Capítulo 10

|Poción mágica|

Unos pequeños rizos verdosos se veían sobresalir entre el césped en medio de un enorme pastizal, durante la noche.

Aquel césped que le entregaba leves caricias a Izuku.

Y en donde las cinco lunas se manifestaban frente a sus esmeraldas brillosas.

El pecoso estaba sonriente, observando las nubes en aquellos instantes que pasaban de manera lenta por sobre las lunas.

Y unas extrañas y pequeñas estrellas.

—Gracias, Tokoyami-kun.

Se giró para entregarle una enorme sonrisa llena de paz.

La cabellera negra de Tokoyami brillaba de una manera hermosa durante la noche.

Tokoyami le sonrió de vuelta, sentado a su lado.

—Simplemente no le digas a Aizawa que te traje hasta aquí. —Le respondió de manera tranquila.

Ahora mismo debería estarle regañando según las órdenes de Aizawa, pero eso no sería así.

Izuku le sonrió y sus esmeraldas se iluminaron. — ¡Por supuesto que no! —exclamó emocionado. — ¡Será nuestro secreto! —añadió contento.

Luego de los continuos regaños que Izuku había recibido en el hogar de Gran Torino, Tokoyami lo llevó a un pastizal de enormes estrellas flotantes frente a él.

Aquellas pequeñas estrellas danzaban frente a sus ojos.

Su único objetivo era calmar a Izuku.

No le gustaba verlo triste, no le gustaba verlo mal.

Él sabía perfectamente que Izuku no tenía culpa de nada, él simplemente desconocía muchas cosas de Leffitsing, era nuevo.

Y el ser una sombra legendaria le agravaba notablemente las cosas.

Soltó un suspiro.

Izuku estaba intentando tocar una pequeña estrella que flotaba cerca de él, iluminandole suavemente con una luz tranquila su rostro pecoso.

Le preocupaba Izuku.

Le veía tan inocente que sentía que si lo dejaba un minuto solo, sería el fin.

—Tokoyami-kun... —susurró Izuku, observando la estrella frente a sus ojos, serio.

Sus escarlatas parpadearon, volviendo a sí mismo, abandonando aquellos pensamientos.
— ¿Sí?

— ¿Por qué crees tú que tengo el sello legendario? —preguntó, girando sus esmeraldas preocupadas.

Tokoyami le miró seriamente.

Así que tú también estás preocupado...
Pensó a sus adentros observando aquella mirada temerosa.

— ¡D-digo! —soltó, con sus manos extendidas. —No es que no quiera tenerlo pero... Yo soy un novato y cada vez que intento hacer algo, sale mal. —murmuró cabizbajo. Entonces alzó su mirada y la clavó sobre él con suavidad. — ¿Por qué no es una sombra legendaria alguien como Tokoyami-kun? —preguntó, mirándole sonriente.

— ¡Tú eres genial! —exclamó, sonriente. — ¡Sabes volar muy bien, eres un muy buen maestro y sabes muchas cosas! —añadió. Entonces sus esmeraldas se tornaron serias y dirigió su mano a su mentón.

Entonces Izuku comenzó a murmurar. —Además de otras habilidades que seguro desconozco completamente. Pero tu capacidad de vuelo hasta el momento es perfecta, si tomamos en cuenta la trayectoria que usa—

Tokoyami parpadeó incrédulo.

—G-gracias... —murmuró, interviniendo sorprendido

Aquella faceta de Izuku le había desconcertado de cierto modo, ya que la desconocía completamente.

Entonces aclaró su garganta. —Pero tú también eres una sombra maravillosa, Izuku. —respondió, intentando motivarle. —Tienes un don, solo debemos encontrarlo. —añadió sonriente. —No me cabe duda que tú eres la persona más adecuada para ser la sombra legendaria.

Izuku le miró de manera dudosa. —Uhh...

—No te preocupes. —respondió Tokoyami. —Yo te ayudaré y entonces comprenderás que lo que yo te digo es verdad. —respondió, levantándose. —Entenderás que tú eres especial, Izuku.

Izuku parpadeó, observando como Tokoyami comenzaba a avanzar.

— ¿Tokoyami-kun? —preguntó, levantándose rápidamente para ir tras él, dejando la pequeña estrella que jugaba con Izuku atrás.
— ¿A dónde vas?

—Iremos a la biblioteca. —respondió Tokoyami. —Recuerda que en unas horas tienes examen.

Izuku paró en seco su caminata.

— ¡AHHH! —exclamó, clavando sus dedos entre su cabellera. — ¡Yo lo olvidé completamente! —chilló preocupado. — ¿¡Qué es lo que podría hacer!?

—Estudiar. —respondió el pelinegro, hurgando en su bolso. —Ten. —soltó, extendiendo su mano hacia Izuku. —Es hora de que uses tu capa, iremos a Leffitsing.

Izuku asintio rápidamente para luego ponerse la capa negra sobre él.

Tokoyami le quedó mirando por unos segundos, esperando a que Izuku estuviese preparado.

—Bien, es hora de volar, vamos. —ordenó al instante en que comenzaba a volar por los aires.

— ¡Ah, sí! —exclamó Izuku en el suelo, observando como Tokoyami volaba ya a la lejanía.

Izuku frunció el ceño y apretó sus puños decidido.

Piensa que serás un puré, piensa que serás un puré, piensa que serás un puré...

Entonces sin darse cuenta, ya estaba flotando por los aires.

Sonrió ampliamente, avanzando torpemente por los aires atrás de Tokoyami.

La clave es el puré.

Pensaba Izuku mientras volaba.

Lentamente, se observaba un enorme campo celeste envolver toda el área.

—Este es nuestro campo de protección. —indicó Tokoyami. —Nos protege de enemigos, todo quien entre con malas intenciones, será detectado. Además de eso, nos otorga defensa y aumento de nuestro maná. —añadió, atravesándolo.

—Ohh... —soltó Izuku embobado observado aquel inmenso campo de protección.

Era impresionante.

Observó hacia su frente y atravesó el campo de protección por los aires, cerrando sus ojos.

Entonces sintió un frío extremo envolverle rápidamente.

Tokoyami cesó su vuelo y se acercó a él, observando como Izuku se quedaba inmóvil por un par de segundos.

— ¿Qué sentiste?

Izuku le miró con dificultad. —Sentí mucho frío, como si me desnudaran completamente... —murmuró, abrazándose a sí mismo.

Tokoyami clavó sus escarlatas sobre él con interés y empatía.

Como se nota que es una sombra legendaria.

Pensó.

—Ya no tienes tu capa de protección, es por eso. —indicó. —Que curioso, las sombras normales no sentimos nada cuando salimos, pero al parecer tú sí.

Izuku pestañeo incrédulo.

— ¿D-de verdad?

—Sí. —respondió. —Yo no sentí nada.

Entonces se acercó hacia él. — ¿Se pasa?

Izuku soltó un suspiro. —Sí, ya está pasando, puedo continuar. —respondió sonriente.

—Entonces continuemos. —añadió, retomando su vuelo.

Ambos volaban por los aires de Leffitsing.

Izuku observaba a sus alrededores, notando que luego de atravesar aquel enorme bosque brumoso, lentamente comenzaba a aparecer frente a sus ojos esmeraldas la gran ciudad excéntrica de Leffitsing.

Luces hermosas y movibles por cada rincón.

Enormes tiendas mágicas y ferias de mercado.

Demonios volaban de un lado a otro de manera relajada.

Frankensteins se paseaban por la ciudad con su uniforme de guardianes.

Brujas ofreciendo servicios de magia negra y otras paseando a su familiar.

Y unos cuantos licántropos...

Entonces noto un licántropo de cabellera pelirroja devorar todo lo que veía a su paso y otro rubio ceniza insultando de manera bestial.

— ¿¡HAAAAAH!?


Sus esmeraldas se volvieron pesadas automáticamente.

—Ah... Es él. —murmuró desde los aires.

— ¿¡ME DIRÁS TÚ QUE MIERDA ES LO QUE DEBO COMER, BASTARDO!? —Se escuchaba desde los aires aquel enorme grito, mientras la cola rubia ceniza del líder licántropo se veía erizada.

— ¡L-lo siento, no nos quedan mantrejos! —exclamó aquel pequeño y joven demonio vendedor de carnes. — ¡P-por favor, usted es libre de escoger lo que guste! —añadió, preocupado cubriéndose el rostro.

— ¿¡HAH!? —exclamó. — ¿¡Y SIGUES CON ESA MIERDA!?

Izuku cesó su vuelo y frunció el ceño.

Entonces procedió a bajar rápidamente.

Pero fue frenado. —Ni lo pienses. —habló Tokoyami tomándolo del brazo.

Izuku le miró con el ceño fruncido. —Yo debo ir, ese líder es un abusivo. —murmuró. —Además si esto sigue así seguro golpeará al vendedor.

— ¿¡Ya olvidaste porque usas esa capa!? —exclamó. — ¡Es precisamente para que él no te encuentre, Izuku!

Izuku miró a Tokoyami molesto. — ¡Yo no le tengo miedo, no tengo porqué esconderme de alguien como él! —exclamó. Entonces soltó un suspiro. —Lo siento, Tokoyami-kun. —murmuró. —Pero no puedo permitir que abusen de otras personas. —añadió, soltandose del agarre para bajar.

Tokoyami trago saliva mientras le observó bajar rápidamente.

Al parecer, Izuku no era tan pequeño como Tokoyami creía.

Izuku lentamente demostraba su verdadera forma de ser frente a él.

El pecoso bajó y decidido avanzó entre la multitud que observaba aquella escena.

— ¡L-lo siento!

— ¡Ya jefe, podemos ir a otro lugar a comer! —exclamó Kirishima saboreando un trozo de carne. —Koda no tiene la culpa. —añadió.

Izuku suavizo su mirada.

Como era de esperarse de Kirishima-kun.

Pensó sonriente.

Entonces notó como Bakugou clavaba su mirada escarlata sobre su compañero. — ¿Quién mierda te dijo que te podías meter en esto? —gruñó.

— ¡Buenas! —exclamó de pronto un rubio demonio acercándose sonriente. —Koda, es hora del cambio de turno.

Koda le miró aliviado con sus ojos brillosos. —M-menos mal... —soltó, poniéndose a llorar.

Kaminari frunció el ceño ante esto.

— ¡¿Ahh?! —soltó. — ¡Ustedes, ¿qué rayos le hicieron ahora?! —exclamó Kaminari molesto.

—Hermano, fue el jefe otra vez, lo estaba molestando. —respondió Kirishima avergonzado. —Oye Koda, no le hagas caso al jefe, ya sabes como es, solo estaba jugando contigo.

—Tch. —soltó Katsuki. —Ni siquiera te iba a golpear, idiota. —murmuró. —Solo quería malditos mantrejos. —respondió girando sus escarlatas a un lado.

Koda asintio calmandose.

Kaminari se cruzó de brazos. —Tus malditas bromas son muy pesadas, Bakugou. —respondió. —No tendrás mantrejos por un tiempo, ya basta de hacer llorar al pobre de Koda.

— ¿¡Haaaaah!? —exclamó Bakugou. — ¿¡Y tú quién mierda te crees que eres!? —gruñó.

—Tu maldito amigo al igual que el idiota de Kirishima. Ya, váyanse, me distraen del trabajo. —habló colocándose su gorra y recogiendo su cabello.

Bakugou frunció el ceño y guardó sus manos en los bolsillos. —Vete a la mierda. —murmuró comenzando a caminar.

Kaminari rodó los ojos, siempre era lo mismo para las ferias nocturnas.

Katsuki causaba alboroto en su local de trabajo de noche solo para joder y Kirishima le acompañaba porque comía gratis.

— ¡Hermano, no te enojes! —exclamó Kirishima preocupado a su lado. —Bakugou estaba aburrido y entonces vino a joder, le dije que fuéramos a otro lugar pero él dijo que tenía ganas de pelear y no lo pude frenar. —murmuró. —No te enojes conmigo.

Kaminari soltó un suspiro. —Maldito instinto impulsivo y temperamental que tienes ustedes, pulgosos. —soltó.

Izuku observó todo aquello, notando como el ambiente tenso había desaparecido por completo.

Soltó un suspiro aliviado. Entonces su hombro fue tocado. — ¿Bien? —preguntó Tokoyami.

—A-ah, sí, lo siento. —respondió Izuku comenzando a seguirle rápidamente entre las calles, alejándose del lugar.

Lentamente se divisaba la gran biblioteca de Leffitsing.

Y la enorme puerta no demoró en estar frente a ellos.

—Llegamos. —habló Tokoyami. —Noffrock.

Y las enormes puertas de la biblioteca se abrieron automáticamente.

Las esmeraldas de Izuku se abrieron al mismo tiempo en que se iluminaban, fascinadas.

Brujas, demonios, vampiros, frankensteins.

Un sin fin de razas se paseaban por cada pasillo de aquella biblioteca nutriéndose de conocimientos.

Enormes y extensas librerías de muebles antiguos y elegantes.

Las hermosas y enormes escaleras adornaban de manera perfecta el centro del área, formando una escalera caracol que rebosaba elegancia y antigüedad.

Avanzaron lentamente hacia la tercera planta, en donde habían enormes mesas.

—Toma asiento, Izuku. —indicó el pelinegro. —Traeré los libros para que estudiemos.

Izuku asintio, observando como Tokoyami avanzaba hacia la profundidad del gran salón en busca de sus libros.

Trago saliva, observando un par de vampiros ensimismados en sus libros y un frankenstein repitiendo párrafos como una máquina en un lenguaje desconocido para él.

Suspiró y avanzó lentamente hacia una gran mesa que daba directamente hacia el ventanal.

La luz lunar caía directo sobre ella, sobrepasando los enormes ventanales.

Los asientos eran acolchados y tan rojos como la sangre misma.

Eran muy cómodos, Izuku se sintió en las nubes apenas se sentó en este.

Y la mesa era reluciente y muy hermosa.

Se veía bastante firme y muy bien cuidada.

Habían candelabros enormes justo por encima de su cabeza que le entregaba luz cálida aún a pesar de tener la luz natural sobre sus ojos esmeraldas.

Y el ambiente era agradable, cálido, tranquilo, casi com—

—Hola.

Izuku miró hacia todas las direcciones posibles nervioso, deteniendo su análisis del lugar.

—Aquí.

Sus esmeraldas rápidamente se centraron al frente, notando cómo una chica castaña le miraba sonriente.

— ¡Ah, lo siento! —exclamó Izuku al instante, sorprendido. —No quise interrumpir, lamento haberme sentado así, no vi a nadie. —respondió mientras se levantaba rápidamente.

— ¡Está bien, está bien! —exclamó la chica sonriente. —No tienes porque irte, puedes sentarte aquí, no me molesta, hehe. —añadió rascándose la cabeza con calma.

— ¿En serio? —preguntó preocupado. —No quisiera interrumpir tus estudios... —añadió, observando el centenar de libros que tenía a su lado.

— ¡Ah, no pasa nada! —exclamó despreocupada. —Ya había acabado. —añadió, cerrando un libro frente a ella.

Entonces le miró interesada. — ¿Eres nuevo?

Izuku parpadeó.

—S-sí. —respondió, sentándose nuevamente. —Soy Midoriya Izuku, es un placer. —añadió, mientras extendía su mano.

La castaña rápidamente extendió la suya, estrechandola.

—Uraraka Ochako. —Se presentó. —Soy una bruja. —añadió.

— ¡Ah! Yo una Sombra. —respondió Izuku sonriente.

Uraraka le sonrió. —Lo noté. —respondió tranquilamente.

Izuku parpadeó. — ¿Y cómo? —preguntó curioso.

—Tu aura es triste. —respondió. —Aunque es extraño, es una tristeza diferente al resto de las sombras. —añadió. —Es una tristeza cálida, como si fuese bondadosa.

—Te pido por favor que no estudies a Izuku. —respondió Tokoyami, con un par de libros entre sus manos.

— ¡Ah, lo siento! —exclamó Uraraka. —No lo hago con intención, es que soy una bruja de hechicería blanca. —añadió.

Izuku se giró confundido.

— ¿Hechicería blanca?

—Sí, puedo ver las auras y todo lo que tenga que ver con la esencia de los demás sin conjuros de por medio. —respondió.

Izuku sonrió emocionado.

— ¡Eso es genial! —exclamó. — ¿Fue por eso que supiste que era nuevo? —preguntó.

—Sí, sí. —respondió. —Tu aura es muy luminosa.

Izuku le miró y giró levemente su cabeza.

— ¿Y eso qué significa?

— ¡Que estás obteniendo mucha información nueva! ¡Te estás nutriendo perfectamente! —exclamó emocionada. —Solo los que son nuevos en Leffitsing poseen esa aura, ya que para ellos todo es nuevo. —agregó.

Entonces se llevó su mano al mentón. —Hmmm... —soltó pensativa. —Pero aún no logro entender porque te brilla tanto el cuello, entiendo que es la marca de las sombras per—

—Es un hechizo sombrío. —intervino Tokoyami. —Creo que con la información que has dicho, es suficiente. —agregó.

Uraraka cesó con su análisis y clavo sus chocolates sobre Tokoyami.

—Oh, lo siento. —apresuró en disculparse. —No quise ser grosera.

— ¡No te preocupes! —exclamó Izuku emocionado. —Más bien, enséñame más por favor.

Uraraka abrió sus ojos chocolates emocionada.

— ¿En serio? —preguntó.

— ¡Claro que s—

—Izuku, no olvides el propósito de nuestra visita a la biblioteca. —reprendió Tokoyami de brazos cruzados a su lado. —Recuerda que mañana tienes examen.

Izuku abrió sus esmeraldas con clara angustia.

— ¡Es verdad, lo siento! —chilló. — ¡Lo he olvidado por completo nuevamente!

Tokoyami soltó un suspiro ante esto.

Entonces Izuku clavo sus esmeraldas afligidas sobre él.

—Pero... —murmuró. —Pero Tokoyami-kun, ¿cómo podría memorizar tanto contenido en apenas unas horas? —preguntó. —Eso es imposible.

Tokoyami clavó su mirada en él. —Podrás hacerlo en—

—En la zona de maná, ¿no es así? —intervino Uraraka interesada.

Tokoyami le miró. —Sí.

Uraraka se levantó lentamente de su asiento.

— ¿Qué dirías si te dijera que tengo algo mucho mejor que eso, sombra? —habló sonriente.

Tokoyami alzó una ceja. —Explícate.

Entonces Uraraka rebusco entre sus grandes bolsillos de su largo y frondoso vestido rosa pastel. —Qué dirías... —murmuró, sacando una poción entre sus manos. —si te dijera que esta linda bebé es capaz de acelerar el proceso de aprendizaje diez veces más de lo normal. —añadió. —Con esta bebé, tu discípulo aprenderá fácilmente y obtendrá una excelente calificación en su examen.

Tokoyami frunció el ceño. —No confío en brujas.

Uraraka exclamó. — ¡Está certificado, está certificado! —indicó con su dedo sobre la poción en la etiqueta.

Tokoyami observó detenidamente la poción.

"Está sustancia está certificada y aprobada por el congreso de Salud de razas de Leffitsing"

—Hm. —soltó desconfiado. — ¿Eres una bruja de hechicería blanca?

— ¡Sí, no hay trucos en mis bebés, es todo natural y muy sano! —exclamó emocionada.

Tokoyami soltó un suspiro.

— ¿Cuánto quieres?

Uraraka sonrió. —Setenta y seis brimos.

— ¿¡QUÉ!? —exclamó Tokoyami. — ¡Eso es demasiado!

—Mi poción está certificada y es muy efectiva... —respondió. —No te arrepentirás. —habló convincentemente.

—No, es demasiado. —respondió Tokoyami cruzándose de brazos.

Uraraka infló sus mejillas con molestia.

Pero Tokoyami no parecía cambiar de opinión.

— ¡Bien, tú ganas! —exclamó molesta. —Cincuenta y seis brimos, tómalo o déjalo. —dijo con sus manos en las caderas, observando a Tokoyami fijamente con su ceño fruncido.

Tokoyami le sonrió automáticamente. —Ha sido un placer hacer negocios contigo. —respondió triunfal.

Uraraka le miró con leve molestia, extendiendo la palma de su mano para recibir las monedas.

Tokoyami le entrego los cincuenta y seis brimos y recibió la poción. La elevó hacia el frente de sus ojos y la comenzó a estudiar.

El líquido era rosa con tenues brillos y densa.

—Y es dulce. —agregó Uraraka sonriente. —Te encantará, sombra-kun. —respondió sonriente, clavando sus chocolates sobre Izuku.

Izuku sonrió emocionado.

—Nunca he probado una poción. —respondió. —Tokoyami-kun, muchas gracias, prometo que cuando trabaje y logre conseguir brimos te lo devolveré. —añadió.

Tokoyami le sonrió. —Es tuya, hora de estudiar. —respondió mientras le entregaba la poción.

Izuku destapó la pequeña botella de cristal y un aroma a frutos rojos invadió sus fosas nasales automáticamente.

La bebió sin pensarlo, sintiendo un dulzor agradable invadir su paladar.

Mientras la bebía, sentía un pequeño calor invadir todo su cuerpo.

— ¿Qué te parece, sombra-kun? —preguntó emocionada, observando las jades de Izuku viendo a la nada.

El pecoso parpadeó un par de veces, volviendo a la realidad.

— ¡Deliciosa! —exclamó sonriente y sorprendido.

Entonces soltó una risa. —Y es Izuku. —repitió. —Soy Izuku Midoriya.

Esta vez se presentó correctamente.

La castaña le sonrió. —Uraraka Ochako, hehe. —soltó con su mano tras su nuca. — ¡Espero y nos llevemos bien, Izuku-kun! —añadió.

— ¡Sí, gracias Uraraka-san! —sonrió.

Tokoyami sonrió levemente ante ello.

Lentamente Izuku estaba haciendo amigos.

Aunque no le agradaba del todo la idea que Izuku fuese amiga de una bruja. Pero aún con ello, al parecer ella no se veía con intenciones negativas hacia él.

Y el ser una bruja de hechicería blanca, hablaba aún mucho mejor de ella.

Ya que, las únicas brujas de hechicería blanca que existían en Leffitsing eran las que nacían y eran capaces de mantener su inocencia, pureza y bondad intactas. Aún a pesar de tener la envidia, la desdicha y la desgracia inundar en su raza, en sus genes.

.
.
.

—Memorizaras cada parte de este texto, confía en ti. —habló Tokoyami, sentado en el césped violáceo en la zona de maná de las sombras.

Clase, Frankenstein: Debilidad fundamental, olvido constante de recuerdos luego de 450 años. Transcurrido ese tiempo, se convierten en un Frenshidium, criatura que migra hacia su zona de origen hasta el final de los tiempos, mezclándose con la tierra y rocas.

Izuku se encontraba a su lado, ojeando el libro rápidamente con sus jades sorprendidas al procesar tanta información importante.

Y a su alrededor, le cubría una aureola blanca en su totalidad.

La pócima estaba haciendo efecto e Izuku estaba memorizando conjuros y aprendiendolos de una manera asombrosa.

Había sido la combinación perfecta, aquella poción mágica y aquella zona de maná estaban encaminando de manera exitosa a que Izuku le fuese bien mañana en su examen.

Aunque... Su poción tenía efectos secundarios.

Y si bien, el efecto secundario no era nada fuera de lo común y grave, sin duda alguna, para Izuku Midoriya marcaría un cambio notorio en su tan tranquila vida como sombra novata.

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¡Hola!

Por fin estoy por aquí. Estuve bastante ausente, perdón por eso.

Me siento contenta y aproveche la noche para inspirarme.

Quiero dar el crédito a AkiUvU

Ella fue la que en un comentario me dejó una sugerencia para el destino de los Frankenstein y que hoy al fin pude escribir ü

Me fue divertido escribir la parte en que ese trío discutía no se porqué xD E Izuku hizo una nueva amiga uwu.

Gracias por el apoyo, bellezas.

Espero y estén súper!

PD: AME LA IMAGEN DE KATSUKI JAJAJAJAJJAJA

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