1
Hwang Hyunjin y Lee Minho se habían vuelto inseparables desde aquella vez que fueron olvidados por sus profesores en una excursión al trickeye museum seoul. Tenían catorce, no se hablaban con el resto de los estudiantes y por haber ido al baño al mismo tiempo, al salir, su autobús ya se había ido.
"Eres Hwang Hyunjin, ¿cierto?"
"¿Qué comes que adivinas, Lee?"
Esas fueron las primeras palabras que habían cruzado, desde ese momento se habían vuelto inseparables, Minho había sido la primer persona en enterarse para que lado pateaba Hyunjin —a la edad de dieciocho— jamás lo hubiese imaginado, su amigo era atento, caballeroso y muy masculino a comparación de otros.
"¿Lo dices en serio? Porque tengo mis dudas, creo que te estás burlando de mí y de los nervios quiero reír. Solo que no quiero ofenderte, Jinnie"
Su rostro pálido estaba teñido de un rosado adorable, jamás le faltaría el respeto de aquella forma, pero Hyunjin bromeaba todo el tiempo.
"Minho-ssi, has caído en el cliché de tener un amigo gay. Lo lamento, experimenté con las empanadas de carne, pero sigo eligiendo las zanahorias"
Luego la estruendosa risa peculiar del castaño Minho supo entender que era cierto y, que a pesar de los chistes, había sido un paso un tanto difícil, pero ahí estaba al pie del cañón para su amigo. Con el paso del tiempo fueron creciendo, teniendo su propio trabajo, vivienda, creando un grupo más grande de amigos.
Y ellos, inseparables.
Minho había tenido sus novias y actualmente salía con una chica de nombre Yuqi a la que Hyunjin había visto como mucho unas tres veces y por fotos que el pelimorado le había mostrado. Minho casi nunca le presentaba a sus chicas y, era algo totalmente extraño, Hyunjin era su mejor amigo y pasaban mucho tiempo juntos, pero más allá de dos o tres veces no veía a sus conquistas. Por otro lado, Hyunjin siempre le hablaba de las suyas, tenía muy buen ojo, con el porte que el tipo tenía, podía conquistar a quien quisiera.
Minho siempre trataba de llevarse bien con sus parejas, pero siempre les encontraba algún defecto que Hyunjin en poco tiempo luego lograba ver y terminaba con los tipos. Aunque para ser sinceros, no es que fuera quisquilloso, él podría vivir con los defectos de quién fuera siempre y cuando hubiera más felicidad en la balanza, pero Minho era tan insistente en dejarle claro que no merecía menos y que no debía conformarse, que a causa de eso la lista de conquistas del castaño tenía más nombres de los que quisiera admitir.
Era viernes y la fiesta sorpresa para Hyunjin por sus veinticinco años ya estaba en marcha, el bar estaba reservado, la gente ya había confirmado asistencia y todos estaban expectantes a pasarla bien y felicitar al cumpleañero.
— ¿Tienes algo para Hyunjin? —preguntaba Bangchan a Minho mientras se perfumaba y preparaba para la fiesta.
— Por supuesto, una figura de Mario Bros cuando coge las bolas de fuego y su traje se vuelve rojo con blanco —exclamaba relajado.
— Oh... —Bangchan entendía muy poco de eso.
— No lo tenía aún —respondía encogiéndose de hombros.
— Yo le compré una camiseta negra —respondía cabizbajo.
Minho sonreía por la simpleza del regalo, pero estaba seguro que Hyunjin estaría agradecido.
— Le agradas y el negro es su favorito —respondía apretando el hombro de su primo menor.
Éste asentía y luego tomando una lata de cerveza del refrigerador de Minho, lo observaba atento pensando una y otra vez si debía o no preguntar su siguiente interrogante.
«Al demonio» él quería saber.
— ¿Hyunjin sale con alguien? —preguntaba sentándose en el sofá mientras Minho ajustaba su cinturón.
Sus manos se habían detenido al instante y si Bangchan no le conociera bien no habría notado como sus hombros se habían tensado ante aquella interrogante.
— ¿A qué te refieres? —respondía con otra pregunta.
— Qué si está viendo a alguien.
— ¿Por qué? ¿Planeas presentarle a alguno de tus amigos homosexuales? —soltaba escuetamente.
Minho no era homofóbico, solo no le agradaba que vinieran a presentarle a Hyunjin a algún desconocido que seguramente no estaría a su nivel y Bangchan estaba lleno de amigos locos y bisexuales, esto se debía a qué su primo era jodidamente sociable y agradable, todo lo que él no tanto.
Rápidamente el más alto reía sin ganas.
— Solo deseo saber si está viendo a alguien. Es una simple pregunta, ¿cuánto tiempo lleva cambiando de pareja?
— Nadie está a su nivel, no es su culpa —respondía paseándose por el departamento buscando sus botas.
— ¿A qué te refieres con que a su nivel? —cuestionaba viéndolo atentamente— lo he visto salir con chicos muy guapos.
— Eran unos imbéciles —soltaba.
— ¿Él piensa lo mismo de tus chicas? —cuestionaba su primo.
— Hyunjin es un caballero... y jamás ha visto más de tres veces a las chicas con las que salgo.
— Lo sé, ni siquiera a Tzuyu —comentaba—, saliste por un año con ella y Hyunjin la había visto como mucho tres veces.
El de cabello morado resoplaba.
— ¿Cuál es el punto, Bangchan? —se sentaba para colocarse sus botas.
— Me parece extraño que seas tan sobreprotector con él —respondía relajado—, es algo extraño.
— ¿Por qué quiero que encuentre a alguien que valga la pena?
— No, porque siempre estás en el medio de sus parejas para que se termine separando —soltaba tragando el nudo en su garganta.
Minho miraba sus botas y ataba sus cordones con cierta rapidez.
— Yo no rompo sus relaciones.
— ¿Te gusta Hyunjin, Hyung?
— Soy heterosexual, no digas estupideces —respondía sin verlo.
— No sería ninguna estupidez, puede pasar.
— No con Hyunjin.
— Es como tu hermano, lo olvidaba —respondía—, crecieron juntos.
Minho levantaba la vista horrorizado.
— No es como mi hermano —atacaba—, es mi mejor amigo.
— Los amigos se vuelven hermanos —decía el menor despreocupado.
— ¡No! —soltaba Minho con cierta carcajada irónica—. Somos amigos, los mejores del puto mundo, pero no es un hermano.
Bangchan lo observaba y Minho le sostenía la mirada, ¿por qué era tan extraño decirle hermano? Bangchan no entendía, pero siempre había sido igual, algo posesivo y extraño.
— Lo siento, solo quería saber si estaba con alguien.
— No lo está —respondía y se ponía de pie para tomar sus llaves—, y para tu información, Yuqi irá al cumpleaños.
— Oh, genial. Será la primera vez que la vea en casi seis meses que salen —respondía sonriendo y mostrando sus hoyuelos.
— No le veo el chiste —decía tenaz acercándose a la puerta.
— No dije ninguno —soltaba el más alto pisándole los talones para salir—. ¿Iremos por ella?
— ¿Tú qué crees? —cuestionaba sarcástico el más bajo.
Bangchan resoplaba por haber tocado esos botones sensibles sobre su peculiar apego y forma de ver a Hyunjin, pero bueno, ya se le pasaría con el avanzar de las horas.
Hyunjin por su parte, se encontraba con su hermana Chan Mi, la encargada de llevarlo al lugar en cuestión. Estaba más que seguro que sería una cena familiar en el mismo restaurante de cada año, por lo que estaba bien vestido, pero sin exagerar. En el auto de él, la chica era la encargada de conducir con la excusa de que debía ponerse en práctica cuando tuviera el suyo propio.
— ¿Has sabido algo de Minho? —preguntaba mientras veía como su hermano chequeaba su celular.
Negaba con la cabeza—. Sabes que los viernes va al psicólogo y no sé nada de él en todo el día —se encogía de hombros—, de todas formas me felicitó primero por mi cumpleaños.
— ¿Hay algún chico en tu vida? Hace mucho que no hablamos de estás cosas —cuestionaba ella amigablemente.
Hyunjin reía.
— No.
— Pero el último chico, ¿qué pasó? Se veía agradable e interesado —cuestionaba la chica bonita.
El castaño negaba.
— Lo estaba, pero era tan obsesivo compulsivo con algunas cosas que simplemente me sacaba de quicio —decía.
Chan Mi fruncía el entrecejo y en un semáforo aprovechaba a mirarlo y preguntar.
— ¿Obsesivo compulsivo con qué en particular? —preguntaba.
Hyunjin parecía pensarlo.
— Bueno, cada vez que bebíamos o comíamos en su casa era extremadamente ordenado —respondía en puchero.
— Tú eres igual, ¿desde cuando te molesta?
— Bueno, Minho dijo que él era en exceso peor que yo y tenía sus manías. Podríamos colapsar en cualquier momento por querer algo a nuestro modo y al del otro no.
Chan Mi volvía a arrancar aún con su entrecejo fruncido.
— Tú eres una persona bastante flexible, ¿quizá y llegaban a un punto medio?
Hyunjin parecía pensarlo nuevamente.
— Eso le dije a Minho, pero insistía en que el otro no era para nada fácil de controlar y yo no lo notaba por estar embobado con su físico —se encogía de hombros.
Chan Mi sonreía cansada, ella mejor que nadie sabía del afecto y apego de Minho, estaba segura que estaba interesado en Hyunjin aunque nunca se lo diría.
— No entiendo cómo siempre sabotea tus parejas encontrando algo que el resto no —cuestionaba.
— Es observador y no las sabotea —soltaba despreocupado.
— Sí claro. Quizás en su lecho de muerte te confiese su extraño amor hacía ti —decía burlona.
— Tres años, Noona. Tres —decía con sus dedos—, no voy a tolerarte un segundo más. Por tu culpa había comenzado a verlo como algo más y él es heterosexual. Solo es posesivo con sus amistades.
— Contigo —soltaba enarcando una ceja.
— Que no te sorprenda, eres igual con tus amigas —respondía inmediatamente.
Chan Mi hacía una mueca y asentía algo avergonzada.
— ¿Pero nunca te cuestionaste que él siempre conoce a tus chicos y tú apenas conoces a las chicas con las que él sale?
— No siempre se las toma en serio, entonces no suele presentarlas mucho —respondía.
Chan Mi resoplaba—. Salió con Tzuyu por casi un año y yo la conocía más que tú.
— Porque era tu compañera de trabajo.
— Coincidencias. Él siempre está en el medio de tus romances, sean fugaces o tomados en serio —respondía.
— Es mi mejor amigo —respondía y se encogía de hombros para no pensar en aquello que todo el mundo le decía.
"Dile que se calme o que se haga gay"
"Siempre te está abrazando demasiado, ¿no te parece extraño? Es un chico tan serio, pero contigo vomita arcoíris"
Todos se cansaban de decirle observaciones bastante obvias, pero cuando estaban a solas, Minho era el tipo más heterosexual del jodido mundo. Hablando siempre de alguna chica aunque no se las presentara jamás o mensajeándose por teléfono y recibiendo fotos subidas de tono que Hyunjin lograba mirar de soslayo, porque Minho jamás le mostraría.
Pero si era demandante si Hyunjin lo ignoraba por su teléfono, pero era así, posesivo con familia y amigos, aunque con él en demasía.
Minutos más tarde llegaban a un bar que Hyunjin desconocía.
— ¿Dónde estamos? —preguntaba con un notorio brillo de emoción.
— ¿Tú qué crees? Mamá y papá cambiaron el lugar de la cena —mentía.
No había familiares mayores en aquella fiesta, era el gran círculo de amigos de Hyunjin y amigos de amigos que también estaban invitados a pasarla bien. Rápidamente la emoción de una fiesta sorpresa desaparecía de su rostro. Unos pasos más para adentrarse al lugar que se veía tranquilo y con gente cenando.
Lo que Hyunjin no sabía era que la fiesta se daría en el subsuelo de este particular lugar que habían encontrado para que simplemente la cosa se descontrolara en honor a Hyunjin. La entrada oficial era otra, pero esta servía como distracción al cumpleañero.
— Hola, somos Hwang Chan Mi y Hyunjin —decía inocentemente la chica—. Tenemos reservación.
El chico a cargo asentía sonriente y los llevaba, Hyunjin veía como pasaban todas las mesas, pero no veía a sus padres por ningún lado. Tomando un peculiar elevador, los hermanos se metían y el chico soltaba apretando el botón sin meterse con ellos—. Que tengan una linda velada.
Y las puertas se cerraban con los Hwang adentro.
— ¿Noona? —preguntaba sorprendido y asustado.
Pero antes de que la chica pudiera decir algo, las puertas se abrían y rostros conocidos y no tan conocidos le gritaban un estruendoso "¡Sorpresa!".
— ¡Lo sabía! —gritaba emocionado saliendo y abrazando al primero que vio entre tanta gente y estaba en el centro de brazos abiertos.
Minho.
— ¡Jinnie! —el de menor estatura se las había arreglado para abrazarlo y levantarlo del suelo todo eufórico— ¡Feliz cumpleaños, suertudo! —murmuraba en su oído al bajarlo.
Hyunjin enroscaba sus brazos en el cuello para atraerlo y aprisionarlo con dulzura, de paso aspiraba el perfume que tanto le encantaba de su amigo.
— No me dijiste nada —decía en el oído del más bajo.
Separándose apenas Minho lo tomaba de la nuca y presionando sus labios en su oído susurraba un—. Sorpresa...
Hyunjin mentiría si negara que aquella rasposa voz le había enviado una descarga eléctrica a toda su columna vertebral. Así que de inmediato se separaba ya que era requerido por muchos presentes para abrazarlo, apretarlo, besarlo y felicitarlo.
Luego de un poco de calma, Bangchan se acercaba a Hyunjin y Chan Mi con Minho y Yuqi a su lado, muy pegada al pelimorado.
— ¡Hyunjinnie! —gritaba divertido el más alto.
Hyunjin giraba y veía esos adorables hoyuelos de los que Bangchan era dueño, hacía unos meses largos que no lo veía porque había estado fuera por trabajo. Para el menor, el primo de Minho siempre había sido tan jodidamente ardiente, aunque igual de heterosexual que su amigo.
— ¡Bangchan Hyung! —respondía sorprendido y limpiándose la baba imaginaria que estaba derramando por el atractivo chico.
— Feliz cumpleaños, Hyunie —rápidamente lo abrazaba
Más fuerte de lo que Hyunjin y Minho hubieran esperado, el más bajo no había podido evitar fruncir su ceño y entrecerrando sus pequeños y rasgados ojos.
¿Tanto había extrañado Bangchan a Hyunjin? Si, se llevaban muy bien desde que Minho los había presentado, pero jamás de los jamases había sido tan demostrativo con el menor.
Rápidamente Chan Mi observaba la expresión del pelimorado, quien ahora picaba con su dedo la espalda de Bangchan para que aflojara y cortará el abrazo.
Chan Mi no se sorprendió.
— Primo, déjalo respirar —ordenaba con una sonrisa forzada.
Hyunjin y Bangchan cruzaban una mirada con una nueva y extraña tensión entre ellos. Luego el menor se hacía a un lado siendo empujado por el pelimorado.
— Jinnie, quiero presentarte a Yuqi —decía intentando relajar sus rasgos.
Casi convencía a los otros tres, casi.
— Yuqi, un gusto finalmente conocerte —decía Hyunjin estrechando amablemente su mano bajo la atenta mirada de Minho.
— Honnie me habló mucho de ti —decía sonriendo.
Hyunjin la miraba asintiendo, su amigo no le había dicho más allá de su nombre.
— Él también —soltaba una dulce mentirilla para la chica—, solo cosas increíbles.
La chica le sonreía y luego besaba a Minho de forma casta y rápida.
— Se ven bien juntos —soltaba Bangchan a Hyunjin y Chan Mi. Los hermanos asentían, mientras Minho fulminaba a su primo con una mirada mordaz—. Iré por un trago —decía éste mostrando sus hoyuelos.
Los cuales Hyunjin —como solía hacer si lo tenía cerca— picaba uno con su dedo índice.
— Cute —decía sonriendo al mayor, quién se ruborizaba solo un poco y se alejaba de allí bajo la mirada sombría de su primo mayor.
— Honnie, amo esta canción —exclamaba Yuqi tirando de su brazo.
— Oh, pero-...
— ¡Bailemos! —la chica lo arrastraba con facilidad a la pista donde más gente ya estaba moviendo su cuerpo.
— Interesante fiesta tendrás... —soltaba Chan Mi a su hermano.
Rápidamente un mesero pasaba ofreciendo tragos y la chica tomaba por ambos y le entregaba uno al menor.
— No sé por qué dices eso y con ese tono —respondía el menor tomando un sorbo del dulce trago—. ¿Viste? Si me presenta a sus conquistas.
— Sí, claro —exclamaba viendo que Minho no se concentraba del todo en su chica, quién ahora restregaba su delgado cuerpo al de él—, no puede enfocarse en ella.
Hyunjin suspiraba.
— No digas esas cosas —reprendía.
— Como sea, deberías ir con Bangchan.
Hyunjin se ahogaba al ver como en una esquina de la barra el mayor rechazaba a las chicas que se acercaban y se encontraba bebiendo solo, ya que Bangchan no conocía a mucha gente más allá de su primo, el cumpleañero y su hermana mayor.
— Es heterosexual —soltaba aún observándolo fijamente.
Inmediatamente los ojos de Bangchan se encontraban con los de él, pero a pesar de la grata sorpresa, ninguno apartaba la mirada en lo que Hyunjin hablaba con su hermana.
— Un heterosexual al que seguramente le gustaría explorar contigo o quizás... —decía Chan Mi mirando a Bangchan, quién aún no bajaba la mirada a pesar de ser visto por ambos Hwang— ya experimentó y busca repetir contigo.
Chan Mi se alejaba lentamente para reunirse con su novio que se encontraba en la pista con su grupo de amigos. Hyunjin volvía a mirar a Bangchan, quien ahora parecía estar cerca de una parte VIP de aquel subsuelo y le hacía señas para que le siguiera.
El menor quería, si que si, pero quizás estaba malinterpretando a Bangchan por culpa de Chan Mi y sus palabras. Ahora sus ojos se encontraban con los de Minho, quien le hacía señas de ir hacía él, pero Yuqi volvía a arrastrarlo hacía ella.
Esa sería una noche larga y ni siquiera la pasaría del todo con su mejor amigo, pero mejor así porque su hermana tenía la habilidad de meterse en su cabeza al igual que Minho y plantar semillas de todo tipo de dudas y enigmas.
Y Minho tenía su propio encanto sobre él, pero joder que no, no sería el homosexual detrás de su amigo hetero de toda la vida. Así que terminando su vaso altamente cargado de alcohol, se dirigía dónde el chico de los hoyuelos más adorables jamás visto se había ido.
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