Capítulo 4: (La estación)

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𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑲𝒆𝒗𝒊𝒏

Todo estará bien, creyendo así que esto es una posibilidad lo hace más difícil. No hay manera de que logre salir de esta situación después de lo que dije e hice. Un científico experto tenía la idea clara de que entrar a esa cueva podría dar a luz un importante descubrimiento, mismo que ignoré y rectifique que sería muy peligroso. Anoche pasé uno de los momentos más escalofriantes que he tenido, pues en la extraña llamada perdí contacto con él y hoy se reporta desaparecido. Matthew, el ejemplo perfecto de nuestros errores como personas, una ambición incontrolable que puede destrozar el alma y provocar grandes cadenas de causa y efecto.

Coloqué mis manos sobre los laterales de mi cama y traté de respirar uno a uno cada segundo que pasaba. Deseaba irme corriendo de esta ciudad para siempre, deseaba estar con mi mejor amiga y nunca más tener que pasar por todo este estrés, pero no sería sencillo si así fuera.

Las llamadas inundaba el teléfono, me necesitaban en la oficina del trabajo con todos los equipos de científicos y era claro que por ningún motivo bueno.

No respondí asegurado de mi despido, estaba seguro de que no podría ser mi culpa, después de todo yo fui quién le advirtió sobre las consecuencias de haber tomado dicha decisión, pero eso me ponía como responsable pues pude hacer más para evitar que fuese, quizás escuchar su idea y enviar al grupo de exploración sobre esas cuevas ya no sonaba tan alocado si esto pasó.

¿Emparedado o quesadilla?— Preguntó Sally emitiendo un grito desde la cocina, mi cuarto no se veía tan recogido como pensé.

¡Quesadilla!— Fui vistiéndome rápido para salir apurado a la oficina. En eso la chica irrumpió en mi puerta con 4 quesadillas muy calientes.

Tienes suerte, mañana te hubiera tocado hacerlas... Pero me mudaré hoy— Su voz me introdujo una preocupación, era cierto. Si ella se mudaba el costo de la renta iba por mí y por ende no podría pagarlo por completo.

Mi*rda...— Me volví a sentar y miré al suelo, estaba repleto de miedos y angustias.

¿Está todo bien? ¿Qué pasó? Tu teléfono lleva sonando toda la mañana..— Dijo y se sentó a mi lado mientras me daba una quesadilla.

No.. Nada bien, anoche desapareció Matthew y yo intenté advertirle que no fuera a ese lugar peligroso, encima te irás y tendré que pagar el doble de la renta normal, creo que en ningún trabajo que consiga lograré juntar esa cantidad, los precios aquí son absurdos..— Me tallé el ojo diciendo, haberlo dicho a alguien me hizo sentir mejor.

Ven aquí...— Me abrazó dejando salir esos esbirros, por unos segundos me salieron algunas lágrimas.

Sé que esto parece difícil, pero no significa que sea imposible...— La interrumpí con una duda de mi cabeza.

¿Crees que deba irme de esta ciudad? Muy posiblemente pierda mi trabajo por esto y no me he sentido muy bien estando aquí...— Ella asintió cuando le di una mordida a la quesadilla.

Yo creo que debes ser positivo y realista, esta es tu vida... Debes hacer lo que te haga feliz y disfrutarla en cada momento.— Su voz me calmó, había estado analizando todo y era mejor así.

No podré aguantar tanto, el gobierno es un asco y pagan una miseria, necesito algo mejor— Pensé dándome la razón, si podía encontrar un lugar para vivir y tener una vida más digna sería lejos de Late In.

Gracias en verdad— Ella se levantó y sonrió con ternura, me observó con su cuerpo detenido en la puerta.

No tienes que agradecer, nos cuidamos muy bien como roomies— Se río, una parte de mí la extrañaría y la otra deseaba que tuviera una vida más digna.

Desearía que te quedaras en Moonlight conmigo en verdad...— Miró cabizbaja el suelo mientras expresaba, yo también lo deseaba, pero no estaba seguro de abandonar aún todo.

Estaré bien, encontraré un modo de estarlo...— Sus pasos siguieron la salida del cuarto y los míos se apuraron hacia la salida, intenté tomar todas mis cosas y llevarlas en una mochila, me pesaba tanto que saqué mi computadora.

Tomé un vaso de leche de la cocina y me volví directo a la entrada, miré el departamento con lástima, no sabía que pasaría pero sí que debía actuar pronto.

¡Ve con Dios!— Sus palabras al salir fueron muy exactas, seguí caminando devuelta a los laboratorios esperando lo peor...


𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑺𝒖𝒔𝒂𝒏𝒂

Los enemigos son la peor parte de la vida, como pequeñas piedras en un camino que de por sí es difícil de cruzar, porque de todas las cosas que estaban pasando en mi hoy había revivido la más impactante. Durante toda mi preparatoria había tenido dos enemigos muy claros, puede que alguno que otro en su momento, pero eran tan irascibles y enfermizos que me orillaron a cosas muy peligrosas como mi propia vida, sus razones estaban retorcidas y muy desconectadas de la existencia, tan solo pasaron dos años que me olvidé por completo de Caro y la maldita psicóloga y el día en que venía a superar todo este peso sobre mis hombros se apareció como si nada.

Justo frente a mí, una mujer alta, con lentes y un ligero escote, un vestido magnífico y muy fino sumado a una frente pulcra con maquillaje en cada poro, una mujer que intentó hasta lo imposible para hacerme salir de la escuela y de paso ser la nueva directora del instituto, me preguntaba como había sobrevivido o porque no estaba en la cárcel.

¿Qué m*rda quieres?— Mi mirada pasó de pies a cabeza con cierta forma despectiva y odiosa hacia su persona.

Creo que lo mismo que tú ahora...— Sonrió despacio dejando sus brazos formar un arco en su pecho.

Llevo tanto tiempo pensando en lo que pasó, en lo que fue y en serio solo puedo llego a una conclusión...— Dijo acercándose, noté cuánto había pasado el tiempo pues ya tenía algunas canas consigo.

Vete ahora...— Advertí, tenía demasiadas razones para no tenerla frente a mí, en un pasado solamente me manipuló tantas veces.

En verdad gracias...— Escapó el susurro extraño de sus labios, mi frente se arrugó confundida.

¿De qué piensas agradecer? ¿Te estás burlando de mí?— Mi tono de voz sé elevó insoportado por su ironía, alguien que me había hecho tanto daño solo se aparece a agradecerme.

No lo entiendes aún...— Ella extrajo una cajetilla con varios cigarrillos y se llevó uno a la boca, puso su encendedor en este y ambas nos recorrimos un poco.

Tú me salvaste, el día en que decidiste denunciarme con la policía sobre lo que pasó en el instituto, ese día fui extraída de State In a otra ciudad y por suerte... Todo fue de lo peor a lo mejor, pues estuve encerrada unos días, hasta que llegó el terremoto y distrajo la atención de los jurados, tenía un trato con Gómez y su familia.. Ellos me liberaron y hui de nuevo..— Explicó repartiendo cada detalle con una sonrisa inquieta sobre sus labios.

Eres un monstruo, deberías seguir encerrada...— Insistí casi lista para irme

Lo fui... lo sé, no creo que una disculpa sincera pueda arreglarlo, solo quería que supieras que muchas cosas han cambiado desde aquel entonces— Ella me tomó del brazo unos segundos antes de que me alejara.

Ahora tengo un trabajo en Noon y me pagan lo suficiente, hago diagnósticos simples a pacientes sospechosos de trastornos, además tengo un departamento cerca de una cafetería, creo que pude rehacer mi vida después de todo...— Respondió, la sinceridad en sus palabras me hizo darme cuenta de que no mentía.

Y ahora solo estoy aquí para cerrar mi último ciclo en mi vida, quiero pedirte perdón por todo lo que hice, no tengo la forma y por eso solo quiero que lo consideres— Su voz melancólica me hizo saber que era diferente, esta vez no perseguía o preguntaba nada, era sorprendente.

Y-yo...— El impulso por responder crecía con tensión, lo cierto es que todo el daño que había hecho se quedó atrás y este podría ser el gran inicio para comenzar mi viaje.

Te perdono...— Dejé ir absolutamente toda emoción en mi ser y por fin entendía mejor a su persona, una mujer arrepentida que desperdició su vida y ahora quería arreglarla.

Tal vez el tan amado viaje que me esperaba vendría siendo más increíble de esta forma, dejando ir lo malo y abriendo las puertas a lo bueno, necesitaba esto en serio.

Ambas nos dimos el primer y último abrazo de nuestra existencia, sentí que había reparado un hueco en mi vida, uno muy poderoso al cual no le quedaba más rencor, todo era solo eso.. Viento.

Ella se giró y caminó lejos conteniendo algunas lágrimas, desapareció al cabo de un rato entre la luz del sol y algunos escombros que no me dejaron ver su paradero, pero por primera vez me sentí aliviada de poder resolver un dilema.

Volví hasta el auto preparada para iniciar mi épico viaje no sin antes mirar una vez más el instituto con cierto detenimiento, mi madre estaba en el asiento de conductor con una mirada sospechosa.

Estoy segura de que te irá increíble... Sé de hecho en dónde podrías empezar— Arrancó el vehículo sabiendo que ya había sanado todas mis heridas.

Lo hiciste increíble, eres tan fuerte como te imaginaba, ahora es tu momento de volver a comenzar...— Mi madre sonrió despacio con cierta ironía.

Me estoy esforzando, ahora creo que él viaje será mejor con esto arreglado...— Conté notando que ella mensajeaba mientras manejaba.

No deberías hacer eso, puedes estrellarte... Déjame leerlos por ti— Extendí mis manos dispuestas a hacerlo pero ella me lo arrebató con fuerza.

Hay cosas que es mejor dejar así...— Su voz se tornó ronca de golpe, había tomado el teléfono con algo de firmeza.

Me quedé sentada mirando en la ventana el hermoso reflejo de los árboles deslizándose por la carretera, el rumbo era impreciso, pero no me importaba, solo quería encontrar un sitio por donde empezar...


𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂 𝑲𝒆𝒗𝒊𝒏

Pasé por varios filtros de seguridad antes de llegar al laboratorio central, acercándome empecé a notar cosas fuera de lo normal. Varios científicos estaban reunidos en un grupo y me invadían con sus miradas, en el centro estaba mi jefe y un montón de personas preocupadas, todo esto era por Matthew, yo lo sabía. Pero no creía en el impacto que él iba a tener sobre nosotros.

Estaba pensando si fingir que no sabía lo que pasaba pero al final acabé aparentando lo obvio.

Las miradas estaban puestas sobre mí, cada hombre y mujer dentro de esta sede ponía sus ojos en mí, algunos con angustia, otros con enojo y varios con tristeza, sabía lo que esto implicaba.

Jefe...— Llamé su atención, cuando me observó sentí un escalofrío que viajó desde mi cuello hasta mi espalda.

El jefe solo negó con la cabeza y pasó su vista hacía más personas dentro de los laboratorios, todos estaban volcando miles de pensamientos en su cabeza y yo no sabía acaso el impacto de esto.

Estás en problemas...— Mencionó dando varios pasos y alejándose, lo detuve incrédulo.

No... Yo le dije cientos de veces que no fuera, el quería pon...— El jefe me interrumpió.

Ayer los empleados te vieron gritarle y todos aseguran que lo obligaste a ir..— Afirmó mi jefe, mi corazón se aceleró de inmediato ante las palabras.

Eso era imposible, todos me escucharon, le había gritado a Matthew que ni se atreviera a ir a las cuevas.

Fue entonces que los vi, todos y cada uno de ellos tenían miradas culpables o fingidas, era como si se hubieran puesto de acuerdo, después de todo les convenía que no me tuvieran conmigo, era la peor traición de mí vida.

 —Jefe, yo le aseguro que no fue así, mire los vide...— Volvió a interrumpir con la que parecía su última afirmación.

Es tu palabra, contra la de todos aquí... Ven a mi oficina inmediatamente, tengo que discutir un tema importante— El jefe se alejó con pasos firmes sobre un par de puertas, me giré y los vi a todos por última vez.

Uno de ellos me sonrió revelándolos a todos, la idea parecía perfecta y fue suficiente para que lograran salirse sin un rastro de culpa, a costo de mi trabajo.

No les dije nada, solo me fui corriendo directo al baño, necesitaba aire, necesitaba asimilar todo lo que estaba pasando.

Enjuagué mi cara y luego pasé de la ira a las lágrimas en un instante, tomé mi teléfono y marqué a mi mejor amiga, quién casualmente no me respondía, ahora si estaba perdido por culpa de un necio científico y un grupo de traicioneros.

Empecé a idear una estrategia, si estaba en problemas solo había un modo y era definitivamente alejándome de este lugar, seguramente estaría despedido y más jodido que nadie por lo que irme de Late In ya no era una opción sino una necesidad.

Discretamente caminé devuelta por varios pasillos en los laboratorios, me estaba acercando a la salida y tenía que hacerlo pues en poco tiempo comenzaría a ser demasiado sospechoso. Aproveché las vías en donde bioseguridad aún estaba presente, pasando por algunas zonas que en teoría no debería...

En las últimas puertas estaba una sala con equipos de investigación y en ella había una charola sobre una mesa con un pedazo muy brillante, a simple vista parecía un mineral, pero después de solo unos segundos recordé que había sido la pieza que extrajo Matthew de aquella cueva, la tomé y seguí despacio pasando por más pasillos.

Sabía que las cámaras me delatarían, por lo que intenté apresurarme e irme de laboratorio en laboratorio hasta donde no hubiese, de ahí por fin había encontrado una puerta mediana que estaba entrecerrada, le di un fuerte jalón y por fin pude salir de mi centro de trabajo.

Corrí un par de metros y en los otros me mantuve sigiloso, a cierta distancia ya sé encontraban las calles en las que por supuesto me esforcé por mezclarme entre todas las personas, estaba nervioso, nunca antes había huido así de las cosas, pero necesitaba hacerlo.

Sin darme cuenta golpeé a un hombre alto entre toda la multitud, este ni se inmutó pues siguió adelante no sin antes dejar caer un pedazo de papel extraño de uno de sus mochilas, de inmediato lo recogí viéndolo alejarse lo suficiente.

¡MI*RDA! ¡NO PUEDE SER!— En mis manos sostenía un boleto de autobús lleno de esperanza, no mostraba el destino pero si un par de códigos que sé escanean, tenía tan solo 15 minutos para llegar a la estación y usarlo o perdería esta oportunidad, ¿podría ser esta mi señal del destino?

Sonreí y me fui corriendo sin importarme nada más que mi dichoso boleto y mi mochila, estaba avanzando a toda velocidad en las calles con la seguridad de que saldría de esta maldita ciudad costosa para siempre.

Cada paso que daba, me hacía darme cuenta de lo mucho que deseaba irme, tomé el teléfono y llamé a mi amiga Sally conteniendo la tristeza de no poder despedirme en persona.

¡SALLY! ¡NO VAS A PODER CREERLO!— Grité y contuve por varios segundos, la estación estaba cada vez más cerca y mi aliento se acababa.

¡Conseguí un boleto! ¡Necesito usarlo, es una señal del destino!— Miré un poco distraído y evadiendo algunos autos de vez en cuando.

No me lo creo, son muy caros... es imposible, además eso del destino se llama Dios— Su voz me hizo reír pero tenía cierta razón, por fin localicé la estación y me dispuse a despedirme.

Perdón si no alcancé a despedirme, lo compensaré, te lo prometo...— Colgué sin dejarle decir más, había una fila algo extensa y en ella enfrente el hombre de hace apenas unos minutos.

Guardé el boleto y esperé a que este pasara, pero como era de esperarse solo empezó a buscarlo con ansias en toda su ropa, con nervios a flote pasé a su lado y suavemente escaneé el código de atrás, mi corazón se aceleró en cuánto este me miró pero a pesar de eso no parecía darse cuenta de que yo lo se había robado. 

Me adelanté hasta los asientos y me quedé en los del fondo, puse mi mochila en el piso aún lado mío y escuché los gritos desesperados del hombre por no encontrar su boleto, tragué saliva y mordí mi labio con la necesidad de que el autobús avanzara.

Y así fue, las ruedas del autobús emitieron un chirrido metálico, este avanzó tomando algo de velocidad en su arranque y por fin dejando varado al pobre hombre, desde la pequeña ventanilla lo observé, este mantuvo sus ojos en mí como si me hubiera leído la mente o unido los cabos sueltos, pero era demasiado tarde...

En alguna parte estaba mi mejor amiga, apuesto a que deseaba que nos reencontráramos después de haber pasado 2 años solo llamándonos ocasionalmente, deseaba que así fuera con todas las fuerzas de mi alma, lo cierto es que no tenía ni idea de a dónde iba este camión pero sí que necesitaba salir para siempre de aquí, si Dios me había llevado hasta aquí tenía que empezar a pensar bien mi siguiente paso, tenía que pensar en cientos de cosas que haría, aunque no dudo que sería épico...

~~~~~~~Fin del Capítulo~~~~~~~~

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