Capítulo 27

Su vuelo jamás había sido tan veloz, pero ver el rostro vacío del líder licántropo sentado en el suelo sin voz, estático y el cuerpo tembloroso de Izuku a su lado, unidos ambos por una cadena… Generó una ruptura aún más grande en el pecho de Tokoyami.

— ¡¡IZUKU!! —exclama atravesando a toda la multitud expectante. — ¿¡QUÉ ES LO QUE ACABAS DE HACER, IZUKU!? —exclama tocándole de los hombros con desespero.

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Contrato

El frío del pavimento nocturno tiene congeladas sus piernas, y ahora se siente desesperado.

Las esmeraldas de Izuku se ven confundidas y notoriamente arrepentidas, no siente que pueda hablar al comprender la magnitud de lo que había hecho. Su corazón palpita con miedo.

Y las garras de Bakugou intervienen frente a su vista y las siente sobre su capa. Divisa hacia el frente y ahí estaban, aquellos ojos instintivos y demandantes mirarle.

— ¿¡Qué, ya no puedes hablar!? —exclama Bakugou Katsuki, furioso y con su pecho exaltado. — ¿¡Después de literalmente amarrarme a ti de pronto te quedaste mudo!?

Y es que Bakugou no podía sentirse tan humillado y herido, él también se siente desesperado y además, arrinconado.

Izuku niega con dificultad mientras presiona sus labios aún en el agarre de Bakugou. —Yo… No lo sé, pensé que el hechizo sería útil en contra el volcánico. —susurra aún incŕedulo de si aquella era la realidad en la que se había visto involucrado o si se trataba de algún tipo de pesadilla.

Tokoyami niega mientras lanza un suspiro. Es entonces que se arrodilla frente a ambos, para estar a su nivel. —Izuku… ¿Usaste el conjuro de sellado sin saber que era el prohibido? —inquiere mientras niega, lo que sus ojos habían visto por los cielos no mentían. — ¡Después de que te mencioné de manera encarecida que no lo usaras! ¡Izuku! —lanza angustiado.

E Izuku ante la reprimenda baja su mirada mordiendo sus labios, mientras escucha los bullicios de la gente a su alrededor.

Los ojos de Bakugou se fruncen en el minuto que deshace el agarre y desvía su mirada a un lado. —Tch.

Pero la sombra pecosa solo se queda estática, ahí en el suelo.

Y es por eso que las escarlatas se irritan. — ¡¡Responde, no te quedes callado y responde de una maldita vez, perra!! —exige Bakugou observandole con odio puro.

La presión de todos sobre Izuku es tan grande que acaba levantándose. — ¡YO NO LO SÉ! ¿¡ESTÁ BIEN!? ¡SOLO ESTABA INTENTANDO AYUDAR! —exclama mientras mantiene su cuerpo un tanto tembloroso. Se sentía un tanto fatigado y cansado luego de realizar el conjuro.

El rostro de Bakugou se gira hacia el lado contrario sin poder creer lo que oía. — ¿Ohh, en serio? Gracias, ya comprobaste que si sirvió de mucho tu estúpida e innecesaria intervención. —gruñe con sarcasmo al instante en que clava su mirada sobre Tokoyami. — ¿Y entonces qué? ¿Cómo se harán responsables de esto, huh, espectros de mierda? —añade levantándose dando un paso frente a Tokoyami.

El de largos cabellos negros observa al suelo pensativo un segundo, levantandose también, sin duda alguna se sentía arrinconado. —Nosotros… discutiremos eso en breve.

— ¿Huh? ¿En breve? —inquiere Bakugou con sus manos en los bolsillos, avanzando hacia él. — ¿¡Crees que me sirve esa respuesta!? ¡¡Sean responsables y reviertan esta mierda ahora!! —exclama enseñando las largas cadenas y su collar. — ¡¡AHORA!! —exige.

Izuku observa cómo el peso cae todo frente a Tokoyami ante su propia inutilidad y baja su mirada, sintiendo como sus ojos lentamente comienzan a sentirse calientes y su garganta picar y apretarse cada vez más. Sus manos no hacen más que arrugar su capa de forma insistente.

— ¡Aunque quisiéramos no podemos hacerlo! —responde Tokoyami con su rostro preocupado. —Escucha… debes intentar calmarte, verás como pronto llegamos a una solución.

Una sonrisa torcida nace de los labios de Katsuki. — ¿Hah? ¿Escuché bien? —inquiere apegando su pecho en contra Tokoyami provocando que este retrocediera un par de pasos por el empujón. — ¿Acabas de decir que me calme? ¿Tú? ¿¡La niñera de esta cosa maldita que acaba de joderme la vida!?  —exclama tirando de la cadena y forzando que Izuku se apegara a él. — ¡Ya llévatelo de aquí! ¡Despegamelo!

Tokoyami niega. —No podemos hacer nada, porque el único que puede revertir el conjuro es él. —responde de forma amarga.

Las escarlatas de Bakugou se clavan sobre el pecoso quien se mantiene estático en el lugar. —Revierte esta mierda ahora. —ordena observando al chico cabizbajo a su lado. — ¡Te he dado una orden, que lo reviertas ahora! —exclama tomándolo del cuello.

Tokoyami da unos pasos e interviene en el agarre de los dos. —Él no puede hacerlo por ahora, además de haber usado una gran cantidad de su maná, carece de la experiencia para hacerlo. El ritual de cancelación es muy largo, lo siento… —añade Tokoyami dejando a Izuku libre y entregarle una mirada preocupada al licántropo. —Pero haremos lo necesario para que se realice lo antes posible, te doy mi palabra, Bakugou. —añade con sus ojos decididos.

Las escarlatas de Bakugou le miran con clara decepción. —No confiaré en sombras estúpidas como ustedes, que ni siquiera saben qué es lo que conjuran… es realmente patético.

Y el rostro de Izuku se alza, mientras arroja lágrimas por doquier. — ¡Lo siento! ¡¿Está bien?! ¡¡Yo simplemente pensé que sería de ayuda!!

Bakugou le observa con asco. — ¿Qué dices? Eres tan imbécil que ni siquiera puedes pensar.

El rostro pecoso de Izuku se destruye. —Eso es muy hiriente. —susurra.

— ¿Ah, sí? —inquiere Bakugou. — ¿Y qué harás, huirás? Intenta hacerlo.

Las esmeraldas de Izuku se funden con las lágrimas y de pronto, Bakugou también comienza a llorar. —Qué demonios... —dice con sorpresa.

Tokoyami lanza un suspiro. —Tú… sentirás todas las emociones que experimente Izuku y además deberás protegerlo.

— ¿HAAAAH? —exclama Bakugou con un tic en su ojo izquierdo mientras continúa llorando. — ¡¡Por un demonio, ya deja de chillar!! —añade pegándole a Izuku en la nuca.

— ¡Duele! — exclama Izuku sollozando aún más fuerte después del golpe. — ¡Ya no quiero estar más aquí! —exclama huyendo veloz, elevándose por los aires.

Es así como abandona rápidamente la tierra y se funde con las nubes, y a un par de metros más abajo, Bakugou es jalado por la cadena.

— ¡Al menos sé malditamente considerado conmigo! ¿¡No lo crees!?

Las esmeraldas sollozantes de Izuku miran hacia abajo notando a Bakugou colgar de la cadena por los aires. Traga saliva y desciende en el primer lugar seguro que vió.

Ambos quedan en medio de un gran prado y por primera vez, se pueden mirar a la cara, sintiéndose ambos en el mismo nivel. —Lo siento, realmente siento que mi inexperiencia te haya afectado a ti, Bakugou. —dice el pecoso con su rostro serio, al instante en que se arrodilla frente a él y baja su cabeza. — ¡Pero te doy mi palabra, daré mi mejor esfuerzo para revertir este conjuro! —exclama de forma honesta, con sus ojos llorosos. — ¡Me esforzaré!

El rostro de Bakugou le mira por un segundo neutral, al instante en que cierra sus ojos mientras rasca su nuca ceniza. — ¡Sí, sí, como sea! Tenemos muchas cosas que hacer. ¡Tú! comienza a investigar o entrenar desde este maldito momento. Y por ahora, tendrás que venir conmigo a territorio licántropo. Esta noche es la más peligrosa para mi gente. —susurra agudizando sus ojos y estirando sus brazos, avanzando hacia Izuku.

Izuku abre sus esmeraldas al instante en que siente como le toma y le envuelve en su brazo izquierdo desde su cintura.
— ¿Q-q-qué haces de pronto? —inquiere el pecoso incómodo.

Las escarlatas de Bakugou le miran neutrales, sin ver algún problema. — ¡¿Eres ciego o qué?! Te cargo, ya que no serás capaz de seguirme el paso con esta cadena. —responde al instante en que ríe burlesco. —Porque eres un maldito gusano inútil.

Izuku niega intentando zafarse. — ¡Pero podemos volar, yo puedo llevarte y llegaremos antes!

Y Bakugou niega de inmediato. — ¡Un licántropo de verdad no necesita de esas estupideces! —susurra al instante en que comienza la carrera a través del bosque brumoso. El licántropo corre de forma tan veloz, que Izuku se vuelve blanco, como papel.

Mientras corren, Izuku nota como su brazo izquierdo que lo carga, está bañado en sangre.

El pecoso recuerda las heridas profundas y tortuosas que le estaba entregando el volcánico al joven alfa, y es entonces que se pregunta, si no hubiera sucedido…

¿Qué habría pasado con ellos?

¿Qué habría pasado con el líder licántropo?

────────༺༻────────

Kirishima y Ashido estaban aún defendiendo el territorio, aún quedaban cinco vampiros que no cesaban sus ataques.

Y Bakugou desde la lejanía apresura su paso. Termina golpeando a cada uno tras sus cuellos, dejándolos inconscientes inmediatamente.

Los ojos de Kirishima se iluminan. — ¡Bakugou! —añade moviendo su cola, caminando hacia él. — ¡Estábamos preocupados! —añade avanzando hasta que se detiene en seco. — … ¿Midoriya?

—B-buenas noches…

— ¡Bakugou, estás sangrando! —exclama Ashido regresando a su forma humana. —Vamos a curarte, regresemos al nido. —añade tomándolo de la muñeca y arrastrándolo hacia dentro.

E Izuku fue arrastrado también de forma forzosa, y para cuando ya había entrado, Ashido detiene su caminata en seco.

—Dije regresamos al nido… pero eso no iba incluido para ti, sombra. —lanza la mujer en medio de gruñidos dando la vuelta y encararlo. —Este es nuestro territorio, fuera de aquí.

Izuku tragó saliva, recordando las palabras de Tokoyami:

..

“Los licántropos son complicados, muy territoriales.”
..

—L-lo siento pero, —responde Izuku aclarando su garganta. —no puedo separarme de él. —añade dando un paso hacia atrás por la cercanía de la licántropo.

— ¿Qué? —deja salir Ashido con sus manos en sus caderas, indignada.

—Ashido, ya deja de perder el tiempo. —ordena Bakugou. —Todos ustedes... No me preguntarán nada sobre esta mierda hoy, voy a dormir. —añade al instante en que comienza a caminar veloz, jalando a Izuku de la cadena. — ¡Vamos! —gruñe empujándolo dentro de su habitación y después entrar él. — ¡Y que nadie se atreva a molestar! —exclama dando un portazo.

Ashido y Kirishima se miran confundidos frente a la puerta y lanzan un suspiro.

Realmente no entendían qué había sucedido, pero ya con la presencia de Bakugou en las tierras, podrían dormir. Chiyo ya estaba en su nido descansando de aquella lucha y ahora, todos lo harían.

...

— ¿No crees que, uhm, deberías curarte esa herida? —inquiere Izuku sentado en la alfombra de Bakugou, mientras él ya estaba sobre su cama, manchandola de sangre.

—Cierra la boca y solo déjame dormir. —susurra el rubio ceniza completamente exhausto por todo lo sucedido, además de estar completamente débil por el ritual sombrío.

Ni siquiera había podido beber la sangre de Libia y había utilizado lo que restaba de fuerza para correr hacia territorio licántropo.

Es por eso que cayó inconsciente de forma indiscreta.

Izuku presiona sus labios mientras abraza sus rodillas y esconde su rostro entre ellas.
—Yo… tengo miedo. —susurra sintiendo la oscuridad cubrirlo por completo. —Mucho miedo.

...

A la mañana siguiente, Bakugou abre sus escarlatas completamente repuesto y una vez divisa las cadenas y su collar, sus orejas no hacen más que caer decepcionadas. —Mierda… por un segundo tenía la esperanza de que fuera una pesadilla… —susurra al instante en que nota al pecoso dormir en el suelo, sobre su alfombra a un lado de su cama.

Sus escarlatas le analizan por un minuto y entonces niega, sin creer la situación en la que se encontraba.

— ¡Tú, sombra de mierda, mira en la situación que me tienes ahora! —exclama el rubio ceniza estampando su pie contra su abdomen un par de veces seguidas.

— ¡Ah! ¡Lo siento! ¡Lo siento! —exclama Izuku despertando y levantándose como puede.

Bakugou le mira con sus brazos cruzados. —Tch. —suelta colocando su gran capa roja en su espalda luego de posicionar sus grandes botas negras, saliendo de su habitación y arrastrando a Izuku consigo.

En la salida, los tres representantes del clan sombrío permanecen afuera del terreno licántropo.

Aizawa, Tokoyami y Torino.

Sus rostros denotan seriedad absoluta e Izuku suda frío.

— ¿T-tan pronto llegaron? —susurra Izuku en apenas un hilo de voz.

Bakugou Katsuki no lo duda y va hacia ellos.

Entonces, las tres sombras bajan su cabeza y hacen una reverencia, en señal de respeto. —Líder licántropo, permítanos un espacio para poder dialogar con usted. Nosotros somos responsables de lo sucedido. —pide Torino.

El rubio ceniza les mira por largos segundos mientras Izuku agacha su cabeza.

—Los espero dentro. —dice al instante en que les da la espalda y su gran capa roja resplandece, avanzando con sus pisadas firmes hasta su nido.

Las tres sombras entran y Aizawa clava su mirada furiosa sobre Izuku, apegandose a él. —No me entregaste mi jugo con extra de Libia, Midoriya Izuku. —dice con claro enojo.

—Lo siento, Aizawa-sensei… —responde Izuku.

Con todo lo que había sucedido, definitivamente lo había olvidado.

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—El conjuro de sellado es un conjuro prohibido, un contrato cuya función es convertir a un licántropo en un familiar. Estarán conectados bajo una palabra en especial y al inicio una cadena los atará. El familiar sentirá todas las emociones que sienta el dominante y su deber será protegerlo. —indica Torino.

Chiyo, Bakugou, Izuku y las tres sombras yacen en el espacio de Chiyo, quien ya bien despierta solo está sentada con neutralidad, escuchando con atención.

—Es un asco. —habla Bakugou con sus ojos molestos, girando su rostro hacia un lado mientras permanece sentado con sus brazos cruzados.

—Existe un método para cancelar el contrato. —añade Torino avanzando hacia Bakugou. —Y nos comprometemos a romperlo apenas sea posible hacerlo. Por el tiempo en que nos encontremos anclados a esta situación, por favor, haz alianza con nuestro clan. —pide el líder del clan sombrío agachando su cabeza. —Por Leffitsing, para resguardar su sistema actual, que no sea manchado de oscuridad.

Chiyo asiente con sus ojos cerrados. —Alianza concretada. —dice de manera neutral. Le parecía lo más razonable.
—Aún así, no puedo comprender cómo ese niño realizó el conjuro… ¿Es algún tipo de amenaza? —añade abriendo sus ojos, observando al pecoso con seriedad.

— ¡No, por supuesto que no! ¡Fue un gran error, yo pensé que atraparíamos al volcánico si lo hacía! Tenía miedo de que el líder licántropo fuera herido. —confiesa con honestidad.

Y Chiyo le mira de manera profunda. —Tú, no pareciera que estuvieras mintiendo. Pero... Necesito saber más que solo eso.

Bakugou gruñe, levantándose de forma abrupta. — ¡Solo háganlo rápido! Realmente… Es una molestia. —añade con desagrado teniendo al pecoso a su lado.

Las esmeraldas de Izuku se observan frustradas y solo guarda silencio en su lugar, cabizbajo.

—Entonces comprenderás que deberás comenzar a acompañar a Izuku a su entrenamiento. —responde Aizawa levantándose. —Empieza hoy.

Izuku abre sus ojos sin poder creerlo.

¿Acaso no podría descansar ni un día?

¿Y su vida normal qué?... ¿La había perdido?

—Prepárate, Midoriya. —añade Aizawa abriendo sus ojos a más no poder, con una sonrisa macabra.

E Izuku jamás se había sentido tan arrepentido de lo que había sucedido, como en ese momento.

Los entrenamientos de Aizawa-sensei eran… Horribles. Y si ahora Bakugou estaría con él, entonces realmente había cavado su tumba.

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Habían pasado dos días luego de que se extendiera el rumor por la ciudad de Leffitsing, y finalmente había llegado al gran castillo vampírico.

Mientras ajusta su capa negra sobre su antigua terraza, observa las estrellas y percibe como su asistente en aspecto de murciélago se acerca hacia él.

—Noticias. —dice aleteando a su lado. —Se prevé una nueva crisis en Leffitsing.

Los ojos bicolores de Todoroki Shoto se abren de forma sutil. — ¿Por qué?

—Una sombra, Midoriya Izuku utilizó un conjuro sombrío prohibido y capturó a Bakugou Katsuki, ahora es su familiar. —informa neutral. —Esto romperá toda la visión de sociedad que hemos construido hasta ahora.

Todoroki Shoto mueve suavemente su copa de sangre, observándola hermosamente brillante. —Izuku Midoriya. —susurra al instante en que bebe su especial nocturno, recordando aquella mirada inocente y única capacidad de controlar a los equos. —Izuku.

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