me ocurrió.
—A dónde quieras.
—Vale conozco un sitio que te encantará.
Arrancó su auto con un giro de las llaves y pronto llegamos a un lugar donde el bullicio de la gente y los gritos eran exasperantes.
Un club nocturno que estrenaban nuevo en la ciudad. Me dejé llevar por el momento. Daniel me ofreció algo y lo tomé, aquello me hizo sentir aliviada de problemas. No pensaba en nada más que en divertirme y así pase la noche bailando y bebiendo.
En un punto ya estaba tan mareada que no sabía lo que pasaba. De un momento a otro abrí los ojos y me encontraba en una habitación. Un chico que no pude reconocer se dirigió a mi y amarró mis pies y manos a la cama dejándome inmóvil. Colocó una venda en mis ojos. No podía ver nada pero escuchaba algunas cosas.
Sentí su cercanía y no sé porqué me sentía tan nerviosa. Tomó mis pechos entre sus manos y un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando su lengua hizo contacto con uno de mis pezones. Eran muchas sensaciones juntas las que me envolvían. Besaba cada parte de mi cuerpo como si yo fuera su plato favorito. Su mano rozaba mi clitoris y hacía círculos en este sacándome algunos gemidos que se me escapaban.
Entonces este chico susurró en mi oído:
—Esta noche serás mía.
Arrancó de un tirón las bragas que todavía llevaba y sentí su calor encima de mi. Su miembro rozaba mis partes íntimas como buscando la entrada que tanto anhelaba.
Un grito se escapó de mis labios cuando se hundió en mi interior. Era tan grande por Dios. Me sentí llena. Comenzó a moverse y yo suspiraba y los gemidos se escapaban de mi. Algo que parecía gustarle porque cada vez sus embestidas eran más fuertes y salvajes. De pronto tuve la sensación de que explotaría y así fue. Unos espasmos se adueñaron de mi cuerpo y me sentí extrañamente cansada. El chico desamarró todas las cuerdas y yo quedé ahí mismo en los brazos de Morfeo.
***🔥🔥🔥***
En la mañana me sentí muy mareada y con un fuerte dolor de cabeza. No recordaba mucho lo que había pasado pero extrañamente estaba en una cama y al levantar las sábanas estaba completamente desnuda.
¿Qué pasó aquí?
Giré mi rostro y pude comprobar que había alguien durmiendo a mi lado todavía y me resultaba extrañamente familiar. Acerqué mi rostro para verlo más de cerca y tuve que tapar mi boca para no soltar un grito.
Oh Dios mío esto no puede haber sucedido, no con él.
—Cuando dormía se veía más hermoso. —pensé.
El chico de la pasión de anoche no era otro que mi compañero de vivienda.
Daniel
"Fin del capítulo"
Muy fuerte todo, lo sé. Pobre Alexa lo que debe estar sufriendo.
Y acostarse con Daniel, mi madre.
Bueno, en el próximo capítulo veremos qué pasó con Gabriel, no me lo odien que yo lo amo. 😂.
Cuéntenme sus opiniones.
Beshitos 😘. M🐾
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