Era un nuevo día en la ciudad de San Fransokyo y como todas las mañanas el ruido matinal de la ciudad despertó a cierta pelinegra, la cual estaba desnuda y siendo abrazada de la cintura por su novio.

-Buenos días...- escuchó el murmuro de Hiro, puesto que este se despertó al sentir que su chica moverse. Ella se volteó para quedar frente a él.

-Buenos días, mi nerd.- le saludó tomándolo de las mejillas y le dió un suave y largo beso.

-Mmm... ¿Cómo dormiste, enana?- le preguntó a penas se separaron y empezó a acariciar levemente su cintura.

-A tu lado de maravilla.- le respondió con una ligera sonrisa.

-Entonces creo que el sentimiento es mutuo...- le dijo el Hamada con una sonrisa para luego darle un rápido beso a su novia- Pero, aunque me encantaría quedarme así en la cama todo el día contigo, debemos levantarnos e ir con nuestros amigos y la Tía Cass.- le dijo moviendo las sábanas y levantándose para cambiarse y dejando ver su cuerpo desnudo.

La Tomago rió por lo bajo.

-¿La Tía Cass no se ha apartado de ustedes desde que se enteró que somos los Grandes Héroes, no?- le preguntó divertida mientras imitaba a su novio.

-Justamente eso, princesa.- le respondió riéndose- Aunque ahora lo tapa con otra cosa...- le dijo sonriendo de lado.

-¿A sí? ¿Qué cosa?- le preguntó curiosa y cepillando un poco su cabello, puesto que Hiro se lo removió en sus momentos de pasión.

-Ya te enterarás, amor, todo a su tiempo.- le respondió yendo a abrazarla por detrás y darle un beso en su mejilla. No quería arruinarle la sorpresa a Honey Lemon, sabía que la rubia se lo quería decir.

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-¡Buenos días!- entró Fred a la cocina saludando alegremente a la Tía Cass, Honey y Tadashi.

-Buenos días.- saludó Wasabi quien entraba detrás de su novio.

-Buenos días.- respondieron los otros 3. La Tía Cass estaba cocinando el desayuno mientras la rubia picaba algunas cosas, ya que por el embararzo se moría de hambre.

-¿Y mi hermano y Gogo?- preguntó el pelinegro mayor.

-Al parecer aún no se levantan de la cama.- le respondió el afroamericano.

-Uuuff... Me imagino, que con la noche alocada que formaron ayer, no saldrán de esa cama hasta el almuerzo.- comentó el dueño temporal de la mansión.

-¡Cállate, idiota!- se escuchó la voz de la heroína de traje amarillo, quien entraba a la cocina tomada de la mano con el líder del grupo.

-¿Qué? Yo no dije nada.- le dijo Fred haciéndose el inocente. Eso hizo reír a los demas, eceptuando a cierta chica que estaba más concentrada en la comida.

-¡Honey! Cálmate, amiga... ¿Por qué no esperas a que el desayuno esté listo?- le preguntó Gogo extrañada sobre el comportamiento de su amiga. La cual se puso nerviosa y se sonrojó un poco.

-¡Lo siento!- se disculpó apenada, pero no la culpaba, ella no sabía nada de que estaba esperando un bebé- Es que me desperté muerta de hambre.- se excusó.

-¡Pero que ya no se diga más, que la cena ya esta listaaaa!- celebró la Tía Cass llevando sus platillos a la mesa para que todos se sienten y se sirvan- Sírvanse, por favor.- enseñó sus deliciosas comidas.

-¡Gracias, Tía Cass!- les agradecieron todos al uniso y empezaron a servirse.

-Honey, querida, esto es para ti.- le dió unos waffles con miel, pero lo diferente es que ella tenía 7 waffles, 3 más que los demás- Me dijiste a penas te levantaste que se te habían antojado.

-¡Gracias!- chilló feliz y se dedicó a comer.

-Amor, ¿no crees que se te olvida algo?- le preguntó su novio deteniendo su acción, ella lo miró confusa, pero este señaló a su amiga, la cual hablaba entretenidamente con Hiro y la Tía Cass, con los ojos y allí entendió a lo que se refería.

-¡Gogo!- la llamó alzando un poco la voz, puesto que estaba de extremo a extremo y ella desvió toda su atención hacia su amiga- Hay algo que debo decirte y es cuando me viste mal cuando estábamos juntas en ese horrible lugar.- le dijo un tanto seria y eso alarmó a la motociclista.

-Dios mío, Honey, dime que estás bien.- a Gogonlo primero que se le vino a la cabeza fue de que era algo malo- ¿Estás bien?- le preguntó seria, pero con preocupación.

Nadie decía nada, el silencio reinaba en ese momento en la mesa y eso es lo que más la alteraba.

¡¿Por qué tanto silencio?!

-No, Gogo, no estoy bien...- le respondió su mejor amiga y eso hizo que su corazón se acelere- ¡Estoy más que bien!- soltó con su emoción que había contenido.

-¿Qué?- preguntó la Tomago desubicada.

-Gogo... ¡ESTOY EMBARAZADA!- le dijo feliz, Gogo se paró sorpendida de su asiento y con una gran sonrisa de emoción fue a felicitar a su amiga.

-¡¿EMBARAZADA?! ¡Por Dios, Honey! ¡Mis felicitaciones!- la abrazó y cuando se separó también abrazó a Tadashi- Felicitaciones, chicos.- les dijo.

Después de esa gran noticia, empezaron bien su día, el cual fue uno bastante bueno para ellos...

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En otro lado de la ciudad, más específicamente en uno de los prostíbulos más prestigiosos de San Fransokyo, todos comenzaban a levantarse, algunos con resaca y otros no tanto. Los clientes de la noche anterior recién salían del local y en malas fachas.

-Buenos días, linda.- le dijo Jonnathan a su novia mientras ambos se despertaban en una de las camas de las habitaciones del local.

-Buenos días, guapo.- le respondió para luego besarlo, el beso fue largo y con caricias incluídas, pero unos golpes en la puerta los hicieron separarse- ¡Ahg! ¿Ahora qué?- preguntó Atalis con recelo. Mientras que su novio se ponía sus bóxers para ir a atender a quiém esté afuera.

-¿Sí?- preguntó en cuanto abrió la puerta y se encontró con Bryan con una cara de preocupación y miedo.

-Je... ¡Jefe!- tartamudeó.

-¿Qué pasa, Bryan?- preguntó directo el rubio.

-Es la rehén de los Grandes Héroes...- le dijo con miedo, pero Jonn esperó más- Ella y su cliente... Ya no están.- después de decir eso, su líder puso una cara de enojo y gritó de cólera.

-¡AAAAAAAAHHHHHHH!- gritó a todo pulmón.

Después de esa debastadora noticia, empezaron mal su día, el cual fue uno bastante malo para ellos...

Hola hola, genteeeeee!
Espero que les haya gustado este capítulo♥️.

¡No leemos pronto!

A_Hiccstrid