Parte Única

Caminaban abajo del amanecer dos jóvenes, amigos de la infancia. La muchacha hablaba sin parar de su día en sus clases mientras que el amigo se quejaba momentáneamente de su chillona voz. Ella no le daba importancia y con una gran sonrisa lo animó a contar su día, Sirius sonrió arrogante.

Justo cuando había comenzado su relato, un joven de cabello trenzado los saludó parando su bicicleta frente a ellos. Claire devolvió el saludo alegremente y Sirius notando quien era rodó los ojos irritado.

— ¡Señorita Claire, Sirius! Que bueno que los alcanze. Miren, me sobraron donas de ayer que hice con mi hermana menor — Energético como siempre extendió su brazo con una bolsa de cartón con las donas. 

— ¡Que bien! ¡Donas! Muchas gracias, Ashe. A Sirius y a mí nos encantan 

— ¿Qué? A mi no…

— No seas tímido, Sirius. Te he visto babeando por ellas cuando pasamos por una tienda. 

Claire tenía los ojos brillosos de la emoción que no notó lo avergonzado que estaba el peli-lila — ¡Cierra la boca! A mi no me metas en tus gustos infantiles, las donas son muy dulces, no es lo mío.

— Oh vamos, Sirius. No tiene nada que ver con ser infantil, deja de negarte a las deliciosas donas — Le siguió Ashe igual de emocionado que Claire — Hasta yo las como.

— Eso es porque ambos son iguales. Igual de infantiles y tontos.

— ¡Prueba un bocado! — Dijeron al unísono Claire y Ashe.

— Qué irritantes.

Claire no dudó ni un segundo y sumergió su mano en aquella bolsa tomando al azar una dona. En cuanto Sirius abrió la boca para protestar, la joven metió la dona en su boca provocando que Sirius le dirigiera una mirada de odio.

— ¿Y? ¿Delicioso? — Preguntó Ashe aún sentado en su bicicleta con un brazo apoyado en el manubrio.

Al saborear la textura, tragó el pedazo ya triturado — No está mal. Es pasable — Confesó encantado.

— Debieron de salirte muy ricas Ashe, las tuyas son las mejores — Halagó Claire haciendo al muchacho sonrojar.

— Me haces poner rojo, Claire. Basta — Agradeció dulcemente viéndola con ternura.

— Lo digo en serio, tal vez debas conseguir un trabajo de medio tiempo cocinando donas. 

Ella puso su mano encima de la de Ashe y lo miró fijamente con una sonrisa en su rostro acompañados de una mirada enamorada, ambos embobados con los brillantes ojos del otro. Sirius suspiró hastiado.

— Claire… ya debemos irnos, Lady Dorothy se va a preocupar. 

— Oh… ¡Oh! Tienes razón — Rió nerviosa y apartó su mano — Ya estamos tardando mucho ¿no?

— Puedo darles un aventón hacia su casa. Súbanse al asiento trasero — Ofreció con otra sonrisa más cálida que la anterior.

— ¡Seguro! 

— Definitivamente no. 

Ambos con una respuesta diferente se miraron, Sirius se cruzó de brazos y Claire fue a subirse en el asiento. 

— ¡Vamos! Llegaremos más rápido — Intentó convencerlo la pobre Claire, pero ya era sabida la testaruda actitud de Sirius.

— Reitero. No. Vayan ustedes dos juntos, me niego a ir con dos tontos todo el viaje — Hizo una mueca de disgusto y caminó dejándolos atrás.

— Pero… será divertido… — suspiró un poco triste por la negativa de su amigo.

— No es tu culpa Claire, creo que no le caigo muy bien a Sirius. — Le acarició la cabeza suavemente y le guiñó el ojo antes de volver su atención al frente — Sostente de mi espalda.

Ella asintió y se aferró a su torso. Cerró sus ojos disfrutando el calor corporal de Ashe, el cual provocaba una gran calidez en su corazón. Aspiró inconscientemente su aroma dejándose caer en una dulce nube color rosa.

Se acurrucó más sonriendo tontamente, amaba a Ashe con toda su alma. El sol recae su luz sobre aquella pareja mientras se escondía para dar inició al baile de la luna y las estrellas. 

En un momento el de ojos ámbar detiene el camino de su bicicleta y se gira para enfrentar sus sentimientos. Claire lo mira extrañada, sin tener conocimiento sobre lo que pasa por su mente. Ashe coloca sus manos en las mejillas sonrosadas de la femenina y planta un beso en sus suaves labios.

(...)

— ¿No iban a llegar más rápido? — Preguntó Sirius, con la ceja alzada frente a la puerta.

— Digamos que algo nos detuvo — Respondió aún tímida, bajando de la bicicleta tomada de la mano junto a Ashe.

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