DISTOPÍA


Desde ahí la podía ver, podía ver su hermosa figura y bello rostro acompañado de esa radiante sonrisa con hoyuelos dirigida a él, esa sonrisa la cual Jungkook en lo más profundo de su ser quería destruir y forzar con sus propias manos hasta que se convirtiera en un signo de profunda tristeza y dolor, quería que esos hoyuelos desaparecieran.

La chica entró a su costoso auto y se fue con sus amigos, se veía de lo más dispuesta a divertirse sin preocupaciones por que seguramente a la mañana siguiente ella se vería tan fresca y sacaría un perfecto 10 en cada uno de sus exámenes de admisión, los cuales cabe aclarar, empezaban a las 7 de la mañana, y justo ahora no eran precisamente las 10 de la noche.

Jeon odiaba eso, ¿Cómo es que alguien podía ser así y tener esa vida?, él aseguraba que dios al momento de crearla decidió hacer una de sus mejores y privilegiadas creaciones, así que le asignó una buena memoria, inteligencia, una linda voz, agilidad y belleza. Además de un contexto que encajaba perfectamente con ella de pies a cabeza.

La vida de Kim Nam Joo era la utopía de Jeon Jung Kook.

Lo que él no había tomado en cuenta, es que lo único que existe de utopía, es meramente el significado, más no la materialización de esta.

El chico siempre terminaba siendo el mejor en todo, pero para él no era más que un simple método de superación, se encargaba de ser mejor que la otra persona y con ello se sentía bien, aunque los métodos no siempre fueran los adecuados.

Entre suspiros y tristeza se adentro a la casa de sus padres adoptivos, el ser adoptado era una de las cosas que no le gustaban de su vida, pero él no podía hacer nada contra ello y ellos realmente no eran malas personas, pero era inevitable no sentir el rechazo de sus padres biológicos aun cuando no sabía el cómo ocurrieron las cosas.

Se metió a su cama después de quitarse la ropa y trato de conciliar el sueño, pero al parecer su cerebro y los pensamientos que venían con el tenían otros planes, a Jungkook le enojaba el no poder hacer las cosas que quería, pero le enojaba más que otra persona si pudiera e incluso le salieran mejor.

¿Qué había hecho aquella chica para poder hacer todo eso que él no podía? ¿Cómo hacía para salir de fiesta y en pocas horas ser la mejor alumna de la universidad? ¿Cómo es que sus padres la dejaron?, A él sus padres no lo habían dejado ¿acaso ellos no confiaban lo suficiente en él?

Esos y más pensamientos le cruzaban por la cabeza, ninguno era realmente positivo y aquello le hacía hundirse cada vez más en su miseria, en su dolor de tal vez no ser lo suficiente, en el sentimiento de rencor al saber que ella si podía, ella podía hacer eso y más, ella podría hacer mucho más que Jungkook, o eso creía él. Por qué ¿Quién se lo garantiza?

Fastidiado de no poder dormir, triste por todos los pensamientos que cruzaban por su cabeza y enojado, casi furioso con Nam, se paró de su cama y fue directo a la ducha.

El agua fría en contacto con su piel lo hizo sentirse más vivo y envalentonado, se tallo con furia el cuerpo y cabello, dejando su piel roja e irritada, y con varios de sus cabellos enredados entre sus dedos.

No pensaba ni sabía lo que hacía, se hundió en su propio mundo de resentimiento y se dejó llevar por él, sus extremidades se movían rápidamente en automático colocándose lo primero que encontró después de salir de la ducha, ropa interior, pantalones, camiseta negra y su chaqueta preferida.

Descalzo y con el cabello aún goteando deslizó sus pies silenciosamente por cada escalón de la casa hasta llegar a la planta baja, tomó sus timberlad y salió con ellas en mano, se recostó en su coche y deslizó su cuerpo hasta que encontró el piso bajo él, con lentitud puso su calzado preguntándose si estaba bien lo que iba a hacer, haciendo que regresara un poco su cordura, pero descendió nuevamente al recordar cuantas veces ella había logrado hacer algo que él mismo no, todas las veces que el mundo la apoyaba, y a él le decían que no, a él ni siquiera le daban oportunidad, él no era suficiente.

Con más coraje recorriendo su cuerpo se subió al carro y aceleró hacia aquella fiesta en la que estaba ella, aquella fiesta en la que él quería estar y fue invitado por Nam, pero no lo dejaron, esa fiesta la cual podía darle esa oportunidad de descanso y serenidad a su alma, la cual quería obtener desde que conoció a Nam.

Estacionó el auto, apago el motor y salió al aire libre, algo por dentro le decía que parara, que aunque obtuviera esa paz tan deseada, lo que iba a hacer no estaba bien, aunque realmente no sabía que iba a hacer exactamente, pero tenía un objetivo claro.

Antes de entrar al lugar suspiró observando a las personas que la puerta abierta le dejaba ver, solo tenía que aguantar unas horas más, tenía que fingir y ser precavido, tenía que soportar y ser fuerte, al menos por última vez.

Se atrevió a dar el primer paso aparentemente listo a lo que se iba a enfrentar, seguido de otros que buscaban a su objetivo, Nam.

Después de unos minutos la encontró rodeada de sus amigos y unas cuantas personas que él no conocía mientras bailaban, y se detuvo para tranquilizarse una vez más ante los impulsos de ir y eliminarla de la faz de la tierra, ya recompuesto camino hacia ella y toco suavemente su hombro para que volteara.

Su rostro de sorpresa y felicidad lo decía todo, y su sorpresivo abrazo se lo confirmó, ella no tenía la malicia que él definitivamente sí tenía, todo lo que ella hacía no fue con el propósito de hacerlo sentir menos, ella solo hacia lo que quería y debía sin importar los demás, sin importar él.

Y aunque deseaba quitar el tacto de Kim sobre él, se forzó a fingir una sonrisa y la rodeo suavemente con los brazos hasta que ella decidió separarse y se acercó a su oído.

--Pensé que no vendrías- su linda voz al contrario de gustarle lo exaspero.

--¿podemos alejarnos un poco?, hay mucha gente y ruido- mintió.

--Oh, claro- lo observó preocupada al ver sus ojos y sonrisa extraña, ella sabía que no se encontraba precisamente bien. Se separó un poco más hasta llegar con su mejor amiga y le indico con quien estaría.

Para cuando regresó Jungkook ya empezaba a caminar, así que se dedicó a seguirlo sin saber ni una pisca de lo que pasaba por su cabeza, pero sabía que no estaba bien y la necesitaba, él que parecía ser uno de sus amigos pidió su compañía y ella no iba a negársela.

Pero frunció el ceño, confundida cuando el chico se sentó y pidió más de un trago al barman, tenían exámenes importantes mañana, exámenes que probablemente definirían su futuro y a ella le daría su libertad, era idiota si creía que Nam lo dejaría beber o incluso que lo acompañaría.

--No piensas tomar ¿verdad? - Jungkook volteó a verla, necesitaba tomar para que sus nervios se fueran y sus agallas salieran.

--Solo un poco, lo necesito- rogó tratando de verse lo más tierno posible.

--No, lo que necesitas es ir a casa y descansar, ¿acaso para ti no es importante ese examen? - se sulfuro.

--Para ti no lo es, ¿Por qué debería ser importante para mí? - cuestionó notablemente enojado, algo que definitivamente descolocó a Nam, ella no era tonta, algo más había aquí, algo que no sabía, pero involucraba tanto a ese examen como a ella. Nam se sentó a su lado decidida a conocer la razón del comportamiento de su supuesto amigo.

--¿por qué supones que no es importante para mí?, es mi futuro, el futuro que he anhelado toda mi vida- respondió. Le enojaba que asumiera cosas cuando él no sabía ni la mitad de lo que sucedía en su vida real.

--¿Y qué haces aquí entonces, ¿no deberías ir a casa y descansar? - reprochó utilizando las mismas palabras que ella utilizo contra él.

--Tú no sabes nada Jeon, no hables si no sabes- El tono que utilizó y su --poco mencionado-- apellido le dejó en claro que era momento de atacar para que ella cayera en la trampa, aunque ciertamente su respuesta lo dejó pensativo ¿a qué se refería?

--¿A qué te refieres, acaso algo de tu perfecta vida se fracturó hoy? Imposible- mencionó con burla y le puso el primer trago recién llegado enfrente de ella, era un trago muy fuerte, pero ella no tendría por qué saberlo hasta que cruzara su garganta.

--¿De qué carajo te estas burlando, que te pasa hoy Jeon? - rugió entre dientes, estaba muy enojada por el comportamiento del chico y aquello solo hizo que su juicio se desestabilizara, tomando el primer trago de un jalón, hizo una mueca cuando el trayecto del líquido ardió - ¿Qué carajo es esto? - preguntó cuándo logró recuperar la voz.

--Vamos, dime ¿qué le paso a la chica perfecta hoy? - bromeó y le tendió la segunda bebida, pero ella solo se le quedo viendo, el menor sabía que tenía que atacar al menos un poco más si quería dejarla lo suficientemente borracha.

--¿De que estas hablando?

--De ti por supuesto, digo, cualquiera se quedaría en casa estudiando si le importa tanto su examen, pero tú estás aquí, porque eres tan perfecta que aprobaras con excelencia a cualquier hora y contexto ¿no es así, chica perfecta? -remarcó con lentitud y enfado la última pregunta.

--Sí, claro. Soy tan perfecta que necesito venir a una fiesta para distraerme de mi utópica realidad y no pensar en si es una atrocidad o traición lo que estoy a punto de hacer, pero ¿qué mierda va a saber de esto el chico de oro? - mencionó rápidamente con resentimiento en cada una de las palabras y se tomó el segundo trago ignorando el ardor.

--¿traición?, tú no eres capaz de traicionar a nadie- escupió seguro y le pidió dos tragos más al barman. La chica solo soltó una risa amarga, y rasposa por el ardor ya indeleble en su garganta. Suspiró.

--Vete, Jeon- pidió lo más amable que pudo, pero él negó.

--Vámonos de aquí- le tendió otro trago.

Nam ya hundida en los tragos y pensamientos se tomó la tercera bebida tan rápido como pudo mirando a Jungkook hacer lo mismo, quejándose ambos en el proceso.

Esta bebida era más fuerte. El chico lo sabía, pero no le tomo mucha importancia ni sabiendo que tenía que manejar y podría provocar un accidente e incluso matarlos a los dos. Él sacó unos cuantos billetes de su chaqueta y los dejó en la barra.

--No quiero ir a casa- La chica fuera de estar enojada ahora se veía melancólica, aquello confundió al menor, pero no le tomo demasiada importancia, solo le importaba que esto terminara, y no creía que lo que le pasara fuera realmente importante. Para él, en la vida de ella nada podría salir realmente mal, a menos que él mismo interviniera.

--No iremos a casa entonces, pero salgamos de aquí- decretó tomando su muñeca y jalándola, sin importar sus tropiezos por lo mareada que se sentía al tomar tanto del fuerte alcohol en solo unos minutos.

Metió a la chica al auto poniendo el seguro para niños y checó su celular, sus padres aún no se habían dado cuenta de su falta de presencia y era la una de la madrugada, faltaban seis horas para el examen, seis horas en las que su tarea era retener a la chica, la cual estando ya algo borracha le dejaba la tarea más fácil.

Pero había un pequeño problema, Jungkook se conocía, sabía que en el último momento podría cambiar de opinión y sumirse en su arrepentimiento, dejando a la chica libre para llegar a su examen, tirando así todo a la basura y dejando una próxima oportunidad a la deriva, como lo había hecho ya varias veces, pero no podría permitírselo.

No una vez más.

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