Capítulo 29

Todoroki Shoto coge del mentón del pecoso y lo alza con suavidad, observando aquellas esmeraldas temblorosas. —Solo venía a invitarte a mi castillo cuando estés disponible. La primera vez que hablamos no estabas así de asustado, ¿alguien te hablo de mí?

Y las esmeraldas de Izuku abren asustadas mientras Bakugou se libera del agarre.

—Yo... Te voy a matar, bastardo mitad-mitad. —suelta transformándose en su modo bestia.

Es entonces que la mirada de Todoroki Shoto se cruza con las escarlatas sangrientas.

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Ventisca azulina

Un gran lobo blanco emerge en el lugar marcando presencia, e Izuku no logra más que observarlo de frente, paralizado.

Todoroki predice esta acción, es por eso que suelta el mentón de Izuku. No demora en transformarse en murciélago.

—No venía a hablar contigo. —dice el gran murciélago de enormes alas oscuras hacia Bakugou, comenzando a volar hasta los cielos.

Las escarlatas empequeñecen de la ira. — ¡Maldito seas, regresa aquí ahora mismo! —exige el lobo desde el césped, pero Todoroki le ignora y se pierde a través de las nubes nocturnas.

El licántropo lanza un gruñido insistente mientras que su pelaje está erizado. Es entonces que con evidente enojo observa a Izuku sin mover un pelo. — ¿Y tú qué? Ya camina, estoy harto de esta mierda. —gruñe comenzando a caminar y jalar a Izuku con la cadena.

Izuku guarda silencio y se apresura a coger toda la fruta que puede, para luego correr a un lado de él, intentando seguir el paso de aquella bestia gigante.

— ¿Cuánto mides? —inquiere Izuku curioso avanzando a un lado de aquel lobo blanco enorme.

Pero solo el silencio se mantiene en el lugar.

El pecoso le mira por el rabillo del ojo y lo vuelve a intentar, mientras aprisiona bien sus frutas a través de sus brazos contra su pecho. —Quiero decir… en esta forma que tienes. —insiste.

— ¿Hah?

Izuku se mantiene en silencio mientras espera su respuesta.

Bakugou le mira con desagrado caminando a su lado. —No te importa. No me hables como si fuéramos malditos conocidos. —lanza despectivo caminando hacia el frente.

Izuku le mira incrédulo mientras lo medita. —Pero sí somos conocidos. —responde inocente avanzando a su lado.

Los colmillos de Bakugou relucen frente a las constantes luces de las grandes estrellas mayores hijas de la noche.

—Cuando me encargue de desmembrarte una vez rompas el conjuro, no querrás haber dicho eso. —lanza el lobo a través de un gruñido. — ¿Convivir con las sombras? ¿Hablar con sombras? Qué puto asco.

Las cejas aceitunadas comienzan a fruncirse levemente conforme escucha aquellas palabras. —Por un momento pensé que serías un poco agradable. —lanza tomando una fruta y comenzar a masticarla, sin mucho problema.

Bakugou mueve un poco su nariz en señal de disgusto.

—Olvidaba que eres el único habitante de Leffitsing que me desagrada. —añade Izuku con honestidad mientras le señala con la fruta en su mano. —Pero supongo que la situación actual es lo suficientemente incómoda para intentar hacer nuestra convivencia, uhmm, un poco… ¿normal? —suelta buscando las palabras correctas.

Sabía que el problema en el que se habían metido era a causa de su propia irresponsabilidad y mal uso de la magia, pero no se culpaba por completo. Izuku se mantiene con su conciencia tranquila porque, al fin y al cabo lo había hecho por una buena causa.

Una buena causa que claramente se deformó lo suficiente para convertirse en alguna clase de castigo, pero aún con ello Izuku tiene la pequeña esperanza de lograr un ambiente ameno en compañía del licántropo.

Era solo una pequeña e inocente esperanza.

Bakugou lanza un gruñido ante aquella reacción desinteresada. — ¡Dije que apenas tenga la oportunidad te desmembraría! —gruñe pisando fuerte con su pata contra la tierra y acercando sus grandes colmillos ante la sombra. — ¿¡Eres imbécil o alguna especie de sombra defectuosa!? Con solo mirarte me dan náuseas, grábatelo bien en esa mierdecilla que tienes de cabeza. —lanza con evidente malhumor.

Definitivamente era un logro casi imposible de conseguir.

Pero Izuku no se desanima, ya que por algún motivo ya se ha acostumbrado a aquellas reacciones exageradas del licántropo.

Lanza un pequeño aire de sus narices en respuesta. —Tú tampoco me caes bien, Bakugou. —responde el pecoso desviando su vista del lobo y mirar al frente, sin pausar su caminata. —Eres un lobo al que le apesta el hocico. Eso te hace aún más desagradable. —añade con sus esmeraldas molestas.

El lobo detiene su paso al escuchar aquellas palabras.
— ¡Pues prepárate mentalmente para cuando este hocico apestoso te desmembre de la manera más dolorosa y lenta que pueda existir! —exclama Bakugou comenzando a correr a su lado moviendo su cola sutilmente. — ¡Desearás nunca haber nacido! ¡Odiaras tu sola y patética existencia! —exclama alcanzandolo.

E Izuku se mantiene neutral, notando como Bakugou había alcanzado su paso mirándole por el rabillo del ojo. —Entonces solo tengo que asegurarme de no romper el conjuro, es simple. —suelta inclinándose de hombros, utilizando la lógica. —Lo siento, pero desde que te sometí por error dejé de temerte. —añade comenzando a avanzar, dándole la espalda.

Grave error.

Las escarlatas de Bakugou se contraen ante aquellas palabras y lo descolocan de la ira, es por eso que no duda en abrir sus grandes colmillos y dirigirse con todo sobre el cuello del pecoso.

Izuku le observa por el rabillo del ojo y entonces palidece, la fruta cae al suelo y él también, invadido por el miedo.

Milisengundos bastaron para que Izuku abriera sus ojos esmeraldas pasmados y llenos de horror, esperando su muerte.

Y lo único que atraviesa en su mente en ese instante es el arrepentimiento de no poder despedirse adecuadamente de Tokoyami.

Pero entonces, sus esmeraldas brillan y una luz verdosa proveniente de sus propios ojos emerge al instante en que su propio collar brilla con tonalidades doradas. Inmediatamente, Bakugou es envuelto por una corriente energética verde, quedándose estático y sin lograr tocar uno solo de sus cabellos.

— ¡TÚ ERES UN HIJO DE LA GRAN PERRA! —exclama Bakugou con evidente frustración y desespero, envuelto en aquella red por completo y sin lograr mover un músculo.

Y el rostro de Izuku que permanecía asustado ahora sonríe, un tanto nervioso, pero sonríe. —Heh, ya no puedes hacerme daño. —dice levantándose y sacudiendo su ropa, comenzando a avanzar, pero es frenado por la cadena y con Bakugou detenido en ese lugar.

Es por eso que se ve obligado a mantenerse ahí, cercano al gran río nocturno con frondoso y cómodo césped cobijar sus zapatillas rojas y parte de sus tobillos, mientras observa al licántropo aprisionado forcejear.

— ¡Cierra la boca y revierte esta mierda!

E Izuku le mira neutral, quedando apenas a un metro de distancia de él. —Pero no sé cómo hacerlo. —dice honesto.

— ¡¿HAH?! ¡Dije que me liberes, por un demonio! —exclama intentando romper las cadenas.

E Izuku rasca su nuca. —Es que realmente no sé cómo hacerlo, además no tengo muchas ganas de intentarlo… —añade cansado.

— ¿¡Qué es lo que acabas de decir!?

Las esmeraldas del pecoso le miran con obviedad mientras retrocede un paso, mientras aprisiona su capa entre sus propias manos con nerviosismo. —Huh, acabas de intentar matarme hace apenas un minuto atrás… —suelta sentándose en el césped. —No me gusta arriesgar mi vida innecesariamente, ¿sabes? —murmulla posicionando sus manos sobre sus rodillas mientras mira a Bakugou.

Entonces frunce su ceño y cierra sus ojos con fuerza. — ¡Está bien, mentí! ¡Sí te tengo miedo, sólo mírate! —exclama con sus mejillas pecosas rosadas. — ¡Eres un lobo de proporciones gigantescas y siempre dices que me quieres matar! —expulsa con todo, sin guardarse nada. —D-desde luego me sentiré más seguro si sé que no podrás acercarte a mí mientras duermo...

El lobo mantiene su pelaje erizado por la evidente ira que siente. — ¿Hah? —inquiere con su rostro desorientado. — ¿En qué maldito momento esta situación se convirtió en algún tipo de charla de honestidad? —gruñe mientras forcejea. — ¡¡YA LIBERAME, MIERDA!!

Pero Izuku niega, comprendiendo que la comunicación entre los dos definitivamente no es útil.

Es por eso que comienza a aplanar el césped y recostarse suavemente sobre él.

—Tengo sueño, tomaré una siesta y cuando despierte, veremos como lo solucionaremos. —responde sonriente mientras cierra sus ojos. —Buenas noches…

—No, oye tú, ¡sólo libérame! ¡Me encargaré de ser tu peor pesadilla! ¡Tú, pedazo de mierda mal hecha! —escupe Bakugou sin poder creer lo que estaba viendo ante sus ojos.

Aquella sombra debilucha definitivamente estaba ignorando sus órdenes.

—Sí, sí…

Luego de una eterna media hora, Bakugou le observa dormir sin lograr creer que su vida había comenzado a girar en torno a Izuku Midoriya. No quería reconocer que muy en el fondo, ahora dependía de él y solo de él.

Si Izuku no revertía el hechizo, él jamás podría volver a ser libre. Odiaba tan solo pensarlo, era algo que le generaba náuseas.

Saber que ahora estaba a merced de una sombra era algo lejano al peor castigo que le podría tocar. Es por eso que no puede evitar recordar las palabras de Chiyo noches antes del día caótico.

"Bakugou, se acerca tu juicio. Y no podrás escapar de él, el karma viene hacia ti.

Es la maldición de los líderes licantropos, lo sabes bien. "

No puede evitar recordar todas las veces que había abusado de la debilidad de ese maldito espectro desde que le había conocido.

Y ahora, con aquel collar presionar su cuello, el rubio ceniza chasquea la lengua con evidente frustración mientras sus escarlatas y orejas bajan ante la tristeza evidente que siente.

Y continúa observando a Izuku dormir de forma plácida sin preocupaciones.

—Tan solo ponte en mi lugar al menos un maldito segundo, bastardo… —murmura desanimado transformándose en su modo humanoide intentando que así quizá, los grilletes verdosos le dejaran libre para poder descansar también, pero esto solo causó mayor presión sobre su piel.

No pudo evitar tragar de manera amarga mientras observa la luna mayor manifestarse frente a sus orbes sangrientos.

— ¿Era esto lo que querías? —murmulla exhausto, sintiendo cada vez sus párpados más y más pesados.

{...}

Luego de tres horas, los primeros rayos nacen e Izuku abre sus ojos.

Bastó un par de estiramientos para que el pecoso ya estuviera de pie. Y lo primero que ve es a Bakugou completamente doblado en su forma humanoide dormido y retenido por la red.

—Es cierto, quedó así... —susurra el pecoso acercándose a él y tocando la red.

Percibe una especie de grilletes de energía pura, algo que jamás había visto.

—Es una especie de cosa intangible, como alguna especie de espacio denso. —murmura analítico mientras observa el collar del rubio ceniza que mantiene una enorme palabra.

Era cierto, desde que había sido retenido por aquellos grilletes y collares, a cada uno se le había asignado un nombre.

—Kacchan. —suelta curioso haciendo que Bakugou abriera sus ojos instantáneamente en alerta.

Sus escarlatas rápidamente pasan de alerta a aburridas, mientras sus orejas permanecen desanimadas. — ¿Qué demonios quieres? —gruñe girando su rostro hacia otra dirección, evitando verlo a los ojos. — ¿Quieres liberarme de una maldita vez? Estoy incómodo.

Izuku posiciona su mano en el mentón, pensativo. —Kacchan. —vuelve a repetir.

— ¡Ya cierra la maldita boca y libérame, eres desesperante! —exclama el rubio ceniza harto de la actitud del pecoso.

Izuku ríe nervioso. —Lo siento, es que en verdad no sé como hacerlo. —responde rascando su mejilla, pensativo. —Mmmm… Te libero, Kacchan. —dice inclinando levemente su cabeza confuso, y observando cómo la red desaparece automáticamente.

—Ah, no puedo creer que realmente solo debía decir eso. —dice impresionado, quedándose estático a causa de ello.

Bakugou lanza un suspiro de alivio y comienza a estirar sus piernas y brazos, mientras en Izuku un brillo de sus esmeraldas nace.

— ¡Te aprisiono otra vez! —exclama señalándole con el dedo índice, observando como la red vuelve aparecer y captura a Bakugou. — ¡¡Ohhh, así es como funciona!! —exclama emocionado comenzando a saltar en su lugar con clara euforia.

— ¡Oye! —exclama Bakugou con sorpresa viéndose capturado otra vez.

—Sí, de inmediato, te libero. —susurra como niño con su nuevo descubrimiento.

Y da la vuelta y avanza unos pasos más allá. —Te aprisiono… —susurra esta vez tan bajito que apenas y se escuchó.

Las correas otra vez aparecen, y Bakugou grita de frustración. — ¡TE MATARÉ, SOLO ESPERA Y TE MATARÉ, ESPECTRO DE MIERDA!

— ¡Ah, l-lo siento! —apresura a disculparse alzando sus brazos. — ¡Te libero, te libero! —añade preocupado.

—Ustedes dos se están divirtiendo mucho jugando con el conjuro prohibido, ¿eh? —Lanza Aizawa observándolos desde metros más allá con sus brazos cruzados.

— ¿¡HAAAH!? ¿¡DIVERTIRSE!? —exclama Bakugou molesto. — ¡Dime qué parte de esto podría ser divertido! —vocifera mientras hunde su dedo índice sobre el pecho del pecoso con ira. — ¡Esta mierda espectral solo está abusando de sus estúpidos conjuros!

E Izuku ríe nervioso. —S-solo estaba investigando, Aizawa-sensei. No volverá a suceder. —responde caminando hasta su lado. — ¿Hoy comenzaremos a subir las montañas?

Aizawa asiente. —Debemos hacerlo ahora, preparen sus cosas.

El ambiente prontamente cambiaría a uno más extremo, es por eso que se toman las precauciones de asegurar las suficientes provisiones para el viaje.

Sería un ascenso de mínimo tres días si las condiciones les favorecían, pero todo dependía de cómo se desarrolle la exploración.

Así fue como una vez atravesaron el gran río habían llegado a la primera gran montaña. Piedras rocosas blancas afiladas y a su vez resbaladizas, y en la cima, su único objetivo:

El espacio oscilante

No habían perdido el tiempo y habían comenzado a escalar.

Cada paso que Izuku daba subiendo aquella montaña era un segundo más de dolor en sus músculos y miedo al no retorno.

En realidad, él era el único que se quedaba atrás, ya que Bakugou escalaba de una manera tan rápida y excelente que lo hacía ver extremadamente fácil, mientras que Aizawa se mantenía elevándose por los cielos.

Izuku les mira y siente cierta frustración al sentir los temblores de sus dedos de las manos que intentan agarrarse de los pequeños espacios irregulares de la montaña con sus piernas temblorosas.

Mira hacia abajo mientras el viento azota cada vez más fuerte en contra su piel, y solo ve un hilillo de lo que en algún momento fue el gran río.

Pero aún así, se mantiene constante por eternas tres horas sin descanso alguno.

Aizawa le ve escalar con su mano tras su nuca y recostado por los cielos. Bebe jugo de Libia mientras observa como Izuku casi se resbala por pisar mal sobre la superficie.

— ¿Te arde el cuerpo?

Izuku con dificultad y empapado en sudor asiente. —Es muy doloroso... —responde apenas.

Los ojos de Aizawa observan la ventisca poderosa que trae brillos potentes azulados y que incluso le genera cierto desbalance en su vuelo placentero.

—Es el ambiente de este lugar, conforme más subes, más aire mágico comenzarás a respirar. Expandirá cada fibra de tu cuerpo y te causará dolor. Es un dolor independiente al muscular. —añade con normalidad. —Una vez realices conjuros prohibidos deberás reparar, reforzar y expandir tu fuente o explotará para cuando realices otro de tal categoría. Es la única manera de que logres el control.

Izuku asiente aún subiendo la gran montaña. —A-ahora comprendo. —murmura con dificultad sin dejar de escalar.

— ¡Más rápido, estoy aburrido de esperar! —exclama Bakugou sentado más arriba con la cadena tensa. — ¿¡Realmente te estás tomando esto en serio!? ¡Basura!

Las esmeraldas de Izuku le observan exhausto. —Me estoy... Esforzando... —dice exhausto respirando de forma agitada.

Bakugou mantiene su mano sobre su rodilla derecha, sentado de manera cómoda moviendo su cola. — ¿Ah, sí? ¡Yo solo veo a una sombra tan inútil que ni siquiera sabe escalar!

E Izuku muerde sus labios de la frustración, intentando acelerar el paso.

Bastó de tres escaladas más, con Izuku cegado en alcanzar a Bakugou que lo llevó a perder su equilibrio, resbalando y cayendo al vacío.

— ¡¡AAAHH, A-AYUDA!! —exclama el pecoso asustado solo estando unido de la cadena junto a Bakugou.

Izuku Midoriya viéndose desesperado a una distancia abismal de la tierra, intenta volar pero no lo logra. Esto genera mayor miedo e inseguridad en él.

Y contrario a eso, solo siente un dolor desesperante, como si se tratara de una especie de corriente eléctrica.

Bakugou Katsuki frunce su ceño, molesto y obligado a aferrarse con mayor seguridad a la montaña, sosteniendo a Izuku por la cadena. — ¡Menudo inútil! ¡No nos hagas trabajar de más, ¿quieres?!

— ¡Usa tus poderes sombríos, Midoriya! ¡No siempre habrá alguien que pueda salvarte! —exclama esta vez Aizawa de forma estricta.

Izuku frunce su ceño, asustado. — ¡Eso es lo que intento, Aizawa-sensei! ¡Intento volar pero cada vez que lo intento siento que mis ojos van a estallar! —exclama con sus ojos fuertemente cerrados mientras comienzan a emerger lágrimas sangrientas.

Bakugou Katsuki detiene sus gritos exigentes en cuanto percibe la sangre y se queda estático, observándolo.

— ¡Y AÚN SI LO INTENTO SOPORTAR, NO PUEDO VOLAR! —grita frustrado y con dolor al instante en que Aizawa abre sus ojos y lo agarra del mentón con brusquedad.

—Abre tus ojos. —ordena.

Izuku los abre y enormes orbes azulados brillantes se observan, generando un rostro de pánico en Aizawa.

—Es todo. —dice al instante en que coge a Izuku de la capa por su cuello y lo arrastra con él por los aires.

—Bakugou, tomemos un descanso. —solicita la sombra mayor comenzando a elevarse por los cielos con Izuku y Bakugou escalar siguiéndole.

Habían acabado sobre una superficie montañosa lo suficientemente espaciosa para que pudieran armar su estadía en el lugar.

E Izuku mantiene sus ojos sangrientos mientras sus pupilas lucen azules.

—Yo... De pronto me siento... —susurra cayendo inconsciente sobre Bakugou.

Bakugou lo toma de la capa y lo arrastra hasta Aizawa. — ¿Y ahora qué demonios le sucedió? —suelta soltandolo a mala gana, cayendo inevitablemente contra el suelo.

—Es la ventisca del espacio oscilante. Su cuerpo está recibiendo la primera dosis del poder mágico. —dice preparando su saco de dormir. —Ya se le pasará... Se le tiene que pasar. —agrega despreocupado.

Bakugou se sienta a un lado de Izuku mientras le mira con la sangre sobre sus mejillas pecosas.

El licántropo lanza un suspiro mientras apoya su mejilla en su diestra hecha un puño, sentado de piernas cruzadas. —Más le vale que sea así. No tengo tanta paciencia y mi tiempo vale oro. —gruñe con malhumor mientras observa a Aizawa listo para dormir. — ¿Y por qué tú no pareces afectado por esa cosa?

Aizawa cierra sus ojos. —Porque mi fuente no está fisurada como la de ese mocoso por jugar con conjuros prohibidos, y porque además llevo un escudo de protección. Ahora déjame dormir.

—Tch. —suelta Bakugou clavando sus orbes escarlatas sobre las mejillas sangrientas de Izuku otra vez. —Qué asco das. —murmura a mala gana mientras desliza sus garras negras sobre las mejillas de Izuku y limpia el rastro de sangre con brusquedad. —Definitivamente eres una sombra inútil y débil.

Es entonces que el licántropo desvía su mirada hacia la gran ciudad de Leffitsing, que ahora mismo se ve casi tan pequeña que inclusive puede ser aplastada por su palma.

Bakugou piensa si lo ideal sería descansar, pero su cuerpo desea mantenerse alerta durante el tiempo en que aquella sombra compañera de grilletes vuelva a despertar.

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